El nido de las águilas. [Maud Miller, Edmond Dantés, Lyra Greed]

Lyra estaba en su dormitorio repasando sus apuntes de Historia de la Magia, hasta que se cansó y como no tenía sueño, bajó sin hacer ruido a la Sala Común para ver si había alguien, un niño pequeño se cruzó con ella, pero no le dio importancia.
Para su suerte Maud y Chiara estaban allí, aunque fumando... Lyra se acercó a saludar.

-Hola chicas, ¿qué hacen despiertas a estas horas?- preguntó y se sentó cerca de donde estaba Maud, suficientemente lejos del humo que emanaba su cigarrillo.

Había sido otra tarde utilizada para salir a correr, Edmond se tomaba esto de estar en forma muy enserio, tras haber corrido por la mayoría de los terrenos del colegio durante la tarde, entró al castillo a hurtadillas y se dio un baño en los baños de prefectos, no había nada más relajante que un baño de espuma y burbujas, sin nadie que estuviera a tu lado repitiendote la materia de clases una y otra vez, Tras haber acabado de manera magistral su "día libre" Edmond se coló en la Sala Común, había tenido que arrancar de unos Prefectos pero por suerte corrió más rapido, al abrir la puerta del sitio, se encontró con un tres chicas conversando, dos de ellas fumando y una que no, sonrió y alzó una ceja mientras secaba su cabello con la toalla que traía en sus hombros - Aquellare? - Preguntó mirándoles interesado y divertido, acercándose a ellas.

Ante el comentario de Maud, Lyra se le acercó más aunque no le agradaba el humo e hizo un gesto de desagrado en broma.

Tal vez Chiar y Maud eran la causa de lo rápido que iba ese niño. Pensó Lyra ante las risas de Chiara, iba a contestarle cuando escuchó una voz masculina y levantó la vista; era un chico alto y tenía el pelo completamente mojado, parecía que acababa de darse un baño. Una sonrisa se asomó en el rostro de ella por el comentario del desconocido, aunque no le hizo gracia lo que Chiara dijo, los muggles enserio quemaban personas pensando que eran brujas.

-Soy Lyra, un gusto...- Iba a seguir hablando, pero la tos de Maud le causó gracia y no pudo ahogar unas pequeñas risas.

Al muchacho le impresionó y le encantó tanta atención, era un verdadero aquelarre, pero no de brujas feas y con berrugas como la televisión muggle lo mostraba, eran de seguro, tres de las brujas más hermosas de su casa, en realidad el chico se preguntaba dónde estaban ellas cuando èl se aburría en clases o cuando los chicos de su casa le daban la lata hablándole de historia de la magia o cosas por el estilo, vamos, Edmond tenía 19 años, y ya se había leído casi 3 veces cada uno de esos libros que sus compañeros trataban de memorizarse. Las bromas de las chicas le parecieron entretenidas, a lo cual rió un tanto censurado, pues era tarde y no pretendía despertar a nadie más, quizá con una chica más sería peligroso, y con un chico extra ya no tendría sentido, Edmond estaba maravillado ante la invitación por lo cual no pudo resistirse y decir que no.
- Claro, sería un honor, me uno - Contestó mirando a la chcia de cabello largo ondulado y ojos penetrantes mientras le estrechaba la mano (Chiara) - Digamos que... correré el riesgo - Agregó mientras miraba a la muchacha que parecía mayor y que también poseía ojos como el océano (Maud) - Te molesta si me siento aquí? - Preguntó a la muchacha de cabello más claro y mirada perdida (Lyra) apuntando un lugar entre ella y la primera chica. - Y... cuentenme, de qué hablaban?- Preguntó curioso