Una noche afuera sin razones. [Ayame Nightray]

Abrí los ojos y sentí el frío pasto debajo de mi cuerpo... ¡Me había quedado dormida! Y ya había anochecido, seguro todos estaban cenando o incluso era más tarde... El hecho es que si me encontraban afuera a estas horas, seguro me castigarían. Ni siquiera tenía hambre, así que no quería entrar... Podría toparme con Filch. Me levanté y caminé sin rumbo por los jardines, estaba oscuro y hacía frío. Pero podían verse las estrellas, casi no había nubes. Había llegado hasta el sauce boxeador cuando me cansé de caminar y me senté a cierta distancia de este.

Estaba tirada en uno de los sillones de la sala común de Gryffindor, junto al calor de la chimenea, pero demasiado aburrida. Habían algunos chicos metiendo ruído, jugando a quién sabe que, como todos los pequeños de primer y segundo año. Me giré para verlos, y pude notar a uno con rasgos asiáticos como los míos, lo que me hizo sonreír levemente. Me senté y bostecé estirando los brazos. Vi pasar a Roi, pensé en hablarle pero iba muy concentrado charlando con otro miembro del equipo de Quidditch, así que suspiré y me encaminé a la salida, para pasar por la Señora Gorda.

Andaba con unos jeans algo ajustados, unas zapatillas converse negras, y un swéter color rojo oscuro. Con sólo eso me congelaría, pero me coloqué encima una especie de abrigo no muy grueso negro, que me llegaba hasta el muslo. En ella guardé la varita antes de salir. Iba a visitar la lechucería, pero quizás a esa hora estaría cerrada con llaves, además de que sería difícil ir hasta ese sitio estando en Toque de Queda. De alguna manera, con astucia logré salir de las paredes del castillo, y lo primero que vi a lo lejos fue el sauce boxeador. - Excelente - Dije al aire, con una sonrisa de satisfacción. Ya sabía a donde ir. Avancé velozmente hasta llegar a unos kilómetros del Sauce, y vi una sombra cerca. No se podía ver bien, debido a que las pocas nubes que habían tapaban la luna. Hacía frío, y para colmo una leve niebla cubría el sitio.

- ¡Lumos! - Dije después de apuntar la sombra con mi varita, y la luz que de ella salió aclaró que era una Ravenclaw.. y no una cualquiera. Era Lyra.

Me acomodé un poco y me crucé de piernas sobre el pasto, seguía frío. Escuché un sonido cerca y volteé pero no llegué a ver nada... Lo único que faltaba ahora era asustarme estando sola en medio de la noche y afuera...
Una voz femenina y conocida pronunciando un hechizo interrumpió mis pensamientos, esta vez si volteé a ver: era Ayame. Me levanté feliz de no estar sola.
-¡Aya-chan! ¿Qué haces por aquí a estas horas?-

La luz tenue alumbraba lo necesario para poder verle el rostro a la chica. Caminé a paso normal hacia ella, y me paré a su lado cuando llegué. Seguía con la varita en la mano. - En realidad, nada. Estaba aburrida en la sala común y vine a meterme en problemas. - Le respondí con una sonrisa. Lo más extraño era que ella estuviese en este lugar. - ¿y tú? Pensé que no te gustaba salir de noche.. y menos cerca de esa cosa.. - Apunté con mi mano libre el sauce, quien hasta entonces se había quedado quieto. Me gustaba el frío que se sentía en ese momento, así que de seguro me quedaría fuera un buen rato, además no era tan tarde. Cuando salí de la torre de Gryffindor eran casi las doce de la noche.

Ayame se acercó y contestó mi "preguntonta". Reí entre dientes a su respuesta.
-Siempre metiéndote en problemas... Ehm...- me sonrojé antes de contestar aunque esperaba que no se notara en la poca luz que había.
-La verdad es que no quería estar afuera a estas horas. Me quedé dormida y cuando desperté ya era de noche, deambulé sin rumbo y llegué hasta aquí.- le dije y también dirigí mi mirada al sauce, que estaba quieto, no estábamos tan cerca de él después de todo.
-Por cierto, ¿qué hora es?- mi noción del tiempo era pésima.

- La vida es aburrida, por eso hay que darle un toque de acción - Le respondí dando una vuelta alrededor de ella, alumbrando mi rostro con la luz de la varita, como si fuese una linterna. Un "muahahaha" se escuchó cuando volví al sitio inicial. Así que se había quedado dormida, no era algo de que avergonzarse.. aunque es cómico. Le sonreí palmándole la espalda, como diciéndole que no se preocupara, que la entendía.

