Acampando dentro de 4 paredes.( Libre para todas las chicas de ravenclaw)

Tengo un imán en polo repelente.

Y no soy rara, lo sé. Soy de lo más común…tal vez eso sea lo que cause que sea tan invisible a los ojos de los demás. Pero no me incomoda, para quien soy eso es sinónimo de tranquilidad la soledad es mi más preciada compañía.

Pero soledad 24 horas del día durante los 1440 días y más que llevaba en Hogwarts llegaba a cansar un poquito…y es que ni siquiera había socializado con mis compañeras de habitación. Pero este año había llegad con la determinación de llevarme del colegio un mejor recuerdo que solo buenas notas y uno que otro paseo ocasional por el paisaje.
Cierto día paseando por el castillo sin fijarme en la hora me había encontrado a un elfo domestico

No mentiré, se me ocurrió ofrecerle unos galeones por ser mi amigo/sirviente como un alterno a su trabajo en Hogwarts. Pero pensé que era demasiado arriesgado, más aun de mi parte cuando me caracterizaba por ser una chica bastante sutil.
Pero el punto. Logre camelármelo, y como mis planes incluían también hacer migas con mis compañeras, esa noche me había dado un paseo por las cocina y había conseguido que los elfos me ofrecieran unas golosinas.

Que reposaban tranquilas en mi mesita de noche mientras yo estaba en la cama, enfrascada en la última edición de corazón de bruja, esperando que las chicas no hayan tenido planes para esta noche y yo tuviese que comerme todas las golosinas para ofuscar un poco la humillación.

Me habían comentado por allí que habría una especie de acampada bajo techo, algo así como una pijamada, en una de las habitaciones, en la de Eileen Ayrton, una chica que conocía de vista, y con la que habíamos hablado un par de veces... y nos habíamos dicho quince palabras contadas.

Nunca me caractericé por ser antisocial, aunque tampoco soy el colmo de la sociabilización, pero me puse algo de ropa normal (unas calzas negras y una remera de mangas largas, acompañada con un buzo gris demasiado grande para mí y unas zapatillas deportivas), y me dirigí al cuarto de Eileen, con un par de golosinas y algo de comida chatarra, traficada directamente desde las Cocinas.

Llegué allí y golpeé la puerta suavemente, esperando con todas mis fuerzas que los rumores fueran ciertos y que no me abriera una Eileen en pijama, con cara de sueño y malhumorada, pues me caía bien, y no la quería de enemiga.

Me levante dela cama de un salto, casi llevándome conmigo la mesita junto a las golosinas.
Sentía que estaba a punto de hiperventilarme, asi que me tome un par de segundos para regular la respiración y no lucir tan ansiosa al ir a abrir la puerta. Almenos alguien vino. Me dije sonriendo de medio lado. Traté de acomodar un poco mi pelo antes de ir a abrir la puerta, y alisar el pijama rosado para lucir mas presentable.
Abrí, y me encontré a una muchacha rubia de rostro dulce que había conocido hace algún tiempo.

-Hola..-Le dije algo insegura, haciéndome a un lado apra que ella pudiese entrar.- Pasa, solo estoy yo. Veo que has traido algunas cosas...muchas gracias.-Me acerque a la mesita despejandola un poco y poniendo unos libros sobre la cama, para que ella pudiese acomodar alli la comida.

Sonreí cuando vi el rostro de Eileen en el umbral, abriendo la puerta en pijama, pero no con cara de sueño ni malhumor. Al parecer, los rumores habían sido ciertos, gracias a Dios.

La saludé y entré en su cuarto. Por ahora, éramos solo nosotras dos, pero no dudaba que no tardarían en llegar otras más. Dejé la comida donde ella me había indicado y sonreí.

―¿Tienes idea quienes más vendrían? ―pregunté, curiosa. Había bastante comida, pero era mejor preguntar. Siempre venía bien, de todas formas, una escapada nocturna a las Cocinas.

-No lo sé… los rumores se esparcen rápido en el colegio…y en este clima.-Hacia mucho frio, por cierto. Se sentía dentro del colegio pero no con tanta intensidad como debería de sentirse afuera.- La gente debe estar alrededor de la chimenea en la sala común sin dejar mucho espacio y ni las mas aventureras deben estar afuera…así que creo que vendrán más chicas...ademas...es viernes

Me encogí de hombros sentándome en una esquina de la cama, y me puse a jugar haciendo nudos con el dosel azul.

