Reencuentro, muchas cosas que contar (Jacob)

Mi afición por los paisajes bonitos, y sobre todo, la manía que tenía de quedarme embobada con ellos era un problema. Pero que le vamos a hacer, era algo rarita. Me había pasado todo el día estudiando en la biblioteca, estaba de bastante mal humor por ello, y me sentía como si cada neuronita de mi cabeza fuese a explotar en cualquier momento. Necesitaba despejarme urgentemente. Dicho y hecho, subí todos mis libros a la habitación, cogí mi ropa de abrigo y salí del castillo.

Con cuidado de no ser vista, me dirigí hacia una de las paredes del colegio, dí un par de toques con la varita en una piedra, y me inmiscuí en el pequeño pasadizo que se había formado ante mí. Tras andar durante unos minutos, llegué a uno de los paisajes cercanos a Hogwarts que más me gustaba: El Valle. Aspiré el aire frío mientras cerraba los ojos y empezaba a andar, sin rumbo fijo, simplemente admirando la belleza de mi alrededor y metiéndome en mi propio mundo.

Tras un rato caminando, paré lentamente, y me dejé caer bruscamente sobre la hierba, mullida y algo fresquita, y que hizo que un pequeño escalofrío me recorriera la espalda. Extendí bien la capa debajo de mí, para no coger demasiado frío, y me quedé allí, quieta y observando el cielo. Sonreí para mi misma: también había extrañado aquellos paisajes. -Sólo por esto ha merecido la pena pasarse todo el día estudiando....-definitivamente, era una boba sin remedio.

Entre todas las cosas en las que andaba pensando, reparé en que aún no había visto a ninguno de mis amigos o conocidos, como Gael, Jacob, o Robin. En cierto modo, a ellos también les había extrañado.-Me pregunto que estarán haciendo ahora mismo...-murmuré.

-Te preguntas por quienes?-dije, desde las grandes y gruesas ramas de un arbol que estaba cerca de la chica, ¿Como habia llegado alli?, no es de su asunto...bueno si. Comenze a caminar por Londres sin Rumbo alguno, por que no tenia idea de donde comenzar a buscar mis respuestas, por lo que un sitio tranquilo no vendria mal, ademas de que seria un buen escondite, los mortifagos nno deberian conocer aquellos lugares, siempre tan ocupados no les da tiempo de salir o algo asi.

Baje del arbol, cayendo agachado, levante la mirada, y solo sonrei a ella, quien me miraba. Tenia bastante tiempo sin verla, y no me esperaba a nadie por alli, pero aun asi, me alegraba a ver venido. Aunque aun seguia con el pensamiento, de que alguien nos observaba, desde hace dias, hasta con Arianne tenia aquel presentimiento, y ese dia no me habia equivocado.

Abrí los ojos sobresaltada y un poco asustada, al escuchar una voz no muy lejos de mí que provenía del un arbol cercano. Tanto la voz como la figura que había sentada en una de las ramas del árbol me resultaban terriblemente familiares. Guiñé los ojos, escudriñándole para averiguar su identidad...Hasta que bajó, quedándose agachado en la hierba y pude distinguirle perfectamente, dirigiéndome una sonrisa: ¡Era Jacob!

Una gran sonrisa iluminó mi cara mientras me levantaba torpemente y me dirigía deprisa hacia él.-¡Jacob!-exclamé alegremente, al mismo tiempo que le abrazaba bruscamente, haciendo que ambos perdiéramos el equilibrio y cayéramos sobre la hierba.-¡Cuanto me alegro de verte!-dije, contenta y aún sonriendo. Entonces me di cuenta de que habíamos caído y el estaba soportando mi peso-Uy, lo siento, debo de pesar mucho...es que tenía tantas ganas de ver a alguien que me he dejado llevar por la emoción-confesé, mientras me quitaba de encima y me sentaba a su lado.-Siento haberme ido sin decir ni una palabra...-agaché la cabeza, bajando mi tono de voz. Me jorobó muchísimo irme tan de repente, sin podérselo explicar a nadie...pero mis padres me sacaron del colegio en apenas unas horas, por lo que no tuve tiempo de nada-...pero he tenido unos cuantos de problemas familiares-Me expliqué. Quizás él no quería saberlo, pero yo me sentía como que debía explicárselo. Al menos, a aquellos que apreciaba.-Bueno ¿Como estás? ¿Qué es de tu vida?-pregunté, curiosa- No pienso dejar que te muevas de aquí hasta que me pongas al día-sonreí ampliamente, pegándole un puñetazo cariñoso en el hombro.

Su sonrisa se habia ampliado, y ella se levanto rapidamente corriendo hacia el, ni yo tube tiempo de mover los brazos y me abrazo con fuerza, haciendo que cayeramos y rodaramos por el suelo, quedando ella encima de mi, solo rei un poco, y aun mas con lo que dijo-Nah, claro que no-dije en tono burlon, mientras la chica se levantaba, yo me sentaba, y ella se coloco a mi lado. Luego, algo que si recorde, fue su ida, habia desaparecido del colegio, bueno, ella tampoco conocia que hacia unos dias yo tambien me habia ido sin avisar.

-No te preocupes, de seguro era necesario-dije sonriente, aunque lo que dijo mas adelante me preocupo, el tono en que lo dijo y...podia notar su preocupacion en ello, lo averiguaria despues.

-Pues...desde que te fuistes, las cosas han estado un poco, "Movidas" por asi decirlo, yo tambien he abandonado el colgio hace unos dias atras, y no se si pienso volver, o si puedo volver...pero dime, que hay de ti? tu tienes que contarme, no yo a ti-dicho esto le lanze una mirada hostil, pero era solo bromeando, delatandome asi una pequeña sonrisa.

Escuché atentamente cada una de las palabras con las que Jacob me contestaba. Me sentía feliz, la verdad es que me apegaba demasiado de mis amigos, por desgracia. Le restó un poco de importancia al tema de irme sin avisar, afirmando que no me preocupara. Realmente me sentía fatal por eso. Reparé a fijarme en que no llevaba su uniforme del colegio, justo cuando me decía que había abandonado el colegio, y no sabía si volvería. Fruncí el ceño extrañada y algo preocupada, pero me dispuse a contestar la pregunta que me había hecho.

