Mirando las estrellas. [Edmond] [+18]

- Te das cuenta que no me saciaré con probarte solo una vez?

Inquirió el chico mientras sentía y disfrutaba las atenciones que Elianne le brindaba en su entrepierna, valla que sabía aprovechar esas pequeñas, delicadas, finas y suaves manos... le llevaban al cielo en cada caricia... Edmond tampoco se quedaba atrás, intentaba a toda costa hacerle explotar... usaría lo que fuera necesario para hacerle enloquecer, una vez sintió que la entrepierna de su acompañante comenzó a humedecerse, el muchacho no dudó en introducir uno de sus dedos en la intimidad de la chica, hundiendolo en su sexo para invadirlo y sentir su humedad interior, deseando que contagie al exterior, llevó su otra mano a uno de los pechos de Elianne para atenderlo, mientras besaba el cuello de la chica y luego se apoderaba de los labios de ella... su cuerpo le pedía a gritos el tomarle allí y ahora, sin embargo, jugaría sucio hasta hacerle pedir a gritos tenerle dentro

Elianne se sintió en el infierno y en el paraíso al mismo tiempo, tan cerca pero tan lejos. Quería decirle al chico que acabase con la tortura de una vez y abrió los labios para pedirselo, pero cayó en una cosa... Y a ese juego podían, debían, jugar dos personas. Su mano se metió en los calzoncillos de Edmond y se cerró entorno al miembro del chico. Edmond jadeó en sus labios y Elianne tuvo que contener una sonrisa satisfecha.

Con la mano que tenía libre, le acarició el cabello, con toques y despeinandolo. Elianne cortó el beso y fue al cuello, ese maravilloso cuello que a la mañana siguiente estaría lleno de marcas hechas por ella, enterrando la cabeza en el. -Espero que sea verdad.- Le susurró al cuello. Intentó resistir la tentación de volverlo a lamer, pero no pudo: el cuello de Edmond era sumamente tentador.

- Oh si... te juro que no pararemos esta noche

Dijo jadeando en su oído... pareciera que gimiera a propósito en el oido de la muchacha para hacerle moverse con más intensidad, Edmond no paraba de disfrutar y de necesitar estar dentro de ella, era chistoso, al principio el tenía el control del juego, y ahora lo estaba perdiendo, mas no se detuvo y captó el lóbulo de la muchacha entre sus labios y luego entre sus dientes, mientras entrometía otro dedo en su entrepierna para ver cuánto podría soportar... su otra mano se había transportado al hermoso y firme trasero que Edmond había notado una vez hubo entrado a la torre, y allí se posó para levantarle levemente la pelvis... ya que Edmond no traía camisa y Elianne tampoco, el chico aprovechó ese precedente para moverse como si ya estuviera en su interior, de arriba a abajo, mientras sentía el roce de sus pezones con los de Elianne... oh dios.. la diosa luna le hacía disfrutar, y disfrutar en grande.

- Si.. Elianne... me encantas... si...

Jadeó ante tanta estimulación mientras su miembro llegaba a su estado máximo, ya no cabía en su ropa interior.

Elianne notó como el chico se exitaba cada vez más... ¡Joder! Si incluso ella, la "reina del hielo" para esas cosas, no estaba segura de aguantar mucho más. Haciendo un gran esfuerzo, acariciar el pelo chico le estaba gustando mucho, bajó la otra mano. Y luego, sintiendose muy mal, sacó la mano de la ropa interior de Edmond. Escuchó al chico soltar un quejido que acalló besandole y mordiendole el labio inferior, otra de sus partes favoritas. Con ambas manos bajó, muy despacio, el calzoncillo.