- Son las.. ehmm, no tengo hora, pero cuando salí de mi sala común era casi media noche, así que deben ser las 12:30 o 12:40.. - Respondí pensativa. En eso un fuerte viento me entumeció, y se pudo oír el sonido de las pocas hojas crujiendo. Hacía días que no nevaba, así que la nieve se podía ver en pocos lugares, y en donde estábamos sólo había agua. La nieve se derritió.

Dio una vuelta alrededor mío y se alumbró la cara con la varita fingiendo una risa malvada, era infantil pero gracioso. Después de todo, ella tenía razón, pero no se lo diría, mi orgullo no me lo permite. Un fuerte viento sopló cuando ella dejó de hablar, pero no le di importancia.
-Guau.. Dormí demasiado entonces, aunque no sé cuando tiempo estuve caminando sin rumbo. Pf, nos castigarán si nos encuentran, ¿sabes?- dije en un tono algo preocupado, aunque no me importaba taaaaaanto.

- ¿Cómo a que hora te dormiste? - La interrogué para sacar cálculos. La luz de la varita alumbraba un escaso sector, y no quería usar el Lumus Máxima, ya que ese de seguro nos delataría, y como ella decía nos meteríamos en graves problemas. - En lo que va del semestre no me han castigado, pero presiento que se viene uno.. - Dije con poca importancia, me daba igual si lo hacían o no.

- No te preocupes, si nos atrapan me hago cargo yo.. - No tenía problemas en crear una excusa de por qué Lyra estaba allí. La dejaría como inocente y yo me vería culpable. Un crujido me alertó, y me giré para ver al Sauce.. ¿estirándose? La cosa es que se movía. - ¿Puedo acercarme a él un poco? - Pregunté a la Ravenclaw, sin quitar mi vista del árbol, emocionada.

-Creo que a las 6 o a las 7... No lo recuerdo. le dije y escuché cómo hablaba del castigo, sin darle importancia... Bueno, ella era así.
-No tienes que echarte la culpa... Aunque en verdad viniste intencionalmente.- contesté con una risita. Miré al sauce ante el sonido que produjo, estaba moviéndose... Eso sería algo peligroso... Me alejé unos pasos instintivamente, al contrario de lo que Ayame dijo.
-Eso... ¿No sería muy peligroso?... Si... Si tú quieres acércate pero... y no pude terminar de hablar, estaba asustada.

- ¿Tanto dormiste? Quién como tú.. ahora te costará quedarte dormida.. - Le dije sorprendida. Durmió de esa hora hasta cerca de las 12 de la noche. Wow.. El sauce seguía moviéndose, y tal como pensé, Lyra no querría acercarse, pero bastó su "si tú quieres" para que avanzara hasta él.

Caminé despacio, atenta a cualquier cosa, sin apagar la luz de la varita, pues si se quedaba todo a oscuras sería peor. Llegué hasta cierto punto, y tuve que lanzarme al suelo, pues el sauce había lanzado una de sus ramas como para aplastarme. Me reía en el piso, viendo como el árbol parecía enojado y agitaba sus ramas de un lado a otro. Comencé a avanzar en gatas en sentido contrario, de vuelta a donde estaba la chica de cabello rojizo.

-Es que anoche no dormí prácticamente nada...- le contesté antes de que se acercara al sauce lentamente. ¡Una rama se lanzaba hacia ella!
-¡CUIDADO!- le grité no muy fuerte, aunque ya se había dado cuenta y estaba riendo en el suelo... Suspiré. Ella se tomaba todo muy a broma y yo tan asustada...
-¡Mejor intenta no volver a hacer eso!- le dije algo enfadada mientras se acercaba gateando.

Parecía una niña pequeña jugando con algún juguete no peligroso, pero la realidad es otra. LLegué gateando hasta donde estaba Lyra, aún riéndome de lo divertido que fue. Antes de llegar a ella, lancé mi varita por el suelo, y ésta chocó con los pies de la chica. Me puse de pie y abrí los brazos.

- Tarán~ Ningún rasguño.. Bueno, dos solamente - Le dije, mirando mi mano en donde tenía uno a la altura del dedo índice de la mano izquierda, y otro en mi mejilla del mísmo lado. Este último sangraba un poco, así que pasé mi dedo y me limpié. - De seguro alcanzó a rozarme, o el viento me cortó.. - Comenté con tranquilidad. Quizás era una respuesta estúpida, pero qué se le iba a hacer. - ¿Quieres intentarlo? - Le pregunté a la vez que recogía mi varita. Dije "Nox" y la luz se extinguió.

