Una tejoncita atrapada... (Robin)

¿Qué es esto que siento?-me pregunté mientras escuchaba las palabras de aquel vampiro tan malo. Me resultaba extraño que tuviese ganas de darle una patada –aunque de todos modos no podía porque tenía el tobillo roto- porque yo nunca había sido agresiva, pero tampoco había tenido el sentimiento de enojo hasta hacía un tiempo atrás. No quería que hiciera daño a Daniel, y él seguía burlándose de mí, haciendo ver que yo era la más débil –aunque eso era cierto, ni siquiera tenía mi varita-, que no podría hacer nada para impedir que él hiciera lo que quisiera.

Cogió mi tobillo herido y yo hice una mueca de dolor. Gemí y aspiré aire con los dientes apretados mientras sollozaba un poco. Después tosí por haber tragado de aquella manera el aire frío que había en el ambiente y lloré un poco, me estaba haciendo daño, y no sólo por el tobillo. Asentí con la cabeza, no me quedaba otra opción que obedecerle, al menos así tal vez podría hacer que no atacara a Daniel. Me quedé callada y procuré llorar en silencio.

Parecía que después de decirle por activa y por pasiva que se callara y dejara de llorar había comprendido... quizás no fuera tan tonta y estúpida como parecía.....

Volví a mirarla a los ojos y negué con la cabeza... aquella ratoncita no podía tener cerebro, pero bueno, más fácil de controlar seria, para el caso, lo único que quería de ella era su sangre y que guardara de una vez silencio...

La volví a tomar en brazos... “Parece que estas mas tranquila, así me gusta ratoncita...” dije acariciando la cabeza y riéndome por dentro, realmente era como una mascota llorona y temblorosa....

Camine con velocidad los últimos metros que me separaban de la choza, entre las ventanas estaban tapiadas, la verdad es que como vampiro poco sol me gustaba tomar... tome mi varita y encendí el fuego de la sala principal, principal y casi única, pues solo había un dormitorio, una cocina y un baño....

La situé cerca del fuego... “Descansa un poco, si no te recuperas no podré alimentarme, y si no puedo alimentarme no me sirves y Daniel dejara de ser tu chico... o ¿crees en el amor después de la muerte?” empecé a reír....

Bajé la cabeza y miré al suelo con aspecto abatido, por eso no vi cuando me miró a los ojos y movió de lado a lado la cabeza. Después me cogió de nuevo en brazos y yo me sujeté el brazo roto con el otro sobre mi cuerpo para que no me doliera más de lo que ya me dolía. Pero el tobillo seguía ahí, moviéndose por el andar rápido del vampiro, gemí intentando no molestarlo. Al final acabé dejando de llorar y fue cuando me acarició la cabeza, no me gustó nada, es más, me dio escalofríos. Y llegamos finalmente a un lugar bastante sencillo pero hermético. Entramos y me dejó junto al fuego de la chimenea, me froté las manos con cuidado y desesperación, estaba congelada. Después me apoyé en la pared, cerca del fuego, y cerré los ojos. Seguía asustándome un poco con sus palabras, pero al menos parecía que si se alimentaba de mi sangre no le pasaría nada malo a Daniel.

Me echarán en falta en el colegio...-pensé aún con los ojos cerrados. Tenía hambre, pero no iba a decirle nada a él, no quería que volviera a enojarse conmigo por hablar.

Parecia que había entendido mi mensaje al fin... la deje sola un rato y marche a mi cuarto, ya quedaba poco para que el sol empezara a hacer su aparición...

Si quería tener comida al día siguiente tenia que hacer que mi mascotita siguiera viva, seguramente un poco de comida no le vendría mal, aunque de donde podría sacar comida, como vampiro no necesitaba nada y nunca me había preocupado en tener nada...

Pensé en cazar algún ratón de los que había visto por la casa, aunque la idea me hacia sonreír, era lo único que conseguirá de ella, aquella niña seguro que era escrupulosa.... además de tonta e inaguantable...

Un sonido fuera me hizo recuperarme de mis pensamientos, parecía que la suerte estaba de mi lado, un conejito se movía en los arbustos cerca de la casa, tan rápido como pude salí tras el y le rompí el cuello, con las manos lo despelleje alli mismo y le quite las tripas....

Me acerque a Robin y deje al conejo a su lado... “Si esperas que te lo cocine vas apañada, comételo como gustes, si mañana descubro que no te has alimentado me encargare de pruebes las deliciosas ratas....”

“Marcho a descansar, el sol esta apunto de salir, en cuanto se valla volveré a visitarte, espero por el bien de Daniel que no hallas intentado escapar... fíjate si confió en ti mascotita que no voy a atarte.... pórtate bien...” dije acariciándole el cabello y riendo...

Abrí los ojos justo para ver cómo salía del lugar, ¿A dónde iba ahora? Bueno, mejor era tenerlo lejos ¡¿Pero y si había ido a buscar a Daniel?! No, no quería... No podía hacer eso, había hecho un "trato" conmigo. Pero no fue eso lo que fue a hacer fuera de la casa. Escuché ruido de hojas y después volvió a entrar con algo en las manos. Me llevé una mano a la boca y abrí los ojos desmesuradamente, era un conejito, muerto y sin piel. Aquella visión del pequeño animalito era horrible. Me tapé los ojos sin importarme que mis gafas se ensuciaran. Tenía hambre, pero no me atrevía ni a hacer el esfuerzo de levantarme para cocinar a aquel animal. No podía... Y olía mal, a muerto. Sentí arcadas pero me contuve cuando él me acarició el pelo, no me gustaba que lo hiciera pero no podía oponerme a ello. Podría incluso haberle dicho algo acerca de lo que había mencionado por último. ¿Atarme? ¿Para qué? No iba a exponer al peligro a Daniel y no podría ir muy lejos con el tobillo dañado de aquella manera. Sólo pude recogerme un poco en el suelo, al menos ya no tenía frío... Pero me haría comer ratas si no me comía aquel animal despellejado que me había traído.

- Eso no es ningún alimento.-murmuré.

Al escuchar el murmullo me gire... “Haz lo que quieras, niña insolente... pero si al atardecer cuando regreso no obtengo el alimento que necesito iré a buscarlo al colegio, lo mismo Daniel tenga una sangre mas sabrosa que tu...” empecé a reír...

Los seres humanos y su estúpida idea del alimento, más de una vez me había tenido que alimentar de sangre de animales, y ellos no podían soportar la idea de ver un animalito muerto...

No podía quedarme mucho más tiempo allí, hoy tendría que descansar en otro sitio, había una cueva a un par de kilómetros, seguro que al menos tendría un poco mas de tranquilidad que con aquella niña, necesitaba pensar un poco...

Volví a girarme para ver a Robin... “Espero que no me causes más problemas de los que ya tengo... por cierto se que te gustan los perritos... lo mismo si te portas bien dejo a a Luc en paz....” empecé a reír... aquella niña tonta era tan fácil de asustar, tenia tantos amiguitos que me era fácil hacerle daño sin tener que tocarla…..