Estudio con Robin....

No me gustaba estudiar, pero necesitaba ponerme las pilas, ya había repetido curso y mi hermano estaba bastante disgustado conmigo, no tenia casi amigos, la única persona con la que alguna vez había intentado acércame a ella era Robin, por lo que le envié un pergamino pidiéndole ayuda, me daba un poco de vergüenza pedírsela de palabra...

“Robin, siento mucho el modo... pero me podrías ayudar en los estudios... si puedes y quieres te espero en la biblioteca... si no lo entenderé... Gracias por todo.”

Me sentía avergonzado cuando recordaba la nota... aun no sabia como había sido capaz de enviarla... seguramente no vendría y no me extrañaba, si fuera yo tampoco lo haría....

Había recibido un pergamino de un chico de mi casa que había visto muchas veces en la sala común. Era un chico mayor que yo que había repetido curso, por el contenido del pergamino necesitaba ayuda con sus estudios. Pero él estaba dos cursos por encima de mí, dudaba mucho que pudiese ayudarle, aunque yo leía toda clase de libros.

Le di de comer a la lechuza que me había traído el mensaje para agradecerle tal esfuerzo y luego la dejé marchar. Tendría que comprarme una lechuza muy pronto. Y hablando de mascotas, Luc se me subió a la pierna. Lo cogí en brazos con una sonrisa.

- ¿Tú también quieres venir a estudiar? Pues vamos, pequeñín.-le dije y luego le acaricié con un dedo su aplastada nariz mientras me ponía en marcha. Notaba el suelo más frío que de costumbre, pero ya había salido de la sala común y no quería dejar esperando durante más tiempo a Daniel. Y allí estuve, al entrar a la biblioteca lo vi de espaldas y fui hasta él dando saltitos con mi carlino en brazos. Le toqué la espalda.- Hola.-susurré.

Sentí como alguien tocaba mi espalda y me saludaba, gire la cabeza y la vi, al final había venido, no me lo podía creer, aunque mejor dejaba de pensar y reaccionaba o pensaría que definitivamente era tonto.... “Hola, gracias por venir” me sonroje... Hacia años que no daba las gracias a nadie, aunque casi el mismo tiempo que nadie hacía nada por mí...

Allí estaba Robin dispuesta a ayudarme, aunque me quede un poco extrañado, había traído a su mascota a la biblioteca... bueno era la hora de hablar y de pedirle ayuda sin pergamino, las charlas siempre me daban miedo y más cuando Robin siempre me había resultado atractiva....

Sin darme cuenta me encontraba acariciando a Luc... los animales me trasmitían tranquilidad, después de todo había sido una suerte que estuviera allí con nosotros... “Esto... Gracias por venir, se que eres una buena estudiante.... yo la verdad es que creo que no valgo para los estudios... y creo que podrías ayudarme... aunque seas más chica que yo creo que podrás ser de gran ayuda... y la verdad es que tampoco se me ocurrió nadie mas a quien pedir ayuda...” Hablaba entrecortado... “Lo siento mucho por todo.... ¿me ayudaras?”

Le sonreí como respuesta a su gracias, aunque en realidad no tenía por qué darlas, no tenía nada que hacer y me gustaba mucho ayudar a los que precisaban de ella. Parecía haberse sonrrojado, pero no le di mucha importancia. Estaba acariciando a Luc y éste, como recompensa, intentaba lamerle la mano, esos eran sus besos.

- No tienes por qué darlas, y menos dos veces.-le dije amablemente. Observé su forma de hablar ¿Estaba nervioso? ¿Por qué?

La vergüenza es, simplemente, el miedo al rechazo.-escuché en mi mente. Hacía tiempo había leído un libro de Psicología en el que se explicaban muchas cosas acerca del comportamiento humano en casos de timidez y nerviosismo en las relaciones sociales. Yo no recordaba haberme sentido así, al menos no muchas veces. Cuando estaba enamorada de Alex y cuando lo estuve de Andrew... Aún seguía queriendo a Andrew después de todo... Despejé esos pensamientos de mi cabeza para no ponerme a llorar allí en medio y asentí con la cabeza forzando otra sonrisa puesto que la otra se había borrado.

- Claro, ¿En qué asignatura necesitas ayuda? Espero que no sea en Pociones, porque se me dan muy mal.

