Una mañana bastante apetecible y porque no, no era un mal día para practicar algo de Quiddicht, aunque mi escoba no era de ultima generación deseaba tener la más preciada, pero conforme salí hacia los jardines. LLevaba mi uniforme de Cazador del equipo Hufflepuff y toda la rudimentaria necesaria. Caminé por los pasillos de Hogwarts hasta llegar a la verde y gran explanada de los jardines. Tras montar en mi escoba y portando el Quaffle realizaba algunos movimientos que intentaba perfeccionar aunque lo ideal hubiese sido entrenar en el campo de Quiddicht me apetecía más los jardines.
Habiendo pasado un rato, descendí y bajé de la escoba tumbándome en la hierba y observando el cielo azulado. -waaa no hay nada como entrenar al Quiddicht por la mañana- cerré los ojos mientras sentía la brisa...