-Ha sido todo una locura, si te digo la verdad...-comencé mi pequeño relato sobre estos meses. No era algo de lo que me gustase hablar, pero al fin y al cabo Jacob era uno de mis mejores amigos y se merecía saberlo- aquel día, el que me tuve que marchar...recibí una carta de mi familia. Mi abuelo había fallecido...ya estaba bastante mayor y una enfermedad le había estado matando desde hacía unos años-resoplé y tragué saliva, cogiendo fuerzas para continuar.-así que mis padres me sacaron del colegio en unas pocas horas porque querían que la familia estuviese unida en esos momentos. El problema vino cuando nadie encontraba el testamento de mi abuelo. Era portador de una gran fortuna y la había separado para nosotros ¿sabes? Incluso había una parte para mí...-sentí como empezaban a llenarseme de lágrimas los ojos en contra de mi voluntad, no quería llorar otra vez-Mi familia se volvió completamente loca. La avaricia les podía a todos.Se llegó al punto en el cual incluso varios miembros de mi familia querían matarse entre sí....Fue horrible. Te lo prometo.-Hundí mi cara entre mis rodillas al mismo tiempo que una lágrima ya resbalaba por mi mejilla. No me gustaba que la gente me viese llorar, me sentía demasiado débil y vulnerable-Tras dos meses mas o menos se llegó hasta la estabilidad. Se repartieron todos los bienes...y pudimos centrarnos realmente en llorar la muerte de mi abuelo. Pasé otro mes mas allí, junto a mis padres, hasta que les pedí que quería regresar al colegio. Tanto tiempo en aquel ambiente me estaba perjudicando. Realmente echaba de menos este maldito castillo, y a mis amigos también. -sonreí ligeramente, intentando elevar mi estado de ánimo.


-Bueno, eso es todo, yo ya me he explicado. Así que ya estas desembuchando ¿Que son esas movidas? ¿Que es todo eso de que te has ido y no vas a volver?-le pregunté, con mucha curiosidad y un deje de preocupación- Dime, ¿Que va a ser de mi si no tengo un protector?-bromée, para quitarle un poco de leña al asunto.

Sin distraerme ni un poco, esuche con atencion a lo que habia pasado a Mirajane, notaba como habia sido de doloroso para ella, a mi tambien me preocupo mucho, senti el dolor hasta dentro de mi, la avaricia era algo simplemente asqueroso en mi opinion.La abraze fuertemente al escuchar ello, coloque mi cabeza en su hombro, mientras su cabeza estaba en sus piernas, susurre a su oido:-Encerio lo siento, de verdad.-dicho esto, ella termino de contarme, y pudo aliviarse un poco, me diriji a su mejilla y le di un pequeño beso en ella, comprendia el dolor que sentia, no era nada facil ni nada lindo ver a una familia actuar asi.

-Pues, lo mio no es my importante, antes, ¿No ha pasado otra cosa con tu familia, o grave que deba saber?.-pregunte mirando los verdes ojos de la chica, aun preocupado por ella. Podia notar en ellos su estado de animo, la triztesa y el dolor que estaba en ella en ese momento, me sentia bastante mal por todo lo que le habia pasado, y ella no merecia nada de eso, sinceramente, el destino le jugo una muy mala, como la justicia le juega a los inocentes. Pienso en lo que me paso a mi, yo tal ves si me lo merecia, no por lo de antes, si no por lo que estaria por hacer en el futuro, pensandolo mejor si me lo merecia, pero no en aquello tiempos.

Jacob, que no se perdía ni un detalle de mis palabras, me abrazó con fuerza, susurrándome cuanto lo sentía por mí. Tras componerme un poco, se acercó a darme un beso en la mejilla. Sonreí ante ese acto y seguí hablando-Soy una llorona-reí un poco, mientras me enjugaba las lágrimas que aún me quedaban con el puño de la manga-Pero no te preocupes...lloro ahora porque me duele recordarlo. Pero ya estoy bien, te lo prometo. Todo ha pasado.-le dije, de la manera mas sincera que pude. Era la verdad, ya estaba mejor, ya que todo se había solucionado, y no quería darle pie a que se preocupase por mí.

-No le des más vueltas, en serio-dije, respondiendo a su última pregunta- te prometo que te lo he contado absolutamente todo. Y estoy bien-le repetí, para que le quedara claro- no intentes evadir tu pregunta. Tampoco me gustaría que te sintieras obligado a contarme tus motivos, pero ya sabes, yo también soy tu mejor amiga....también estoy preocupada por ti.-le miré a los ojos, algo seria.- Y sí hay algo en lo que pueda ayudarte...-susurré en voz bajita, casi para mi misma, y agarrando fuertemente el colgante que llevaba en mi pecho y que me afianzaba como una miembro de la familia Scarlet- Ya sabes...a pesar de que yo no tengo ningún problema mi linaje no está exento de relaciones con la oscuridad, y de eso puedo aprovecharme. Siempre podré mover algunos hilos oscuros si alguna vez los necesitas.-me estaba yendo por las ramas de nuevo, así que le miré, interrogativamente, buscando su respuesta.

Vale, era mejor detener las preguntas, se veia que a ella no le agradaba hablar de ello, ademas, queria saber de lo que hablaba, por lo que estaba dipsuesto a contarle, pero no con mucha alegria o algo, cada vez que pensaba en ello, me daba un dolor de cabeza mas grande que los que habia tenido en mi vida juntos. Asenti a lo que ella dijo, me acomode de nuevo en el suelo, suspire, y cerre mis ojos unos momentos, para poder pensar una manera adecuada de contarlo sin parecer tanto drama-Vale, me imagino que ya te habria contado ante sobre mis padres no?, si no es asi, disculpa. La cosa es que, hace 3 años, mis padres y yo salimos de paseo, viviamos en Londre Muggle por aquellos años, fuimos atacados por un mortifago muy poderoso, que al final termino matando a mi madre y dejando gravemente herido a mi padre, mas conmigo, dejandome una clase de maldicion en mi interio.

