La serpiente siempre quiere atacar a un león [Ayame Nightray]

Arianne caminaba hacia los jardines, con ese andar lento y felino que la caracteriza. Hacía frío, demasíado, pero ella se siente tan cómoda con ese clima que nunca le es un incoveniente. No tenía un lugar a donde ir en específico, sólo desea poder molestar a alguien. Quien sea. Aunque tiene una gran preferencia por lo chiquillos que normalmente terminan llorando; y los leones, que sacan sus garras apenas ven que ella muestra los colmillos.

Sin embargo, los jardines estaban algo vacíos, por lo que algo molesta se acerca a un árbol y se sienta a esperar, sigilosa, que su presa aparesca, para así poder atacar. Cierra los ojos por unos segundos, descansando del bullicio del castillo. Lo bueno del frío es que siempre la gente se refugia en el calor del colegio, dejando abandonados el exterior para poder relajarse.

[ OFF: Antes que nada te digo que me pareció de todos modos creativo el nombre del tema xD ]

Salí de la sala común de Gryffindor bastante temprano por la mañana pues me gustaba madrugar, sin importar si habían clases o no o la condición del clima, como era el caso de hoy. Hacía bastante frío, y sólo me percaté de ello cuando, rato después, me dirigía a un paseo por los jardínes. Amaba el invierno, el viento helado.. necesitaba sentir algo de eso, así que apenas puse un pie en los terrenos de Hogwarts decidí quedarme un buen rato vagando. Ya había hecho las tareas y trabajos pendientes, ordené y limpié mi espacio de la habitación.. todo en orden.

En los jardínes no se veía ni un alma. Andaba yo sin la famosa capa-túnica. Sólo con el respectivo sweater, la falda y demás del uniforme, así que más frío sentía mi cuerpo, y más a gusto me encontraba. Iba pasando por unos árboles de por allí, sonriente, aprovechando de que tenía el sitio entero para mí, y comencé a cantar mientras avanzaba con gracia.

- Boogie down like a unicorn... And no stoppin' till the break of dawn... Put your hands up in the air... Like an ogre, just don't care... -

Me iba moviendo de un lado a otro según el ritmo de la canción, que me fascinaba.

- Can you dance like a hippogriff? Ma ma ma mama ma mama ma~ -

Tenía suerte de tener buena voz, pues de otra forma no estaba segura de ir cantando en ese tono de voz, energéticamente, a pesar de que no hubiese nadie.

Mientras la Slytherin mantenía los ojos cerrados, escucha una voz que se acercaba a donde ella se encontraba. Era una chica, claro está, la que cantaba y que por lo menos lo hacía bien. Arianne abre sus ojos y busca con su mirada a esa persona y sonríe maliciosa al ver a una Gryffindor que caminaba al ritmo de la música.

La rubia no tuvo la necesidad de levantarse, esperó el momento justo para poder hablar y por obviedad a comenzar a envenenar a la pobre chica que decidió salir tan temprano del castillo. Un helado viento corre hacia ellas y Arianne sonríe disfrutando del frío que congelaba sus mejillas.

Los volumen de los pasos aumentaban y ella sólo esperaba. Era extraño, normalmente actua de esta forma en las mazmorras, cuando está en su territorio; en los jardines, Arianne prefiere ser más discreta.

—¿Qué hace una leona tan sola por estos lados? —pregunta en un susurro, que sabe que la chica pudo escuchar. La mira a los ojos y llamó su atención sus rasgos asiáticos—. ¿Acaso no sabes que las serpientes andan sueltas a toda hora, querida?

Sabe que su mirada brilla de malicia, la Gryffindor apareció justo en un momento de extremo aburrimiento de la rubia chica. Sabe, también, que jugar con personas siempre es un arma de doble filo. Recordó a Eriksen, que por poco la golpea. Tal vez deba mover sus piezas de otra forma, una mucho más interesante.

