Dialogado (Teshar)

Alejarme de la multitud era lo que necesitaba, demasiadas voces y personas, y mas aun despues de lo que ocurrio en el rio, no queria volver alli tampoco, necesitaba estar lo mas solo posible, asi que decidi ir al Valle, el cual solia estar vacio. El valle era bastante tranquilo, silencioso, y apaciguador, quizas pudiera relajarme aqui.

Me sente el cesped, y apunte al cielo con mi varita haciendo pequeños fuegos artificiales de varios colores, me gustaba ver como explotaban.

-Sera un dia tranquilo.-dije haciendo unos cuantos fuegos artificiales mas grandes.

Mire a mi alrededor habia una persona alli, espero no haberla molestado, me recoste en el cesped mientras seguia jugando con la varita.

Sonrei divertido, aquella chica me hablaba, y en sus palabras rezumaba un tono borde bastante evidente, y tal como tenia los animos, el humor y la locura que recorria mis venas si iba por ese camino acabaria la mitad de mal que yo, y para una persona normal, eso supondria la peor de las locuras.

-La verdad....si, me encanta ver como eres asi de borde.-dije feliz.-¿Te levantaste asi, o ha sido por algo que he hecho?

Suspire, otra chica que probablemente odiaba a los Gryffindor, abundaban demasiado, pobres, la envidia es insana, al fin y al cabo los Gryffindor han sido considerado siempre los reyes del castillo, pero que se le va a hacer.

-Definitivamente careces del don de gentes...-dije al aire.

Ya tendria un poco de juego asi que queria provocarla, para ver de que era capaz, no se imaginaba con quien se estaba metiendo. Levante la varita, de esta, salio un potente fuego artificial, que al explosionar, provoco un fuerte ruido.

-Interes...si quieres llamarlo asi...quiero ver si aparte de hablar como una completa borde sabes hacer mas, lo digo para prepararme, ¿hay algo mas que sepas hacer?-pregunte desafiante.

Me acoste en la hieba, oliendo el aroma que desprendia la tierra.

-Vamos, haz lo que quieras, o mejor dicho, intentalo.

Ya estaria lo suficientemente provocada para que me hechizara o algo, y el que le enseñaria a comportarse mejor seria yo, de buenas no habia funcionado asi que quedaban las malas, las que mejor se me daban por naturaleza.

Cuando me amenazo sono muchisimo menos convincente para mi de lo que ella se hubiese imaginado en su cabecita, se habia resistido a mis provocaciones pero no duraria mucho.

-Agradezco el consejo, y por agradecimiento te dare yo otro, si intentas hacerme algo, primero, te quedaras sin varita y hare que sientas lo que es la verdadera locura en tus propias carnes, seguro que te parecera mas bonito de lo que lo pinto.-dije divertido.-Asi que si aun quieres hacerme algo ya sabes las consecuencias.

Suspire levantandome perezosamente.

-No es una amenaza, es una promesa, cambia tu actitud conmigo o saldras mal parada.

En el fondo odiaba a las personas que se parecian a mi, deberian de cambiar por su propio bien y aunque suene egoista, debia de arreglarlo.

Hacerle cambiar de opinion por las malas no daba lugar, y lo peor de todo es que me estaba cabreando, una ola de furia recorrio mi cuerpo, haciendo que lo que no queria que pasara pasase, la locura llegaba y con una rapidez increible, hice caso omiso a sus palabras.

Con los brazos abrace las piernas y coloque la cabeza sobre mis brazos, con las manos apretaba fuertemente los brazos hasta tal punto que comenzaban a sangrar.

-Vete, por tu propio bien.-consegui decir entre el dolor al que me estaba sumiendo.

Mis pupilas se tornaron a un color rojizo, las venas de mis brazos se hacian mas notables, y de entre todo ese cumulo de locura, ira y furia aparecio Kin, un yo en miniatura de color rojizo.

-Matala, sabes que quieres hacerlo...¡¡HAZLO!!-ordeno.

Ya le habia advertido era lo maximo que pude hacer, Kin se unio a mi y esta vez no pude hacer nada, ahora no era Kin el que me controlaba, sino que Kin y yo eramos uno, con un veloz movimiento de varita Margaret habia sufrido de lleno el Incarceo.

-Me alegro de que no hiceras caso a este estupido necio, ahora podre divertirme contigo un poco.-dijo alegre pero sadicamente Kin.-¿Que prefieres, muerte lenta y dolorosa o rapida e indolora? Mejor la primera.

(Off T-T Yo no quiero hacer daño a nadie T-T)

-Siempre dicen lo mismo, y mira que este de aqui se niega a que le posea, pero como todo al final acaba cediendo.-suspire.-Vaya, si sabes romper un encantamiento.-dijo Kin sorprendido.