Elianne sonrió y le dijo: -¿Podrás seguir mi ritmo?-

La chica le empezó a guiar, con la mano en su miembro, para que ambos se sintieran satisfechos, al fin. Con la otra fue subiendo por el pecho del chico hasta llegar a su cuello y le acercó para besarlo profundamente.-Me gustas... De verdad-

Las sensaciones que Elianne le entregaba eran placenteras... demasiado... eran extasiantes... todo lo que sentía estando con ella y lo que podría llegar a sentir era maravilloso, de solo imaginarse con ella como pasaría pronto, se le ponía la piel de gallina, Edmond le llenó de caricias y besos por todo el cuerpo, sin detenerse y sin pensarlo dos veces, mientras se deshacía también de las bragas de la chica, no sin antes constatar que estas estuvieran húmedas... El muchacho posteriormente también ayudo a Elianne a deshacerse de sus calzoncillos, ahora ambos estaban en igualdad de condiciones... Edmond no lo pensó dos veces y aprovechó la desnudez de ambos para entrometer su miembro entre los muslos de la muchacha, rozando la entrepierna de Elianne con todo el largo de su miembro, sin detenerse, generando muchisimo calor a base del roce

- Podrás tu seguir el mío?

Contestó el chico desafiante... mientras disfrutaba de aquello y tomando a Elianne de la espalda, se sentó para ponerla de rodillas sobre el... separandose solamente por el hecho de no estar uno dentro del otro, Edmond aprovechó de acariciar las nalgas de la chica mientras seguía frotando su miembro contra la entrepierna de la muchacha y besaba su cuello, lo lamía y esparcía ese rubio y hermoso cabello. Elianne de golpe dijo algo en modo de confesión... Edmond no titubeó.

- Tu también me gustas, Elianne

Tras responder aquello, besó profundamente los labios de la chica y sin detener el frote de sus cuerpos desnudos, tentó con entrar en ella, tomando sus caderas y frotando la cabeza de su miembro con la entrada de la chica..

- Estás lista?

Elianne se vio movida hasta estar sentada encima de Edmond, el chico acariciaba con... No sabía muy bien como llamarlo pero lo estaba sintiendo. -Me ofende la duda- Le dijo mientras sentía como el miembro de Edmond se acercaba cada vez más a su entrada, no aguantaría mucho más con el fuera, a decir verdad. Le besó, otra vez, mordiéndole los labios y luego besandole la barbilla de lado a lado.

Elianne no se dio cuenta de lo mucho que le importaba la respuesta del chico hasta que la escuchó. Miró a Edmond a los ojos y se quedó prendada de su mirada para luego volver a la carga besandole fuertemente.

-Como para no estarlo.-. Respondió ella, repentinamente impaciente.

- Shhh... ya no digas nada más... ya no digas más

Contestó Edmond besándole a cortos intervalos, mientras tomando los muslos de la muchacha la levantó lo necesario, con la delicadeza necesaria y con la precisión necesaria para comenzar a hacerle caer lentamente sobre su miembro, el cual había pasado ya el límite de la entrada de Elianne, comenzaba a introducirse paso a paso en ella... era una sensación fantástica... alucinante... su humedad.. su calor, podía sentirlo.. Edmond podía sentir todo... mientras su miembro seguía internandose en el interior de su compañera... estaba invadiendo a la luna... profanándola... poseyéndola... disfrutándola... ese calor interminable que ella le ofrecía... oh dios era una sensación fantástica... Edmond al principio había acallado las palabras de Elianne con un beso... un beso tierno... luego soltó esos labios y se abrazó a ella, mientras bajaba poco a poco... mientras se iba clavando más y más en ella... tarde o temprano el peso de la muchacha le haría caer hasta su base... una vez esto ocurrió... Edmond gimió placenteramente en el oído de Elianne mientras le abrazaba, y comenzaba a mover su pelvis en círculos.

- Oh... E...Elia...Elianne...

Gimió en su oído mientras comenzaba a tomar un ritmo más constante y seguía moviéndose en círculos, las manos del chico seguían abrazándole.

OFF: Siento no haber contestado antes... Es que no me gustó nada de lo que escribía.... -.-´

Elianne se sintió repentinamente completa cuando el chico la penetró del todo. La sensación era increible, cada centímetro de su cuerpo estaba apunto de explotar por esa deliciosa tortura. Gimió de ese tortuoso placer cuando Edmond empezó moverse en circulos. Luego gimió su nombre en el oido de Elianne... Y eso, junto con todo lo que estaba sintiendo la llevó a besar, morder y lamer el cuello del chico. Oh... Eso era... Muy cercano a la petit mort. Elianne cogió la cara del chico con ambas manos y lo miró fijamente, ese cabello despeinado obra suya, esos ojos que parecían tragarse la luz, esa nariz perfecta y ligeramente romana; esos labios llenos y un poco hinchados, esa barbilla tan masculina... El conjunto era perfecto y a Elianne no le quedó otro remedio que besarle, otra vez, mientras sentía como el chico seguía penetrando en círculos. El beso cubrió un gemido que, en es momento, hubiese sido casi un grito.