Avanzaba tranquilamente cada vez más concentrada en la canción, que no había nada que me detuviese. Bueno, eso es sólo una forma de decir.. no es que fuese verdad. De vez en cuando imitaba a un guitarrista, aquellos que pasaban horas y horas en los conciertos dándoles vida a todos aquellos que van a escucharlos. Movía la cabeza, tenía una fiesta en mi cuerpo, el sentirme rodeada de aire frío me daba energías, al contrario de otros.

- Flyin' off from a cliff... Na na na na na na na na na.. Swoopin' down, to the ground ....Na na na na na.. -

No pude finalizar el coro, ya que sin notarlo había caído en territorio ajeno. Más bien en el territorio de una Slytherin.. y una bien peligrosa por lo que sé. Su voz captó mi atención, y callé por arte de magia. Al escuchar sus palabras, noté en seguida que iba a caer en su juego, era algo característico mío explotar con facilidad pero me mantenía a raya.

- Como si me importase.. - Dije de manera desinteresada, ladeando la cabeza para verla, llevándome las manos a la cintura de manera imponente, a pesar de mi físico de muñequita, bien delgada, baja y con rostro de niña.
- Lamentablemente por ahora no podemos deshacernos de esas plagas, pero qué se le va a hacer - Sonreí, mirando a la rubia Slytherin.

Arianne se cruza de brazos y afirma toda su espalda en el árbol. Ella tenía razón, bueno muy pocas veces se ha equivocado verdaderamente, y la Gryffindor actuó como se lo esperaba, respondiendo de esa forma tan propia de ellos. La chica le sonríe a su compañera, de una forma cínica y algo perversa.

—Ni que lo digas —le da la razón, divertida—, si seguimos así nos llenaremos de viborillas y las verdaderas serpientes nos terminaremos perdiendo.

Se levanta de su lugar, elegantemente, sin dejar de mirar de reojo a la chica. Con mucho cuidado limpia su uniforme y al verse impecable, como siempre, estira su mano a la leona sin dejar de sonreir de aquella manera.

—Soy Arianne Sinclair, querida cachorra, el placer es tuyo —se presenta como siempre. Algo que le agrada ver son las reacciones de las personas ante la última frase, como si no pudieran creer que le estén diciendo algo de ese estilo—. Lo digo, porque estás conociendo a una Slytherin de verdad y no a esos que creen serlo.

La abservé afirmarse en el árbol, y sonreír perversamente. Típica sonrisa de los engreídos esos de las mazmorrar que juran ser increíbles, insuperables, los mejores. Eso era lo que más detestábamos los leones, incluyendo también a los tejones y las águilas. Los que sobraban verdaderamente no eran los hijos de muggles o mestizos como yo, mucho menos los "traidores a la sangre" , sino que eran ellos. El mundo sería mucho mejor si la gente de aquellos fríos y tontos pensamientos no existiesen.

- Viborillas, serpientes, culebras, lo que sea.. todas son plagas, mientras tengan escamas.. y más aún si tienen la cabeza llena de polvo.. - Afirmé, sabiendo que estaba en una mala posición, pues los Slytherin de éste tipo estaban acostumbrados a abusar de quienes se veían más débiles, y yo obviamente era presa fácil, pero no se la iba a dejar fácil.

La mujer de rubios cabellos tras limpiar su uniforme, se acercó con elegancia, y había que reconocer que su belleza combinaba a la perfección con aquel traje. Estiró su mano, presentándose. "El placer es tuyo" ¡Ja!.. y eso de los verdaderos Slytherin.. ¿qué diablos? Lo decía como si fuese la octava maravilla del mundo. - Claro que lo es, es la primera vez que puedo ver a la mujer barbuda gratis. - Comenté tomándole la mano a forma de saludo, sonriendo inocentemente, pero riéndo en el fondo. Yo era así, me gustaba molestar.. era demasiado bromista. - Ayame Nightray es mi nombre.. - Me presenté tras una breve pausa, mirando con detenimiento los ojos de mi enemiga natural.

