Esto es una broma, ¿no? [Cedric Blair]

Por primera vez en muchos días el sol había decidido salir, lo que para Arianne significa un montón de dolores de cabeza revoloteando por todo el castillo y los jardines, felices a tal nivel que están a punto de colocarse a bailar. No, no puede permitirse eso, ya bastante tiene con los chiquillos de su casa, que se dan esos aires de superioridad que no poseen, para sumarle a los de las otras casas y sus niñerías.

Asi que sin más preámbulos, toma su bolso y sale del castillo en camino del Bosque Prohibido. No sabe cuanto estuvo caminando, tampoco es que le importe mucho en realidad, pero llegó a las Cascadas. A las mismas en donde conoció a Jacob y en donde decidió ir por primera vez al Londres muggle. Experiencia que no le apetece repetir muy seguido.

A pesar del sol que hay, un viento helado inhibe todo calor que este pueda producir, sin contar a las nubes que de lejos se ven que se acercan; no serán muchos días con el estúpido astro, lo que enciende una pequeña llama de esperanza en el interior de la chica. Cuando vuelva el frío, podrá volver a estar en los jardines, casi en completa soledad.

La chica mira la cascada fijamente y aunque todo pronóstico indicaría que tocar el agua es una locura, Arianne decide sacarse los zapatos, las calcetas y sentarse finalmente a la orilla de la cascada, para colocar sus pies en el agua y poder relajarse aunque sea un poco.

Si había algo que le gustaba hacer a Cedric en pleno invierno, era bañarse en algún lago. Sí, una locura, pero a él el hecho de probar su resistencia y sentir más fluída la circulación de su sangre por sus venas le parecía algo excitante, algo no común. Fué así como él tomó su bermuda, unas toallas y ropa seca para después de salir. Se pensó en ir de nuevo caminando por esos lares, pero tomando en cuenta que el invierno traía consigo tardes más cortas, se decidió en volar por encima de el Bosque Prohibido con su tan querida Nimbus 2000.

Bajó cuando ya se encontraba cerca de la cascada, sólo unos árboles más lo separaban de ella. Allí mismo se cambió, quedandose solamente con la bermuda puesta, y lo demás dentro de su mochila de viaje. Mientras se cambiaba una idea muy loca se le cruzó por la cabeza, y como toda locura, trataría de realizarla.

Se subió nuevamente en su escoba, colgando la mochila en la parte inferior de ella, cerca de la paja. Y una vez preparado, encaró a toda velocidad en el vuelo cruzando los árboles, en dirección al lago. Le llamó la atención ver a una rubia de espaldas, pero nada lo desconcentraría en ese momento. Se fué parando encima de su escoba justo antes de llegar a la orilla de aquella cascada y de un salto seguido de una voltereta, se hundió en las frías aguas, salpicando demasiado a su alrededor. Su escoba junto a su mochila, cayeron en el suelo.

"¿Acaso había pensado en relajarme?", pensó demasíado molesta la rubia al verse toda mojada por culpa de un idiota. Es que simplemente no lo puede creer, cada vez que ella quiere estar sola debe aparecer alguien a arruinarle el momento. Y en este caso, para su mala suerte, fue un idiota. Pasa uno de sus brazos por su cara, quitando el exceso de agua, mientras una de sus manos toca su cabello. "Arruinado" es lo primero que viene a su cabeza y no puede evitar lanzar un lloriqueo infantil, al ver que todo el tiempo que había utilizado arreglándose, era tiempo perdido.

Demasíado molesta, casi colérica por un motivo completamente superficial, mira hacia el agua y espera ver a quién debe asesinar. De verdad que no tendrá piedad, para desgracia del otro ella no conoce esa palabra. Se levanta de la orilla y cuando va por su calzado, se da cuenta que el ente se decidía por tomar aire. La respiración se le atoró en la garganta y tuvo ganas de gritar y maldecir a Merlín y Circe juntos. De cierto modo, lo hizo.

―¿Es en serio? ―exclama a la nada, mirando hacia al cielo, como si este fuera a darle la respuesta y apuntando con sus brazos a Blair―. ¿Acaso me odian? ―Mira de reojo al chico y se da cuenta de lo que está haciendo, por lo que se cruza de brazos y observándolo directamente, agrega, fastidiada―: Hola, Blair, tanto tiempo. Y yo que pensé que te había tragado la tierra, ¡lástima!

