Un lugar donde pensar con libertad. [Cedric Blair]

Últimamente Elianne se había distraido de sus intereses. No había hecho las averiguaciones que necesitaba sobre la guerra. No había decidido si debía ser de la orden o una mortífaga más, siguiendo la estirpe familiar, pensó sarcastica. Por eso había ido a la sala de los menesteres, necesitaba un sitio donde pensar con libertad, donde nadie de Slytherin fuera a molestarla con sus "complots". La sala había creado una especie de Salón con un sillón verde, una biblioteca enorme y una chimenea. Elianne se había sentado y se había perdido en sus pensamientos mirando al fuego.
Entonces, sonó la puerta de entrada.
- ¡Oh, venga ya! ¿Es que ni aquí me puedo relajar?- Se quejó mirando al visitante.

Por fin había llegado esa lechuza inútil, luego de días y días de espera. Con los recortes de diario dentro de su cuaderno y el nuevo cuaderno que le habían enviado del Ministerio con alguna información de posibles Mortífagos, seguidores del Mago Tenebroso, se decidió por ir a la Sala de los Menesteres.

Una vez allí dentro con sus cosas en mano, caminó hasta buscar el sillón, si buscar, ya que con tanto papelerío no veía bien. Se sentó en uno y sacó su varita, conjurando un - Wingardium Leviosa.- moviendo así los papeles y cédulas, acomodándolas por encima de la mesa.

Luego de apenas unos segundos, le pareció ver algo y levantó levemente su vista. ¡Qué sorpresa!, una chica estaba sentada en frente.

- ¿Y tú cuándo llegaste?.- pregunta sorprendido.

-Pues... ¿Hace una hora quizá? ¿Tú, chicosinnombre?- Respondió Elianne sonando amable, casi como si se disculpase por haber invadido su espacio. Diplomacía, Elianne, los diplomáticos conquistan el mundo. Pensó mientras trataba de no decirle: Yo llegué primero, así que fuera.

-¿Qué haces aquí?- Preguntó, sabiendo que en esa sala de menesteres se podía, se debía, hablar con libertad.

- Cielos, en verdad no te ví.- dice Cedric en un tono de voz algo bajo, no era de pedir disculpas pero aquella era lo más parecido que había a una.

- Cedric, Cedric Blair es mi nombre, ¿Y el tuyo?.- pregunta estrechando su mano por encima de la mesa que los separaba.

Al escuchar la pregunta de la muchacha, él sabía que no era buena idea compartir la información que estaba por revisar con una desconocida, así que decidió mentir.

- Sólo a leer un poco, nada del otro mundo.- dice con una pequeña pero falsa sonrisa.

-No hay problema, soy una chica invisible.- Le dijo sin sarcasmo, no le interesaba destacar y se sentía orgullosa de no hacerlo.

-Soy Elianne Noir.- Respondió ella, analizando al chico. ¿Quizá tendría su edad? ¿O un poco más mayor? Tenía ese dolor en la mirada mal disimulado, que parecía tener tintes de odio. -¿En qué casa vas? Me suenas pero... No te situo.-

- ¿Sí? Bueno, pues yo estoy escribiendo mi diario secreto en el que cuento que estoy profundamente enamorada de Draco Malfoy, Harry Potter... Y... Mmm... Tú.- Dijo con palpable sarcasmo y un afán bromista. Sonrió enseñando sus dientes relucientes mientras cogía la libreta en la que apuntaba lo que realmente opinaba y se la enseñaba sin abrirla.- Si vas a mentir no insultes mi inteligencia. Es evidente que no habrías venido aquí si no se tratase de algo importante. Me parece, si me dejas decir algo, es que es relacionado con la guerra de Mr. Voldy y sus amigos. No sé si lo sabrás pero lo que se dice aquí no se puede decir fuera, porque es la sala de la libertad.- Elianne debería callarse más a menudo. A veces le salían esos discursos tan... Extraños, como un acceso de locura. Sacudió la cabeza y desvió la mirada, incómoda.