Arianne estaba divertida, le encanta el tener que mostrar los colmillos que los leones atacan de inmediato. Niega lentamente ante las palabras de la chica y se acerca un poco más a ella para poder mirarla con mayor atención. La chica es menuda, demasíado tal vez para toda la fuerzza que utiliza en sus frases. Veamos qué tanto puede aguantar.

—Asi que las cabezas llenas de polvo, ¿eh? —susurra, sonriendo de medio lado y arqueando sus cejas, mientras se inclinaba levemente para poder mirar a Ayame Nightray burlesca—. ¿Por lo menos sabes de lo que estás hablando, querida, o simplemente eres de aquellas que piensan que la forma que tienen las serpientes de ver el mundo es erróneo porque te sientes involucrada en esa... discriminación?

Ese detalle siempre ha llamado la atención de la rubia chica de Slytherin, tal vez sea esta leona la que sepa responderle correctamente. La observa por unos segundos desde su lugar y se devuelve al árbol que estaba en un comienzo y a afirmarse nuevamente.

Sí, si la chica logra pensar más allá de lo obvio y da una respuesta clara, existe la posibilidad que Arianne pueda considerarla como un igual. Vamos, que no es necesario ser una genio para darse cuenta que la Gryffindor no es de sangre pura.

Tenía claro que debía permanecer tranquila. Alterarme por la presencia de ella era lo peor que podía hacer, así que sonreía, viéndole fijamente. Arianne se inclinó hacia mí, y su mirada mostraba la clase de criatura que era. Una Slytherin sin lugar a dudas, pero no cualquiera, sino una verdadera.

- Claro que no. Me da igual que piensen las serpientes de mí. Soy feliz teniendo la sangre que tengo.. pero hay muchos que obviamente no la pasan bien por ser rechazados por gente como ustedes.. -

No sabía si había respondido a su pregunta, pero la vi apoyarse denuevo en el árbol en donde estaba, y me crucé de brazos sin quitar esa leve sonrisa de mi rostro. Aunque lo que había dicho era cierto. Me daba igual ser de sangre mestiza, de hecho, creía que los de mi tipo eran los más afortunados, pues tenían conocimientos de ambos mundos, lo que hacía que la persona fuese más completa, aunque en el caso de los magos hijos muggles igual se daba. Hasta los 11 años viviendo sin magia, y luego, toda la vida aprendiendo hechizos y demases del mundo mágico. En cambio, los sangre pura, sólo conocían la magia.

Arianne no puede evitar mirarla sorprendida por la respuesta que dio. De verdad que se esperaba un ataque más frontal, una respuesta más impulsiva y que le haga saber que la chica no vale la pensa, pero como en pocas ocasiones ha ocurrido, se ha equivocado.

—Ellos no son rechazados —habla la serpiente desde su lugar en el árbol, viendo como la chica Gryffindor se cruzaba de brazos, de una forma defensiva más bien. La rubia sonríe, la leona sabía defenderse por lo menos; algo interesante, pensaba antes de responderle, usaba muy bien sus garras. Veamos como reacciona a un ataque más propio de aquellos Slytherin que no usan argumentos para defender sus ideales—. Sólo son colocados en el nivel que merecen, para que puedan mirarnos hacia arriba, como los verdaderos magos que somos.

En una ocasión escuchó esa frase de uno de sus compañeros, esa vez le hizo bastante gracia, pero ahora va a ver como la chica que ha sabido controlarse.

—Y si estás orgullosa con tu sangre, es cosa tuya, yo seguiré viéndote como alguien inferior, seguiré viendo a la consecuencia de la degradación de un mago.

Mantuve mi posición, de brazos cruzados hasta que ella volvió a hablar, pues allí me llevé las manos a la espalda, a la vez que miraba su rubio cabello rizado, que me hacía gracia. La serpiente aquella tenía determinación al hablar, y la maldad en ella se reflejaba en sus ojos.