La sensación de aquel salto y caer con esa intensidad al agua, había satisfecho al chico, mientras se hacía paso entre las frías aguas con ayuda del mover de sus brazos. Un rato después, cuando el aire que mantenía alojado en sus pulmones se terminó por esfumar, no le quedó otra que salir hacia la superficie, moviendo su cabeza de lado a lado para sacudirse un poco, mientras sus manos ayudaban a su cabello para que vuelva a su estado normal.

Sí había algo que Cedric jamás se hubiese imaginado, sería que aquella chica rubia a la que había empapado por su locura, fuera quien por mala suerte le tocó ser. Arianne Sinclair, mojada de pies a cabeza, lo miraba enfadada, con el maquillaje corrido y tratando de acomodarse el cabello. Seguro esta nueva acción le produciría más odio del que tenía a la chica, pero sin poder aguantarse, el ex-león terminó por echarse a reir, por un muy largo rato.

― No fué intencional eh ― se trataba de excusar, no sabía que era ella aquella rubia, aunque si hubiese sabido... hubiera caído con más fuerza al agua ― ¿Qué me había tragado la tierra? ― repite las palabras de la Slyterhin mientras caminaba hacia la orilla, saliendo del agua ― La tierra toma los desechos, lo que ya no sirve, por eso no me aceptó ― terminó de decir mientras tomaba su toalla y comenzaba a secarse ― Todavía me queda mucho antes de que me trague ― guiñó el ojo divertido al decir esa última frase, dejando ya de mirarla a los ojos, para ahora pasar su vista a sus brazos, los que estaba secando.

Lo ve salir del agua mientras hablaba, y la chica tuvo unas ganas tremendas de lanzarle un Cruciatus para que algo agradable saliera de su boca. Lo observa con sus ojos entrecerrados y con una pequeña mueca en su nariz, frunciéndola, como clara muestra de su molestia. ¿Es que acaso el destino la odia? ¿Cuál es el afán de este en hacerla toparse con Blair en los momentos más inapropiados?

—No te preocupes —comienza a decir entre dientes, mientras toma su bolso y busca el espejo que debería estar en el interior—. Yo te ayudaré a convertirte en desecho, a ver si la tierra termina por tragarte de una buena vez.

Toma el espejo y se mira por unos segundos. El tiempo suficiente para pensar en varias formas de matar a Cedric y que nadie sospeche de ella. Suspira un par de veces con los ojos cerrados, tratando de tranquilizarse pero al verse reflejada con todo su maquillaje corrido, todo intento se fue a pique.

—Idiota —vuelve a susurrar, insultando a su inesperado y poco apreciado acompañante por un motivo que de lejos es demasíado superficial, hasta para ella. Pero ¿qué saca con quejarse tanto? Nada. Sólo le queda volver a arreglarse y tomar sus cosas para salir de ese lugar.

Se sienta en el suelo y comienza con lo suyo, primero el maquillaje, después el cabello. Bufa, al pensar en todo el tiempo que empleará en algo que ya había hecho, mientras mira de reojo al león. ¡Que sí! Para ella siempre será un Gryffindor, por mucho que lleve una serpiente en su escudo ahora. Y estando ahí, tratando de salvar en algo su maquillaje, no puede evitar pensar que habrá hecho él esas semanas sin verse.

—Entonces, Blair, ¿qué ha sido de tí? —pregunta impulsivamente, sorprendiéndose a ella misma. "¿De verdad le pregunté eso?"

El chico continuaba con lo suyo, mientras sólo sonrisas de simple reconocimiento se mostraban en su rostro sobre cada insulto que la rubia le dedicaba. En verdad, ya no le molestaba demasiado que ella lo maldiga, se le había hecho costumbre por así decirlo, es más; sin esos insultos no sería la que es. Levantó un poco su cabeza para verla, largando una pequeña carcajada, en reacción a su primer comentario.

—Sería bueno ver como lo intentas — replica Cedric luego de la risa, tomándolo como una broma, como si en serio ella pudiera convertirlo en desecho.

Lo superficial de su compañera estaba a la vista, no se quería ver despeinada o sin maquillar por nadie, y eso le causaba gracia al chico. Sabía que la serpiente haría hasta lo imposible para mantener su ego allí, en lo alto; así que no tenía porque molestarla, que se maquillara tranquila.

Cruzado de brazos la miraba, siempre con su sonrisa en evidencia, y más aún cuando escuchó aquel "Idiota" salir de ella.

—Yo también te quiero — respondió nuevamente divertido, bromeando con la pobre chica.