El chico comenzó a prestarle más atención a lo que decía la chica, hace unos momentos sólo se limitaba a mirar los recortes de la mesa y escuchar los comentarios, sin darle mucha importancia.

- Ahorrate tú burla, ya, no encontré manera de mentir.- dice decepcionado, si la hubiera visto sentada allí antes de entrar seguramente se le hubiese ocurrido algo - Sí, es sobre él, y bueno... Busco pistas sobre Albus Dumbledore, pero siempre una nueva noticia arruina mi hipótesis, seguramente estas ratas periodísticas no se cansan de inventar para poder atraer a la gente con sus mentiras.- recriminaba molesto, mientras ponía las cédulas de los posibles Mortífagos arriba de sus piernas, y las iba pasando mientras las ojeaba.

- Soy un león.- comentó a la pasada y sin ninguna expresión en su rostro, la verdad lo que menos quería era empezar una discusión como ya era habitual cuando se encontraba con una serpiente con complejos de superioridad.

-Lo lamentaría, pero es una mala costumbre.- Comentó sonriente, este chico estresado la ponía de buen humor. -No es que me hayas pedido mi opinión pero, si buscas información sobre el viejo, deberías mirar en las biografías viejas, preguntar por ahí (ya sabes, el boca-oido siempre es eficaz)... No lo sé, si a mi me interesara no me fiaría de las nuevas noticias: son una maldita basura.- Elianne era plenamente consciente de que al chico le daba bastante igual lo que ella opinase pero, ¿qué más daba? Tampoco era como si lo fuera a ver otra vez, hogwarts era enorme.

-Soy hufflepuff, un placer- Respondió, desconcertando al Gryffindor que probablemente la tendría como Slytherin, con buenos motivos.

Elianne se fijó en lo que tenía regado por la mesa ¿Ese era el hombre que iba a visitar tantas veces a su padre? ¿Y aquel era su padrino? Mortífagos. Todos ellos.

-Te faltan muchos- Reflexionó. ¿Cómo era posible que un crío tuviese tanta información?

De nuevo, como ya era habitual en esta situación, Cedric casi pasó de todo lo que ella le decía, hasta que un comentario interesante hizo que la mirara, con sólo una frase logró que el chico levante su mirada con atención.

- ¿Qué sabes tú de los Mortífagos?.- dice preguntándole.

No sabía bien las intenciones de Elianne, quizás era mortífago y no lo sabía, así que según que le respondiera él podría sacar sus propias conclusiones.

-No soy una experta pero al parecer sé más de lo que tú sabes. Sólo tienes a los mortífagos más conocidos. ¿Y los que hacen el trabajo sucio? ¿Y los espías? Te faltan, niño, te faltan.- Respondió como una buena Slytherin, dando información sin realmente darla.

"Suponía que no era el único estudiante con información pero... La forma más sencilla de saber sobre mortífagos es conover a uno. Esta chica me sienta mal." Piensa Cedric al mirarla un poco desconcertado.

- Bueno, digamos que esto es muy sencillo; si sabes algo y no quieres darme información es o porque tienes algún familiar/amigo dentro del círculo de Voldemort o estás de su lado.- dijo sin pelos en la lengua.

Luego bajó instantáneamente la mirada hacia las cédulas, y siguió repasando los nombres.

-No se puede decir que Voldy y yo seamos buenos amigos, la verdad. No entiendo su forma de razonar. Y ¿por qué habría de decirte nada? No es productivo.- Respondió ella, abriendo su libreta y releyendo a los afectados por mortífagos. Se le había ocurrido que quizá por eso el niño quería saber sobre los mortífagos, seguramente tenía una historia trágica y triste. Los humanos nunca actuan por altruismo, ni siquiera los gryffindor.

Claramente negó tener algun tipo de relación con el Sr. Tenebroso, dejando abierto el tema de si tenía algún parentezco con algún mortífago, no había duda que así era.

- ¿Qué quieres?, vamos, todos queremos algo.- dice tratando de encontrar algún tipo de acuerdo, necesitaba saber todo lo posible sobre los traidores.