- Eso siempre ha sido así, y probablemente lo será. Siempre habrá gente que estará sobre las otras, pero el mal trato que le dan.. es lamentable.. -

Dije sonriente, balanceándome levemente hacia adelante y hacia atrás, como jugando cual niña pequeña e inocente que cuenta historias a los mayores.

- ¿Y qué? De seguro me preocupan los pensamientos de gente de tu calaña.. Prefiero tener una conversación con esa chica alocada de Ravenclaw.. ¿Luna creo que se llama? Ella dice cosas interesantes, deberías entablar un diálogo con ella algún día.. -

Miré a la Slytherin con cierto toque de burla, mientras el viento chocaba en mi cara, meciéndome el cabello.

OFF:

Esa facilidad que tiene la chica en no caer en el juego de la serpiente, la estaba sorprendiendo demasiado. Tan exacta para hablar, tan tranquila, que a Arianne ya le estaba molestando. Sí, molestando. Normalmente caen muy rápido, sobre todo los leones, y terminan insultándola a lo menos. Bufa casi imperceptiblemente, pero estaba ahí; pensó que sería fácil hacerla enojar y como en pocas veces ha ocurrido, se equivocó.

―El maltrato que se le da es lo que se merecen. ―Es lo único que se limitó a decir, para ella sí existen gente por categorías, sí existe una clasificación para las personas. Para ella la igualdad no existe en ninguna de sus formas, mucho menos cuando tratan de imponerla como están haciendo con los hijos de muggles―. Y no, no he tenido el ‘placer’ de conocer en persona a Lunática Lovegood, pero sí he escuchado muchas cosas sobre ella. Es una verdadera lástima que la sangre pura de esa chica se mancille de esa forma.

Tenía que hacerla caer, de una u otra forma, tenía que lograr que la Gryffindor responda como cualquier otro en su lugar. Sacando las garras por completo y dañando como es debido, de un solo zarpazo. Y haría cualquier cosa para conseguirlo.

―Por lo que en mi visión del mundo… ella también se merece el maltrato que le dan. ―Hasta desprestigiar hasta su propia madre si es necesario.

Spoiler:

Seguía mirando fijamente el rubio cabello de la Slytherin. Me gustaban aquel color, es más, en algún momento desié tenerlo así, pero sabía que con mis rasgos asiáticos y color de ojos no quedarían bien, además apoyaba la idea de que nada mejor que quererte tal y como eres, física y psicológicamente. Aunque eso no quitaba el hecho de que me distrajera los cabellos dorados que Arianne tenía.

- Si así lo piensas, no soy nadie para criticar tus opiniones.. -

Dije tras su comentario sobre Luna Lovegood. Ella era una chica muy agradable, y sabía que en cierto momento algo haría que mi calma, la cual hasta el momento era plena, fragelaría por algunas palabrillas venenosas de la chica aquí presente.

- Espera un momento, ¿cuál es el maltrato que le dan a ella? - Pregunté, pues no comprendía a qué se refería, pero antes de recibir respuesta de la rubia, agregué. - Bueno, me he dado cuenta de algo. Para ser un sangre limpia total entonces, no sólo basta con ser 100% maga, sino ser... ¿arrogante?, ¿tener una gran mansión y ser reconocido en el mundo mágico? Porque de ser así.. la gran mayoría de alumnos de Hogwarts no serían sangre limpia. Por ejemplo, la familia Weasley. Sé por mi padre que no tienen mucho dinero, viven en una casa no muy lujosa, pero son todos magos.. -

No sabía como reaccionaría la Slytherin, pero quería resolver esa duda, así que la interrogué con la mirada.

―¿Que cuál es el maltrato? ―pregunta ella, sorprendida―. ¿Acaso no has visto como los otros la tratan? Le esconden las cosas, la molestan por ser tan... distinta ―agrega la última palabra con algo de desdén en su voz. Sí, había escuchado muchas cosas de Lovegood y sería mentira que ella dijera que no le habían importado.

Hace un tiempo le preguntó a su padre por sobre esa familia y la respuesta del hombre fue un claro y categórico: "Todos ellos están locos, sin excepción, Aria". Y ella le había creído.

