Jugando (Nessy)

Otra vez me había pasado. Las malditas escaleras mágicas me habían llevado a un lugar que no conocía. Mira que llevaba ya bastantes años en el colegio para saber lo que me esperaba pero seguia apareciendo en sitios a donde no quería ir. Y encima la escalera había vuelto a su lugar de origen y no me había dado tiempo de volver sobre mis pasos.

- En fin... - suspiré mientras me colocaba mi corbata del colegio, la cual se me había ido desatando poco a poco a lo largo del día - Como las dichosas escaleras tardan un rato en volver daré una vuelta por aquí o algo...

Al poco de recorrer un pequeño pasillo me encontré (de nuevo) con unas escaleras. Esta vez en forma de caracol.

- No pierdo nada, supongo. - dije para mi mientras mis pies se posaban en el primer escalón.

Tuve que dar varias vueltas hasta que llegué arriba del todo y para mi sorpresa descubrí que no estaba sola.

Me encontré a un chico. No le había visto nunca. Creí verle haciendo un hechizo que no conocía. Parecía que estaba manipulando humo y con él estaba haciendo formas. Formas en verdad, pensé mientras me encontraba cautivada por el movimiento de su varita y el humo aquel, cambiando de forma constantemente, formas que me parecieron fascinantes.

- Serían formas mucho más bonitas si tuvieran algo de colorido. - me atreví a decir en voz baja y algo queda, con miedo a que le pudiera molestar o algo.

OFF: Siento muchísimo la tardanza T_T! Y espero no ser muy cutre XD no se me ocurrió nada mejor
Por cierto, la estructura del colegio la tengo algo liosa en mi cabeza XDDD no sé si se puede llegar a las torres por las escaleras esas

[OFF: Descuida xD, aquí nada tiene sentido, jajajaja]

ON:

Me encontraba concentrado, cuál director de orquesta a mitad de su espectaculo, creando diferentes formas y criaturas, las cuales se revoloteaban con elegancia en el despejado cielo azul, aquello me tranquilizaba y me gustaba, más que un ataque o una defensa, yo consideraba aquella magia de manipulación, como un arte.

Grande fue mi sorpresa cuando escuché detras de mí una voz, una voz suave y delicada, la de una chica, me dí media vuelta despacio, y en lugar que las formas se desvanecieran, continuaban volando las diferentes criaturas y figuras de humo.

-Ya lo creo... Pero para eso se necesita tiempo y bueno... estar completamente bien.-Añadí con un suspiro, viendo que se posaba sobre mi cabeza un pequeño fenix negro, con aquello, simplemente sonreí.

-¿Te gusta?-Pregunté, levantando mi mirada lo más que pude hacía el fenix de humo, que con un buen detalle, parecía casi real, y con la luz del día, se veía aun mucho mejor.

La mirada de aquel extraño chico me resultó algo meláncolica. Pensé que quizá había pasado un mal día o algo así. Pero sus palabras me lo parecieron aún más. Me sentí mal por un instante al haberle obligado a hablar de algo que, lo más seguro es que no le apeteciera ni recordar, menos hablarlo con una persona con la que no había cruzado nunca palabra. Estuve a punto de disculparme cuando ví como el humo y las formas que aún seguían acompañandonos se convertían en un bello fénix. La primera vez que tuve la oportunidad de ver uno de ellos fue en el despacho de Dumbledore. Era mi segundo año y me había metido en un pequeño lio relacionado con un pequeño hechizo que resultó liar un pequeño desastre. Escuché que el creador de esa hermosa criatura me preguntaba si me gustaba.

Me acerqué despacio hacia él, respetando las distancias de seguridad para que no se sintiera amenazado, ya que había sido yo la que había irrumpido allí de repente como quien no quiere la cosa.