Deje de acariciar a Luc y mire a Robin que parecía absorta en sus pensamientos y no parecían que fueran unos pensamientos felices pues aparentaba preocupación... iba a hablar cuando volvió a sonreír aunque esta vez parecía algo forzada...

Me pregunto sobre que asignaturas necesitaba ayuda, la verdad es que menos en pociones que se me daban bien gracias a mi hermano en el resto era un absoluto desastre... “Bueno, creo que haremos buena pareja..... Esto pareja de estudios” trate de decir intentando no pensar en lo que mi subconsciente acababa de decir...

“Pues menos en pociones, creo que en todo lo demás... “ dije bajando la cabeza y la voz... “Lo siento soy un cafre...” en mi mente no dejaba de repetir... un cafre pero de los grandes....

El chico había dejado de acariciar a mi perrito sin que yo me diese cuenta. Luego me respondió a lo que yo le había preguntado y miré a todos lados, llevándome el dedo índice de la mano derecha a la boca. Primero tendría que preguntarle por dónde quería empezar, pero el chico seguía estando nervioso.

Bueno, creo que haremos buena pareja..... Esto pareja de estudios Cada vez me frustraba más, ¿Por qué se trataba así a sí mismo? Negué con la cabeza y suspiré, no estaba conforme con su comportamiento.

- No digas eso, a mí también se me dan mal muchas cosas, como la elaboración de pociones o los duelos. Sé muchos hechizos, pero en la práctica soy muy mala.

Por eso siempre me acaban haciendo daño.-pensé.

- Dime ¿Por qué asignatura quieres empezar?

“Me gustaría empezar por encantamientos… es la que peor se me da…en cuanto a lo otro que me has dicho” tome un poco de aire y sonreí… “Muchas gracias, quizás me exija mucho, o quizás pase mucho tiempo solo sin que nadie me hable con cariño y respeto como lo has hecho tu…”

Volví a acariciar al perrito… “Es un perrito muy gracioso, supongo que será por que la dueña es una estupenda persona… Robin… de verdad gracias por todo, no sabes la falta que me hacia hablar un poco… y ahora contigo me siento cómodo…” Volví a mirarla con una sonrisa “Creo que vinimos a estudiar…”

Asentí de nuevo.

- Los Hufflepuff necesitamos amigos.-comenté y luego sonreí por su halago, me puse un poco roja tal vez pero no se notaría. Luc habría ladrado en agradecimiento pero conocía las normas de la biblioteca y sabía que la señora Pince se enfadaba mucho si alguien hacía ruido en la biblioteca, o si sus libros eran maltratados.- Sí, cierto, cierto.

Fui hasta una estantería donde guardaban libros de Encantamientos y cogí uno que recordaba haber cogido alguna vez, era sobre encantamientos que se enseñaban en sexto curso. Luego volví a donde estaba Daniel y dejé a Luc en el suelo, que se puso a tocar con su patita el pie de mi compañero.

- Señora Pince, me gustaría sacar prestado este libro de la biblioteca.-dije. Ella asintió, hizo su trabajo y me devolvió el libro. Luego miré a Daniel para que me siguiera y salí del lugar repleto de libros, de aquel paraíso. Abrí el libro y vi la inscripción:

"Una advertencia: Si rompes, desgarras, doblas, arrugas, estropeas, manchas, emborronas, tiras o haces cualquier cosa que dañe, arruine o demuestre falta de respeto por este libro, las consecuencias serán tan desagradables como esté en mi poder"

Asentí con seriedad.

Robin había sacado el libro y mientras ella caminaba hacia la salida de la biblioteca yo recogí los folios que tenia repartidos por la mesa y cogí a Luc que seguía en mis pies mirándome con caritas...

No sabia muy bien hacia donde ir, pero una idea vino a mi cabeza, los dos éramos de la misma casa, podríamos estudiar y hablar tranquilos en el salón común de nuestra casa... allí quizás seria capaz de decirle la verdadera razón por la que confiaba en ella y quería pasar tiempo estudiando a su lado...

“Robin si quieres podemos ir a la sala común de nuestra casa....” Su sonrisa parecía estar de acuerdo, por lo que caminamos tranquilamente en dirección a la sala...

“Robin me gusta mucho Luc, es muy cariñoso” dije mientras acariciaba su cuello y veía como movía el rabo...

No podía evitar mirarte con una sonrisa tonta mientras seguíamos caminando por los pasillos, cuantas noches había soñado con esa situación....

