Dando un paseo por el castillo.

Ya había terminado mi tarea y no tenía ganas de leer un libro, por lo tanto decidí pasear por el castillo, para ver que cosas nuevas podía descubrir esta vez, allí siempre se descubrían cosas nuevas e inesperadas.
Cuando pasé por un pasillo pude ver a Alex apollada en el alféizar viendo hacia afuera. Me quedé obserbando el paisaje que ella estama mirando, era totalmente bellísimo, pero como no quize interrumpirla fuí hasta el gran ventanal que había a unos metros de ella para seguir contemplando ese hermoso paisaje.

Me sobresalté cuando la escuché hablarme a Alex. Luego me reí.
- Es que no quería molestarte, - le dije entre risas, aunque sabía que era una broma. - Que me cuentas ? - le dije dándole charla y luego me quedé analizando la frase que me había dicho, ella me había llamado amiga. Me puse tan feliz que me salió una sonrisa sin darme cuenta.

- No volverá a ocurrir - le dije siguiéndole la broma
- Yo nada trataba de olvidarme, de distraerme...- no sabía si seguir la oración, supuse que me pondría más triste de lo que estaba, así que rápidamente dije otra cosa. - ya hice toda la tarea y terminé los libros que estaba leyendo así, que como no sabía más que hacer, decidí dar una vuelta por el castillo, siempre se descubre algo distinto de este castillo. - e hice un movimiento de manos volteando las palmas hacia arriba señalando el gran castillo.
Luego me senté en un banco que estaba en frente.

- Por ahora van bastante bien, espero seguir así. - dije bromeando a lo último.
- Y que tal las tuyas ? - le dije devolviéndole la pregunta.
No sabía mucho de que hablar.

- Oh, yo también me apunté, supongo que estaremos juntas. - me quedé pensativa acerca de lo que ella me había preguntado. - Creo que se llama Wilde, pero no estoy segura. - Le dije pensativa. - Lo he visto sentado en la mesa de los profesores, y creo que es el, ojalá que sea buena onda. - dije riendome.

Luego miré hacia afuera por el ventanal, desde donde estaba sentada se podía ver la lluvia caer, en ese momento me invadió la melancolia.

- El tiempo está loco, si tienes surte mejora y podrás ir a los jardines. - dije después de su comentario con una sonrisa que no me llegó a los ojos, esperé que no lo notara. Pero lo notó.
- Es solo que... - no tenía idea de por donde empezar. - hoy hace siete años, falleció mi hermanita menor. - En ese momento hice esfuerzo para no llorar, la verdad no quería dar demasiados detalles pero cuando me dí cuenta, las palabras me brotaron en tropel. - Era un día muy tormentoso, yo tenía nueve años. Estabamos en nuestra quinta, un poquito lejos del centro. Mis padres estaban cenando con unos amigos y nosotras estabamos con una señora que siempre nos cuidaba. Le pedimos permiso para ir al mercado, ella nos quería acompañar pero la convensimos para que no lo hiciera. Mi hermanita y yo fuimos al mercado para comprar unos ingredientes para hacer una torta, para comerla esa misma noche, pero cuando fuimos solo lloviznaba y cuando volvimos la tormenta se desató.
´´ Cuando volvimos el pequeño río se había desbordado rompiendo todo el camino y haciendo pozos. Cuando estábamos caminando mi hermanita calló en un pozo. Intenté sacarla pero no llegaba, se le había atorado el pie entre las piedras, entónces le dije que se quedara y que no se moviera demasiado así no se lastimaba. El agua entraba rápido por el pozo así que corrí hasta la casa y le expliqué a Mery, la señora que nos cuidaba, lo que había pasado. Cuando llegamos intentámos sacarla, pero no escuchamos su voz cuando le decíamos que nos extendiera la mano para poder sacarla de allí, el agua ya la había sobrepasado. - En ese momento se me caían las lagrimas por el rostro, pero las palabras seguían saliendo de mi boca. - Me pasé un buen rato llorando al lado de ella, cuando Mery me agarró y me llevó a detro, ya que llovía mucho. Yo no pude parar de llorar esa noche. Y ni bien paró la lluvia, agarré un balde y fui corriendo hasta el pozo, saqué toda el agua que pude, hasta que pude meterme en el pozo y dezatorarle el pie, la llevé en mis brazos hasta la casa, aún llorando. Cuando Mery me vio empezó a llorar ella también.

En ese mismo instante me quedé muda, lo unico que salía de mi eran ríos de lagrimas. Sin darme cuenta sumergí mi cabeza entre mis rodillas subidas al banco. No podía parar de recordar su carita empapada, empapada de lo que la mató.

Cuando me dí cuenta de que me abrazaba para contenerme le dije: - Gracias. - No sé que me pasaba yo nunca me exponía de esa manera ante la gente, pero ese día, siempre era horrible.
Me sequé las lágrimas dispuesta a hacer o hablar de otra cosa, me desaogué mucho contándole la historia a Alex, eran muy pocos a los que se la contaba.

- Podemos hablar u hacer otra cosa, así me distraigo ? - le pregunté, ya no quería llorar más.

- Gracias. - le dije ni bien me ofreció hacer otra cosa.
- No, la verdad no la conozco, pero puedes hablarme de ella mientras vamos para allá. - le dije con una sonrisa, quería hacer algo divertido.
Y me levanté del banco esperándola a que me guiara.

Hay que subir cuatro pisos más pensé, la verdad si no hacías ejercicio con ese castillo subiendo y bajando escaleras, no sé como podrías hacerlo.

- Tú si que eres mala -. le dije frunciendo el seño, en forma de burla. Conocía su proposito de dejarme la intriga, y lo había logrado.

Intenté imaginarme que sería una sala enorme y que seguramente no era una cosa que la encontrabas facilmente. Tendré que esperar hasta llegar a ella pensé mas no podía imaginarmela mucho ya que no tenía muchos datos de ella, así que no me esforcé mucho.

Me reí ante su comentario, era verdad si uno tenía prisa es seguro que llegarás tarde.

Las escaleras se movieron y pudimos subir al sexto piso, luego esperamos un rato más y cuando las escaleras decidieron moverse en nuestra dirección llegamos al séptimo piso.




[[Off: no deberíamos abrir un tema en los pasillos y pasadizos, donde está la sala de los menesteres ?]]