Lluvia en el salón [Mel]

La clase ya había acabado hacía algunos minutos.. y todos, incluido el profesor se habían largado de allí... era un salón que sería remodelado, pues dentro de todo lo antiguo y malgastado que podría estar, éste estaba peor, miré alrededor de las agrietadas y sucias murallas del salón... con un poco de magia todo eso se podría solucionar, pensé para mi mismo, aún estaba con el pergamino sobre la mesa y tenía mi rostro afirmado en mi mano, mi codo estaba sobre la mesa, y mi mente estaba en otro lado que seguramente no era ese salón... después de haberla visto en las tres escobas habían pasado algunos días... algunos días después de aquel beso... después de aquellas confesiones... después de aquellos planes, todo sonaba tan maravilloso y extraño, y al mismo tiempo era atemorizante, y ilusorio, pues ella no había vuelto a mi, no le había visto, ahora que era justo cuando más necesitaba verle... cuando más necesitaba tenerle conmigo... Ýa no se sentían pasos en el pasillo, ya no había ruido alguno salvo el de la lluvia que azotaba impasible por la ventana... cerré los ojos y suspiré profundamente para comenzar a ordenar mis cosas.. me había perdido otra clase... esperaba verla... necesitaba hacerlo... ya estaba soñando, incluso despierto, con la idea de estar juntos...

Iba por los pasillos buscándole, deseando verle, pregunté a un chico de su mismo curso que clase habían tenido ahora y me fui hacia allí, quería darle una sorpresa, necesitaba verle, estar con él, las clases de ese día ya habían acabado y pensé que podíamos estar juntos, como la última vez...

Corrí por los pasillos hasta llegar a la clase, la puerta estaba entre abierta y me asomé, allí estaba él, sentado en su pupitre y con las cosas sin recoger, segía tan guapo como desde la última vez que le ví.

Me acerqué silenciosamente a él por su espalda hasta detenerme detrás suyo, recordé aquel momento, el momento en el que probé sus labios, dulces y suaves.No se cuanto estuve allí recordando aquella magnífica sensación y me dí cuenta de que había ido a darle una sorpresa y a verle de nuevo. Puse mis manos en sus ojos suavemente para que no me viera.

-¿Quién soy?-Le susurré al oído dulcemente.

Tan sumido en mis pensamiento estaba que cuando sentí que no podía ver, que un par de manos pequeñas y cálidas habían obstruido mi visión, di un sobresalto y me sentí un tanto nervioso... puse mis manos sobre las manos que me impedían ver y tomándolas las llevé a la altura de mis labios... le di un beso a cada una, cerré los ojos y sentí ese dulce aroma, exactamente igual que el de la otra vez, mi corazón latía a mil.. igual que en aquel momento cuando nos besamos en las 3 escobas... ese olor era inconfundible, sin embargo decidí juguetear un poco, por lo cual dije.

- Robin... mi amor... sabía que vendrías a verme

Me levanté riendo, soltando sus manos y me volteé, tomé su cintura y ante el sobresalto que sguramente ella debía tener, me apoderé de sus labios, dandole a sentir todo lo que la había extrañado estos días que habían pasado, la besé apasionada y tiernamente... disfrutando del sabor de esos labios rojos y preciosos.

- Nunca olvidaría ese aroma, Mel

Susurré apegado a sus labios mientras mis manos seguían abrazando su cintura

Cogió mis manos con las suyas, lo que hizo que al sentir de nuevo esas cosquilas en el estómago que tanto había echado de menos esos días. Pero de repente, el dijo: Robin, mi amor, sabía que vendrías a verme... Estaba asustada, ¿se habría olvidado de mi? ¿estaría haciendo el mayor de los ridículos? Yo no había podido quitármelo de la cabeza y él al parecer si a mi... Luego se levanto riendo y me cogió de la cintura, yo suspiré, solo había sido una broma, menos mal, no habría podido soportar que se hubiera olvidado de mi... Luego me besó, dejano ver que él también me había extrañando... disfruté de nuevo de el dulce sabor de sus labios, y pasé mis manos por detrás de su cuello.

