Arrepentimiento (Kyle)

Ya está, ya le había contado todo a los aurores, ahora, tanto Kyle como Bea estaban en la lista de los mortífagos buscados y peligrosos, en especial Kyle, por su condición de vampiro. Soltó un suspiro. Ahora mismo debería estar en clase, pero no se veía con fuerzas para ello, y los profesores la habían perdonado por una vez.

Se apoyó en el puente y tomó aire, hacía mucho que no pasaba por ahí, sobre todo porque ese fue el lugar de su último encuentro (amistoso) con Beatrice, dónde gracias a las bengalas no hubo problemas entre ellas, y donde parecía que en el fondo, Bea era una buena chica. Que lejos le parecía aquello.

Chloe seguía pensando en lo que había hecho, a cada vuelta que le daba, más creía que había hecho mal en decirle a los aurores que tanto Bea como Kyle eran mortífagos. Estaba poniendo en peligro a su mejor amigo y a los aurores, pues no creía que pudieran ser capaz de vencer al vampiro. En esas reflexiones estaba cuando una de sus peores pesadillas se cumplió, y Kyle apareció en el puente. La chica pegó un salto y retrocedió asustada, hasta que se topó contra la barandilla.

-Lo hecho hecho está, como tú bien dices Kyle, y dime, ¿qué querías que hiciera?, me habría vuelto loca de culpabilidad sino lo hubiese contado- dijo lo más calmado que pudo, mientras se movía hacia el castillo. Lo peor es que no tenía ninguna posibilidad contra Kyle. El chico era más fuerte y más rápido que ella, además de que llevaba varita. Pero ante todo, debía mantener la calma, y por una vez en su vida, controlarse.

Kyle le lanzó un Imperio y Chloe cerró los ojos mientras le hablaba, temiéndose lo peor. Aquel ya no era su amigo, había cambiado y se había transformado en algo que seguramente nunca quiso ser. De repente, Kyle la liberó del hechizo y Chloe cayó al suelo de rodillas.

-¿Qué habría podido hacer yo para defenderme de tí?- dijo levantando la vista, con los ojos llenos de lágrimas- yo no tengo varita, y tú eres un vampiro... ¿Cómo quieres que te siga considerando mi amigo?, me llevaste engañada para que me torturaran y permitiste que alguien me dejase en un páramo helado para que me congelase y muriese, y sólo la suerte lo impidió. Ya no eres mi amigo, pero no es culpa mía, tú lo has hecho posible- continuó llorando suavemente.

Chloe había bajado la mirada cuando Kyle había empezado a hablar, no quería que la viese llorar, pero cuando escuchó quien la había llevado al valle levantá la vista furiosa. ¡Hanson!, eso lo explicaba todo, ella siempre le decía cosas parecidas a lo que había escuchado en el páramo. Apretó las manos en torno a uno de los tablones sobresalientes del puente hasta que se le pusieron blancos los nudillos. Quizás no podía derrotar a Kyle, cosa que tampoco quería, pero no le tenía miedo a Hanson, y estaba dispuesta a hacérselo pagar.

Kyle se acercó a ella y sustuvo su cara entre sus manos. Chloe mantuvo su mirada aunque lo único que quería era apartarla. Cuando Kyle retrocedió un paso, la chica bajó la mirada y respiró hondo, había tenido miedo, mucho, en esos momentos. Se levantó despacio, no quería que viese que temblaba de miedo.

-No eres igual a él, eres mucho peor. Él me encerró en mi cuarto para que no saliese durante su ataque, tú me llevaste a la boca del lobo, me traicionaste, y no pienso perdonártelo, sobre todo porque no estás arrepentido- le dijo con la voz todo lo firme que pudo.

Chloe tragó saliva con dificultad, le daba igual lo que dijese Kyle, Andrew no podía ser peor que él, nadie podía serlo, a excepción de Lord Voldemort, y quizás ni siquiera él, pues Kyle había cambiado por completo, traicionando a todos sus amigos.

-Eres un monstruo, en el sentido más literal de la palabra, y sabes, siento lástima po tí, porque eres un débil que no sabe pensar por sí mismo, porque no has sabido detener la cadena de acontecimientos, porque te has convertido en algo que odiabas- en ese momento se hizo la promesa de que no se vengaría personalmente de Hanson, sólo la entregaría a los aurores, no quería que la venganza la convirtiera en Kyle, o en algún miembro de su familia.

Kyle avanzó hacia ella a su velocidad de vampiro y la levantó del suelo, empezó a apretar poco a poco, y la chica empezó a quedarse sin oxígeno. Kyle acercó su rostro al de Chloe y sonrió mientras la chica se iba desvaneciendo, cuando pensaba que ya se iba a desmayar, la soltó, y Chloe cayó a los pies de Kyle. Se quedó un buen rato en la misma postura, intentado recuperarse del susto, del ahogamiento, del acecho de la muerte, después de unos momentos se incorporó levemente.

-Eres un débil mental- le dijo con odio, le odiaba, casi la mataba por segunda vez, si consideraba que la primera había sido en la casa, le había ocultado sus verdaderos gustos desde el principio de su amistad y la había hecho creer que era de una manera que no era.

No sabía cómo iba a salir de esta, como no pasase un alumno valiente, un profesor o un auror lo tenía difícil, sabía que no convenía irritar más al vampiro, ya que literalmente, le iba la vida en ello, pero no podía.

Chloe rechinó los dientes con rabia, cada vez tenía más ganas de matar a Kyle, aquel que había sido no existía más, y no le daba pena pensar en su muerte, después de todo, aquel sólo era el cuerpo de su amigo, no su amigo de verdad.

-Lo de mi familia sobraba Kyle, sobre todo si consideramos que ellos también son unos débiles mentales. Yo no soy la única mancha en un plato limpio, soy la única parte limpia de un plato lleno de porquería y estupidez- dijo mientras trataba de olvidar lo que Kyle había dicho sobre probar su sangre. La situación se iba complicando cada vez más, cualquier intento de escape era una estupidez sin futuro, la mente de la chica funcionaba a mil para intentar buscar una situación, pero no se le ocurría nada.

Chloe frunció la boca intetando controlarse, pensando en otra cosa, como cuando practicaba Oclumancia y evitaba que Darrel entrase en su mente. Debía mantener la cara de póker sin importar lo que dijese Kyle, sin importar el miedo que la invadía, sin importar sus sentimientos de ira y odio, quizás así conseguía salir ilesa.

-Mi familia es una panda de inútiles que sino han podido matarme cuando era una cría de 10 años, menos podrá ahora. Ya soy mayorcita y se cuidarme Kyle- dijo, aunque eso sí, siempre y cuando tuviese una varita en su poder, que no era el caso.

Chloe no se esperaba el beso, y fue demasiado rápido como para que le diese tiempo a rechazarlo. Kyle se alejó caminando lentamente mientras Chloe temblaba de rabia, de frustración, de impotencia... pero no era momento de contestarle, eso sería una estupidez, suficiente suerte había tenido ya. Cuando Kyle desapareció en la distancia, las piernas de Chloe se convirtieron en mantequilla y se derritieron, haciendo que la chica cayese al suelo. Ahí, la chica dio rienda suelta al llanto que había estado conteniendo todo el rato. Se quedó sentada, abrazando sus rodillas mientras sollozaba un buen rato, hasta que al final se calmó. Cuando todo pasó, la chica se puso de pie, jurándose a si misma que nunca volvería a verse sin varita, y que nunca más se dejaría acobardar por nadie.