Off: jaja nu te preocupes.. tómatelo con calma... tengo todo el tiempo del mundo para ti

Edmond siguió con una serie de jadeos que parecían un concierto... Elianne parecía disfrutarlo tanto como él. por lo cual no escatimó en movimientos pélvicos para darle más placer y acostumbrarle a él, aunque parecía casi imposible... el interior de Elianne era tan estrecho, cálido y húmedo... Edmond no paraba de disfrutarlo, precipitadamente la chica le tomó el rostro y lo miraba analítica, Edmond se sonrió, sus ojos azules clavados en él, mirándole... como memorizando cada detalle, el chico disfrutó en demasía, seguía haciéndolo y disfrutaría aún más, Elianne posó sus labios sobre los de Edmond y ambos compartieron un beso apasionado y delicioso, sintió como un gemido de ella se ahogaba en sus labios, el aire càlido que salía de ella era abrasador, Edmond no tardó en cruzar sus brazos por la espalda de Elianne para inclinarse hacia delante, quedando sobre ella, la espalda desnuda de ella, estaba protegida del frío suelo por los brazos de èl, mientras que la parte de su cuerpo que estaba siendo asediada anteriormente, ahora estaba siendo atacada abiertamente... la pelvis de Edmond comenzó a arremeter con mayor ritmo y fuerza, en lìnea recta, tocando el fondo de ella para salir y entrar en sus movimientos, el roce, el calor... parecía arder... el cuerpo de el chico ardía... se quemaba... y al mismo tiempo sentía como quemaba en el interior de ella, Edmond no detuvo el beso mientras arremetía, hasta que el aire se hizo insuficiente y allí se separó para salir de sus labios para clavarse en el cuello de Elianne y allí morder, lamer... disfrutar, luego quedó frente a ella denuevo mientras seguía moviéndose, mirándole a los ojos y fijándose en cada detalle.. en cada gesto, en cada palabra y en cada sonido que a ella pertenecían, y que esa noche, tambièn serìan de él.

Elianne sentía el contraste entre el calor, el exitante y placentero calor, de Edmond y la fría piedra del suelo, a pesar de que el chico habia puesto sus manos en su espalda de Elianne en un intento de protegerla del frío; y la verdad es que tenía un algo que hacía que cada choque por una embestida de Edmond mejorase. Elianne sentía como el chico salía y entraba cada vez de una forma distinta pero manteniendo un ritmo similar... Era simplemente, sublime. Elianne estaba disfrutando de como el chico le estaba devorando el cuello cuando Edmond paró. Ella se iba a quejar, hasta que Edmond la miró a la cara, pareciendo memorizar cada centimetro de su rostro. Elianne, poco acostumbrada a ese tipo de escrutinios en esos momentos, se sonrojó fuertemente sin apartar la mirada. No había disminuido el ritmo a pesar de estar aparentemente concentrado en otra cosa... Edmond la iba a volver loca.

- Me encantas preciosa, me encantas

Edmon sentía como los muslos de Elianne le rodeaban, como ese delicioso y suave tacto le acariciaba mientras él arremetía sin piedad en su interior, mientras disfrutaba de ese calor, mientras aumentaba esa humedad, con cada movimiento se hacía todo más delicioso e irresistible, Edmond sabía como hacer el trabajo, lo disfrutaba, los besos del chico en el cuello de la hermosa rubia duraron poco, pues bajaron rapidamente a los pechos y a los erectos botones de sus montañas, los cuales acariciaba con su lengua y succionaba a momentos, apasionadamente y desesperado, comprendiendo que su cuerpo no aguantaría mucho más tanto placer, el cuerpo de su chica era completamente manipulable, ahora le pondría en jaque, deshaciendo el abrazo y tomando las nalgas de la chica, Edmond se fue de espaldas para quedar recostado, con ella sentada sobre el, aún clavada en él, aún siendo uno, ahora tooodo el trabajo quedaba en manos de ella, ahora ella no podría sentir frío, ahora a él le tocaba disfrutar, Edmond llevó una sus manos a los pechos de la chica los cuales acarició y apretujó apasionadamente, mientras su otra mano que permanecía en el trasero de la muchacha, guiaba su pelvis para saltar sobre él, con el fin de continuar con la mejor dosis de placer que al menos él, había teniido hacia mucho.