-Eres malo Edmond, me has asustado.-Dije yo después.

Luego besé su naríz y me abrazé a él, su aroma era delicioso y el sabor de sus labios lo mejor que había probado.

Luego de todo, me sentí un tanto culpable por lo que había hecho, ella se veía algo asustada y luego me dijo que era malo, sonreí, pues no podía hacer nada más que sonreír... la dicha de verla era tanta que no sabía realmente como actuar, qué hacer... cómo hacer lo que fuera que quisiera hacer.Me había hecho tanta falta en estos días... sentía como que la necesitaba... como al aire... como al agua... Melinda era una de mis necesidades, que más que básica... es esencial

- Tranquila Mel... tu sabes que yo nunca podría olvidarte

Melinda estaba preciosa... se veía tan hermosa como la primera vez, su cabello castaño claro y sus ojos hermosos... sus labios rojos y dulces... su sonrisa, el candor y sabor de sus labios me llevó al cielo una vez más, pues no pude evitar tomarlos otra vez, como un drogadicto que vuelve a caer... realmente no me importaba cuán nocivos fueran sus besos para mi salud... no podía vivir sin ellos.

- Te extrañé tanto... tanto tanto

Dije abrazándole y estrechándole entre mis brazos... la había hechado tanto de menos... tanto... tanto que las palabras eran pocas como para definirlo.

Ví que se sentía algo culpable, y me sentí yo culpable por hacerle sentir culpable, pero me había asustado, le había hechado tanto de menos... Si él no se acordaba de mi yo no habría sabido que hacer, le necesitaba mucho, y más al no haberle visto en días, al verle sonreir sonreí yo tanmbién, como me gustaba su sonrisa... Luego dijo que él nunca podía olvidarme, yo tampoco podría olvidale a él, nunca, pero aquella tarde habíamos bebido mucho y allí tambmién me planteé la posibilidad de que él no me recordara, pero ahora sabía que no, que él estaba allí conmigo y se acordaba de mi perfectamente.

-No habría soportado que me olvidaras, no lo vuelvas a hacer...-Dije poniendo cara de cachorrito.

Él estaba tan guapo como le recordaba, o incluso más, sus labios, su pelo tan perfectamente contrastado con sus ojos como la vez anterior, su aroma me hizo recordar el dulce sabor de sus labios, y cuando él me besó de nuevo lo volví a saborear, era maravilloso, él era maravilloso. Luego me dijo que me había extrañado, que tierno era, que amable era...

-Yo te heché mucho de menos, y deseaba venir a verte, pero tuve mucho lío con las clases y no pude, pero no he dejado de pensar en ti desde aquella tarde en las tres escobas.

Luego me abrzó y yo hundí las manos en su pelo, le había hechado de menos, pero ahora al estar a su lado se me olvidaba todo, solo disfritaba de volver a estar a su lado.

Ver a ese ángel frente a mi de esa manera tan fantástica e imponente me hizo perder la razón definivitamente, Mel era preciosa... olvidarla luego de las 3 escobas? nunca... Dicen que el alcohol hace que todo se vea más lindo... pero no estaba muy seguro de ello, pues si estando un tanto pasado de cervezas ella era perfecta, ahora se veía mucho mejor... era eso posible?... bueno.. qué más daba... mientras estuviera aquí, conmigo.. en mis brazos, en mis labios... cómo adoraba el tacto de esa hermosa mujer... Mel era preciosa, perfecta.. fantástica... no solté su cintura por nada del mundo, ese hermoso quiebre que se genera en su cuerpo llamado cintura, esa curva hermosa y deseable... sonreí de costado ante su comentario y asentí mostrándole comprensión.

- Si... te entiendo.. a mi también las clases me tienen... abrumado

Dije deseando usar otras palabras pero tragándomelas, reí tras esto y me apegué nuevamente a sus labios, sabían tan deliciosos... eran tan... tan dulces que no los olvidaría nunca, y no los cambiaría por nada.