Lo que si - luego de esa situación - Cedric no hubiese podido imaginar, era la pregunta que Arianne le había hecho, ¿Qué fué eso?, no lo sabía muy bien, pero que más daba, él también sentía interés en saber que había sido de la chica en aquel lapsus. Abrió los ojos bien grande para después responderle.

—Mucho estudio, trabajo y entrenamiento — lo pensó por un momento y luego se rectificó —Ya, falté a cuatro clases porque se me apetecía fumar — ahora, más tranquilo con su conciencia, le redirigió la pregunta —¿Y contigo? ¿Qué ha sido, payasito? — se burla de su ahora maquillaje y espera su respuesta, atando la toalla a su cintura.

—Sería bueno ver como lo intentas —refunfuña, repitiendo lo dicho por Cedric y actuando infantilmente—. No me tientes, Blair. —Sigue hablando entre dientes, conteniéndose de decirle alguna barbaridad; y pensando, aunque no quisiera, que con ese chico actua algo infantil. ¿Algo? más bien demasíado, él tiene una facilidad increíble de sacarla de sus casillas.

Había actuado indiferente desde que había lanzado la pregunta, hecho que aún rondaba por su cabeza. ¿Por qué había dicho eso? No tenía idea, y si es sincera consigo misma, no quiere saberlo tampoco. Blair comienza a hablar y si las miradas matasen, él hubiese caido muerto en el momento que soltó ese "apodo" a la chica. "¿Payasito? ¿Es en serio?" piensa, mientras apretaba su mandíbula con fuerza y su mano se cerraba alrededor del espejo. Arianne sólo se limitó a respirar un par de veces antes de responderle.

—Payaso tu que te ríes de esto —susurra con un pequeño mohín, sin la intención de que el otro Slytherin la escuche. Sigue por un momento con lo suyo sin responderle de inmediato, sólo cuando vio que su maquillaje estaba en su lugar volvió a mirar al chico—. Pues lo de siempre, Cedric —comienza a hablar, poniéndose de pie, para tomar su cabello en una coleta alta. Ya luego lo arreglará—, ir a las tan divertidas clases —dice con un tono falsamente ilusionado—, hacerle la vida imposible a los impuros y jugar con algún que otro sangre limpia.

Nada fuera de lo común, pero todos extremadamente aburridos.

Las primeras palabras de la chica hicieron que Cedric mal pensara, sí, no era raro en él, pero con Arianne nunca le había sucedido, todo lo que ella decía siempre lo tomaba de un sólo modo, bien directo.

—No planeaba hacerlo, ya me has visto antes sin remera — sigue en plan de broma, dejando en claro de que manera mal interpretó lo dicho por la rubia.

Se mantenía en la misma posición, de brazos cruzados viendo como Arianne se arreglaba, por dentro pensando en lo malcríada que debe ser esa chica, lamentándose profundamente por el pesar del padre.

Ve como ella se pone de pie, ya cuando su maquillaje en mayor o menor medida estaba correcto y comenzaba a sujetar su cabello en una coleta. Escuchó lo que tenía para decirle y pasó su mano por la nuca, sentía algo de comezón.

—Muy divertida tu vida, la verdad, te envidio — la cuota de ironía en su voz era notable — No me vas a guardar rencor por lo de recién, ¿o sí?, vamos, fué divertido verte sin esos kilos de polvo y maquillaje — agrega riéndose, no podía superar esa situación.

En verdad era hermosa, sí, y sin maquillaje eso no cambiaba mucho, pero le divertía el hecho de que le preocupase tanto.

—Y no sólo he visto, cariño —le responde casi inmediatamente, para luego guiñarle un ojo y sonreír ligeramente—, sino que he comprobado por mi misma —continua hablando, mientras coloca sus manos en su cadera—, que lo que se muestra está bueno.

Arianne quería reir, por lo que antes de hacerlo decidió por morder su labio inferior y mirar a Cedric de forma inocente. Como muchas cosas que le pasan cuando se encuentra con él, no supo el por qué le dijo eso, sólo lo hizo y no le queda de otra que encogerse de hombros y esperar que Blair no saliera con alguna otra cosa que la lleve a hablar más de lo que deberia.

—¿Y por qué deberías envidiar mi vida? —le pregunta con tanta ironía como la que él usó cuando habló—. Si el saltarse las clases para quedarse fumando hace que mis aventuras sean nada en comparación a las tuyas.