Ayame lanzó su varita y chocó contra mis pies, pero la dejé allí. Ella parecía una niña pequeña divirtiéndose. Pero lo cierto es que era de noche, estaba oscuro y el lugar era peligroso. Estaba bastante furiosa debido a su actitud... Pero no dije nada. Ella recogió su varita y acabó el hechizo de lumus.

-¿Ahora te gusta la oscuridad?- le dije, aunque de todas formas se vislumbraba con la poca luz que había esa noche.

-No lo haría ni aunque mi vida dependiera de eso...- mencioné mirando aterrorizada al árbol que todavía se sacudía y di otros pasos hacia atrás.

-Te sigue sangrando la mejilla...- musité observando un pequeño chorrito de sangre que apenas se vislumbraba.

- Es que a oscuras es todo más interesante.. - Sonreí. Además de eso, apunté hacia arriba, esperando que Greed notara que la luz de la luna era suficiente para alumbrar donde estábamos. Se notaba asustada, y eso me causaba más risa. Quizás si fuese alguien alocado como yo hace rato hubiese sido yo la que intetaría calmar al otro como ella lo hacía conmigo. Al oír que mi mejilla seguía sangrando, pasé la manga de mi abrigo para quitarla.

- Por suerte no hay vampiros por aquí~ - Dije moviendo las manos en dirección hacia ella, molestándola, a la vez que mi risa me entorpecía el habla.

Moví la cabeza de un lado a otro pero con una media sonrisa.

-Estás loca, totalmente. Suerte que esta noche no es luna nueva, o estaríamos totalmente a oscuras... Aunque quisiera que volviera a nevar.- Hablé sin pensar.

-Te ensuciaste la ropa con sangre...- le comenté. El sweter que llevaba puesto era bonito, aunque con el color poco se notaría la sangre.

-Suerte que no hay nadie por aquí ahora... Pero no bromees sobre los vampiros...- mi tono de voz sonó asustado, de nuevo. Pff, ¡si todo me daba miedo!... Me senté en el frío pasto otra vez pero con las piernas flexionadas, las rodillas cerca de mi cara.

No podía hacer otra cosa más que reír. Esa chica tenía una personalidad especial, era tan asustadiza que quien está a su lado se siente el ser humano más valiente sobre la Tierra. - ¡No seas aguafiestas! Y la ropa se lava, no hay problema.. - Asentí cuando ella mencionó lo de la nieve. También esperaba aquel acto de la naturaleza, y quería ser protagonista de ello.

- ¿Le temes a los vampiros? De seguro en el castillo hay varios, pero para eso están las cruces~ - Seguí jugando, sin notar que el Sauce aún se estremecía. Puse mis dedos cruzados para formar una cruz y "apunté" a Lyra.

Suspiré y me abracé las piernas, hacía más frío o al menos eso parecía.

-Al menos deja de jugar... No es gracioso.- dije mientras veía que ella aún estaba riéndose y me apuntaba haciendo una cruz. ¡Claro que le tenía miedo a los vampiros! No eran precisamente criaturas pacíficas y lindas...

En ese momento el sauce comenzó a sacudirse con más violencia y hubo otro fuerte viento.

-Esa cosa s... se sigue moviendo... Sus ra...amas se mueven demasiado- tartamudeé de miedo mientras todavía estaba sentada en el suelo abrazándome a mí misma.

Miré a Lyra, ella abrazaba sus piernas, lo que me hizo pensar que quizás no solo estaba asustada, sino que tenía miedo. "Al menos deja de jugar, no es gracioso".. Me acerqué a ella y me senté a su lado. - ¿Quieres que te preste mi abrigo? - Le sonreí esta vez, ya había dejado de reírme como loca.

Otro fuerte viento hizo que cerráramos los ojos pues sino, nos entraría tierra a ellos. El sauce se movía violentamente, como si intentase escapar del suelo en donde ha estado por años. - Quizás también tenga frío, y esa es la manera de calentarse.. - Bromié, mirando el gran árbol. La niebla que había comenzó a bajar más.. Si seguía de esa forma sería un problema, pues con ella es difícil poder ver incluso utilizando el Lumus con la varita.

Ayame se sentó al lado mío y había dejado de reirse, ahora se escuchaba con más claridad el viento y el ruido que provocaba el sauce.

