Refugiandome del mundo (libre) =)

Estava muy avergonzada, me sentia mal conmigo misma y odiava ser esa personita insignificante, patosa y vergonzosa.

Me sentia fatal y no me habia pasado nada en especial, solo queria olbidarme de todo un poco y pensar.
Mientras paseaba algo acelerada por howarts vi un pasillo donde al final habia una puerta pequeña de madera y nunca me habia fijado donde daba. Entré y en la sala habia cuadros viejos, alfombras, pilares de libros y mesas y sillas viejas o que les faltaba una pata.

Era el lugar perfecto para refugiarme, asi que me sente al suelo, cruzando mis piernas, ya que todas las sillas estaban rotas y empecé a ojear los libros...

-Laralalá.-iba cantando mientras daba saltitos, el suelo estaba frío pero no me importaba.-Lalaralá

Iba a seguir merodeando por los pasillos cuando pasé por delante de una pequeña puerta que estaba entreabierta. Me quedé pensando si entrar o no y al final decidí que sí lo haría. Abrí un poco más la puerta y me colé. Dentro había una chica que no parecía estar muy bien.

-¡Hola!-exclamé con una sonrisa de oreja a oreja.

Vi a una chica pasar, y cerré el libro de golpe.
-Ah, hola le sonreí-perdona por mis modales, soy Lucy Brown encantada le extendi la mano.

No queria que pensara que yo era un muermazo, pero en aquellos momentos me sentia fatal y la verdad no sabia bién bién el motivo, pero la visita de aquella chica me alegro el dia.

Le estreché la mano con energía.

-¡Yo soy Robin Sunset!-exclamé sin borrar mi sonrisa, luego puse un gesto más comprensivo y preocupado. Mi empatía me decía que algo le pasaba. Me senté a su lado.-¿Qué penas impiden que el sol de tu alma brille?

-Encantada- le dijé sintiendolo de verdad.
Vi que Robin se sentó a mi lado y me parecio un detalle por su parte porqué comprendia que me pasaba algo.

-Eh, qué bonito- le dije respecto a la forma de preguntarme que me pasaba- no creo que te interese mucho saber las mobidas de la nueva porque al fin y al cabo es lo que soy, y noto que me cuesta adaptarme- le dije borrando mi sonrisa de la cara.

-Vaya al final sin querer te lo he contado... pues eso que cuesta ser la nueva- le dije con un tono de voz, como diciendo que no se preocupara de mi.

Me quedé pensativa mientras hacía muecas con la boca. Adaptarse... ¿Y por qué le costaba? Eso era muy fácil. Lo importante era estudiar, si después hacías amigos genial. Yo llevaba cuatro años allí y empecé a tener ''vida social'' al cuarto año. Pero seguía viva, y más feliz que nunca. Ahora no estaba segura de que fuese bueno tener amigos, o aquel vampiro de nombre desconocido les haría daño... Suspiré.

-¿Por qué te cuesta adaptarte?