-¿Qué me puedes ofrecer? ¿Nada? Quiero... información. ¿Cómo funciona la orden? ¿Quién la compone? ¿Aceptan a nuevos integrantes? ¿Qué... está sucediendo? Como eres un crío veo improbable que tenga esa información.- Respondió Elianne. ¡Lo había encontrado!

Familia Blair: Padres asesinados por mortífago "x"

Bueno, ciertamente no se sentía mal por haber pensado lo peor pero... Elianne tenía algo parecido a la conciencia.

- Veo de que viene todo esto, no creo que quieras precisamente unirte a la órden.- dice negando con la cabeza.

- Y no me subestimes, es cierto esa información no la tengo, pero puedo conseguirla.- aclara apoyando ambas manos en sus rodillas, esperando su respuesta.

Si había conseguido información desde el Ministerio sobre los mortífagos, ¿Qué tanto más le costaría conseguir sobre La Órden del Fénix?

-Mira niño, no me vengas con prejuicios a estas alturas sobre lo que quiero hacer o no porque (a) no me conoces de nada y (b) aunque lo hicieras no te diría lo que voy a hacer.-Respondió Elianne, con una mirada helada. Estaba bastante harte de que la gente siempre pensase lo peor de ella sólo por vestir un uniforme distinto.

-Lo que tu digas, si te hace feliz creer que puedes conseguir esa información. Esto es solo la puntita del iceberg.- Contestó, señalando los papeles en los que estaba escrita una información "completa" (sí, claro que sí) de los mortífagos. En esos momentos tenía la ficha de su padre y ni si quiera estaba señalado que tenía una hija.

- Yo nunca te pedí que lo hagas,- dijo Cedric refiriéndose a de que lado estaba - sólo lo afirmé.-

Presta atención a su comentario y se pone a revisar sus apuntes y la información que tenía, ella sabía algo pero dudaba que él pudiera conseguir lo que ella necesitaba, así que Cedric sólo se limitó a tratar de convencerla.

- Escucha, pongámoslo de este modo; sea cual sea el mal que te pese, yo puedo conseguir esa información, la que dices necesitar. Si en realidad la consigo ¿Estarías dispuesta a intercambiar?.- pregunta el muchacho como último recurso.

Si la chica no aceptara, sólo se convertiría en una sospechosa más de mortífago y pasaría de seguir intentando con ella.

-Si lo consiguieras, cosa que veo muy difícil, entonces... - Elianne pensó en su padre, en que si aceptaba el trato lo estaba traicionando, en que si aceptaba el trato sería, tacitamente, sería algo parecido a una doble agente; en que no sabía si estaba preparada para ser una doble agente, o ser de algún lado. Aunque fuera un simple peón... Por el momento. -En ese caso puede.- Elianne respondió así porque tenía claro que el niño no iba a encontrar toda la información necesaria.

Cedric levanta una ceja sin perder ese rastro serio que dejaba su cara al mirarla, se lo pensó un poco y volvió a leer sus cédulas, algunos apellidos de los mortífagos se le hacían familiares, seguramente los escuchó aquí en Hogwarts, y apostaba que serían de estudiantes de Slytherin.

- Bueno, yo voy a seguir revisando esto, con tal que no toques nada no me molesta.-

Comienza a acomodar los papeles de nuevo en esa mesa, leyendo artículo por artículo, buscando algo que todavía no había encontrado.

Elianne se sentó comodamente rodando los ojos, qué creído se lo tenía... ¿Credic? Le daba igual. Se dispuso a apuntar algunos detalles más sobre lis mortífagos cuando cayó en la cuenta ¿y si su padre estaba allí? ¿debería dejar que el chico lo viese o evitarlo? ¿sería una forma de deslealtad? No, no quería saberlo, la verdad. Negando con la cabeza cogió sus cosas, se levantó y le dijo, antes de abrir la puerta:

-Si consigues esa información te diré lo que sé sobre los mortífagos-. Y se marchó.