A cada segundo que contaba la historia, mi mirada se hacia mas fria y mis palabras tambien, no era lindo contar aquellas cosas, para nadie, amenos que de verdad odiaras a aquellas personas con el alma entera, aun asi, pare un poco y continue-En fin, a partir de alli, mi padre y yo vivimos en algunos pueblos del mundo magico, el se dedico a la crianza y cuidado de animales. Hasta que me llego la carta del colegio, y pues vine, pase mis primeros dias normal, hasta que una noche, baje a la seccion prohibida con una chica llamada Chloe, y me dio una clase de ataque, tenia una hemorragia demasiado grave como para morir en pocos segundos, para mi suerte, pude salvarme gracias a ella, unos momentos despues, llego una carta diciendo que mi padre habia sido asesinado, por el mismo tipo que asesino a mi madre. En eso, empeze a investigar, tenia unos cambios de personalidad repentinos,y otras cosas mas. Luego hubo unos que otros accidentes, hasta que tube que hacer lo inimaginable para encontrarle y lo hize, ahora solo busco respuestas, y despues, ire a cobrar mi venganza.

Dicho este, desvie mi mirada de su ojos, y solo, espere. El momento era de tension, decir que vas a matar a alguien no representa felicidad alguna, y la incomodidad es demasiada como para retenerla.

Era mi momento para estar atenta y no perderme ni una sola palabra del relato de Jacob. Se revolvió un poco en el cesped, suspirando y cerrando los ojos. Estaba claro, que no se trataba de nada bueno. Tras oir la parte de su pasado, me sentí un poco mal por hacerle recordar esas cosas. Alargué mi brazo hasta posar mi mano sobre su hombro, apretándolo en señal de apoyo. Notaba como según trascurria su relato, se volvía más tenso y más frío, lo que me asustó un poco, pero seguí escuchándole. Me sorprendí notablemente cuando dijo que su padre también había muerto, y agaché la cabeza, apenada y preocupada. Acto seguido, y a pesar de mantener una mitada distante y fría tal, me acerqué a él para susurrale un lo siento y depositarle un beso en la mejilla, tal y como él había hecho anteriormente conmigo. Seguí atenta el resto del relato, volviéndome a sorprender con sus palabras finales, cuando dijo que buscaba una respuesta, y además, una venganza.
Agaché la cabeza, algo apenada. No me gustaba que la gente se odiase entre sí y buscase sed de sangre, pero, pensandolo detenida y friamente, tenía unos motivos más que pesados para desearla.

Observé como desviaba su mirada, visiblemente tenso.-Bueno, yo...-me rasqué un poco él pelo, pensando en que decirle-no comparto esa sed de venganza que tienes. Pero no voy a reprochártelo, intentar detenerte o algo por el estilo. No iba a servir de nada si estás decidido ¿no?- me removí entre la hierba para mirarle a los ojos con una leve sonrisa, intentando que eliminara la tensión que ahora tenía-Eres mi amigo así que, realmente, lo único que puedo hacer es apoyarte en tu decisión. Si alguna vez necesitas algo, aunque solo sea hablar o desahogarte aquí en el valle...ya sabes donde encontrarme. No creo que vuelva a moverme del colegio, si no tengo más batallas familiares.-dije, riendo levemente. Me apenaba que Jacob abandonase el castillo, realmente, pero era su decisión y era el momento de apoyarle. Solo esperaba que no le ocurriese nada, y que lograse su objetivo.

Pensé en su respuesta. En parte, si tenía razon, no era ni lo correcto ni lo mejor, pero era lo que tenía que hacer si quería mantenerse con vida, ya que tenía que defenderse ni mas ni menos que de la mano derecha de Voldemort, según me habia revelado. Me fijé en como tenía apretado su puño con fuerza, ya que estaba nervioso. Declinó mi ayuda, sosteniendose en que la Orden no podría ayudarle, cosa que no tenía mucho sentido. ¿El iba tras un mortífago, no?. Pero fue el final de su frase lo que me cayó como un jarro de agua fría, aunque no hubiese terminado de nombrarlo. La marca tenebrosa. ¿Jacob estaba al servicio del mal? No, no podía ser...Retrocedí unos centímetros, algo asustada por la primera impresión, mientras Jacob dejaba de mirarme, con una mirada culpable, y se daba la vuelta. Agaché la cabeza, confundida. ¿Es que todos los de mi alrededor se volvían eventualmente mortífagos o que?. Primero Andrew, ahora Jacob. Si alguien más se iba al lado oscuro no sabía si iba a poder soportarlo.

Intentando que la situación no se volviera violenta, me acerqué de nuevo a Jacob, poniendo mi mano en su brazo izquierdo. Empecé a levantar su manga, suavemente, hasta que pude observar la marca tenebrosa tatuada en su piel, confirmando todas mis sospechas. Agaché de nuevo mi cabeza, apenada, preocupada y más confundida. No sabía que estaba pasando por la cabeza de Jacob en aquel momento, pero la mía estaba apunto de reventar. Un silencio incómodo se cernía sobre nosotros, hasta que pasado un rato, me atreví a hablar.

-Como miembro de la Orden, ahora mismo debería ir al cuartel, informar de tu paradero y tus intenciones-dije, con el semblante triste y sin mirarle, observando como el sol se ponía en el horizonte.-Pero antes que miembro de la Orden, soy tu amiga. Asi que no puedo hacerlo...-agarré mi capa con fuerza, mordiendome los labios-No puedo traicionarte asi....porque creo que no eres una mala persona. Quiero creer que solo lo haces para encontrar tus respuestas y vengar a tu familia. Solo prométeme-me removí en la hierba hasta quedar de nuevo frente a frente parar mirarle a los ojos- que no haras nada que este fuera de lugar. Que no te pondrás a las órdenes del señor tenebroso y matarás gente inocente...creo que no podría soportar que otra persona de mi círculo se volviese oscura. Empezaré a pensar que estoy gafada o algo...-susurré, y me quede callada, esperando una respuesta.

El silencio reinaba en la escena, tanto que podía escuchar hasta escuchar mis propias palpitaciones. Por ello, pegué un bote de la hierba al escuchar sonidos provenientes de algunos arbustos que me asustaron bastante, ya estaba lo suficientemente tensa como para sobresaltarme por una simple mosca. Solo por si acaso, saqué mi varita de la capa, dejándola sobre mi regazo.

