Merodeando y vigilando a los alumnos (Libre)

Tema: Merodeando y vigilando a los alumnos (Libre) Miér Ago 04, 2010 6:26 am

Era un día soleado, pero frío. El viento que se levantaba de entre tanto era frío y golpeaba en mi rostro de una manera testaruda. Vi pasar a unas niñas de segundo, a las cuales sonreí. Para luego sumirme en mis mensamientos, mirando en dirección al Vestíbulo. Paseaba de izquierda a derecha, moviéndome inconsientemente, haciendo frúfrú con mi vestido celeste de bruja, a juego con mis ojos. Pensaba en la clase de Runas Antiguas, quizá debía de darles un trabajo práctico a los chicos, para tener una nota de más. Quién diría que yo terminaría educando en Hogwarts, siempre imaginé con regresar a Francia, pero Inglaterra me acogía muy bien, y ya lo identificaba como un hogar.

Aquel día, estaba de ocioso, y estaba jugando "carreritas" con un cuervo, aparentemente real, yo había subido a una escoba persiguiendo al veloz cuervo, pues la escoba que usaba, era una realmente lenta.

El viento que provocaba, sacudía mi cabello, y me hacía sonreir, como siempre, iba sin uniforme, solo pantalón de mezclilla azul, camisa negra y mi brazo izquierdo vendado para ocultar la marca tenebrosa, aunque decía que siempre me caía o un pretexto barato como ese.

Fue en una vuelta, cuando ví a una mujer adulta, obvio no era alumna, habría problemas... sorprendido, intenté dar vuelta, pero no lo conseguí, y solo comencé a girar descontrolado, el cuervo pasó cerca de la profesora, y despues yo, evitando chocar por escasos centímetros.

Y en una de esas descontroladas vueltas, chocqué con el suelo, la escoba y yo nos separamos, dando varias vueltas en el suelo sin control, hasta que finalmente me detuvé, quedando tendido en el suelo, la escoba parecía que iba a cer sobre mi rostro, pero cayó a un lado mio, hubo un breve silencio y reí emocionado.

-¡Wow, eso ha sido genial!-Exclamé, levantando los brazos.

La paz era irrompible, que hermoso trabajo, por el momento nadie revoltoso. Me equivocaba. En el instante en que voltié en dirección hacia el patio delantero del castillo me encontré a un ave, seguida de un alumno en escoba, que me pasaron a unos pocos centímetros de mí, haciéndome girar sobre mi misma y caer al suelo. Furiosa, pero manteniendo la compostura, me levante y erguí, para luego ver como aquel muchacho se estrolaba contra el suelo, a causa del viento. Corrí en dirección suya, para ofrecerle su ayuda, levantándome un poco el vestido largo para no pisarmelo y caer, saqué la varita de una muñequera especial que usaba para portarla, cubierta por las mangas de la túnica que llevaba encima de la prenda, en caso de que tuviera algo roto, cuando llegué a pocos centímetros decidí hacerme notar, aunque estaba preocupada, un tono de enojo se asomaba por mi voz..

-¿Se encuentra bien, señor....-me asomé para verle el rostro- Ryddle?- pregunté, agachándome junto a el para berificar que estuviera conciente. Cosa que me confirmó al reírse, seguida de su exclamación.

-No le veo lo divertido, sé, conozco y comparto su afición hacia la adrenalina de volar en escoba, pero pudo haber terminado en el Lago Negro con este viento, debe ser más precabido.- le sermonié, y noté que sonaba como una madre, asique me limité a agregar.- ¿Quiere ir a la enfermería?-

Para mi sorpresa, identifiqué que si era una profesora, aunque al momento, no recordaba su nombre, comenzó a darme un sermon, pero en lugar de parecer aburrido, solo sonreí divertido, los regaños no eran mucho a mi punto de vista, solo el reflejo de la preocupación de las personas.

-¡Claro que es divertido!, girar y girar sin control es lo maximo.-Reí, aun divertido del momento.-Mi segundo nombre es "despistado", pero no me han pasado cosas graves, solo mi lesión en el brazo izquierdo, pero no es gran cosa... Y no gracias, no necesito la enfermería por ahora.-Dije declinando amablemente a su pregunta.

-Veamos, si comparte el gusto por el viento, deseo retarla a una carrera por el castillo, usando cualquier cosa que pueda volar... Vamos, sabe que desea sentir el viento y la velocidad, además aun no hay casi alumnos... ¿Acepta?-Dije de manera sutil y tentadora la oferta, poniendome de pie y sacudiendome.