- Yo... digo.. tu tampoco has dejado de habitar mi mente ni por un segundo... estás tan... tan bella...a...Mel

Dije conteniéndome de decir esa palabra.. "amor"?.. era posible decirle así a una persona a la cual habías visto una sola vez y a pesar de haber besado sus labios no sabías muchas cosas sobre ésta?... no lo sabía... pero mi mente se había puesto en estado "off" por un instante, logrando que casi le llamase con ese nombre, Le sonreí y le abracé más fuerte presionando mi cuerpo contra el suyo para luego soltarle y mirar alrededor dando una vuelta... para luego mirarle y dar un suspiro profundo e infantil, como de un niño enamorado.

- Te gusta este salón?

Antes de que terminara mi pregunta... el agua comenzó a filtrarse por el techo, creando una gotera, la cual al sentirla y localizarla... me hizo reír

Él también había tenido muchas clases, y tampoco había conseguido olvidarme, era tan tierno... Tan guapo... ¿Cómo había no haberle conocido antes? HAbía estado todo el tiempo en mi mente desde que le ví por primera vez, bueno, todo menos el día después de conocernos en las tres escobas, no me había podido levantar de la cama de lo que me dolía la cabeza... ¿y él habría estado bien? Ojalá su cuerpo aguantara mejor las cervezas de mantequilla que el mío, porque él bebió mas que yo, eso seguro.

-¿El día de después de habernos conocido en las tres escobas... Te encontraste bien?-Dije algo preocupada.

Luego me abrazó entres sus fuertes brazos, y yo no puede hacer otra cosa que perder mis pensamientos en él... Me transmitía calor, tranquilidad, y sobre todo, felicidad. Era totalmente feliz a su lado, y era muy extraño, era la segunda vez que estaba con él pero era como si hubiera estado a su lado desde siempre, y no pudiera soportar sin verle, pero realmente, no conocía gran cosa sobre él...

-Si, es agradable, ¿qué clase das aquí?-Dije mientras seguía su mirada y descubría la gotera, sonreí al verla, era curioso ver una gotera en Howarts.

Luego extendí la mano hacia la gotera y una gota cayó en mi mano, era extraño, la gota estaba, ¿caliente?

- Mucho mejor que bien... siento como que todavía no se me desvanece el calor y el dulzor de tus labios en los míos

Dije sonriendo mientras me daba un par de vueltas por el salón, como quién arranca de alguien, con un deje infantil y tierno, luego volví a ella una vez estuvo al lado de la gotera y le miré, parecía bastante sorprendida, por lo cual acerqué mi mano también a la gotera, el agua estaba caliente... eso era sorprendente.. y extraño, en mi mente traté de recorrer el castillo hasta saber a qué correspondía el salon que estaba exactamente sobre este... en realidad no servía, pues nisiquiera conocía todos los salones donde me tocaba clase, quité mi mano de allí inmediatamente y también la de ella... había escuchado alguna vez sobre un ducto de desechos y de pociones que fallaban, miré a Mel y no le conté lo que pensaba, pues no quería asustarle innecesariamente, busqué una forma de distraerle, y tras meditar por unos momentos estiré mi brazo por su espalda y le comencé a hacer cosquillas en su costado, para evadir su atención de la gotera de extraña procedencia

- Es de clase de pociones, o algo así, es como una sala temporal para pociones

Dije sin parar de hacerle cosquillas con ambas manos ahora, disfrutanod de su risa y de su tacto, adoraba juguetear con Mel... mi Mel

- Tienes cosquillas tienes cosquillas?

Agregue mientras aumentaba la intensidad de estas

Sonreí ante su comentario, la verdad es que yo tampoco había olvidado ese beso... Aquel beso que me hizo sentir cosas maravillosas.

-Me refiro por las cervezas te mantequilla, bebimos bastante y yo el día siguiente no me pude ni levantar.-Dije explicándoselo para que lo entendiera.

