Una nueva varita

La noche habia caido. Las calles del callejon estaban iluminadas por unas pequeñas farolas separadas por unos metros unas de otras. Una alta figura, envuelta en una capa de viaje oscura, se desplazaba lentamente por entre las sombras hasta frenarse delante de un negocio. Lavanto la vista hacia el cartel en el que podia verse el nombre de la tienda "Ollivander's".
Saco una mano de dentro del abrigo y golpeo suavemente pero con determinacion.

La puerta se abrio permitiendole el paso. No se adentro demasiado en el local, permaneciendo a unos pasos de la misma, bloqueando la misma.
- Si. Vengo a comprar una varita -
Pese a que el tono de su voz era suave y casi parecia monotono, la forma en que las palabras salian de sus labios sonaba amenazadora. Le gustaba estar en control de la situacion y el miedo es uno de los controladores mas eficases.
- El modelo numero tres -

La vio irse sonriendo con arrogancia. A lo largo de sus años se habia encontrado con muchos magos que no se sentian intimidados en su presencia, al menos al principio. Algo le decia que esta chica no era un caso igual y le agradaba el desafio.
Tomo la primera y la agito con un leve movimiento de muñeca. El resultado, un estante destrozado.
- Supongo que sabemos que esta no sirve -
Tomo la otra y con un nuevo leve movimiento el estante quedo como limpio y ordenado.
- Me llevo esta -
La guardo dentro de su capa, sin molestarse en devolversela y saco la bolsita con los Galeones.
- ¿Cuanto te debo? -

Tomo la cantidad necesaria de dinero y se lo entrego sonriendole con frialdad
- Nos estamos viendo -
Lo habia afirmado con conviccion porque no dejaria pasar la oportunidad de jugar con esta chica. Le dedico una ultima mirada antes de salir del local y perderse rapidamente en la oscuridad de la noche.