Alce la varita como si no tuviera muchas de ganas de seguir con la pelea, que se le iba a hacer.

-Sera un placer, luchar contra ti.-dije haciendo una reverencia y chasqueando un dedo.

Una barrera invisible se formo, rodeandonos a nostros e impidiendo la huida de la joven, porque yo, lo que era yo, no huia jamas, y Kin, mucho menos....Hice un gesto con la mano, señal para que me atacase.

-El ministerio...Azkaban...no suponen ningun miedo para mi...tengo mi propia prision y es peor que unos cuantos dementores.-asegure con una macabara sonrisa en mi rostro.

No esquive ni me protegi de su hechizo, el cual acerto, enviando mi varita a varios metros atras.

-Vaya eres habil, pero con eso no conseguiras mucho.-afirme con total seguridad.-Desmaius.

No tenia varita, pero no hacia falta, de mi mano surgio aquel rojizo rayo tan usado por los aurores y que casi ya habia perdido su origen, la verdad, me desenvolvia mejor sin varita que con ella, y mis hechizos eran mas eficaces sin la misma, ya que una varita canaliza tu poder magico y luego lo expulsa, pero si sabes canalizarlo por ti mismo la varita solo supone un estorbo.

El encantamiento petrificador golpeo mi cuerpo, cual seria la sorpresa de aquella chica al ver que no solo al darme me quedo paralizado totalmente, sino que ademas, mi cuerpo se desvanece en un polvo blanquecino.

-Habil eres, he de reconocerlo, sera bastante interesante.-dijo una voz proveniente de cualquier parte.-Si consigues satisfacer este duelo, te dejare con vida, un perro muerto divierte menos que uno vivo.

Tras una risa, la luz del sol que iluminaba el valle me serviria como un potenciador...

-¡Manipulacion Luminica!

Tras pronunciar el hechizo mi cuerpo se hizo visible, seguia acostado, tumbado en la hierba, como estuvo durante todo el tiempo, el otro yo, no era mas que un producto de la manipulacion luminica.

Como si de un patronus se tratase, aparecio un gigantesco leon, pero no era un patronus, era la combinacion de la manipulacion fumos, el patronus y mucha, mucha ira junta.

-Deberias de tener cuidado, si te toca, te matara.-afirme

El leon solto un gigantesco rugido, capaz de acobardar a todo un ejercito de personas, ¿funcionaria con ella?, cada paso que daba, quemaba la hierba.

Una parte del leon desaparecio en aquel mini torbellino magico, pero tan rapido como se fue, esa parte fue regenerada en poco tiempo, al fin y al cabo, el leon era producto de humo, luz, un patronus...todo ello junto era una combinacion dificil de parar, pues en definitiva no podias pararlo, solo alejarlo momentamente.

El leon una vez regenerado rugio con mas fuerza, clavo las garras en el suelo, y tenso sus musculos, preparado para saltar sobre la pobre desgraciada, que o actuaba pronto o acabaria carbonizada, un solo rasguño podia ser letal.

-No conseguiras mucho asi.-dije jugando con la varita sin hacer mucho caso a lo que hacia.-Piensa rapido.-dije como ultimo consejo.

Con aquellas palabras el leon se lanzo hacia la chica, todo acabaria pronto aunque una parte de mi queria seguir jugando.

Era rapida, hizo que el sol se ocultara y asi el leon desapareciera, pero solo durante un segundo, si bien el sol habia influido en la creacion, solo era un burdo potenciador, si supiera como destruir o alejar el humo seria dificil, pero por experiencia el humo no se puede destruir con nada.

Primero un encantamiento que me impedia hacer nada con varita, luego un confundus, y posteriormente otro encantamiento para hacerme levitar y habria sido una combinacion perfecta si yo hubiera sido un patetico alumno cualquiera, pero fue facil, simplemente ningun hechizo llego a darme, el confundus no me toco, de desvanecio, luego el levicorpus, tan facil como un hechizo no verbal.

-No sabes la diferencia entre ilusion y realidad por lo que veo.

Suspire, estaba aun acostado en el cesped y apareci al instante de pie.

-¡YO SOY EL QUE TIENE EL CONTROL DE TODO ESTO!

Las nubes que ella creo se hicieron mucho mas violentas, los rayos caian con frecuencia y fuerza, ahora no solo se creo un leon, sino cinco, y rodeaban a la pequeña e indefensa niña, rugieron y arañaron la tierra, y en un instante se lanzaron hacia ella.

-¿Que haras, pequeña?