El alumno Ryddle parecía más divertido que adolorido por aquella situación y mencionó algo de su brazo pero salteó el tema, pasándo a un reto, que si bien conocía las reglas de la escuela, era algo demasiado....quebrantador de las reglas, no era más una alumna, adolescente, insesata, asique tuve que mantenerme firme.

-Esta prohibido volar y realizar magia dentro del castillo, y aunque cuando tenía tu edad siempre me gustó volar, no era ni soy para nada competitiva, pero hagamos una cosa para que todos quedemos contentos.- le expliqué mientras me levantaba y guardaba mi varita.- Organizemos una competencia en el Campo de Quidditch...¿Te parece?- le sugerí sonriéndo.

-Trato hecho, profesora.-Respondí asintiendo con la cabeza de inmediato.

Nadie podía resistirse a una carrera en el viento, pero siempre y cuando especificaramos, que se podía usar "cualquier cosa que volara", tendría algo a favor, para poder usar magia en la carrerita que estabamos planeando.

El cuervo se posó en mi hombro y recogí mi escoba, sonriente y sereno, me dolía un poco la rodilla izquierda con ese golpe, pero no era gran cosa y podía ocultarlo, mientras nos poníamos en marcha hasta el campo de Quidditch.

Tras unos pocos minutos, llegamos al campo de Quidditch, desde abajo, era realmente enorme y uno se sentía como hormiguita o aun más diminuto, baje mi escoba al suelo y me dí media vuelta para ver a la profesora, sonriendole emocionado por el juego.

-Hemos llegado... Bueno, se podra usar cualquier cosa que vuele, ¿Qué usara usted, profesora?

Nos dirigimos al Campo de Quidditch, yo me mantenía seria, pero enrealidad estaba tan entusiasmada como cualquier otro alumno. Al llegar a Ryddle le surgió la duda de que utilizaría, yo me limité a sacar mi varita.
Vizualicé a mi Saeta de Fuego, guerdada en un escober y con un movimiento seco de varita conjuré.

-¡Accio!-

A los pocos segundos mi Saeta nueva estaba en mi mano. Guardé mi varita y arrogé la túnica hacia un lado. Monté la escoba y con una patada al suelo me elevé unos cinco metros sobre el suelo.

-Utilizaré mi nueva adquisición...¿Usted?- grité en dirección al alumno.

Mis ojos se abrieron asombrados, era la legendaria Saeta de Fuego, conocida por ser la escoba más veloz del mundo, sabía que con la escoba corriente que tenía, no podía competirle ni por unos segundos, así que la deje ahí en el suelo y con un movimiento, hice que mi cuervo alzara vuelo.

Este se rodeó de una esfera de humo negro, aumentando de tamaño y creandose así un fenix de colores negros y grises, siendo aproximadamente de dos metros de largo, subí a su lomo y me sujeté del cuello de la criatura recien formada.

-Yo usare a mi pequeño amigo, ¿Lista para comenzar, profesora?-Dije un poco desafiante, alzando vuelo a su altura, pero un poco alejado, pues cada ala del fenix medía casi dos metros.

Me hubiese gustado que le tomaran una foto a mi cara cuando aquel ciervo se convirtió en un ave del tamaño de un dragón. Cuando Ryddle me preguntó si estaba lista para comenzar, le miré, sonreí y me acerqué al palo de la escoba, pegándome a el, arrancando de un tirón a toda velocidad, comenzado a recorrer el campo.

Me aferré al cuello de la ave y arranqué despues que la profesora, quien había tomado ventaja, en lugar de seguir en linea recta, fuí ganando altura poco a poco, haciendo que la sombra en el suelo, se viera más y más pequeña.

Al subir unos diez metros, me aferré fuertemente, la gigantesca ave pegó sus alas a su cuerpo y comenzó a girar de manera horizontal, como un taladro, decendiendo en diagonal con más velocidad, al romper con facilidad el viento.

Fueron pocos los centímetros que faltaron para chocar con la profesora, pero cuando parecía a salvo, el ave extendió sus alas, chocando desde abajo con la escoba de la profesora, en un intento de quitarle el equilibrio.

-¡Esto apenas comienza, wuuuuuju!.-Exclamé emocionado.

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