Daniel, como supuse, me siguió con mi perrito en brazos, que empezó a morderle la manga de la túnica con intenciones de jugar. Reí un poquito al verlo, era tan bonito... Miré a Daniel cuando me propuso ir a nuestra sala común, yo le sonreí y asentí con la cabeza a modo de afirmación.

Caminé con él hasta la sala común con paciencia y calma, dando saltitos de vez en cuando, era demasiado hiperactiva para ir simplemente caminando durante todo el tiempo.

- ¿Verdad que sí? Supongo que da lo que recibe.-dije sin cortarme, yo lo mimaba mucho, no tenía por qué ocultarlo porque por ello pareciese una presumida. Finalmente llegamos a la sala común y entramos tras decir la contraseña. Entramos y me senté en una de las butacas.- ¿Comenzamos?

Tomé asiento al lado de Robin, deje a Luc en el suelo y saque un papel para tomar apuntes de lo que me explicara…

Mi mirada estaba perdida en su sonrisa y su rostro, desde lejos siempre me pareció guapa, pero ahora que estaba a pocos centímetros me lo parecía aun más…

Me di cuenta que empezaba a mirarme extrañada… “Lo siento, es que creo que tienes unos ojos preciosos y la cara de un ángel… y me preguntaba como habían permitido en el cielo que el más bello ángel se escapara…” no podía creer lo que acababa de decirle, quizás había sido demasiado atrevido, pero era lo que pensaba y sentía…

Parecía que mi deseo de decirle lo que sentía empezaba a ganar la batalla interna al miedo al rechazo de Robin… mis mejillas tomaron un poco de color… aquel silencio me estaba pareciendo tan largo, solo deseaba escuchar la voz de Robin…

Luc volvió a sentirse libre en el suelo y empezó a corretear y ladrar, lo miré llevándome un dedo a los labios para que supiera que debía guardar silencio y él obedeció y se puso a dar pequeños saltitos. Volví a girarme hacia Daniel, que había sacado un pergamino seguramente para tomar apuntes. Lo miré, parecía abstraído y yo ladeé la cabeza con el ceño fruncido.

Me quedé perpleja ante su... ¿Piropo? ¿Halago? Nunca me habían dicho algo así, al menos no un chico cercano a mi edad. Se puso rojo levemente, ¿Por qué se comportaba de esa forma tan extraña? Quizá era tímido... Yo le sonreí y le acaricié la mano que tenía sobre el pergamino con suavidad.

- Dices cosas demasiado bonitas para no tener amigos, eso es porque los demás no te escuchan.

Su mano acariciando la mía era con creces un gesto que ni en mis mejores sueños había imaginado recibir de Robin....

“Robin los demás poco me importan que me escuchen o no, quizás prefiera que solo tu me escuches...” tome un poco de aire y puse mi otra mano sobre la suya acariciándola...

Baje la mirada hacia nuestras manos...“Tienes unas manos tan suaves...” subí la mirada hacia tus ojos... “Soy un chico solitario Robin, no se por que... o si lo se, pero me quiero acercar a ti, me siento especial o distinto cuando estoy contigo...”

Volví bajar la mirada hacia Luc y empecé a acariciarlo, “No tengo miedo cuando estoy contigo...” Sonreí... “Sabes creo que podría ser capaz de hacer cualquier cosa... si tu me lo pidieras....”

Cada vez me extrañaba más por sus palabras ¿Era un Hufflepuff que no quería tener amigos? ¿Al que no le importaba estar solo? Bueno, a mí me quería, pero no entendía por qué... O mejor dicho, no quería entendet la razón de su comportamiento. Me quedé pensativa un rato en el que no aparté la vista de él, estaba ruborizada. Miré nuestras manos pero no me atreví a hacerle el feo de apartar la mía. Volví a mirar su rostro.

- La lechuza no era para estudiar, querías decirme algo ¿Verdad?

Sabía que era extraño que me pidiese ayuda con estudios superiores. Algunos alumnos bajaron de los dormitorios, nos miraron un momento y luego se fueron corriendo de la sala común, seguramente no querían interrumpir.

“Tal vez fuese con doble sentido, si necesito tu ayuda en los estudios, todo lo que te he dicho hasta ahora es sincero, pero también hay otra razón” Tome un poco de aire y baje la mano para acariciar a Luc, eso me tranquilizaba un poco para lo que tenia que decir...

