Una noche Tranquila (Alessandra Ambrosio)

Había salido a dar un paseo y la noche me había envuelto, sin darme cuenta había pasado toda la tarde en un abrir y cerrar de ojos, quizás la evasión de caminar al aire libre había hecho que mis problemas y pensamientos se quedaran atrás en el colegio, y con ellos la noción del tiempo...

Era hora de volver al colegio, de volver a la realidad que había veces que me superaba... de camino de regreso una sombra se dibujo sobre el horizonte, era un lugar extraño para encontrarse a alguien, pero charlar no me vendría mal, sobretodo si se trataba de un desconocido, siempre me hacia disfrutar charlar y entablar una nueva posible amistad...

Camine en dirección a la sombra...

Llevaba toda la tarde estudiando, y repasando unos apuntes que todabía no comprendía y cuando me había querido dar cuenta, ya era de noche. No había salido en todo el dia y eso me agobiaba asi que a pesar de que era la hora en la que devería estar en el colegio, me dispuse a pasear con calma, admirando el paisaje nocturno. Entre la poca luz que desprendía ahora un faro bastante lejano, divisé una sombra acercandose, me paré en seco, dejando que el aire me despeinara levemente. cuando esa sombra se acercó mas, pude averiguar que era un chico, no le conocía ni tampoco me sonaba, pero algo de charla para no andar por aqui sola me vendría bien. Me acerqué hasta estar a unos metros de el.--Buenas noches. Es raro ver gente a estas horas todabía por aquí-dije amigablemente, cruzando mis brazos.

Me acerque hasta que pude contemplar más allá de la sombra, era una chica, parecía simpática y de buen ver...

Sus palabras y gestos nada más acercarme me confirmaron mis suposiciones... “Hola, bueno es extraño, pero hace una noche preciosa como para permanecer encerrado en el colegio...” dije sonriendo...

“Me llamo Daniel Black...” dije mientras me tomaba la licencia de tomar su mano y acercarla a mis labios... “Es un placer...y perdona la osadía” dije sonriendo... “Me encentro hoy mas caballeroso que de costumbre” dije mientras reía....

La verdad es que solía ser atento y caballeroso, pero después de el relajado paseo me encontraba diciendo palabras que casi nunca usaba, supongo que tenia ganas de reir y pasar unas risas con aquella chica...

-Estoy de acuerdo contigo-sonreí amigablemente, cuando tomó mi mano me sorprendí, el contacto fisico con otras personas nunca fué lo mio y nunca pude evitar ponerme nerviosa cada vez que alguien me tocaba, y cuando se la acercó a la boca, no pude evitar sonrojarme levemente desviando la mirada, al poco rato el sonrojo se fue, dando paso a una sonrisa algo avergonzada-No importa, es agradable ver a alguien tan formal y caballeroso-dije quitando la mano y haciendo una reverencia cual señorita de la epoca victoriana, agarrando mi falda por sus dos extremos y agachandome-Me llamo Alessandra Ambrosio, caballero-le miré divertida riendome un poco.

Sonreí... “Todo un honor conocer a tan bella dama... es un gusto compartir un poco de cortesía caballeresca en nuestro tiempo...” dije volviendo a sonreí...

“Como caballero creo que es menester ofrecerme para acompañar a tan bella dama a su castillo, ósea a nuestra bonita cárcel....” dije sonriendo... “Y bonita por supuesto ya que la comparto con tan bella dama...”

Le guiñe el ojo mientras sonreía... “Alessandra tienes nombre de reina antigua, aunque doy por sentado que no ha habido nunca una reina tan bella en estos parajes por los que hoy caminamos....”

Desde luego el juego de caballero se me daba bien, de chico siempre me había gustado la lectura histórica...

Sin duda hacia muy bien el papel de caballero, aquellos que tanto en peliculas y novelas habia leido-desde luego un gran honor compartir este tipo de habladuria con un caballero como vos, aun que es un tanto atrevido con sus palabras-sonreí-Un gran honor para esta humilde señorita ser acompañada por un joven tan caballeroso, aun asi añadir que no es de mi gusto volver a mi carcel, pero con gusto pasearé en esta preciosa noche con vos si lo deseais-aquello me divertía de soberana manera-Si realmente atrevido sr Daniel-y le devolví el giño con una sonrisa divertida.

Ofrecí mi mano... “Caminemos pues...” dije sonriente... “Si soy un poco atrevido, pero quizás la razón de mi atrevimientos no sea otra que la sonrojes que con su mirada hace aparecer en mi mente al contemplar una belleza sin igual...” Volví a sonreír...

“Tranquilo bella dama, pues perro ladrador poco mordedor y como buen caballero me gusta contemplar sin llegar a tocar por miedo a estropear...” volví a guiñarle el ojo sonriente...

Aquel juego me parecía muy simpático y entretenido y seguro que era una dama muy interesante, no era mala idea compartirla con su compañía y charla.

Puse suavemente mi mano encima de la suya con una mirada dulce, aun si bien algo nerviosa, de nuevo el contacto con otra persona, decidí ignorarlo e intentar que no se diera cuenta.-Dudo que mi belleza sea algo que destacar en estos momentos mi caballero, aun que no sabría decir bien si lo de vos es palabreria absurdao la palabra de un buen caballero-miré la luna sonriente-Definitivamente no le parece de mayor agrado la luna tan blanquecina que tenemos en esta noche tan hermosa-no pude evitar soltar una risita, quien nos viera diria que estamos sacados de una novela de caballería.