Ok, era oficial, Jacob, la cagastes, todo por un pequeño error del pequeño cerebro que me deparaba aquellos momentos, "¿Pero algun dia ella lo tendria que saber no?", Si, pero no en este preciso momento. A pesar de todo, decidi quedarme en silencio a todo lo que ella decia por mas que tubiera la razon, volvimos a intercambiar miradas, escuchaba todo lo que me decia, cada palabra era una dosis de verdad pura a la cual, nunca habia estado acostumbrado antes. El silencio invadio la escena de nuevo, las palabras no salian de mi boca, la garganta me dolia por alguna razon al intentar de abrir la boca, Mirajane se habia movido bruzcamente, mire a los arbustos, lanze un Incendio hacia ellos, revelando que no habia absolutamente nada, observe el relajo de Mirajane al yo probar esto, pero luego, di las malas noticias:

-Ellos estan, alla...-dije señalando con mi varita a varios metros de nosotros, un grupo de Mortifagos estaban caminando hacia nosotros, aproximadamente 7 de ellos, me levante, y solo le susurre a Mirajane:

-Escondete....ellos quieren verme, y no creo que les alegre que este contigo-dije, poniendome mirando como ellos seguian caminando hacia aqui. Aunque dudara que Mirajane lo hiciera, solo intente, pues, si algo pasaba, no queria que ella tambien estubiera afectada por mi culpa, al ser de la Orden, los mortifagos hacen lo imposible por obtenerlos, y luego llevarlos con Voldemort, y, sufren y mueren, o simplemente mueren.

Cada paso estaban mas cerca, solo los veia y esperaba, no era gran cosa, no tenia miedo, estaba confiado de que no me iban a llevar, pero de lo unico que temia era por ella, mi objetivo es oscuro, por lo cual merezco morir a pesar de lo que sea. Agarre mi varita con firmesa, y empeze a recordar los mejores hechizos para la ocacion.

Ante mi reacción al ruido de los arbustos, Jacob también se giro y sin casi inmutarse lanzo un Incendio hacia ellos. Tras arder se vió que no había nada en ellos, lo que me dejo más tranquila, así que relaje un poco mis musculos. Mi relax no duro por mucho tiempo, ya que Jacob finalmente abrió la boca para hablar, indicándome que venía alguien. Me giré bruscamente hacia donde señalaba con la varita, y observé a un grupo de lo que parecían mortífagos, caminando hacia nosotros.

El mero hecho de ver mortífagos, incluso a distancia, me producía bastante pavor, sobre todo desde el ataque al colegio, el cual me dejo un poco traumatizada. Pero no era momento de lamentarse, había que intentar ser fuerte...escuché como Jacob me susurraba que me escondiera, y pensándolo detenidamente, por mucho valor que consiguiese recoger, y muy habilidosa que fuese con la varita, era imposible que yo sola derrocara a siete mortífagos-Está bien, te haré caso. No sirve de nada que me quede aquí para que me maten, y más siendo miembro de la Orden.-respiré hondo y cogí bien fuerte mi varita-pero tampoco voy a separarme del todo-dí un par de toques sobre mi cabeza, murmurando el encantamiento desilusionador, sentí la sensación de escalofrío consecuente, y observé como mi cuerpo se iba tornando a imagen del valle, tal y como un camaleón.-Estaré detrás de aquellos arboles por si te ocurre algo. No voy a dejarte morir así como así. No mientras esté en mi mano ayudarte

Me dirigí de la manera más sigilosa que me fue posible, hacia los arboles, escondiéndome detrás de ellos, varita fuertemente asiada en mano. Estaban a una distancia lo suficientemente lejos como para que no se percataran de mi presencia y lo suficientemente cerca como para escuchar la conversación que mantendrían. Así que, nerviosa y tensa, espere pacientemente hasta que llegaran hasta Jacob, rezando por que no saliera lastimado.

Como las cosas raras me pasan a mi, Mirajane accedio a irse detras de los arbustos, era la mejor opcion, el odio de los mortifagos hacia los de la orden era como mi odio hacia Aldo....solo que este es mas incrementado. Asenti a las ultimas cosas que ella meciono, y no la deje de observar hasta que no la note en el paisaje, mi mirada se detuvo a mi frente, esperando a los mortifagos, quien a cada segundo, podia verlos mas de cerca, uno de ello me parecia conocido, la mascara me era familiar, pero nada del otro mundo, habia miles de mascaras asi.

El corazon empezo a acelerarse cuando estubieron en frente de mi, ellos me rodearon, y sacaron sus varitas, con la mia en la mano, la apreten, preparado para protegerme de cualqueir hechizo, pero no fue asi, uno de ellos se acerco y comenzo a aplaudir, y a reirse, le mire hostil como a todos, y este hablo:

-¿Que pretendes chico?, no vas a poder con nosotros, somos 7, y tu solo 1, aparte de un niño, eres debil, como tus padres lo fueron ante el-dijo burlandose, estube apunto de darle un puñetazo, pero me controle, solo aprete mas los puños, y no dije nada, el mortifago no le agrado mi reaccion, y movio su varita: ''Crucio''. El dolor empezo a entrar en mi con gran fuerza, me derrumbe y cai de rodillas al suelo, aprentando los dientes, y respirando agitadamente, al tipo no le parecio suficiente, hizo una seña, otros dos mortifagos hicieron lo mismo, esta vez cai al suelo aun con mi varita en la mano, apretandola mas que nunca, el dolor era demasiado como para soportarlo, pero podia resistir almenos un poco. Esto siguio sin darle satisfaccion al dicho mortifago, hizo otra, eran todos los que me apuntaban ahora, haciendome sufrir de manera inhumana, los 7 contra mi en el Crucio, solte mi varita y comenze a moverme bruzcamente por el suelo, jamas habia sentido un dolor de esa manera, gritaba, si que lo hacia, no le pediria que se detuviera, no me importaba, por mas que estubiera doliendo, tenia que hacer algo antes, trate de alcanzar mi varita, pero uno de ellos la envio lejos, y concentraron mas la fuerza en el Crucio, mis gritos se hacian mas sonoros y desgarradores, estaba en un punto donde solo queria morir, estaba por decirles que se detuvieran, pero ellos lo hicieron, el mismo mortifago se puso de rodillas y con una sonrisa maliciosa me pregunto:

-¿Es Suficiente para ti?, ¿Ya podemos llevarte para tu muerte?, ¿O prefieres mas diversion?-dijo, todos volvieron a hacer el hechizo, pero el ahora lanzaba pequeños pero desgarradores Diffindos sobre mi brazo derecho, esta vez rodaba, por poder causar algo que sabria que no tendria exito alguno, solo restaba parar y recibir las consecuencias:

-YA! SUFICIENTE! DETENGANSE! LLEVENME!-dije, ellos lo hicieron, 2 de ellos me levantaron cargandome en sus hombros, no tenia fuerzas para ponerme en pie, estaba de lo peor, el parlante de ellos, me dio un puñetazo en el estomago, que me hizo escupir algo de sangre, se rio y susurro algo entre dientes que no alcanze a escuchar por estar con la contucion del impacto, no tenia nocion de nada, estaba apunto de desmallarme pero aun mantenia conciencia, se fueron moviendo, por donde llegaron.

En lo que pensaba, era en que Mirajane no se fuera a mover de alli hasta que estubieran lejos de este lugar, no valia la pena en absoluto que ella diera su vida por alguien que la iba a perder de todas maneras a manos del mismo hombre.

Finalmente, los mortífagos llegaron a Jacob, rodeándole y sacandolo todos ellos sus varitas. Observé como uno de ellos daba un paso hacía delante, aplaundiendo y riendose sonoramente sin ningun sentido aparente. Estaba de espaldas a Jacob así que no podía ver su rostro, pero me imaginaba que les estaria dirigiendo una mirada de odio. Finalmente, el mortífago habló, mostrando su superioridad.

De repente y sin comerlo ni beberlo, el mortífago hizo un giro con su varita, susurrando algo que apenas escuché pero que reconocí al instante. Jacob cayó al suelo, quedando de rodillas, y aunque seguía sin verle, podía escuchar como respiraba fuertemente. Le habían echado una de las maldiciones imperdonables: Crucio. Apreté mis puños con fuerza, aguantando la rabia. Acto seguido, dos mortífagos más se unieron a la maldición, y escuché el ruido sordo de Jacob cayendo sobre la hierba. Cerré los ojos con fuerza: no sabía que hacer, me corroía la impotencia. Abrí los ojos cuando escuché un grito desgarrador: los siete enmascarados estaban echándole la maldicion imperdonable. Miré a Jacob retorciéndose en la hierba, y un par de lágrimas de rabia surcaron mis mejillas. Estaba allí parada, sin poder hacer nada de ayuda, era completamente una inútil.-No puedo soportarlo, no....-me tapé los oídos con ambas manos para no seguir escuchando los gritos de puro dolor que provenían de mi mejor amigo y que estaban clavándose en mi memoria como cuchillos afilados.

Los gritos cesaron, haciendo que mis ojos se abriesen de golpe para volver a la realidad en la que me encontraba. No contentos con lo que ya habían echo, comenzaron a lanzarle Diffindos, hiriendo su brazo, hasta que Jacob accedió a que le conducieran a su propia muerte.-No, no...-murmuré para mí misma, hasta que llegó la gota que colmó el vaso: ví como, tras levantar a Jacob, el mortífago que había hablado le pegaba un puñetazo en el estómago, haciendole derramar algo de sangre por la boca.

En ese momento, mi cabeza no atendió a razones de inferioridad numérica, ni habilidades de hechizos, ni al hecho de que fuese un miembro de la Orden, ni a nada por estilo. Simplemente salí de mi escondite, aún con mi hechizo desilusionador-¡YA ESTÁ BIEN, DESMAIUS!-grité con todas mis fuerzas, al tiempo que uno gritaba un Finite Incantatem que reveló mi identidad y posición. Estaba tan increiblemente llena de rabia que mi hechizo, más potente que cualquiera de los que hubiera lanzado en toda mi vida, consiguió dar a dos de los mortífagos, que cayeron redondos al suelo. Era un avance, ya quedaban cinco. Tenía que intentar retenerles para que Jacob pudiese escapar, a pesar de su estado. Yo ya me las arreglaría...-¡Incarcero! -grité, intentando abarcarles a todos para retenerles, pero por desgracia solo pude coger a tres, mientras que los dos restantes se transportaron rapidamente apareciendo a mi espalda y cogiendome fuertemente de ambos brazos para evitar que me moviese-¡Jacob, corre!-le exclamé, instandole a que se moviera, ya que era su oportunidad.


Me removí, nerviosa, pero era imposible deshacerme de ellos ya que eran fisicamente más fuertes que yo-Vaya, vaya, que tenemos aquí, pero si es una Slytherin...-susurró uno de ellos, fijándose en mi escudo-¿Que hace una sangre limpia por aquí intentando salvar a traidor como este?-dijo, girando la vista hacia Jacob. Nuevamente intente removerme para zafarme de ellos, sin ningún exito -Ésta niña es de la Orden-informó uno de ellos al parlanchín, mientras yo permanecía callada, pues no tenía previsto abrir la boca a menos que fuese estrictamente necesario. Me daba asco hablar con alguno de estos, y para que mentir, sentía algo de miedo-Oh, que extraña coincidencia...Una serpiente como tu, remezclandose con nuestros enemigos...creo que tendré que matarte-¿Matarme? Oh, que bien. Bueno, yo misma me había metido en este embrollo, y solo esperaba que Jacob pudiese salir de ahí o mi sacrificio sería en vano. Mirajane Scarlet, vas a morir....¡Oh, Scarlet! Una bombilla se iluminó en mi cabeza, quizás me quedase una pequeña oportunidad para sobrevivir. Esbocé una sonrisa, empezándo a reir al tiempo que el mortífago me apuntaba con su varita-¿Qué es lo que te resulta tan gracioso?-inquirió.-¿Sabes como me llamo?-pregunté con todo de superioridad-Mirajane. Mirajane Scarlet. Mi apellido no se distingue por muchas matanzas o muertes...pero, dime, ¿Estará el señor oscuro contento cuando se entere de que uno de sus más valiosos espías ha dejado de trabajar para él? No creo que mi padre este contento si me matáis...-Nunca, jamás en la vida me habia gustado aprovecharme de mi apellido, de la reputación de mi familia, pero supongo que en una situación de emergencia no queda otro remedio.