“Robin sabes que los Hufflepuff tienen un corazón puro, el mío no se hasta que punto lo es, soy un Hufflepuff extraño, no se por que el sombrero me puso aquí, pero al verte por primera vez después de varios años en el colegio supe que el conocerte era una razón para ello y desde entonces siempre me he sentido atraído por ti, por miedo nunca me atreví a decirte nada...y la verdad tampoco entiendo por que lo estoy haciendo ahora...”

No sabia como me había atrevido a decírselo, pero estaba hecho, ya solo quedaba que me dijera que ella solo me quería como amigo....

Tal vez fuese con doble sentido... Comenzó mientras acariciaba a Luc, el pequeño perrito se deshizo de su mano para lamérsela con ansia y con gran alegría, estaba muy contento por tanto gesto cariñoso hacia él, yo lo sabía. Luc no podía hablar pero yo sí podía entenderlo a él con una simple mirada, o con su forma de actuar.

Mis ojos se abrieron desmesuradamente por la sorpresa. Lo que me reveló era algo que yo había pensado en un lugar muy interno de mi mente, pero lo había descartado... Yo... ¿Cómo le decía yo ahora...? ¿Qué le podía decir? Yo seguía queriendo a Andrew muchísimo, aunque estuviese muerto. Pero yo... No quería hacerle daño a aquel chico tan tímido y bueno. Yo tenía el presentimiento de que si me dejaba un poco de tiempo podría llegar a corresponderle.

Volví a acariciar su mano mirándola con una expresión de preocupación en el rostro. Pensaba cómo decirle lo que opinaba del asunto, era algo peliagudo, dañar los sentimientos de las personas era algo que no podía permitirme.

- Eres un chico muy bueno y me caes muy bien, por eso me gustaría que me dieses un tiempo para poder corresponderte.-le dije con gesto serio mirándolo a la cara.

La respuesta de Robin fue distinta a la que yo esperaba, no era un Si, pero tampoco era un como amigos... mi cara se lleno de una extraña alegría, Robin seguía rozando mi mano y sentía un calor especial en aquel tacto....

“Robin, no te lo he dicho para que te lances en mis brazos, te lo he dicho por que es lo que siento...No me importa esperar, ya he esperado varios años para sincerarme contigo, creo que la paciencia es algo que tengo innato...” Seguí sonriendo

Cogí una de mas manos de Robin y la lleve a mis labios... “Gracias por ser sincera conmigo...” solté tu mano y me agache para acariciar a Luc, aquel perrito era tan cariñoso y tan simpático, me había encariñado con el...

Me incorpore y mire a Robin... “Creo que vinimos a estudiar, pero creo que podíamos hacer un descanso...” dije poniendo carita de niño bueno...

Su reacción me dejó sorprendida, pensé que le sentaría mal mi decisión, o que no querría esperar un poco, que no me daría tiempo para empezar a quererlo, pero sus palabras me alegraron y emocionaron. Mi cariño hacia él ya había aumentado.

- ¿Un descanso? Ya hemos tenido un descanso muy largo. Vamos, a estudiar, el mundo mágico es un caos, tenemos que aprender todo lo posible.-lo reñí con cariño pero con toda la razón en mi mente. No podíamos dejar pasar esas cosas tan importantes ahora que todo estaba tan descontrolado otra vez.

Sonreí hacia sus palabras, era una chica responsable y sensata, seguro que seria un buen ejemplo en el que fijarme y una estupenda profesora... “Si profesora, como usted mande, mientras me des clase te haré caso en todo... o en casi” añadí con una sonrisa picara...

“Con que quieres empezar....” Dije mientras me agache y cogí a Luc en mi regazo para acariciarlo con una mano mientras con la otra tomaba la pluma para tomar apuntes...

Me sentía tan cómodo ahora que por fin había descargado lo que tanto tiempo había ocultado, que incluso me apetecía estudiar... esa era una sensación que nunca antes había experimentado.... aunque seguramente me apetecía estudiar por que ella seria mi profesora....

Asentí con la cabeza a sus palabras mientras él cogía a Luc y lo dejaba sobre su regazo para seguir acariciándolo con una mano. La otra cogió una pluma. Luc ladró y saltó sobre la mesa con gran agilidad después de mirar hacia ella. Corrió saltando los apuntes y el libro hacia un lugar de la mesa vacío, empezó a dar vueltas sobre sí mismo y luego se tumbó con la mirada cansada. Poco después ya se oía su lenta respiración al dormir.

