Cae la noche (Tanya)

-¡Oh! ¡qué bien me conoces! Esperaba que nuestra relación fuera más lenta, pero a este paso voy a tener que empezar a planear la boda... ¿Cuántos hijos quieres tener, cariño?-. Dije con palpable sarcasmo. Esto era realmente divertido y eso que Mijaíl parecía estar intentando molestarme.

-No, la verdad es que me da bastante igual- Respondí. -¡Qué bonito! Gracias por el halago!-.

Observé como Mijaíl cogía un paquete de cigarrillos y suspiré. -¿Es que para entrar en Slytherin teneis que fumar?-

-¿Has visto?, eres tan simple que es fácil captarte.- dije sonriendo de lado tras una risa sarcástica y, a decir verdad, bastante exagerada. Si pretendía sacarme de quicio lo tenía difícil, quizá parecía irritado pero era muy complicado sacarme de mis cavales.

Sabía que había dado en el clavo por su respuesta pues su contestación también sarcástica decía eso. Saqué el mechero y encendí el cigarro para lueo darle una calada. -Es cosa de casas, para la tuya sólo es necesario ser como borregos.- me encogí de hombros.

-Ya lo sé, es que simplemente no me ando con tramas y cosas extrañas.- Respondí encogiéndome de hombros. Mejor ser simple que un culebrón ambulante.

-¿Borregos? Leones, querido, Leones.- Corregí sonriente. -Pero bueno, si quieres pensar eso mejor. Así es más fácil saltaros al cuello.- Le dije, sin preocuparme demasiado. Su opinión me importaba exactamente lo mismo que la del calamar gigante.

La escuché y tras fruncir el labio alcé el brazo para mirar la hora que era, parecía que las manecillas del relog habían adelantado un poco sus posiciones tras la ultima vez que la miré antes de que esa "divertida" conversación comenzara. Bostecé de manera exagerada mientras ponía una de las manos frente la boca.

-Me aburres, ir a la cárcel esa es más divertido.- dije dándole una calada al cigaro y expulsando el aire hacia delante para que el humo le diera en la cara, sonreí.

Mijaíl frunció el labio y fue algo absolutamente sexy. Inspiré y expiré con tranquilidad. Relájate, pensé.-Ya decía yo que eras demasiado guapo como para no ser gay-. Respondí, fingiendo decepción. Bueno, en realidad sí que la sentía.

El Slytherin me echó todo el humo en la cara. Fruncí el ceño -¿Qué se supone que fumas? ¿Tabaco marca blanca?

Debía admitir que Tanya, como buena rusa, era una chica despanpanante y de belleza más que evidente. Le di una calada al cigarro mientras ella hablaba, su comentario hizo que tragara mal el humo y, como respuesta de mi oganismo, me obligara a toser.
-Joder.- exclamé aún tosiendo. Flexioné levemente las rodillas echando el cuerpo ligeramente hacia delante.

-Lo que puedo mangar o pagar.- me encogí de hombros sacando la pitillera con las letras "Malboro"inscritas en el dorsal.

-¿Con ellos?- Respondí automáticamente mientras aguantaba una carcajada. Parecía que mi comentario le había afectado porque se atragantó con el humo.-¿Estás bien?- Pregunté, decepcionada, cuando paró de toser.

-Tío, es Malboro eso desde luego no huele mal... En ese caso será tu aliento lo que da asquillo-. Me quejé, alejandome un poco de él.

Alce la vista poniendo los ojos en blanco ante su comentario. -¿No te cansas de decir estupideces?- pregunté retóricamente sin esperar respuesta alguna, pues si respondía cualquier memez quedaría comprobado el grado de estupidez que sospechaba.

-¿No piensas volver a la escuela o qué?- dije mirándola alzando las cejas. -Porque yo me voy.- anuncié poco antes de iniciar la marcha.

-Cualquier cosa que diga, comparandola con tus respuestas, me hará parecer un genio-. Respondí, encogiendome de hombros. Quizá me había pasado un poquito con mis respuestas... No, en realidad no.

-Pues ahora que lo dices sí, creo que te acompañaré. No vaya a ser que algún hombre lobo te viole y luego me echen la culpa a mí-. Le dije, estaba superando mi propio récord de sacar a alguien de quicio. Corrí un poco hasta alcanzarlo y murmuré un accio para traer mis cosas de dibujo. Supongo que conjuré mal porque el bloc acabó en la cara de Mijaíl.