Él empezó a dar vueltas por él salón, yo me senté donde había estado él al principio y miré las cosas que había sobre su mesa, luego cogí su pluma y empezé a jugar con ella. Luego, él quitó mi mano que todavía segía bajo la gotera, le miré algo extrañana, ¿quizá eso no era agua? Luego empezó a hacerme cosquillas y yo empezé a reir.

-Jajajajaja pa... Jajajaja ra... Jajajajaja Ed... Jajajajaja mond... Jajajajaja me... Jajajajaja Ha... Jajajajaja ces... Jajajajaja cos... Jajajajaja quillas...-Dije sin parar de reir.

Me reía sin parar, luego cogí sus manos y paré de reir, pero empezé a hacerle cosquillas yo a él, era divertido, tal y como había pensado que sería estar con él aquel día en las tres escobas.

-Esta es la venganza de las cosquillas.-Dije sonriendo mientras le hacía cosquillas, estar así con él era estupendo, y muy divertido, disfrutaba de cada una de sus sonrisas, de cada una de sus miradas, de cada contacto que tenía con él.

- Ah no.. para para jajajaja... para porfa... jajajaja... vor

Dije riendo por culpa de las cosquillas, era sumamente cosquilloso y en tratar de escaparme caí al suelo y seguí siendo asediado por esos dedos que pretendían hacerme reír sin parar, y ciertamente no pude denterme, trataba de decir algo pero no podía, pues la risa me ganaba todo comentario que tratara de gesticular, era entretenido pasar un rato así con Mel... parecía como si todos los problemas desaparecieran de mi mente y como si nada más importara... solo ella, yo y las cosquillas que ahora no me dejaban en paz.

- No.. Ahh jajajaja.. detente.. jajaja...

Agregué tomando sus manos y tirándole hacia mi, estaba recostado en el suelo y ahora ella estaba muy cerca mío, qué más podría hacer?.. tomé su nuca y la guié hacia mi rostro para besarle en los labios románticamente, tomé su otra mano mientras la mano que yacía en su nuca subía a su cabello y allí exploraba como una larga caricia, el salón estaba vacío... nadie nos estaba mirando... estábamos solos... No perdería oportunidad de probar los labios de Melinda donde fuera y frente a quien fuera.

- Eres preciosa Mel... siento como que quisiera pasar el resto de mis días contigo

Dije tomando su rostro mientras le miraba fijamente a los ojos, esos ojos hermosos... no esperaba respuesta alguna.... aunque la deseara... con una sonrisa... con el alba de su sonrisa me bastaba....

Ahora el que reía sin parar era él, lo que me resultaba mucho más divertido, luego calló al suelo, pero eso no evitó que no parara de hacerle cosquillas, la situación había cambiado, ahora era yo la que hacía cosquillas. Su risa me sacaba de mis pensamientos y reía al oirle reir.

-Jaja es mi venganza.-Dije riendo y parando un poco mi ataque de cosquillas.

Nos quedamos los dos tumbados en el suelo, y el cogió mi cabeza entre sus manos, me dijo que era preciosa y que sentía como si quisiera pasar el resto de sus dias conmigo. Él era fantástico, y solo con imaginarme estar con él así más veces... Era perfecto.

-Ojalá estemos así muchas más veces.-Dije mirándole a los ojos.

Luego me acerqué a él y le besé de nuevo, no puede evitarlo, estaba totalmente irresistible tan cerca de mi. Sentí su sabor y su calor de nuevo era sin duda la mejor sensación de todas.

Melinda era preciosa... ver sus ojos tan de cerca, mirándome fijamente... sus labios rojos y dulces que se dejaban caer sobre los míos como si estuvieran imantados el uno del otro, la piel de Mel, suave, sedosa... perfecta.. estar pegado a ella era increíble... no quería separarme más de la muchacha... y al mismo tiempo había aprovechado el romance para dejar de ser invadido por las manos de ella que me hacían cosquillas.