-No, estoy bien...- contesté, pero lo cierto era que si tenía miedo y frío: mi estúpido orgullo.

Me reí un poco con su broma. Noté que el ambiente estaba más oscuro.

-Claro... El sauce tiene frío y además está feliz de no estar solo. ¿No ves que cuando te acercaste a él te quizo abrazar?- sería mejor distraerme y decir cosas tontas. Apoyé mi mentón sobre las rodillas. El árbol seguía sacudiéndose estrépitosamente.

Sabía que ella mentía.. la conocía, y su orgullo siempre la sobrepasaba. Al menos ya comenzaba a intentar distraerse, y tuve que admitir que lo que dijo fue mucho más cómico que varias de las que yo había dicho alguna vez. - ¿Así que quería abrazarme? Quién lo diría.. - Solté una carcajada, perdiendo un poco la visión del rostro de ella.

- Ahora soy yo la cobarde.. esta niebla me da mala espina. Si baja aún más, no podremos ver absolutamente nada - Le advertí, aún notando como el sauce boxeador se movía rápidamente. Quizás el árbol presentía algo...

Se rió de lo que dije y luego mencionó la oscuridad.

-¿Cuánto tiempo estaremos por aquí? Si buscamos cómo entrar al castillo y nos encontramos con Filch será un problema...- sencillamente dije lo que pensaba y luego saqué mi varita del bolsillo y musité Lumos. La luz que irradiaba era poca, estaba bastante oscuro.

-Eso es imposible, ¡una Gryffindor cobarde!- pero lo cierto es que yo sí tenía bastante miedo de quedarnos en total oscuridad.

- No te preocupes por Filch, ese viejo debe andar bañando a su gata mascota ... - Intenté calmarla, pero quizás era mejor que cerrara la boca. Levanté los hombros para decirle que no sabía cuanto tiempo estarían fuera, pero no sería por mucho. El lumos de ella logró alumbrar algo, pero no lo necesario.

- Cuando dicen que la casa de los leones se destaca por la valentía, no se refiere a no temerle a nada.. sino a enfrentar lo que te causa miedo, porque hay un motivo valioso tras de ello - Le respondí sonriente. En eso, comienza a aumentar el frío, la niebla seguía y además de eso, el pasto que estaba húmedo debido a la nieve derretida comenzó a congelarse. Me agaché para verlo mejor, y me paré enseguida, mirando hacia el cielo con seriedad, buscando algo. - El Sauce tenía razón.. me temo que tenemos compañía.. -

No pude evitar reir entre dientes acerca de lo que Ayame dijo de La Señora Norris.

-Ya... Era una broma. El hecho de ser valiente es vencer el miedo, ¿no?- pensaba seguir hablando, pero sentí un frío horrible y el hecho de que mi amiga se parara también me despertó. Me levanté del suelo después que ella y ahora sí que me estaba muriendo del miedo.

-S...son...d..dem...- entre el castañeo de dientes debido al frío, la horrible sensación que tenía y el miedo no podía hablar. Tomé con firmeza mi varita.

Había asentido con la cabeza tras escuchar a Lyra decir eso de la valentía. Ahora estaba más concentrada en ver de donde aparecerían las siniestras criaturas. Pude ver que ella tomaba con fuerza la varita y sonreí satisfecha de que lo hiciera. - Lyra, cuando aparezcan y quieras correr, huye al lado contrario al sauce.. - Le aconsejé, pues irse a donde ese árbol era doble riesgo: Te atrapa el dementor, te da el beso y te quedas sin alma y para colmo te aplasta el árbol. Un lindo final.

Un viento helado llegó por detrás de nosotras, y cuando me giré tenía a lo que buscábamos frente a mí. Solté un grito, como cualquier persona que se asusta cuando lo toman por sorpresa y antes que el dementor hiciera algo agarré la mano de la Ravenclaw y la hice correr.

¡Por supuesto que no correría hacia el árbol! En qué pensaría Ayame... ¡¿Y cómo es que puedo pensar con claridad en un momento así?!

-¡Te dije que no me acercaría al árbol ni aunque mi vida dependiera de eso!- no entendía como ahora podía hablar, estaba asustada y parecía que mi corazón iba a salirse del lugar de tan rápido que latía. Escuché el grito de Ayame y grité con ella, aunque no había llegado a ver a la horrible criatura, ya que ella me había tirado de la mano para salir corriendo.

-¡Si corremos nos alcanzará! V...vamos a tener que... que enfrentarlo.- volvía a tartamudear, no sabía si de miedo o de frío.