-Y…-Odiaba cuando se formaba un silencio incomodo así que era hora de enfrentarlo antes de que este se origine. Cualquier cosa estaría bien, éramos dos muchachas y fuimos enviadas por el sombrero seleccionador a la misma casa por algo. Tendríamos que tener cosas en común.- Tu…¿Que haces en tu tiempo libre?

Coincidí con ella. No mucha gente se atrevía a salir afuera con este clima, y aunque yo era de esas pocas, ni loca saldría de noche. Aunque, quien sabe...

―Sí, no bajé a la Sala Común, pero debe haber varia gente allí ―le di la razón.

Me senté en el suelo, cruzando las piernas. La gente no solía entenderme, pero para mí, era de lo más normal y cómodo.

El silencio comenzaba a instalarse en la habitación, cuando Eileen lo rompió.

―Pues, suelo ir a las Cocinas a conversar con los Elfos y comer un bocadillo, o leer, o... Salir a los Jardines ―mencioné mis actividades principales―. ¿Y tú?

Vi que se sentaba en el suelo pero no me pareció correcto incordiarla n indagarle el por que de ese comportamiento. No tenía nada de malo, nadie morirá por que ella se sentase directo en superficie.

-Si deseas...-Le ofrecí amablemente un cojín para que lo pusiese en el suelo y pudiese sentarse en el.

Parecía una chica interesante. Pensé, escuchando bastantes cosas que teníamos en común.

-Vaya.- Sonreí un poco ladeándola cabeza hacia la izquierda.

- Te parecerá curioso…me gusta leer, conversar con los elfos y salir a ver el paisaje…aparte creo que no mucho, soy bastante simple…me gusta la cultura muggle así que disfruto de leer libros de ellos, ver películas o escuchar su música..Tristemente olvide traer un gramófono así que hace tiempo que no lo hago.

Me dio un cojín, que acepté con una sonrisa, y me senté sobre él, nuevamente en el suelo.

Al oír su respuesta, noté que teníamos muchas cosas en común. Agradecí los múltiples temas de conversación existentes, porque al parecer Eileen era una chica bastante tímida.

―Tenemos varios gustos en común ―comenté, sonriendo―. ¿Qué clase de música te gusta? ―pregunté, esperando que entendiera que me refería al género musical―. Yo tengo uno en mi cuarto, pero es un poco raro... Te lo explicaré algún día, si gustas ir a escuchar música allá alguna vez.

(Off: seguimos esperándolas, chicas Ravens! No deja de ser libre por más que nos hayamos puesto a conversar nosotras dos!)

-Música clásica, en general…o todas las canciones suaves de escuchar.-Le dije poniéndome de pie tomando otro cojín en manos y una bolsita de la bandeja de comida. Me gustaba esa música pero no era lo único que me gustaba.

En el baúl, muy en el fondo guardaba unos discos de lo que llamaban ‘Rock’ pero nunca lo admitiría, estaba demasiado fuera de mi. Mi mamá me mataría de enterarse que guardaba esos Cd’s junto a un poster del grupo ‘Aerosmith’ y otro de Kurt Cobain. Era mi placer culpable mas grande, y sin chistar tiraría la música clásica a la basura y me declararía fanática numero uno de no ser porque iría en contra del protocolo en el cual me habían criado.


-¿Y qué hay de ti?-Le pregunte al tiempo que me acomodaba sobre el almohadón a su lado, para entrar en más confianza.- Me encantaría poder escuchar música en tu cuarto un dia de estos.-Le sonreí al tiempo que le ofrecía bombones.

―Diablos ―murmuré, al oír su respuesta. Sonreí cuando mi nueva amiga se sentó a mi lado, y acepté gustosa un bombón.

―En realidad, mi vida es el rock. Y cuanto más pesado y ruidoso, mejor para mí―respondí, con sinceridad―. Kurt Cobain es mi ídolo máximo ―añadí―. ¿Sabes quién es? ―le pregunté―. Pero, oye, eso no quita la invitación ―aclaré.

-Ah...ahh…yo…De ser por mi habría chillado como una groupie-Creo que se decía así-, hubiese tomado sus manos y la hubiese hecho parar para dar vuelvas y vueltas por la habitación.