- No Melinda... no muchas más veces

Dije tomando sus manos mientras le besaba casi como un reflejo, casi como una necesidad, sin parar, sin detenerme... llegué a tal punto que mi lengua invadió su boca en un beso sumamente apasionado, recorriendo el interior de su boca con mi explorador... que terminó jugueteando con la lengua de Mel mientras ambas danzaban al son de nuestros corazones... una vez me separé para tomar aire, susurré

- Siempre...

Quizá estaba llendo muy rápido, quizá estaba siendo irracional, quizá ella no quería ir tan lejos, pero ese calor, ese palpitar, esas mariposas en su estómago tenían un solo nombre... amor.

- Sabes?... me agradas

Agregué en tono de broma

Cada vez que sentía el sabor de sus labios era mejor que la anterior, había algo en él que hacía que no pudiera separar mi mirada de él, era tierno, guapo, y me sentía segura y feliz a su lado. Me encantaba perder mis dedos entre su pelo, era una sensación maravilosa... Él era alucinante, sabía que si ahora me separaba de él no podría soportarlo

Dijo que no muchas veces más, lo que me dejó extrañanda, pero antes de poder decirle nada me besó de nuevo, y esa sensción de mariposas en mi estómago volivó de nuevo, y ese beso fue más intenso, y mucho más maravilloso que los anteriores, cuando nos separamos, iba a preguntarle por qué había dicho eso antes, pero él se me adelantó. Siempre, es lo que dijo, entendí que no le había dado tiempo a terminar la frase.

-Me habías asustado... Pero la verdad es que es fantástico...-Dije tímidamente volviéndole a mirar.

Estábamos llendo algo rápido, pero la primera vez que nos vimos ya había sentido el sabor de sus labios y no me podía quedar sin volver a probarlos.

- Melinda... sé que estamos llendo demasiado rápido... si tu quieres pausar las cosas un poco, es cosa que me digas..

Agregué mientras tomaba sus manos y le miraba fijamente a los ojos, con una media sonrisa y con tranquilidad, para tratar de darle tranquilidad a ella, no era la idea que ella creyera que estaba buscando cosas puntuales con la chica.. pues con ella quería estar... todo el tiempo qe me fuera posible, seguí sonriendo.

- Definitivamente podría acostumbrarme a verte todos los días después de clases

Dije riendo mientras le abrazaba y le daba una vueltita, entrelacé mi brazo en su cintura y miré la fisura de la cual caía ese extraño líquido, de repente, un ruido extraño me sobresaltó y le dí un tirón para caer ambos al suelo tras unas mesas, Filch se estaba asomando por la puerta, buscando que nadie estuviera dentro, una vez vió que no había nadie, respiré aliviado y miré a Mel con ojos traviesos con una sonrisa ahogada, para luego mirar atento como dejaba cerrado el salón por fuera, puse cara de terror y me levanté

-Puede que si Edmond, deberíamos ir más despacio, no quiero que te canses de mi.

Dije mientras le sonreía y me perdía en sus ojos de nuevo, en ese momento él me transmitía tranquilidad, el momento era fantástico, y deseaba que no acabara nunca, estar a su lado era tan agradable... Deseaba poder ver sus ojos, su sincera sonrisa, su pelo, deseaba poder verlos y sentirlos siempre cerca.

-Sería fantástico la verdad, ¿pero no se supone que eres un Ravencalw y que tienes que estudiar mucho?-Dije mirándole curiosa con una sonrisa divertida, la verdad es que a mi me encantaría estar así despues de clase cada día, pero lo malo es que estaría toda la clase deseando que acabara para verle.

Luego me dió una vuelta y miró ls extaña gotera, parecía preocupado, y si él pensaba que era algo malo, debía ser algo malo.

-Edmond, ¿que...?-Pero no pude acabar la frase para preguntarle por la gotera ya que un extraño ruido nos sobresaltó.

Era Filch, que no nos vió gracias a que Edmond tuvo buenos reflejos y nos tumbamos en el suelo a tiempo, luego Filch cerró la puerta, estábamos encerrados.

-Menos mal que no nos ha visto, todo gracias a ti.-Dije levantándome yo también.-Edmond, estamos encerrados...