- Oh.. Oh.. E..Elianne... Elianne... No..No pares.. No.. NO pares... Oh!.. como me encanta!

Elianne se posicionó encima de Edmond guiada por él. El chico empezó a moverla para que siguiese un buen ritmo hasta que ella lo consiguió sola... Se sentía completa y poderosa... Y sentía placer... El sexo estaba siendo glorioso... Elianne sintió como Edmond le acariciaba, apretaba, torturaba, los senos y se inclinó hasta que estos empezaron a hacer fricción con el pecho del chico tras cada embestida... Enterró la cara en el cuello del chico, mientras apoyaba los brazos en sus hombros, y empezó a morder, lamer, succionar cual vampiro... Quería que le quedase marca... Quería que el chico recordase que ella había existido.

Elianne sentía como cada célula de su cuerpo chillaba de placer. -Yo... Yo... no... aguantaré mucho más- gimió en el oído de Edmond mientras clavaba sus uñas en sus hombros.

Edmond no paraba de gemir, no paraba de disfrutar, jadeaba desenvolviendose y mostrándole cuanto disfrutaba lo que Elianne le daba, lo que ella se acercó al pecho de él, Edmond se abrazó de ella para que el roce fuera más insistente y para poder sentir su vientre, su cuerpo, caliente, ardiendo... quemando en él. Edmond seguía disfrutando de cada movimiento, a punto de llegar al máximo... orgasmo era una palaba muy fea como para tildar algo tan maravilloso... cielo, quizá pase al cielo era indicado, Edmond comenzó a gemir más fuerte cuando ella se puso a succionar su cuello, era una vampira, una vampira viciosa y deliciosa... Edmond comenzaba a hacer movimientos mas torpes, que hacían más notorio que estaba por llegar, Edmond tomó las nalgas de la chica y le dio una leve nalgadita, mientras sentía como el éxtasis llegaba a él poco a poco.

- Entonces vámonos juntos... ven.. Oh.. Oh Elianne!

Bramé de placer mientras de mi comenzaba a brotar un sinfin de mi semilla, en su interior, llenándole sintiendo ese calor infinito y delicioso de un verdadero pase al cielo, esa sensacion fantastica y deliciosa de acabar, ese éxtasis de disfrutar y compartir el placer de una noche de pasión con alguien de tal belleza como Elianne Noir

Elianne observó, con morbosa curiosidad, como el chico se corría. Ver al chico cerrar los ojos y llegar al cielo fue el mejor afrodisiaco posible para la chica. Sintió como cada músculo, cada centímetro, de su cuerpo se llenaba de un placer liberador. No tenía palabras para decir como se sentía, excepto, quizá, Dios mio, pero todo el mérito lo tenía Edmond, no Dios.

Elianne apoyó la cabeza en el pecho del chico sintiendo como los latidos de Edmond iban de más a menos. Era el toque perfecto, Elianne suspiró con perezoso placer. -Gracias-. Murmuró, bajito.

-Gracias?- Inquirió el muchacho como ahogando una leve risita estupida, estaba verdaderamente embobado por todas las sensaciones que Elianne le había entregado hasta ahora, Edmond sentía como sus piernas tiritaban y como su mente pedía más, sin embargo su cuerpo no era capaz por ahora, debía descanzar, necesitaba descanzar. - Has estado maravillosa...- Agregó abrazándole y entrelazando sus brazos tras la diminuta figura de Elianne quien quedo con su rostro frente al pecho del muchacho... quizá para ella, él sería un polvo de una noche, sin embargo... sabía que había algo que les haría volver a encontrarse en algún momento y quizá en alguna situación provechosa.

