Misión 1: conseguir una varita.

Estaba perfeccionando una varita cuando, de pronto, la puerta de la tienda se abrió de golpe y me asustó, pegando un salto que mandó todo mi trabajo al suelo. Hice una mueca y me pasé una mano por el pelo, cansada, mientras me levantaba a atender a quien hubiera entrado. Más tarde arreglaría el desastre.

Entré a la parte principal de la tienda justo cuando la chica preguntaba si había alguien.

- Buenos días, yo te ayudaré, ¿qué es lo que necesitas? - la saludé, sonriendo amigablemente.

La chica parecía haberse asustado un poco por mi repentina entrada. También me dio la impresión de que estaba nerviosa, debía ser su primera vez comprando una varita, a pesar de que parecía más o menos de mi edad.

- Tranquila - le dije para que se sintiera más segura - Tú sólo tienes que elegir el diseño de varita que más te guste, yo me encargaré de encontrarte los materiales que mejor te vayan. Aunque tendrás que tener paciencia, no siempre acierto a la primera - añadí, sonriendo divertida.

- Los modelos a elegir son esos de allí - le señalé el escaparate que contenía las diferentes varitas, a pesar de que seguro que ya los había visto - ¿Te gusta alguno?

Esperé a que se decidiera mientras enrollaba un mechón en mi dedo índice. Últimamente había cogido la manía de tocarme mucho el pelo.
Sonreí por su pregunta.

- Verdaderamente el indicado para responderte a esa pregunta es el Señor Ollivander, pues es el verdadero dueño de esta tienda. Yo sólo soy una dependienta que le ayuda de vez en cuando - le expliqué - Sin embargo, te diré que el material lo es todo porque, ¿De qué serviría un simple palo de madera en manos de un mago, si no?

- La varita está hecha de madera, si, pero en su interior tiene una sustancia mágica - seguí contando - Y la combinación de ambas es la que da las características de cada una. Ninguna varita es igual a otra, igual que no hay dos personas iguales.

- Sin embargo, no trates de decir, "yo quiero esta porque me gusta la madera de acebo", ya que es la varita la que elige al mago y no viceversa.

Reí un poco.

- Y después de toda esta parrafada que te acabo de soltar, voy a buscarte las varitas que crea que te pueden ir bien - le informé, marchándome al almacén.

Luego de buscar durante unos minutos regresé con dos cajas entre los brazos, las cuales abrí y dejé sobre el mostrador.

- Mira - le indiqué a a la chica para que se acercara a ver - Esta primera varita está hecha de madera de parra y núcleo de corazón de dragón, mide 27 centímetros.

- Y la segunda mide 28 centímetros y es de madera de cerezo y núcleo de pluma de fénix - le informé - Pruébalas y dime qué te parecen.

Miré con atención su experimento, cuyo resultado fue transformar un papel que ella misma había sacado en un gorrión. Observé el hermoso pajarillo con una sonrisa y después a ella.

- Buen hechizo para no haber usado nunca una varita - comenté divertida - No cabe duda de que es la que te va.

Busqué entonces en el catálogo cuanto era que valía ese modelo y se lo dije:

- Cuesta 75 galeones.

Mientras esperaba a que buscara el dinero cerré el estuche de la segunda varita y lo hice desaparecer.

Observé a la chica rebuscar apurada en sus bolsillos y luego en su bolso. Reí un poco, sin importarme en abosluto tener que esperar. Aquella chica se la veía simpática y graciosa.

- No es nada - le resté importancia mientras cogía el dinero correspondiente - Fue un placer ayudarte. Hasta pronto.

Entonces la observé marchar antes de retomar mi labor de arreglar la varita.


[[OFF= Voy a ponerte la varita en tu baúl y te resto el dinero ^^]]