Tenía familiares que servían al señor oscuro, y ya que en mi familia no predomina la habilidad con la varita, siempre habían trabajado como espias, como aquellos que traían el chivatazo. Había mentido un poco, ya que mi padre no estaba mezclado en esos líos, pero con un poco de suerte no se darían cuenta. Adoré por un momento tener aquel rasgo Slytherin que, aunque usara poco, me permitía mentir con facilidad y convicción-Pero perteneces a la Orden niña, tengo orden de matarte-joder, que persistentes eran-Oh, por supuesto que pertenezco a la Orden...¿quien crees que le da los chivatazos a papá sobre lo que hacen? Yo, una pequeña e inocente serpiente....-Notaba como una especie de miedo, miedo quizas a la reprimenda de sus superiores, les corroía por dentro. Aflojaron un poco su agarre, como si fueran a soltarme pero aún no se decidieran del todo.


OFF: Joder, que pedazo de post me ha salido e.e Sorry xDDDDDDD Te dejo que sigas con los mortis, a ver que haces ahoraXD

Tras un breve momento de duda, ambos mortífagos volvieron a cogerme con fuerza. Parece que se lo habían pensado y habían decidido pasar a la acción. Mierda, había fallado...El mortífago apuntó con fuerza a mi cuello, mientras yo intentaba apartarme por acto reflejo tanto como me era posible. Lanzó un Lacarnum inflamarae sobre mi piel, lo que hizo que chillara de dolor ante la quemadura que me estaba haciendo. Acto seguido, me soltaron violentamente sobre la hierba. Deseé, con todas mis fuerzas, saber desaparecerme conjuntamente, coger a Jacob de un brazo y huir de allí...me odié a mi misma por no saber hacerlo.Ambos mortífagos me apuntaron con sus varitas, mientras que yo cerraba los ojos con fuerza. No quería ver aquel rayo verde dirigiéndose hacía mí, algo que iba a atraparme y llevarme para siempre. Era un poco cobarde, al fin y al cabo.

Sin embargo, escuché a los mortífagos removerse y no pude evitar abrir los ojos, los cuales se abrieron aún más con sorpresa al ver a Jacob, tambaleándose malherido mientras les apuntaba con la varita, decidido. Lo siguiente que pude oír fue como su voz lanzaba la peor de las maldiciones: la maldición mortal. Un rayo verde salió de su varita, clavándose en el pecho de ambos mortífagos, que cayeron desplomados al suelo, delante de mí. Estaba algo asustada, sobre todo por ver dos cadáveres delante de mis narices, pero ya no me impresionaba. Había visto tanta muerte en el ataque al colegio...que ya nada como aquello conseguía impactarme.


Jacob se giró, y con las pocas fuerzas que quedaban lanzó un Incendio a los mortífagos que estaban capturados por mi Incarcero, los cuales comenzaron a gritar de dolor debido a las quemaduras. Automáticamente me lleve la mano hacia mi cuello, el cual tenía una gran quemadura surcándolo que dolía bastante, pero de momento era capaz de soportarlo. Me giré para no ver la escena de incineración, justo cuando Jacob caía desplomado al suelo, quedándose sin fuerzas. Ya me había olvidado de que quedaban dos allí que despertaron justo en ese momento, huyendo despavoridos al ver a sus compañeros calcinados y muertos.

Me levanté, algo mareada, y andé lo más rápido que dieron mis piernas de sí hacia Jacob, hasta que quedé arrodillada junto a él, visiblemente preocupada. Consiguió esbozar una sonrisa, y pude escuchar un simple gracias mientras me miraba. Una lágrima volvió a descender por mi mejilla de nuevo.-No, soy yo quien tiene que dártelas...-dije, mientras le acariciaba el pelo que le caía sobre la frente.-Me has salvado la vida...-murmuré, sonriéndole con cariño. Jamás habría imaginado que alguien se arriesgaría por mí de aquella manera.

Cerró los ojos, señal de que se había desmayado. Aun así respiraba deprisa, y cuando giré mi vista hasta su brazo, ví todos los cortes sangrantes que tenía debido a los Diffindos. Además, aunque no pudiese verse a simple vista era bastante probable que tuviese bastantes músculos dañados debido a los Crucios. Suspiré pesadamente, intentando recordar la mayor cantidad de hechizos curativos posible, secando mis lágrimas.-Aún no soy medimaga pero voy a intentar hacer todo lo que pueda- dije en voz alta, dándome ánimos a mi misma para comenzar. Primero, detener las hemorragias superficiales. –Episkeyo-Todos los cortes cerraron automáticamente, cesando el sangrado. También apunte a su pecho, ya que si había algo roto importante conseguiría curarlo o paliar sus efectos por el momento.-Tergeo-la sangre coagulada que quedaba por el resto de su brazo desapareció, dejándolo limpio, al igual que su cara. Solo quedaba el último paso: cerrar heridas profundas. Vulnera Sanetum…era un hechizo que no había utilizado nunca, pero la ocasión lo requería. Cerré los ojos para concentrarme completamente en mi tarea.-Vulnera Sanetum.-Un resplandor blanco salió de mi varita, mientras yo rezaba por haberlo hecho bien.

A los pocos minutos pude observar como la respiración de Jacob se iba tranquilizando, adquiriendo un ritmo normal. También había dejado de sudar, signo de que los dolores ya no eran graves. Me tranquilicé al instante al saber que había conjurado todo correctamente, al mismo tiempo que Jacob abrió los ojos de nuevo.-Hola…-le saludé con un hilo de voz-¿Cómo te encuentras?- pregunté preocupada-He cerrado tus heridas superficiales y creo que también lo he hecho bien con las profundas…-le expliqué, porque al fin y al cabo, el había estado desmayado todo este tiempo. Intentó incorporarse, poniendo una leve mueca de dolor al hacerlo-¡No te esfuerces todavía!-le reñí-Si no todo lo que he hecho no habrá servido de nada.