Definitivamente esta chavala era idiota o más bien se lo hacía. Me abstuve de contestar a tal sandez pues no habríamos llegado a ningún objetivo clave así que, con cierta tranquilidad, me giré para seguir andando mientras tiraba el cigarrillo al suelo para luego apagarlo con el pie mientras lo presionaba con la punta del zapato.

Caminaba con tranquilidad sin esperar a que ella se pusiera a mi altura. -Prefiero morir violado por un hombre lobo a soportarte cinco minutos más.- dije metiendo, como de costumbre, las manos en los bolsillos. Pero de repente, y tras un conjuro mal hecho por su parte, un libro o lo que fuera aporreó mi cabeza. -Mierda de Griffyndor, si no sabes usar los hechizos, te mueves.- dije irritado mientras me rascaba la parte en la que me había dado, me saldría un chichón enorme.

-En realidad me estás cogiendo...- Me interrumpí a mitad de la frase,¡Бог! estaba divagando demasiado. Incluso para mí. -Tienes razón, hoy estoy insoportable... Pero si te consuela es tu culpa.-. ¡Ahí estamos! ¡Venga Tanya! ¡Tú puedes! me animé.

-Vale, ahora sí me he ganado caerte mal. Lo siento muchísimo, en serio- Me disculpé, sintiéndolo en serio. A pesar de que la situación era bastante hilarante. ¿Qué probabilidades había de que yo conjurase mal un hechizo y que le cayese a otra persona?

Seguía con mi intención de no quejarme más mientras me mordía el labio inferior a causa del golpe mirando hacia el frente. No interrumpí mi marcha pues no pretendía hacerlo y cuanto antes llegáramos antes se callaría.
-Si te callas podrías ganarte mi perdón.- dije bajando por fin la mano y metiéndola de nuevo en el bolsillo con cierta chulería y moviendo el cuello para estirarlo.

Joder, qué bueno está... Y te odia ¡Es que eres perfecta Tanya! fue lo más coherente que pude pensar porque Mijaíl, sin alías de momento, se había mordido el labio y, que nadie lo dude, había sido muy, muy bueno. Pero lo odias, ¿recuerdas? Sonó una voz, sospechosamente parecida a la de mi casi-hermanda, regañándome.

Decidí callarme... A decir verdad se lo debía al pobre chico, que ya había sufrido bastante conmigo.

Por fin se había callado, no me lo podía creer pero al fin y al cabo era todo verdad. El murmullo del agua bajo el muelle volvía a cautivar el ambiente haciendo que el silencio fuese un tanto incómodo. La miré de reojo aún caminando en silencio, era una chica guapa, mucho. Miré al cielo y me maldije mentalmente por lo que estaba apunto de decir.

-Va, habla, seguro que lo estás deseando.- dije con tono tranquilo

-Vale, pero que sepas que normalmente no me comporto así. Lo lamento mucho, ¿te hice mucho daño?-. Pregunté acercándome a Mijaíl. Seguramente a Mijaíl le daba exactamente igual lo que yo pudiese opinar pero yo me sentía culpable, a pesar de que probablemente había sido el karma el que le había golpeado, porque la verdad es que yo había ido provocando y él solo se había defendido. O, también era posible, era simplemente su naturaleza de Slytherin malvado.

-Oye, ¿en qué curso vas?-. Pregunté, alegremente.

Negué con la cabeza a modo de respuesta a su pregunta pues quizás había sido un tanto exagerado pero tendría que haber aprendido a hacer bien los hechizos. -No, pero la próxima vez hazme el favor de coger las cosas con la mano.- dije tras un casi inaudible suspiro.

-Es mi último año aquí, osea qué, con un poco de suerte no me volverás a ver más.- dije mirándola esperando alguna reacción por su parte.

-Te prometo que lo haré si lo recuerdo... Cosa difícil.- Le prometí, poniendo mi mano sobre el corazón. -Oye, ¿y eres así de borde todo el tiempo o sólo conmigo?- Cuestioné con sincera curiosidad. Esperaba sinceramente que Mijaíl me dijera que era así siempre, sería un golpe a mi orgullo que dijera lo contrario.

-¿Sí? ¡Yo también voy al último año! Qué suerte... Digo, qué extraño que nunca hayamos coincidido antes ¿no te parece?-