Incidente con las ranas (Evelyn)

Michael iba hacia la sala común luego de recibir una encomienda de sus padres en la lechuceria, otra vez le habían mandado un paquete llenos de ranas de chocolate, todas las semanas le mandaban uno y aunque le gustaran, el hecho de comerlos tan seguido hacían que terminara regalándolas a sus amigos o con quien se encontrase por ahí.

El chico caminaba por los pasillos de Hogwarts tranquilamente, simplemente por gula y por curiosidad, quería ver que personaje famoso había venido en una de las ranas, decidió abrir uno de los chocolates. La rana de chocolate al verse liberada dio un largo brinco, escapándose de las manos del Ravenclaw y yendo a parar al cabello de una chica pelirroja que se encontraba pasando por ahí.

Michael se maldijo a sí mismo, siempre le sucedían estas cosas con las ranas, ya era la segunda vez este año:

- Lo siento – dijo el chico, al darse cuenta la chica no era una desconocida, sino una amiga de él que no la veía hace un tiempo - ¿Evelyn? Hola ¿Cómo estás? – le preguntó entusiasmado.

Evelyn paseaba lentamente por los pasillos, no era raro verla así, le gustaba tener sus momentos de soledad, y pensar en temas, importantes, al menos para ella.
Apenas había gente por allá, por lo que se asustó al sentir que algo caía sobre su cabeza.
Dijo algo en voz baja, haciendo una mueca de enfado y se llevó la mano a la cabeza, para descubrir que se trataba de una rana de chocolate, lo que la habia liberado de sus pensamientos.
En ese momento oyó una voz familiar. Miró al joven, y le dedico una sonrisa, algo raro en ella.- Vaya, Michael... ¡Hola! Creo que esto es tuyo- Dijo señalando la rana de chocolate-Yo.. Yo estoy bien... ¿Y tu?... Hacía mucho tiempo que no te veía...

El chico le sonrió, se sentía bien al encontrarse con una amiga que hacía tiempo que no la veía por el castillo – Yooo… estoy bien – dijo mientras tomaba la traviesa rana entre sus manos para que no vuelva a huir y se metía la cabeza de la rana a la boca – acabo de recibir una encomienda de mis padres – dijo mostrando el paquete donde habían cantidad de chocolates – creo que mi madre sigue con la manía de mandarme golosinas, ¿quieres una? – le ofreció una rana de chocolate acercando el paquete hacia su amiga.

- Qué curioso, estamos en la misma casa y no he tenido la dicha de verte muy seguido – le dijo apenado - ¿Qué has estado haciendo ahora último?

Observa como se mete la cabeza de la rana en la boca, y luego dirige la mirada hacia el paquete que Michael acaba de recibir.
Niega con la cabeza cuando el chico le ofrece una rana chocolate -No.. No gracias Michael.. No tengo hambre- Se retiró un mechón de pelo del rostro mientras le mira, en silencio, escuchando sus palabras.
-Tienes toda la razón, apenas nos vemos. Ultimamente, tengo la mente demasiado ocupada como para dejarme ver por la sala común-Sonríe levemente mirando hacia otro lado-¿Qué has estado haciendo tu..? Se mordió el labio inferior al terminar de hablar.

El chico cierra el paquete, con una era suficiente para él. Michael escucha atentamente a su amiga, pues tenía razón, si uno deseaba estar concentrado o pensar en cosas importantes, el lugar menos indicado era la sala común, había mucha gente ahí, todos hablaban, hacían bromas, etc.

- ¿Yo? – dijo el chico pensativo – nada fuera de lo normal, yendo a clases – le dijo – molestando a algunas personas que conocí – cuando el chico decía molestar no se refería a hacer sentir mal al otro sino a hacerle bromas de buen gusto, según él.

Michael miró la envoltura de la rana de chocolate para ver que cromo contenía, era un mago de cabello largo que sostenía una guitarra - Tremlett Donaghan – dijo el chico – se la daré a mi hermanito – dijo mientras se guardaba el cromo en el bolsillo.

Le mira de nuevo, sonriendo y se cruza de brazos, apoyando la espalda contra la pared.
-A clases.. Claro, es lo normal... Yo, sinceramente, ultimamente apenas voy a clase- La chica suspiro sin retirar la mirada de su compañero -¿Molestando? ¿A quién? Alguna chica en tu corazoncito, eh Michael -Le guiña el ojo con complicidad

Miró como guardaba el cromo, y nombraba a su hermano Tu hermano.. ¿Está bien? Hace tanto que no hablamos... Que es casi como si nos volviesemos a conocer... Me ha alegrado mucho verte

El chico prestaba atención a su amiga, ¿Por qué no estará yendo a clases?, se preguntaba, luego escuchó lo que le dijo sobre una chica, sintió como su rostro se calentaba, ¿estaría rojo en ese momento?, ojala no, no le gustaba ponerse rojo – podría decirse que si – dijo algo confundido – solo que ella aun no lo sabe – dijo el chico que por ahora se había dedicado a ser su amigo.

No podía con su curiosidad así que le preguntó - ¿Por qué no estás yendo a las clases?

- Es cierto hace tiempo que no nos vemos, a mí también me alegra mucho que te haya encontrado por aquí – la miró sonriente – mi hermano está bien, todavía le faltan cinco años para que recién pueda entrar a Hogwarts.

Miraba a su compañero mientras hablaba, y sonreia. Pudo notar como se sonrojaba levemente al oír la pregunta y eso hizo que volviese a sonreir aun mas.
-¿Aun no lo sabe? Deberias decirselo, Michael- Se acerca hasta el para mirarle de cerca, sonriendo

-Veras... No estoy pasando buenos momentos ahora mismo, voy mucho a Londres, mi padre está enfermo. No puedo concentrarme en mis estudios, aunque sean importantes- Bajó la mirada suspirando

-Pero, no te preocupes, todo está bien- Volvió a mirarle, esta vez algo mas seria

- Se lo diré pronto, en cuanto me arme de valor – le dijo Michael mientras miraba el suelo, sabía que la chica que le gustaba era un “poco” difícil de tratar – y ¿tu? Algún galán por ahí? – le preguntó mientras levantaba las dos cejas.

Al escuchar los problemas que pasaba su amiga, él se preocupó – Lo siento sobre lo de tu padre – le dijo su cara había cambiado – en serio, espero que mejore pronto.

El Ravenclaw estaba consternado por la situación de su amiga, no sabía qué hacer – Eve, ¿hay algo que pueda hacer para hacerte sentir mejor?

Miraba a Michael con atención, escuchando sus palabras, y le dedicó una sonrisa cuando le preguntó sobre algún chico -Ninguno, querido... - Miró hacia un lado, para volver a mirarle cuando habló sobre su padre

-No te preocupes, todo está bien... -Sonrió con algo de tristeza mientras le mirada -No hace falta que hagas nada, de todas formas, te lo agradezco de corazón