Lo mira seria, tomándose un tiempo para poder responder, lo que siguió a la burla de lo fantástica que es su vida, como es debido; es decir, sin desear lanzarlo al agua y que se desnuque cuando caiga.

—No —dice como si le estuviera hablando a un niño, moviendo sus manos para llamar su atención y que de una u otra forma no se desconcentre—. Esto... fue infantil, cariño —lo mira a los ojos y sonríe de medio lado, sugerente—, divertido es lo que ocurrió en las cocinas, en donde si mal no recuerdo, no te molestaron para nada esos kilos que polvo y maquillaje.

—Ya, ya — contesta rápidamente el chico riéndose por la extraña y repentina 'bondad' de Arianne —vaya, mira, eres toda una dulzura — dice, ráscandose el hombro sin sacar de esa posición sus brazos, cruzados —, mucha bondad de repente, parece que te hice falta estas semanas, linda — sonríe, dejando en claro que la falta de su constante molestia puede haber afectado a la chica.

Instantáneamente, Cedric, se lleva ambas manos a la nuca, para estirarse un poco y, luego, un bostezo se dejó escuchar en él. No había dormido lo suficiente, bueno, casi nunca lo hacía. Sabía que de Arianne Sinclair, mucha bondad no se podía esperar, así que sospechaba que trajera algo entre manos, una venganza por lo de recién, quizá.

—Porque sí, rubia, pagaría para ponerme sólo un día en tu lugar, ¡cuanta emoción! — exageró el Slytherin, haciendo oídos sordos al comentario que le siguió.

Luego, la serpiente comentó algo que hizo sobresaltar un poco a Blair, 'lo que ocurrió en las cocinas'. Sí, no era algo que fuese a olvidar tan fácil, realmente le había gustado y era algo que repicó y volvió a aparecer con frecuencia en su cabeza por estas semanas que no se habían visto.

—¿En las cocinas? — se lleva una de sus manos al mentón, haciéndose el que intenta recordar, sólo para fastidiarla un poco — Ah, sí, fué divertido, tienes razón — muestra su opinión a la chica por lo que continua — ; ¿llevabas maquillaje?, joder, te juro que ni lo había notado —

Se ríe, como si eso hubiera sido algo verdaderamente relevante aquel día.

Arianne lo mira arqueando una de sus cejas y sonríe divertida. Es más, estuvo tentada a reír, pero era a Cedric Blair a quien le celebraría una broma, el chico que no le creería su buen humor aunque ella estuviera bajo los efectos de la pócima del Veritaserum. Ante aquel pensamiento sintió como un frío recorría su espina dorsal. ¡Vaya! Si sigue así tiene un grave problema que tendría que solucionar… algún día… pronto quizá.

―Bueno, Cedric, no te creas taaan importante ―le dice con una sonrisa, mientras se acerca al chico―, que tu no conozcas mi lado bueno, no significa que no exista. ―Hace un pequeño puchero antes de sonreír un poco―. ¡Qué mala imagen tienes de mí, cariño! Y yo que trataba de ser agradable apesar de que tu seas un mal educado.

"Já, hacerme falta. Sí, claro, cuando yo acepte que extraño a Blair, el Señor Tenebroso será..." Pero detiene su idea al darse cuenta el camino que esta va tomando. Frunce el ceño levemente, confundida, y se cruza de brazos otra vez de una forma defensiva. En ningún momento su mirada se alejo del Slytherin, como una muestra de superioridad. Sí, había vuelto aquella faceta arrogante y que el chico conoce tanto para su desgracia.

―De todas formas da igual si lo recuerdas o no ―dice con voz fría, saltándose aquel comentario acerca de su vida, podrían estar horas discutiendo aquello y si se es sincera, lo que menos le apetece es perder el tiempo en alguna estupidez como aquella―. Eso fue una verdadera... ―comienza a hablar, tratando de convencerse a sí misma―: tontera, sin importar si fue divertido o si yo llevaba maquillaje. ―Se encoge de hombros, mostrándose indiferente a la situación, apesar de que lo que está diciendo ni ella está cien por ciento segura de que sea así.

Muerde su labio y mira hacia la cascada. Ni siquiera sabe porque dijo todo eso, lo más normal en ella es actuar como si nada hubiese pasado, molestarlo si es necesario pero... bueno, Arianne tiene que ser sincera consigo misma, puesto que nada es normal con Blair. Entre toooodoos los alumonos de Hogwarts, justo él debe complicarle la existencia de aquella forma.