De ser por mí le hubiese propuesto escapar del colegio para un concierto que daba Nirvana la semana que seguía, hacernos peinados espectaculares y vestir en cuero y encaje.

Pero no, esa no sería yo. Quien soy tiene apatía por todo lo que no desborde clase y odia romper cualquier regla, por mínima que esta fuese.

-..No, yo no conozco quien es…pero por tus palabras debe ser algún…cantante, imagino. De esos por las cuales la mayoría de las chicas se mueren.- Habría dicho ‘ de esos por los cuales yo muero’ o simplemente ‘Podría fantasear con el día y noche’.- Si la invitación sigue en pie...quizás…podamos escuchar un poco de tu música…también.- Si, por favor

Me extrañó que no conociera a Kurt Cobain, pues Nirvana estaba en una buena etapa, respecto a publicidad y aceptación musical.

―Eeeem... sí ―dije―. Es el cantante de Nirvana, una banda que toca genial. La próxima semana dan un concierto justamente, aquí, en Escocia ―comenté, haciendo que se dejaran notar las ganas locas que tenía de fugarme para ir. Quizás de eso había oído algo (del concierto, no de mi locura)―. Y sí, en efecto, todas morimos por ese hermoso de ojos azules ―fingí que me limpiaba la baba que se me caía al pensar en él con el puño del buzo.

―Encantada de la vida te presento a uno de los más grandes y sexys músicos de la historia ―dije, luego. Quizás el rock podría hacer que venciera un poco la timidez. Al menos, conmigo lo había logrado.

-Y esa barba a medio rasurar que tiene y su voz tan ronca es tan…

Me sonrojé, y me tape la boca con ambas manos incrédula de lo que había dicho.

Había oído que cuando dos chicas se ponen a hablar de un tema que les apasione, no tenían freno y se les iba la lengua sin importar cuán cerradas fuesen estas con respecto a sus palabras y emociones. Nunca creí que fuese verdad hasta que paso.
Definitivamente se me soltó la lengua pero creo que no pudo ser con una mejor persona. Meredith parecía ser una chica adorable que no me juzgaría puesto que tenia los mismos gustos.

-Bueno…-Me rasque la nuca.- Supongo que…no lo conoceré del todo…-Miento, lo he investigado de todas las maneras en las que he podido.- Pero si se quien es...no es que quise mentirte es que…de verdad…creí que…esa música no iba conmigo y que se te haría extraño. Pero…-suspiré, resignada.- Soy fan de closet.

Solté una carcajada al ver la reacción de Eileen, cuando terminó de describir a la perfección al músico.

―No debes apenarte por esas cosas ―le dije, con una sonrisa―. No me molesta en absoluto la mentirilla ―agregué―. Si no te sientes cómoda con tu fanatismo, prometo cerrar la boca ―llevé una mano a mi pecho, y alcé el dedo anular, corazón y el índice, juntos―. Palabra de chica exploradora ―bromeé.

―Entonces, ¿cuál es tu disco favorito de ellos? ―pregunté. No lo pude evitar, fue más fuerte que yo.

-Lo siento…no me gustaría negarlo pero…supongo que así fui moldeada.

Suspire quedamente mientras me comía un bombón y le ofrecía otro a mi compañera.

-En mi casa seria un poco…Horrorizante.- Me pareció la expresión más adecuada para el tema.- Que yo…escuche algo así, agradezco que vayas a guardar silencio.- le sonreí, mirando en sus ojos un desborde de sinceridad que me inspiraba confianza.

-Mi disco favorito…In Utero, definitivamente. Podría escucharlo durante horas.-Mire con aire soñador al baúl donde tenía guardado los vinilos.-¿Y el tuyo?

―Los padres suelen ser así ―comenté, sonriendo―. En mi caso, yo tengo la suerte que él me crió con esta música desde que nací, pero llegué a la conclusión que los padres tienen el talento innato de arruinar todo ―dije, recordando esa película que había visto una vez, y cuyo nombre ni recordaba―. Así que no debes preocuparte de que de mi boca salga algo. Para eso somos las amigas, ¿no? ―finalicé, tomando otro bombón.

―El mismo ―repliqué. Amaba In Utero. En mi opinión, mas no en la de mi padre, era el mejor disco de Nirvana―. Y dime... A parte de Nirvana, ¿qué otra banda del estilo te gusta? ―pregunté. Era increíble encontrar alguien con quien hablar de la buena música muggle.