caminando por el bosque (mijaíl)

Las clases era aburridas. Soportar al profesor de botánica a estas horas de la mañana era un spulicio. Salí de allí con el sueter color marrón que llevaba en casi todas las ocasiones. Entré en el frondoso bosque lleno de ramitas viendo como otra chica había optado por lo mismo. Carraspeé para hacerme notar.

Alcé una ceja.

-¿Eres muda?- pregunté con cierta ironía ladeando la cabeza y metiendo una mano dentros del bolsillo.

-Entonces sólo hay una razón lógica, te ha comido la lengua el gato.- dije mientras comenzaba a caminar hacia ella pues se había parado y me indicaba que fuera hacia ella.

Sonreí de lado y estiré, como otras tantas veces, el sueter hacia abajo pues la costumbre a que se subiera lograba sacarme de quicio.

-Mijaíl.- dije haciendo denotar mi acento ruso aunque al fin y al cabo desconocía la totalidad de aque idioma.

Sonreí de lado ante su comentario.

-Me parece genial.- dije mirandola a los ojos mientras mi mente buscaba algún cumplido. Sonreí de lado. -Creo que tú eres enteramente sexy.- dije mirándola de arriba a abajo.

Reí al escucharla, estaba bastante acostumbrado a todas estas palabrerías.

-Lo sé.- dije en tono chulesco. -Es broma.- rectifiqué luego sonriendole. [color=palegreen]-¿Qué casa eres?-[/color pregunté con cierta curiosidad.

Reí de nuevo.

-San Modesto, baja que te llaman.- dije ante sus palabras. -Sly también pequeña, ¿O lo dudabas?- la miré observando sus ojos, la verdad era muy guapa.

Sonreí de lado al escucharla. Asentí con un leve movimiento de cabeza.

-Sí, mira.- dije poniéndome frente a ella. -Justo aquí...- dije subiendo mi mano a su rostro y rozándola con la comisura de sus labios.

La miré, parecía neviosa mientras mi mano seguía rozando su rostro. Sonreí de lado cuando cerró los ojos y bajé mis labios hasta rozarlos con los suyos suavemente.

Sonreí de lado y pasé la mano por su nuca.

-¿Te ha comido la lengua el gato de nuevo?- bromeé para quitarle hierro al asunto aún cerca de sus labios.

Seguí su beso atrayéndola más a mí mientras mi mano seguía rozando suavemente su nuca y enlazando su lengua con la mía, finalicé el beso mordiendo levemente su labio inferior.

-Mmm... no, aún está ahí.- reí

Me separé de ella al escucharla.

-¿Cómo que qué somos?- repetí alzando una ceja, lo último que quería es que se hubiera mal pensado.