- Bien, veamos.-abrí el libro por una página determinada y señalé el título.- Transformaciones avanzadas, comencemos.-pasé a leer lo que decía la página y a explicarle en voz alta la lectura.

Robin empezó a explicarme algunos hechizos sobre trasformaciones, algunos los conocía y otros no, aunque la mayoría por no decir todos nunca los había ni imaginado usar por miedo a algún destrozo...

Robin explicaba todo con tranquilidad y con paciencia, me hablaba con un cariño y unas palabras que hacia que hasta me interesara lo que estaba explicándome...

Luc permanecía tumbado y de vez en cuando, cuando Robin hablaba un poco más alto o con un exceso de expresividad abría los ojos nos miraba y se lamía el hocicó, la verdad es que me parecía muy simpático...

“Robin puedo preguntarte cual es la transformación más difícil que has realizado...” antes de que contestara empecé a contarle mi ultimo intento de trasformación... “Mi ultimo hechizo de trasformación fue un desastre, intente trasformar una caja de cerillas en un reloj para regalárselo a mi hermano...” baje el rostro“La caja de cerillas salió ardiendo y con ella una formula de una poción que mi hermano había inventado...”

“Mi hermano no me regaño, quizás el es el único que me ha tenido paciencia...” mire a Robin... “Bueno ahora parece que tu también me la estas dando...”

Le expliqué tranquila y suavemente los hechizos de aquellas dos páginas aunque yo nunca había oído hablar de ellos y mucho menos los había practicado, pero después de leer las explicaciones del libro podía explicárselas como si me hubiesen dado clase a mí anteriormente. A veces alzaba un poco la voz para dar énfasis a algunas palabras.

Después escuché su última pregunta y escuché lo que dijo posteriormente antes de contestar yo. Abrí los ojos desorbitadamente por aquello que había dicho. Con lo que me costaba a mí hacer pociones... De no haber sido por el libro de Snape estaría completamente perdida. Después del asombro vinieron las carcajadas, me había hecho gracia su pequeña historia personal. Noté algo en mi mano, que estaba apoyada sobre la mesa, y cuando miré me di cuenta de que era Luc.

- Oh, perdona, Luc, no quería molestar tu sueño.-dije, lo tomé por el cuello y le di un beso en la frente para después separarme de él y hacerle cosquillas en la tripa.- Yo intenté transformar una piedra en una pluma de pavo real y... Bueno, me pasé.-reí un poco más.- Lo convertí en un pavo entero.

Mis tripas sonaron y las de Luc también.

- ¿Vamos a cenar?

Tras escuchar la palabra cena mis tripas empezaron a gruñir... “ Si vamos....” mire a los ojos de Robin... “Gracias por el estudio, nunca me había sentido tan interesado por estudiar, creo que mucha culpa de eso la tienes tú....”

Mire el reloj... “Si que se hizo tarde, creo que al fin comprendí el dicho de que cuando se esta a gusto el tiempo corre... aunque sea estudiando...” empecé a reírme yo solo, para mi había dicho una incongruencia, estudiar y pasarlo bien nunca habían ido acompañados, quizás conocer a Robin había hecho que muchas cosas de mi vida cambiaran...

“Que te apetece cenar...” dije mientras me acercaba y empezaba a acariciar a Luc...

Salimos de la Sala Común de Hufflepuff mientras hablábamos.

- Estudiar magia me parece divertido.-comenté dando saltitos como hacía siempre, el suelo estaba más frío de lo normal.- Cuando era pequeña leía libros de magia escritos por muggles, ¡Y algunos funcionaban!-exclamé emocionada. Miré a Luc y le sonreí con cariño.- Ve a las cocinas a que Dobby te dé algo rico ¿Vale?-le dije y se fue corriendo tras responderme con un ladrido feliz.

Volví a dirigirme a Daniel para responderle después de llevarme un dedo a la barbilla, pensativa.

- Humm... No importa, cualquier cosa. Tengo mucho hambre...

Me acerque a Robin... “ Me esperas un segundo...” no termine que me respondiera cuando ya había salido corriendo... “No tardo...”

Salí a la carrera por los pasillos hasta mi habitación y cogiendo un par de bolsas con chucherias volví en dirección a donde había dejado a Robin...

“Antes de cenar acompáñame, quiero enseñarte un sitio...” Robin me miraba con cara extraña “No te arrepentirás, te lo prometo... quiero recompensarte enseñándote un sitio que solo yo conozco...”