Llegue a oir lo que la chica decia, no demostre nada porque era obvio que no podia, pero si estaba feliz, aquellas palabras significaban algo para mi, cosa que no podria explicarlo tan facilmente. Unos momentos, estaba sintiendo como mi estado empezaba a mejorar de manera bastante rapido, no me lo habia imaginado, al estar inconsiente, no conocia la manera en la que aquello pasara, y mi mente no me permitia idear alguna supocision, cosa que no sirvio de mucho, poco despues desperte.

La imagen borrosa que tenian mis ojos al empezar a abrirse, poco a poco fues desapareciendo de alli, dejandome en vista la silueta de Mirajane, ¿ella me habria curado?, escuche sus palabras, distingui su sonrisa, estabamos a salvo, por lo menos, en ese lugar lo estabamos, quien sabe si en otro no. Confirme que fue ella la que curo mis heridas y demas atrocidades, sonrei, intente levantarme un poco, pero a la minima, ella me detuvo, tenia razon, no iria a gastar todo su trabajo en caprichos mios, de nuevo sonrei, y le agradeci, unos segundos despues, decidi hablar, ya no era tan dificil como antes, era una gran diferencia ahora:

-Gracias, de nuevo, encerio, lo lamento, fue mi culpa desde un principio, desde hace varias semanas me persiguen los mortifagos, gracias a los incidentes, fue mi culpa haberlos traido hasta aqui, por ello es mi culpa-termine, bajando la mirada, luego volvi a sus verdes ojos, termine sonriendo de cualquier manera. Volvi a tomar mi varita, la dirigi a la herida de la chica, almenos un poco podia devolverle del favor, no conocia para nada hechizos de sanacion, pero algo podria hacer, hice un Episkeyo sobre su quemadura, esta no se curo por completo, pero habia bajado su inflamacion, y era menos grave que antes.
Rei ante mi resultado, no habia hecho demasiado que se pudiera decir, era un poco de polvo comparado con las habilidades de ella, le mire de nuevo, y dije:-No sirvo para Medimago, ya esta comprobado-dije riendo de nuevo.

A lo siguiente, me puse de rodillas, con la fuerza que tenia, me dolia un poco, por lo que entrecerre los ojos al hacerlo, luego, la abraze fuertemente, pero ni mucho, tampoco podia hacer tanta fuerza, pero lo que podia lo hacia, caimos al suelo de nuevo, ya que no pude mantenerme mucho tiempo en la misma posicion, y me la lleve al suelo tambien, le sonrei, acaricie su rostro, y por ultimo le dije:

-Es una suerte, que decidieras venir hoy a este lugar, quien sabe lo que hubiera ocurrido si tu no hubieras estado aqui, por decima vez, gracias.-dije sonriente, era todo lo que podia decir ahora, como siempre. termine sonriendo, era muy difcil dejar de sonreir estando con ella, y mirandole a los ojos, mucho menos.

Jacob se hizo caso de mi regañina sonriendo en silencio. Escuché con atención todo lo que dijo después, primero agradeciéndome y después echándose la culpa por todo, bajando la mirada, culpable. Suspiré pesadamente, Jacob no iba a cambiar.-Deja de echarte la culpa, no pasa nada. Yo estaba en el valle y tu también, fin de la historia.-en fin, él iba a seguir echándose la culpa encima pero era lo menos que podía decirle. Tampoco es cómo si el hubiera sabido que iba a pasar todo esto. Además, el también lo había pasado mal intentando protegerme. Me miró de nuevo, sonriendo, parecía algo más animado. Le devolví la sonrisa mientras el cogía la varita, dirigiéndola a mi cuello. Casi podía adivinar lo que estaba pasando por su cabeza, así que, sin pensarlo, giré un poco mi cuello para que mi quemadura quedara más expuesta. Tal y como preveía, murmuró un Episkeyo sobre mi herida, la cual bajo considerablemente su inflamación, lo cual agradecí ya que era muy molesto.-Gracias, estaba empezando a agobiarme...-dije-¿Autosanarse es un poco difícil, sabes? No quería hacerme un estropicio.-le expliqué.-Esto me va a dejar una graaaaaaaan y fea cicatriz-me lamenté, rolando los ojos-Suerte que tengo algún remedio en el castillo-dije, pasándome la mano levemente por la quemadura. Ya no me dolía tanto el contacto, eso era bueno-Y déjame lo de ser Medimaga a mi-le contesté, entre risas.

Acto seguido, se empezó a poner de rodillas, cerrando los ojos con dolor al hacerlo, por lo que me dispuse a reñirle de nuevo-No te he dicho que te estés quiet..-y no pude decir nada más, porque lo siguiente que sentí fueron los brazos de Jacob rodeándome en un abrazo. Así que quería levantarse para eso...sonreí una vez más ante ese gesto, correspondiéndole al abrazo pero de manera suave, no quería hacerle daño a sus heridas. A los pocos segundos noté como se tambaleaba por la falta de fuerza, quise cogerle para ayudarle a tumbarse de nuevo, pero no me soltó por lo que una vez más aquella tarde volvimos a caer ambos a la hierba, riendo. Apoyé rápidamente las manos para quedar frente a frente pero sin aplastarle, tenía miedo de hacerle daño. Acarició mi cara y me agradeció una vez más el haber estado allí para curarle. Le dirigí una mirada cariñosa, devolviéndole la caricia-La próxima vez que me des las gracias desharé todos mis hechizos de sanación para que dejes de agradecérmelo-bromeé, los hechizos curativos no eran reversibles y ambos lo sabíamos, pero bueno.-Te recuerdo que tu me has salvado la vida. Así que es un fifty-fifty, si te parece-ambos nos habíamos ayudado, Jacob me había salvado de los mortífagos y yo le había curado las heridas. Estábamos en paz.