- Es muy bello - dije en baja voz, atreviendome a acercarme más. Intenté posar mis dedos en aquella increíble forma. Tal y como pensaba el pequeño fénix se deshacía entre ellos. - Me encantaría poder ayudarte a darle color - le sonreí timidamente - Todo el mundo se merece un poco de luz en su vida.

OFF: Espero que sea suficiente por haberte hecho esperar U_U

[OFF: Descuida xD]

Aquella chica se acercaba con paso lento, por un momento pensé que me miraba como una especie de animal desamparado o algo así, no me gustaba dar lastima, mucho menos llamar la atención, yo era sencillo y modesto, a pesar de ser un sanguinario mortífago, que mataba a sangre fría, pero no con la maldición imperdonable.

-Gracias, me alegro que te guste.-Respondí a su primer cumplido.

Fue unos momentos despues, que ella intentó tocar en vano el fenix que se posaba sobre mi cabeza, sonreí con calidez a sus palabras y mire de reojo, formando en el cielo un dragón de humo, que se movía de manera elegante y gracil.

-Te lo agradezco, pero descuida, no es nada grave... Despues de todo, despues de la tormenta, viene el sol, y mi tormenta ha terminado ya.-Respondí con una sonrisa tranquila.

El fenix sobre mi cabeza, pareció soldificarse aun más, su apariencia era exactamente el de uno real, e incluso irradiaba calor, había convertido aquella nube de humo, en una criatura casi real, pero de oscuros colores, lo cual le daba un aspecto majestuoso, pero siniestro.

-Intenta acariciarlo de nuevo... Quizas ahora lo sentiras un poco más real.-Susurré, mientras el fenix sobre mi cabeza, se movía como uno real, observando fiamente a la chica.

Al escuchar su respuesta me sentí avergonzada. Vaya, ya me había sentido así dos veces en un día, no es que fuera propio de mi. Solía tener una gran confianza en misma. No me achantaba fácilmente. Pero lo que hice era cosa de los Hufflepuff. Nuestro sello. Eso de creer que todo el mundo necesitaba una mano que le ayudara y el pensar que nosotros con nuestra entereza podríamos hacerlo. En cierto modo nos creíamos más nuestras capacidades que los Ravenclaw y Slytherin juntos. Intenté entonces darle más espacio por lo que sólo dije:

- Ese es el espíritu - asentí levemente a su comentario - que lo creas tu es lo más importante.

El fénix de humo creado anteriormente por el chico empezó a coger más fuerza. Me ofreció que lo tocara de nuevo, que lo sentiría más real. Estaba segura de ello así que lo hice, valorando el esfuerzo que había hecho por mi querer infantil de tocar el animal de humo. - ¡Increíble! - exclamé muy sorprendida al ver que el hechizo que hubiera hecho él tuviera tanta fuerza que hasta consiguiera irradiar calor - Debes tener un gran potencial al poder conseguir esto - le comenté mientras acariciaba despacio al pequeño fénix por debajo del pico - Parece uno de verdad - esbocé una gran sonrisa al ver que este, agradecido, me daba toquecitos en la mano con su pico.

Su respuesta me sorprendió tanto como me inspiró confianza. Ese tipo de pensamiento no era propio de los inteligentes Ravenclaw, ni de los valerosos Gryffindor, para menos ser de los creídos Slytherin, que creían que sólo su presencia era un regalo para todos los que estaban a su lado, aquellos que pensaban que sólo la genialidad y los dones de nacimiento eran dignos de aquella privilegiada casa y que el esfuerzo y la constancia no eran virtudes que importasen entre las serpientes.

- ¿No serás alumno Hufflepuff, verdad? Porque si lo eres mi sentiré muy mal conmigo misma por no recordarte entre mis propias paredes - me sonrojé levemente al pensar en que esto pudiera ser posible. Nunca había sido persona de olvidar una cara. Pero como aquel chico no llevaba la túnica del colegio, pensé que tampoco podía hacer mucho más que preguntar y arriesgarme a equivocarme.