- Me disfrutaste tanto como yo a ti?- Preguntó meloso, mientras recorría la espalda de la chica con sus dedos en una caricia que partía en su cuello y terminaba donde comenzaba su trasero, a ratos se pasaba a una de sus nalgas y la acariciaba lascivamente, el chico no descanzaba en ese aspecto, se quedó mirándole, sonriendo, pegado a esos ojos, sintiendo el calor de ese cuerpo, disfrutando de la humedad que ambos habian generado... disfrutando de aquel gran rato bajo la luz de la luna.

-Sí, gracias significa: estuvo bien, no te creas el Merlín del mundo-. Respondió Elianne irritada por la risita del Ravenclaw, trazando circulos en el pecho de Edmond. Lo miró a los ojos y se dio cuenta de que daba igual, el chico no lo entendería. -Tú tambien-

-Depende ¿cuánto me disfrutaste?-. Preguntó, besandole el cuello con deliberada tranquilidad. Estaba disfrutando de las caricias del chico por toda su espalda, se estremeció levemeente cucnando Edmond le acaricó la columna. Le encantó.

- Si yo fuera Merlín, bueno tu serías Afrodita, Daana, Eros... y ahora, en este instante eres Norna.. porque en tus manos tienes los hilos que guían mi destino- Agregó tratando de no ser meloso, solo expresando lo que su interior necesitaba decir.. tratando de darle un nombre a lo que había disfrutado, a lo que había sentido... realmente había sido fantástico... maravilloso... aún tenía todos sus pelos de punta, Edmond no paraba de mirarle y acariciar todo su cuerpo, Elliane Noir era una mujer fantástica...

- Si existiera un número para cuantificarlo, te juro que lo diría - Contestó, mientras no paraba de acariciar el cuerpo desnudo de su acompañante, ese cuerpo compacto y especial.. preciso... delicioso. -Veremos juntos el amanecer?- Preguntó mirandole, inquiriendo ilusionado y al mismo tiempo tratando de tentarle a pasar la noche juntos.. pues aún podían pasar muchas cosas una vez hallan dado una pequeña siesta.

Elianne rió su halago y le besó suavemente el cuello, que era lo que más cerca tenía. -Me encantaría ver amanecer contigo-. Dijo, levantando el rostro para mirar a los ojos a Edmond. Realmente había estado bien, no le importaría lo más mínimo repetir, un par de veces al menos. La noche era joven. Y el chico era totalmente apetecible.

- Quisieres descanzar un ratito?- Edmond preguntó mientras sus manos recorrían el cuerpo de Elianne, tratando de darle todo el calor posible, mas el roce y el permanente contacto de la desnudez de la preciosa muchacha tenía ese efecto que era incontrolable en cada hombre, logrando que la sangre tomara el curso equivocado y terminara en extremidades que no deberían despertar en ciertos momentos - O prefieres un segundo asalto?- Siguió con la pregunta, pues no pretendía dejar que ella pensara que su erección había sido involuntaria, sería algo así como una verguenza, Edmond le miró melosamente y besó su cabecita, en realidad... el sexo había pasado ya a un segundo plano, pues disfrutaba la compañía en sí de Elianne... esa mujer rubia y de ojos profundos... de piel suave y mirada penetrante.. de besos cálidos y apasionados... de ternura increíble. - Pídeme lo que quieras.. que esta noche soy tuyo- Agregó mientras llevaba lentamente su mano por la espalda de la chica hasta terminar en su trasero, el cual acarició lascivamente mientras le miraba con sicalipsis.

Elianne miró a Edmond y se rió dulcemente, había notado que el chico la había seguido acariciando por algún motivo ajeno a sus competencias, luego, por motivos evidentes, se había alegrado. En ese momento se le ocurró una idea que probablemente le traería muchos beneficios aquella noche-Bueno, no podría dejar que la segunda ronda la hicieras solo-. Bromeó, moviendo una mano traviesa a la entrepierna de Edmond. Sintió una erección hecha y derecha, literalmente. -veo que hay cierta alegría por aquí-. Comentó, riendose con suavidad, entonces lamió, mordió y se intentó comer la tableta, que estaba perfecta ni mucho ni muy poco, del chico. Le gustaba cada centimetro del cuerpo de Edmond, y por lo visto, a él el suyo. -Seguro que le dices eso a todas las chicas-. Expresó con sinceridad, al escuchar al chico hablar sobre que era de su propiedad mientras mordía suavemente esa parte sin nombre por debajo del ombligo.

