Porque el reencuentro tiene que estar a su nivel [Theodore Nott]

Una chica de rubia cabellera pasaba por el vestíbulo del colegio, pensando, tratando de ordenar sus ideas. Tantas cosas habían pasado desde que entró al colegio, tantos cambios han ocurrido que en muchas ocasiones piensa que nunca debió de haber salido de su nido. Suspira, pasando una de sus manos por su rostro, tratando de evitar cualquier pensamiento fuera de lugar, evitando recordar lo que no debe y pensando seriamente en lo que su padre quiere conversar con ella.

Pasa por las puertas del Castillo, observando todo a su alrededor, sabe que las personas la están mirando, y se siente especialmente bien por eso. Aumentan su ego, su ya de por sí gran ego, pero ¿qué se puede hacer? Arianne Sinclair es hermosa y por más que les duela a muchas, siempre habrán miradas sobre ellas.

Mira hacia adelante y ve a una silueta conocida acercarse, la chica ladea levemente la cabeza y entrecierra los ojos. Lo ve acercarse con un simple bolso colgado al hombro, con su mirada en alto; y la rubia vio como unos azules ojos se topaban con los de ella. Y lo reconoció, no necesitó de más para poder saber que es su mejor amigo, su amigo de la infancia, Theodore Nott.

—¿Theodore? —susurra, aún sin poder creerlo. Arianne no tenía idea del porqué el chico no había vuelto al colegio ese año, pero no le importaba en ese momento—. ¡¡Theo!! —grita, feliz, para correr hacia al chico y lanzarse a sus brazos.*

A la heredera Sinclair no le importó en lo más mínimo que todos quedaran viendo su reacción. Una extraña y poco conocida reacción en ella, pero la felicidad de ver al chico fue algo que no pudo controlar. Colgada de su cuello y con sus piernas alrededor de él, besa la comisura de sus labios y pregunta con una sincera sonrisa en su rostro.

—¿Qué ha pasado? ¿Cómo estás? —Bueno, su curiosidad tuvo que salir a flote

*:

Camino hacia la entrada del colegio con mi mochila en mi hombro, loes elfos se estban encargando de lo otro, si me preguntan hubiese preferido llevar todo yo pero como dicen por algo algo pasan las cosas y si qu eno se equivocaron, una mata de pelo rubio se cruzo por mi camino y se abrazo de mi con fuerza. La reconoci de inmediato, Arianne la elitista slytherin que piensa como yo solo que ella prefiere decirlo mucho mas seguido de lo que su padre le tiene permitido. Me tambaleo un poco y la abrazo con fuerza para que no se caiga ya bastante atencion tenemos como para sumarle una verguenza por parte de ella.

- Ria -la nombro para que deje de hacer preguntas que no respondere con toda la gente mirando - creo que saldre mas seguido preciosa

La suelto y dejo que la cordura vuelva a una de mis rubias favoritas. Me aburri durante el tiempo que no escuche sus comentarios pre juiciosos ni sus quejas con respectoal castillo. decirselo? nunca seria colocarme la soga al cuello

- estamos llamando la atnecion, alejemonos un poco de los ojos curiosos y hablamos.

la tome de la mano y la lleve a un lado de la entrada en donde habia menos gente o mejor dicho menos oidos, no quiero que todos se enteren que el largo viaje que hice fue una perdida de tiempo y una mayor frustracion para mi padre y para mi.

El hecho de que Theodore Nott no haya correspondido a su abrazo como debía, se lo esperaba. Si ella es fría, el chico perteneciente a Slytherin lo es más. A veces, Arianne piensa que el chico es más digno de la casa de Salazar que mucho, tal vez más que ella misma, pero su orgullo lo reniega como si fuera lo peor que le podría pasar.

Asiente y toma de la mano al chico, con firmeza, para comenzar a caminar alejándose un poco de todos. Increíblemente su humor se disparó, tenía ganas de reir por nada, aunque sabe que no lo hará, su lógica mente a vuelto a funcionar con normalidad y ya ha actuado lo suficientemente extraño por ese día.

Ya lejos de los oídos pero aún manteniendo muchos pares de ojos sobre ellos, la chica se dispone a preguntar, empeando claro, por lo más importante.

—Bien, Theodore —comienza ella, sentándose en el suelo, con la elegancia que la caracteriza y esperando que su amigo haga lo mismo—, ¿qué ha ocurrido? ¿Por qué vienes integrándote recién al colegio?

Mire a Arianne dessde mi lugar algo sorperndido porque ella este actuando de esa manera, tan extraña para alguien que hasta hace un tiempo veia sentarse en el suelo como un acto vulgar. Le sonrio aun sin moverme y viendo sus verdes ojos, un pequeño sonido se escapo de mis labios como su de una serpiente se tratara.

- a ver hermosa, sabes muy bien que yo no doy informacion sin recibir informacion a cambio

me siento as u lado por fin sonriendo con malicia y coloco una de mis manos en su pierna.

- asi que.... que tienes para mi???.... algo interesante que te haya pasado desde mi ausencua???

Era un día helado, de esos que le encantan a ella, esos días en los que se siente tan cómoda, tan segura. Sin embargo, al escuchar las palabras de Theodore toda seguridad desapareció y en sus ojos se mostró una frialdad que pocas veces aparece para ese chico. Corre su pierna, molesta, y se cruza de brazos para mostrar su incomodidad con el tema. Odia eso de su amigo, detesta que comience con esa actitud del ojo por ojo.

—No sé que es lo que te pueda contar —comienza a hablar tomándose el cabello en una cola alta y sin mirar al chico, observando como varias miradas aún se posan en ellos.

Arianne los mira mal, molesta, ahuyentando a la mayoría, haciéndoles entender que no hay algo que les interese ver. Mira de reojo al castaño chico y bufa al darse cuenta que a pesar de que todo el tiempo que no se han visto, él está actuando como si nada. Y se siente molesta, además, ¿qué es lo que le puede decir?

—Mi vida en el colegio sigue siendo igual de aburrida que siempre, nada nuevo, todo igual. Sin contar que mi padre está más extraño que de costumbre, nada ha cambiado.