Entrenandome un poco (Robin)

Paseaba. Porque no tenía otra cosa que hacer, así que paseaba por los jardines de Hogwarts. Tenía ganas de ir a visitar al Sauce Boxeador, al menos así me distraería un poco intentando que no me hiciera daño, tenía muy mal genio aunque no sabía por qué. Pero su nombre estaba justificado.

Así, me acerqué a dicho árbol y me quedé pasmada con el chico al que vi, pero qué rápido se movía... No recordaba a nadie así a parte de aquel vampiro cuyo nombre aún desconocía. ¿Pero éste era bueno o malo? Por si acaso, cogí mi varita de detrás de mi oreja y la puse en ristre.

Volví a guardar mi varita al ver que el Sauce lo golpeaba, si era así no podía ser vampiro, el árbol ni lo rozaría. Pero la enorme planta lo estaba azotando en demasía y me estaba preocupando. Di un paso hacia atrás, sobresaltada, cuando el chico cayó a mis pies. Me fui a agachar junto a él para preguntarle si estaba bien pero él me empujó y me caí al suelo mientras él recibía otro golpe por parte de las ramas del árbol.

Me levanté justo cuando él se quitó de la trayectoria del árbol y corrí hacia el chico, poniendo mis manos sobre sus hombros.

- ¿Estás bien? ¿Estás herido?-pregunté alterada.

El chico me tomó por los hombros empujándome un poco hacia atrás y me indicó que estaba bien pero entonces vi cómo un líquido rojo resbalaba por su brazo y caía hasta su mano. Me asusté bastante por su salud.

- ¡Pero si estás sangrando!-exclamé, alarmada al tiempo que volvía a coger mi varita de detrás de mi oreja para apuntar sus heridas sangrantes.- Deja que te ayude.-dije de forma apresurada.

El chico cuyo nombre desconocía no me había dejado curarlo, pues bajó mi varita y se sentó en el suelo, mirándome de vez en cuando. Yo esbocé un ''pero'' con los labios pero no emití ningún sonido y me senté frente a él, frunciendo el ceño con preplejidad, después lo escuché mientras mi boca se abría sola del asombro.

- ¿Pero cómo...?

(Perdona la tardanza, me despisté u.u)

Él se levantó sonriendo y después me respondió. Era sorprendente... ¡Otro vampiro! Pero éste era bueno, me había librado de un golpe que bien podría haber sido letal. Aunque también podría pensar que si yo me salvaba, también se salvaba mi sangre... Me di cuenta de que me había llevado las manos al cuello por inercia, pero enseguida las aparté y las dejé caer a ambos lados de mi cuerpo.

- Curioso...-dije dando vueltas a su alrededor.- Oh, perdón... Me llamo Robin, Robin Sunset Waltz.

Él se acercó a mí y yo me quedé quieta hasta el momento en que me tendió la mano, entonces le correspondió, estrechándosela. Pero después fruncí levemente el ceño al escuchar lo que dijo, ¿Frágil y delicada? Ni que fuera una flor...

- Eh, yo no soy frágil. He venido porque me gusta la compañía del Sauce Boxeador cuando no intenta darme ramazos.-expliqué con un ligero tono molesto.

No me gustó su cara, me daba mala espina, y con razón... Porque se acercó a mí y me empujó por los hombros hacia el árbol.

- No, ¿Qué haces? No, no.-dije con nerviosismo mientras intentaba no seguir avanzando, pero no podía evitarlo, mis pies resbalaban en el suelo ante mi tozudez y la fuerza del vampiro.

Miré con los ojos muy abiertos el Sauce y, casi al instante en que me dejó allí, una rama vino a por mí. Me agaché con un grito y después me levanté muy deprisa.

- Accio Escoba.-conjuré usando mi varita, la escoba no tardó mucho en llegar y salté sobre ella, esquivando las ramas del árbol. Me costaba alejarme de él porque las ramas se entrelazaban unas con otras y me cortaban el paso, así que decidí volar hacia lo alto y a toda velocidad para después alejarme desde allí.

Cuando estuve fuera de su alcance, aterricé y me eché a andar.