Ví que cerraba los ojos de repente y el pequeño fénix tornaba sus oscuros colores a unos muy diferentes. Adquirió unas tonalidades de rojo y amarillo realmente vivas.

Por un momento me quedé sin saber que decir. Sentí que lo había hecho sólo por mi petición de antes. Así que no pude más que sentirme agradecida al pensar que le podían haber pasado un montón de cosas desagradables y difíciles de recordar pero que no le importaba esforzarse por una persona que acababa de conocer.

- Ahora si es como un fénix lleno de vida - aplaudí emocionada de manera un poco infantil.

Jugué un poco con la criatura cuando me dí cuenta de que ni siquiera me había presentado. Y eso era muy descortés. - Hum, mi nombre es Nessarose, pero me llaman Nessie - alejé por un momento la mano que estaba posada en la cabeza del fénix y la extendí hacía el chico - Encantada de conocer al niño de las criaturas de humo - bromeé.

-No lo soy... Supongo que preguntas por mis palabras, ¿no?... Digamos que soy una extraña revoltura de las cuatro casas, pero he quedado en Ravenclaw, soy más bien un estratega.-Afirmé de la manera más modesta que pude, odiaba sonar presumido.

Cuando el fenix tomó colores, la chica se había quedado paralizada por algunos momentos, sonreí satisfecho de aquello, que a alguien le gustara ver como un poco de humo, podía convertirse en un ave fenix de vivas coloraciones, y lo más curioso, era poder dar dichos colores, aun despues de haber estado encerrado en Azkaban.

-Muchas gracias.-Respondí cuando aplaudió y comentó sobre mi fenix, acto seguido ella se presentó de una manera divertida, que me hizo reir unos instantes-El gusto es mio de que me conozcas y de conocerte, mi nombre es Andrew.-Respondí cortesmente, estrechando su mano e inclinando un poco la cabeza, con dicho movimiento, el fenix dió un pequeño salto, posandose en la cabeza de Nessie, no era para nada pesado, pero su textura era la misma a la de uno real, podía sentirse hasta el calor corporal de la criatura..

Con que era Ravenclaw. Bueno, en verdad era la única casa que pensaba realmente en que pudiera estar mi nuevo acompañante, después de Hufflepuff, obviamente.

El chico Ravenclaw, ahora si que podía llamarle así en mi cabeza, me estrechó la mano, bajó la cabeza levemente y me dijo su nombre. El movimiento que hizo provocó que el fénix se posara en mi cabeza. Me pilló por sorpresa al primer momento pero solté una carcajada al segundo después. El animal era tan simpático como su creador. Bien, he matado dos pajaros de un tiro pensé. Vaya, mala metáfora para este momento.

El chico Ravenclaw que conocía desde hacía un rato se llamaba Andrew. Decidí en ese momento que me caía muy bien.

- Ser una persona versátil me parece importante. En mi opinión, y que esto quedé entre nosotros... - sabía que no había nadie que nos pudiera escuchar pero baje la voz igualmente - el único fallo que le veo a Gryfindor y a Slytherin es que estan demasiado pendientes al peso de su casa, lo que ella conlleva, a ver si me explico - creo que le voy a liar, a ver si soy capaz de explicarme mejor. Carraspeé y seguí intentando explicarme sin sonar pedante ni nada por el estilo - los Gryfindor son valerosos y aunque no lo reconozcan como los Slytherin, tienen esa forma de sobresalir de los demás. Puedes llamarlo impulso o como quieras pero a veces les hace meter la pata y no diferenciarse tanto de las serpientes. Pienso que son tan orgullosos como estas pero no son capaces de admitirlo. En cambio pienso que los Ravenclaw son mejores para adaptarse a cualquier situación, por algo os llaman águilas - le guiñé el ojo juguetonamente y reí después de mi retaíla sin sentido alguno. - De todas formas tampoco me hagas mucho caso, estoy empezando a divagar.