Con respecto a lo siguiente que había dicho su acompañante fue una verdadera sorpresa para ella. ¿Acaso la chica habrá escuchado de los traidores, los que son como los Weasley?

―No, esas ya son clasificaciones dentro de la misma pureza de la sangre. Los que luchamos por mantenerla y los Traidores. ―Arianne rueda los ojos sin entender como no sabían eso tan básico. Bueno, tal vez la sangre de la chica sea la respuesta obvia, pero de todas formas―. Los Weasley son traidores, que sean pobres y todo eso, fue sólo mala suerte.

Spoiler:

- Ahh es verdad, había olvidado que le esconden las cosas y eso.. - Comenté con un toque de ingeniudad. A pesar de que le hacían eso, aquel maltrato, ella era una de las personas más encantadoras que pisan la tierra, y aún lo es. Y aunque fuese tan calmada, quizás le duele aquel trato del resto hacia ella, pero quien sabe.

- ¿Traidores? Qué tontería.. Ellos son el vivo ejemplo de cómo deberían ser todos los sangre pura.. - Dije llevándome las manos tras la cabeza, ladeado levemente ésta, para mirar desde un lado a Arianne. La ví rodar los ojos y sonreí. Parece que le molesta el tema.

- En eso estoy de acuerdo contigo, fué mala suerte. Como sea.. ¿quieres una rana de chocolate? - Pregunté, llevándome la mano a una especie de bolsillo interno que había hecho al sweter del uniforme. Sí, era algo extraño, pero cuando te quitas la túnica te quedas sin sitio para guardar cosas. Saqué dos ranas de chocolate nuevas, y estiré una mano para ofrecerle una de ellas a la Slytherin, mientras sonreía.

OFF:

Arianne se estaba molestando, la chica no reaccionaba como ella quería. ¿Cuántas veces eso ha pasado? Poquísimas, casi nulas y no está acostumbrada a eso. Las palabras de Ayame suenan sinceras y algo ingenuas en varias ocasiones, pero eso a la rubia no le interesa.

―No son el mejor ejemplo a seguir ―dice ella, encogiéndose de hombros―. Muchos de ellos actuan por conveniencia, otros llegan a ser tontos de ingenuos. Prefiero ser como soy en ves de estar defendiendo una igualdad que terminaría cuestionando en algún momento.

Termina de hablar para encogerse de hombros y negar la Rana de Chocolate que Ayame le ofrecía, no porque fuera ella sino porque los dulces no le agradaban, ni siquiera desde pequeña.

―No, querida pero agradesco el gesto ―le dice solemnemente, algo que aparecía cuando las cosas no funcionaban como ella quiere y por supuesto no le apetece perder la compostura.

Mantuve mi mano estirada, esperando a que ella aceptara mi rana de chocolate. Lo primero que vi fue cómo se encogía de hombros, para luego comenzar a hablar. Vaya forma de responder, y sobre la conveniencia que ella decía que seguían los "traidores a la sangre", preferí no comenzar a discutir con Arianne.. pues supuse que jamás se rendiría o aceptaría que tengo razón. Lamentablemente, así suelen ser algunas personas. - Como digas.. -

Suspiré, y como lo sospechaba, negó mi golosina. - Bueno, mejor para mí.. - Guardé una de ellas, y abrí la otra atenta a que no se escapara. Me la eché a la boca, a la vez que miraba quien era el personaje que aparecía en el cromo. - Ja.. Godric Gryffindor.. - Le señalé con cierta sonrisa burlona, después de tragar el chocolate. - Bueno, si me disculpas iré a vagar por ahí. Fue un placer hablar contigo.. - Dije, dando el inicio de la despedida. - Nos vemos luego~ - Me alejé de ella, despidiéndome con la mano hasta perderme de vista. Había tenido una charla interesante, que de seguro me serviría en un futuro.


[Off: Un gusto haber roleado contigo n.n ]