-¿Quieres llegar al cielo?-. Preguntó, acariciando la punta del miembro de Edmond con la lengua. El chico no olvidaría esa noche. Elianne se encargaría de eso.

Edmond pensó que todo estaría bien en cuanto a un segundo asalto, pensó que mantendría el control y pensó que seria algo más tranquilo pero no menos placentero, sin embargo, el rápido movimiento de Elianne se provocó gran sobresalto, y una vez sintió como su compañera estaba engullendo su falo, dió un poderoso grito de placer que rebotó con eco por toda la torre, si había algo que le enloquecía era eso... Elianne mostraba gran habilidad en aquello, y Edmond se sentía mal por estar recibiendo tal placer y no poder brindarle nada, dada su pocisión, las palabras de su amante le trajeron de vuelta a la tierra por segundos.. cielo?... ya había estado allí antes, hacía solo unos minutos, cuando ellos eran solo uno; la lengua de Elianne acariciaba el miembro del muchacho, Edmond respondía con plácidos gemidos y llevando una de sus manos a la cabeza de la muchacha, guiándola pero en realidad solo disfrutando cómo ella le devoraba... - Ya estoy allí.. Elianne.. Oh.. Eli..Elia..Elianne.. sigue.. Oh.. si... ahhh- Gemía mientras se mordía el labio para tratar de parar, pero lamentablemente era indefenso desde el punto en que ella posó sus labios sobre aquella parte sensible y latente que desde su pelvis se erguía.

Elianne sonrió con suavidad al escuchar al chico gemir, sí, teoricamente no tendría nada excitante chuparsela a alguien, pero ver como gemía... como se contraía su rostro por el placer. Oh... Sí, eso definitivamente era excitante. Elianne se introdujo el miembro del chico en su boca, no le cabría entero ni en sueños, principalmente porque ella tenía una boca pequeña, diseñada no precisamente para felaciones, y succionó con lentitud, sabía que eso daría una sensación de estrechez. La que los chicos tanto amaban. Y cogió con su mano lo que no entraba en su boca, quería que se corriera tan rápido que cuando lo recordara pasase vergüenza, como si fuera un niño de once años haciendose su primera paja. Elianne pensó que su lado Slytherin era cruel.

Sonrió, o lo intentó.

Sus piernas temblaron, sentía una humedad bajar por sus muslos. Estaba realmente exitada, pensó sintiendo como Edmond la cogía por la cabeza para "guiarla", pero realmente realentizaba su... arte. Porque una buena mamada requería de cierto arte. Elianne presionó más sus labios contra el miembro de Edmond, sentía el líquido preseminal en su boca, y su mano adquirió una velocidad más fuerte. Faltaba poco, pensó con maldad. Y ella también quería que el chico fuese creativo para ella... Porque con tantos gemidos de Edmond se sentía muy, muy excitada. Tenía muchas, muchas ganas.

Edmond sonrió con los ojos cerrados, lleno de placer... extasiado, casi sin poder decir nada, sentía como los labios de Elianne acariciaban su miembro, que se derretía en la boca de su compañera, el chico no aguantaría mucho, no soportaría por tanto tiempo esa tortura, tratando de volver a sí mismo, movió la cabeza agitándola para tratar de despertar de esa sensación de éxtasis, para ver como entre las piernas desnudas de su compañera, algo les hacía brillar, ella también lo disfrutaba, estaba claro, el chico sonrió con sicalipsis, se trató de acomodar, pero no pudo, tomó el rostro de su compañera para llevarlo al suyo y besarlo con pasión, saboreando a Elianne y al mismo tiempo a sí mismo - Te molesta si me uno? - Preguntó alzando una ceja antes de darle otro beso y acomodarse recostado aún, entre las piernas de su amente, recostándose de tal forma que el rostro de él apuntaba hacia la intimidad de Elianne, y el rostro de Elianne estaba frente al miembro que hasta hacía unos segundos, ella estaba devorando, el chico se sintió como que estaba en su territorio, y no tardo en comenzar a devorar la húmeda intimidad de la rubia, acariciando su exterior con su lengua, para luego darle variados besos, perdiendo todo control, disfrutando, saboreando a Elianne, deseando que ella lo disfrutase tanto como él.