- Adiós.-dije con tono molesto y pasé a su lado para irme de vuelta al castillo, escoba en mano.

Estuve a punto de caerme al suelo cuando él tiró de mí pero después lo compensó agarrándome con una mano, la escoba cayó al suelo de todos modos, aunque yo seguí en pie.

Este chico-vampiro está loco.-pensé.

- No he dicho que sea ruda, pero tampoco soy frágil, soy humana. Si me doy con una rama me puedo hacer daño como cualquier otro humano, sea de la edad que sea. Y no me vuelvas a hacer eso.-sentencié. Si yo pensase que era débil no diría lo contrario, pues sería mentir y yo no me llevaba bien con las mentiras.

A veces echaba de menos a la antigua Robin, la que nunca se enfadaba, la que nunca odiaba, pero ya apenas recordaba cuál había sido la cúspide de mi cambio, lo que hizo que yo fuese más... Normal.

- ¡Deja de decir que soy frágil!-me quejé. Pero entonces abrí los ojos de asombro cuando me abrazó, qué chaval más extraño... Me quedé con los brazos tiesos, no podía moverlos por su presa hasta que se separó de mí y me revolvió el pelo. Fruncí el ceño, confusa, y después moví la cabeza de lado a lado.- No te entiendo.

Escuché lo que decía y me froté un brazo, azorada, cuando me dijo que le recordaba a alguien que quería mucho y me sentí triste, mal.

- Entonces eres multipersonal.-dije.- O mejor dicho, eres normal. Todos tenemos distintos sentimientos.

Menos yo, que carecía de algunos como odiar. En algún momento pensé que odiaba a Voldemort, pero no era así, yo era incapaz de odiar.

Me puse de rodillas en el suelo junto a él cuando se tumbó y lo vi bostezar, ahora la que sentía ternura era yo. Le acaricié la frente con una sonrisa y pensé que querría quedarse solo para poder dormir.

- ¿Quieres que me vaya?-pregunté con suavidad, ya no estaba molesta.

Se levantó quedándose sentado al estilo indio mientras me decía que no quería que me fuera. Me acomodé en mi sitio entonces al estilo japonés, aún de rodillas y con las manos bien colocadas sobre mi regazo.

Ladeé la cabeza cuando me dijo que me iba a contar a quién le recordaba y escuché su historia, algo sobrecogida hasta que acabé llorando sin poder evitarlo. ¿Yo le recordaba a su hermana? Por eso le parecía tan frágil... Me mordí el labio inferior y me abalancé hacia él para acortar las distancias y darle un abrazo de apoyo. No dije nada, sólo le transmití lo que sentía en aquel gesto afectivo.

Él me correspondió al abrazo y apoyó su cabeza sobre la mía. Aquel había sido un encuentro un tanto extraño.

¿Y si te está engañando?
No puede estar haciendo eso.
Es un vampiro, puede hacer de todo.
Si tuviese malas intenciones me daría cuenta.-después de discutir conmigo misma durante un rato volví a la realidad y aumenté la fuerza y el cariño de mi abrazo.

- Siempre quise tener un hermano mayor.-murmuré a modo de respuesta.

Permaneció un rato con su cabeza apoyada sobre la mía y después me apartó de él para mirarme a los ojos, aunque yo a él no lo miraba a aquella zona porque estaba acostumbrada a mirar a la boca, siempre lo hacía de manera inconsciente.

Me habló, diciéndome cosas que al principio me hicieron sonrojar pero que al ir terminando empecé a asustarme y a ponerme nerviosa por lo que no le correspondí al abrazo.

- No quiero que te vengues de nadie si me hacen daño.-murmuré con una suave vocecilla.

(Volví, hermanito T___T)

-entonces...prometeme que te cudiaras tu tambien....-

sabia que algo habia sucedido debido a ese comentario, ya que ella no me correspondio el abrazo, asi que yo tan solo la mire unos segundos despues de haber dicho aquel comentario corto, nuevamente la abrazo,puesto que yo no queria dejar a mi "hermanita", ahora nuevamente tenia a aquella persona que me falto durante algunos años....esto seria un gran cambio para mi

(no t epreocupes manita ^^ no hay problema ^^)