Puta lechuza, me tiene harto [Maud Miller, Lyra Greed]

Sí, ya se había cansado, esa lechuza buena para nada nunca llegaba, siempre tardaba horas e incluso días más en llegar a destino. Esta vez esperaba su paquete mensual, donde del Ministerio recibía información valiosa sobre los nuevos mortífagos, pero, como era habitual, la puta lechuza no quería venir. Encaró hacia la lechuzería, para ver si tenía alguna información al respecto.

Habló con el encargado y él le comentó que hacía casi 3 días que no sabía nada de su lechuza. El chico se rascó la cabeza y asintió al hombre, para luego darse vuelta y al salir golpear la pared a mano cerrada, sí, estaba en verdad harto. Recostó su espalda sobre esa misma pared y con sus brazos cruzados aguardó un momento.

Dispuesta a entregar la carta que había terminado de escribir, Lyra se dirigió a la Lechucería. Pensando en qué lechuza del colegio iba a mandar y deseando tener una propia entró y vio a alguien recostado contra una pared. Al acercarse lo reconoció, era el chico de Slytherin con el que había hablado en la Biblioteca.
-Hola, ¿esperando alguna respuesta?- preguntó, de nuevo entrometiéndose donde no debía, mientras le dejaba su carta a una lechuza que estaba cerca para que la llevara a destino.

Si no hubiese sido una mujer, Cedric hubiera dirigido su próximo descargue contra Lyra, pará, ¿No era la chica de la biblioteca?. Él no había llevado mucha charla con ella ni se había preocupado en observarla por demás, como para recordar tan bien su rostro, pero sí, se sentía seguro de que era ella. Bajó sus manos palpando el bolsillo por fuera, buscando algo.

—Sí, eso mismo, pero esta lechuza de mierda pareciera que se va de juerga— le responde demostrando su enojo.

Como si fuera poco, alguien más se acercaba, era obvio que esa nueva chica conocía a Lyra, ya que la había abrazado muy amistosamente, demasiado para el gusto de Blair, que rodó sus ojos. Sacó por fin lo que tanto buscaba del bolsillo de su pantalón, era su tan preciado paquete de cigarrillos que, en situaciones como estas, lo sacaban de cualquier tipo de estrés.

¡Maldición!, no había traído ni su varita ni el encendedor, se quería matar, ¡Necesitaba ahogarse en nicotina!. Pero de un momento a otro se tranquilizó al reconocer la cara de la Raven, recordó haberla visto fumar en una charla que tuvo una vez en el jardín con su ex, sea como sea debería pedirle.

—Hey, ¿tenés fuego?— preguntó mientras se llevaba el cigarro a la boca, sosteniéndolo entre sus labios.

Lyra se dio cuenta de que Cedric no estaba precisamente de buen humor para charlas, iba a contestarle cuando sintió que alguien chocaba contra ella y luego pudo divisar a Maud, parecía tan feliz como siempre. Le devolvió el abrazo cariñosamente, olvidándose de que Cedric estaba a su lado, hasta que su amiga lo mencionó.
-Estoy bien y no interrumpes nada, nos encontramos de casualidad.- le contestó a Maud mientras dirigía su mirada a Cedric, quien ya tenía en la mano su paquete de cigarrillos. Oh, soy la única que no fuma en este lugar. pensó.

Cedric estaba dubitativo, ¿Darle un cigarrillo a la chica o no?, vamos, necesitaba fumar, obvio que se lo daría.

— Uhm, bueno, es tu día de suerte — dice mientras acerca su cigarro a la llama que provenía de esa varita.

Sacó uno más de su caja y se lo pasó, con una muy leve sonrisa mientras se volvía a acomodar en contra de la pared.

Da una primera gran calada y mantiene toda esa nicotina en sus pulmones mientras las mira, viendo que hacen.

Lyra bajó la vista luego del gesto de Maud.
-No hagas eso...- le dijo, algo avergonzada. Por la sonrisa de Maud, seguramente eso era buen tabaco... Ella no lo entendía, pero no importaba.
-No me molesta, estoy acostumbrada.- le contestó. Parecía que Cedric y Maud iban a llevarse bien, bueno, al menos tenían algo en común.

Cedric la miró de reojo y tuvo que sonreir, aguantando un poco una posible risa, que luego llegó junto a el humo que aguardaba en sus pulmones, llenando así el aire de impuresa.

—Jajaja, sí claro claro, como digas— terminó por decir mientras se mordía el labio y negaba con la cabeza —'Supuestamente' no está permitido fumar— sonríe mirando al hombre que se acercaba, mostrando su poca preocupación a que lo pillaran —Así que no te conviene dejarlos en ese nido de cerebritos, digo—

Apropósito, como bromeando, fuma otra calada profunda más y lanza el humo en forma de aros, abriendo la boca en 'O', dirigiendo toda esa nicotina hacia donde estaba Lyra, divertido.

Lyra también dirigió su mirada hacia el hombre que venía, por curiosidad, luego volvió la vista y sintió el humo que provenía del cigarrillo de Cedric. Agitó la mano para alejar un poco el humo, aunque ya se podía sentir por toda la Lechucería... ¿Pobres lechuzas? Bah.
-Que idiota.- murmuró haciendo referencia a lo que Cedric hacía.

El ex-león sonrió por el conjuro que la Raven había utilizado. Juntó varias caladas juntas, concecutivas, llenando todo sus pulmones de nicotina y, mientras lo mantenía, volvió a hablar.

-Ante cualquier sospecha la privacidad se pierde, chica- comenta para luego voltear y ver a Lyra, como se quejaba.

Le encantaba jugar con la paciencia de las personas, a ver que tan tolerantes podían ser. Lkevó una de sus manos a la mejilla de la molesta chica para presionársela sonriéndole, casi riendo.

-Perdón, perdón, no lo haré más, ¿vale?- dicho esto, Cedric se voltea de nuevo a su compañera de vicio, mientras expulsa el humo de una manera suave, entre su boca y su nariz -No sé vos, pero que alguien nos vea llevando nuestras manos a la boca sin nada, da para sospechar- comentó para luego soltar una risa.

Lyra comenzó a juguetear con su cabello, le incomodaba un poco estar en la Lechucería, no era un lugar precisamente grande y espacioso; además de que en verdad el humo del cigarrillo si le molestaba un poco. Sintió como Cedric pellizcaba su mejilla, el tacto de él era bastante frío.
-Sería genial que no volvieras a hacer eso tampoco.- sin embargo una pequeña mueca, que parecía una sonrisa, apareció en su rostro. Luego bajó la vista.