Camine unos pasos de la mano de aquella chica... “La palabrería es vacía sin un sentir detrás, la luna carente de belleza si no esta reflejada en tu mirar...” dije mirándote a los ojos... “se dice que los caballeros murieron hace tiempo, aunque creo que renacerían al apreciar la bella doncella que a mi lado camina, además... su visión de la vida pese a no tener trascendencia en la actualidad me parece de un romanticismo sin igual...”

“No podría tener mejor compañía para compartir, pues no me hace falta pensar para que de mis labios broten palabras que sin llegar a pronunciar hacen fluir la sangre en mis venas y dibujan en mis labios la sonrisa con la que trato de recompensar tu dulce mirar”

Con sus palabras, su tono alejado de la realidad, y su mirada, mi nerviosismo no hizo mas que aumentar, llevandome a tener que calmarme, era tonto ahora mismo era un juego asi que simplemente volví a mirarle con mi anterior sonrisa-Dulces palabras sacais vos sobre mi, mas no me las merezco-miré la luna disimuladamente-dice vos que los caballeros han muerto, y yo discrepo, vos todabía estais aqui, paseando conmigo-

“Si de entre los muertos lograste rescatarme, es a vos a la que con mi servidumbre debo agradecer y dedicar mis palabras y mis gestos, pues no puede existir un caballero sin una dama a la que servir...” Sonrei cortésmente a mi dama...

“No hay luna ni cielo en mi existir, pues la belleza no fue realizada para los ojos de este pobre caballero que con tu belleza ya quedo saciado para lo que queda de mi exigir...”

Tome la mano de la dama y la bese con dulzura... “Mis labios no volverán a besar tan dulce y suave pétalo como el que en sus manos florece en forma de dulce néctar...”

Con sus palabras y cuando besó mi mano suavemente, no pude evitar sonrojarme, miré hacia la luna de nuevo, pues sabía que me volvería a poner nerviosa si le miraba, y ¿que hacer?, cuando aquellas frases y forma de hablar de la novela caballeresca me encantaba, pues me resultaba de lo mas romantico. Di gracias mentalmente a que fuera de noche, para que no notara de mi cara el sonrojo-Gracias caballero, por estos tan grandes alagos, hacia mi-bajé la cabeza avergonzada, hasta las palabras ahora mismo no me salían

Seguimos caminando con tranquilidad mirando hacia la luna, esa compañera que nos iluminaba y nos guiaba juntos con sus amigas las estrellas...

“No son Halagos lo que de mis labios brotan, si no verdades capaces de verlas hasta un ciego, pues la belleza de una dama no se mide solo por los ojos, si no en el aliento que corta y en la sonrisa sin sentido que impone...” dije volviendo a sonreír...

“La noche es fría, pero tu compañía calma el frió que en mis venas no cala, pues de dulce pasión al estar en tu compañía desbordan todos mis sentidos...”

-Gracias de nuevo caballero, mas no puedo dejar de pensar que de entre todas esas humildes palabras se esconda un secreto, dificil de revelar, pues esas palabras a cualquier dama podrian ser pronunciadas, en esta bella noche- dije mirandole esta vez a los ojos. Ya habiamos llegado a un prado, no demasiado grande, iluminado por la luz de la luna, haciendole parecer aun mas precioso de lo que pudiera llegar a ser en un dia soleado. Me paré, observando el prado con detenimiento, a igual que la luna.

Sonrei y mire con cariño a Alessandra “Secretos hay demasiados para este caballero, pero todos tienen respuesta salvo uno... La razón por la que mis palabras brotan en un recital que sin razón alguna hacen en mi corazón florecer en bella y dulce felicidad...”

Puse mis manos sobre los hombros de Alessandra... “La noche guarda secretos, secretos que el viento lleva con brío hasta las ventanas del corazón que quiera escuchar, el susurro de los lamentos de caballeros que buscan una dama que como vos haga volverlos de su largo letargo a un despertar en el que contemplar una dama a la que recitar su dulce cantar...”

Me agarró de los hombros, no lo esperaba asi que me quedé bastante sorprendida, mirandole directamente, puse mis manos sobre las suyas que me cojian los hombros-No lo entiendo mi caballero, vos recitais palabras tan hermosas-giré mi cabeza-asi solo conseguireis mi sonrojo-

Acaricie las manos de la bella dama... “El sonrojo de tus mejillas es un sentir mas sincero que la palabra, pues con la palabra se puede mentir, engañar o enamorar, pero tus mejillas solo muestran el sentir de tu corazón”

Sonrei... “Y no hay nada mas bello y puro que un sentir que asoma a la realidad del cruel mundo donde vivimos y nos hace albergar un brote de esperanza, de que los caballeros tenemos un lugar en este mundo ya perdido de sentir romántico...”

Volvi a sonreír “Solo el que contempla la luna sabe que es bella, así solo el que contempla tu rostro y tu corazón puede descifrar el sentir de tu corazon o el discurrir de la sonrisa que en tus labios rebosa...”

Note sus caricias en mis manos y le volví a mirar-Ciertas son tus palabras, mas no puedo evitar que este pequeño sonrojo salga a mis mejillas, y como vos decir, como saber si son vuestras palabras ciertas, y no vacias y traicioneras, pues en la palabra esta el engaño-