Note como los brazos empezaban a fallarme, yo también había perdido algo de fuerzas, y si seguía en aquella postura iba a desplomarme encima suyo lo cual le iba a doler. Aparte de que estábamos en una posición algo comprometida. Me giré con cuidado quedando tendida al lado suyo, y suspirando fuertemente mientras descansaba en la hierba. No estaba cómoda, para ser exactos me estaba haciendo un poco de daño en la cabeza, ojala pudiese conjurar un accio almohada o algo parecido, pero dudaba que hubiese alguna en los alrededores. De todos modos estaba tan cansada que ni siquiera me apetecía moverme. Me giré para mirarle mientras le hablaba.

-Jacob...¿Adonde vas a ir ahora?-le pregunté, suavemente-No deberías volver a la guarida de los mortífagos. Yo...no quiero que te hagan algo así otra vez.-bajé la mirada con preocupación.-Osea, ya se todos tus motivos y eso...pero...estoy confundida.-le confesé-Una parte de mí es puramente egoísta y me dice que te aleje de toda esta mierda, que no te deje marchar para que te hieran otra vez.-susurraba, apartándole un poco la vista y reprimiéndome las lágrimas, ya que no quería llorar otra vez-Y la otra me dice que tengo que dejar que cumplas tus deseos...¡Argh, no se que hacer!-me tapé la cara con las manos, rabiosa. Situaciones de este tipo eran muy complicadas.

Vale, para dejar la obsecion que tenia con que fuera mi culpa, decidi aceptar la oferta de Mirajane, y asi estariamos en paz, pero aun asi, me consideraba como el culpable, le sonrei y le conteste estando aun en el suelo, mirando a sus esmeraldas oculares....que nombre mas raro les he puesto.

Vale, pero, solo por que lo dices, y ademas no quiero desangrarme mas de lo que ya habia-dije, liberando una sonrisa, ella siempre seria una compañia bienvenida. Luego, en sus otras preguntas, pude notar su preocupacion, apesar de ser acompañadas con lagrimas, luego, aquellas manos ocultaban la furia que sentia, le mire extrañado, luego mire al suelo, respondi:

Vamos, no derrames lagrimas por eso, no vale la pena, de verdad, por lo otro que has dicho, no tengo otra opcion que terminar el asunto, o el asunto acabara conmigo, es algo que hay que aceptar sin importar que, es la realidad. Estoy quedandome en Londres por unos dias, estoy buscando y resolviendo asuntos pendientes con varias personas, luego ire a buscarlo y terminare todo esto de una vez por todas, luego podre respirar en paz despues de 3 años-dije respirando, dejando escapar un suspiro luego, me acerque a ella, ya podia moverme mejor, no era tan doloroso.

Hice que me mirara, dirigiendo su rostro con mis dedos de manera delicada, limpie sus lagrimas con estos mismos, le sonrei, y acaricie un poco de su cabello, diciendo:

Te ves mucho mas hermosa cuando no lloras ¿sabes?, asi es como quiero verte, sonriente-dije volviendo a acariciar su rostro, haciendo que sus labios marcaran la sonrisa de siempre, la que me encantaba ver, retire mis manos de su rostro, y solo le sonrei, coloque mis manos en mi cabeza, estirandola hacia arriba, solo para acomodarme mejor.

Aquellas lagrimas que derramaba, no eran razones para mantenerme feliz, pero trataba, no queria que nadie sufriera por mi, al fin y al cabo, nadie sabria como terminarian las cosas, podia morir o no, en todo caso, yo siempre pense que no merecia las lagrimas de nadie jamas, causar dolor era lo que yo mas hacia y experiencia tenia al parecer, o almenos a mi mismo, el mazoquismo siempre era una actividad favorable contra el aburrimiento en mis dias.

Retiré mis manos de la cara para escuchar sus palabras. Para ser sinceros, me jodía, porque llevaba razón. Tenía que terminar con su tormento o su tormento le comería a él, no quedaba otra. Pero seguía dándome rabia que estuviese metido por aquellos mundos, y más sabiendo que le perseguían y que probablemente, no iba a ser la primera vez que le hicieran algo parecido a lo que había presenciado hoy. Le escuché resoplar mientras seguía mirando al cielo, que ya se había tornado oscuro. Me explicó que estaba en Londres resolviendo asuntos, más tarde iría a buscar a aquella persona y acabaría todo. Me sentí agradecida de que Jacob confiase en mí y me contase aquello.

Se movió hasta quedar cerca mía, pude ver como ya lo hacía con más facilidad ya que estaba sanando. Dirigió mi cara lentamente hacía la suya, para mirarle, quitándome las lágrimas de las mejillas y acariciando suavemente mi pelo. Sonreí ante lo que me dijo, cogiendo su mano y apretándola fuertemente.-Perdona, ya sabes que soy una llorona...algún día me deshidrataré por ser tan dramática-me terminé de secar las lagrimas con la manga del uniforme del colegio mientras sonreía otra vez-no quería preocuparte.-se que Jacob era la clase de persona que no quería que nadie sufriera por él. Pero al fin y al cabo, era mi mejor amigo, lo mínimo que podía hacer era preocuparme.

Se acomodó con las manos detrás de la nuca, mientras que yo le miraba atentamente. Suspiré pesadamente-Esto de ser la mejor amiga de un mortífago es muy complicado-bromeé, había que quitar hierro a los malos asuntos-me lo tenías que haber avisado antes-le miré, divertida, con una ceja alzada.

Reparé a observar que con el tiempo que había pasado, el valle casi había oscurecido por completo. Bajé la mirada triste, y sin mirarle empecé a hablar-Creo que es...momento de que me marche.-dije, con un deje algo triste. No sabía cuando volvería a verle-Voy a meterme en un lío tremendo si me pillan volviendo tarde.-arrancaba las briznas de hierba para tranquilizarme. De repente y sin más, siguiendo mis instintos, me abalancé sobre él por última vez, esta vez sin caernos y con fuerza, casi que me daba igual hacerle daño. Al fin y al cabo, nadie sabía cuando iba a volver a verle-Tranquilo, no voy a llorar...-le dije, aún abrazada-Sólo prométeme que volverás vivo de esto. Dime si no quién me salvará la próxima vez que me ataque un mortífago- sonreí.-No te dejes sucumbir por ellos...si me entero de que te has rendido en tu cometido iré yo misma a patearte el trasero a tu tumba ¿me oyes?-Me separé de él para mirarle y terminar de despedirme. Era el momento de partir.