¡Sorpresa! (Daniel)

Le había dicho que se vistiese de manera elegante, que le iba a enseñar algo bonito. Y yo hice lo mismo, me arreglé, una amiga me había estado ayudando para dejarme muy guapa, como decía ella. No acepté el maquillaje, era muy pequeña para eso y, además, no me gustaba. Pero me hice una coleta alta en el pelo y me puse ropa bonita. Llevaba una faldita de raso que me llegaba a las rodillas de color blanco y un suéter de un color rosa suave pero alegre. En el cuello llevaba un pañuelo a juego y me había puesto unas bailarinas que me había regalado mamá hacía un tiempo y que, por culpa de mi mala memoria en cuanto a calzado, no había estrenado aún. Después de esto salí corriendo rumbo al lugar en el que había quedado con Daniel, estaba muy contenta y emocionada.

- ¡Hola, Dani!-exclamé y, sin nada más que añadir, lo tomé de la mano y seguí corriendo sin haber parado previamente. Tiré de él escaleras abajo y lo llevé a las cocinas.- Ven, ven.-dije en voz baja, como si le contase un secreto. Entré en la estancia y fui hasta un lugar al fondo. Allí había una mesa redonda con un mantel rojo. Sobre él, los cubiertos y la loza para cenar dos personas y, en medio, un candelabro discreto con una rosa en un jarrón. Sonreí y miré a Daniel.- ¿Has visto que buenos son los elfitos? Me han ayudado a hacer esto para ti.-dije con cariño y pasé mis brazos por su cintura.

Me habia llegado una invitacion para quedar con Robin, me habia pedido que fuera bien vestido, y así lo hice, deje la tunica diaria y me puse un traje que tenia reservado para una situacion especial, y esta seguramente lo seria.


Salí de mi dormitorio y en el umbral de la sala común una chica preciosa me estaba esperando sonriente, no podía creer lo preciosa que estaba Robin, siempre me había parecido preciosa, pero esa noche rebasaba con creces los de mi imaginación... "Hola Robin, estas radiante" dije con voz cortada...

No me dio tiempo a decir nada mas cuando me tomo de la mano y me hizo seguirla, lo único q hacia es sonreír y mirarla sorprendido de arriba a abajo intentando no ser atrevido, como digo estaba preciosa, pero había algo inaudito en su atuendo... Me lancé a reír cuando vi sus zapatos, era la primera vez que no la veía descalza... "Me encantan tus zapatos nuevos, aunque tus pececitos siempre pensé que eran preciosos" dije sonriente.

Llegamos a la cocina y mi estado de sorpresa que ya creía que estaba en su máximo esplendor tomo un nuevo nivel insospechado para mi, era todo precioso y cuidado con detalle, no pude controlar mis impulsos y abrazando a Robin le di un beso tierno en los labios que los mantuvo cerrados por la sorpresa...

Me sonroje y la mire "Lo siento, pero los impulsos que nacen del corazón no se pueden reprimir, al igual que lo que ahora quiero decirte..." mire a Robin con cariño y ternura "De mi corazón al verte cada día solo sale un suspiro enamorado, un sentimiento que me alegra y me inspira cada mañana, una luz que irradia pasión, fuerza y alegría, un sentir que se traduce en mis labios en una palabra Te Quiero" dije tomando su mano entre las mías con todo mi amor, cariño y ternura que podía ofrecerle.

Reí suavemente.

- No son nuevos, es que se me olvidó estrenarlos antes.-contesté a su comentario acerca de mis zapatos. Anteriormente había escuchado un halago de su parte y me había sonrrojado pero no lo había visto. Esperaba que nadie nos echara de menos arriba, en el Gran Comedor, y que no se enojaran con nosotros. Contemplé con una sonrisa el rostro de Daniel, que tras haber visto lo que había preparado con la ayuda de los elfitos de las cocinas estaba perplejo.

Mi rostro borró la sonrisa para adoptar una expresión de asombro cuando me abrazó y me besó, no pude corresponderle porque me había tomado por sorpresa, mis ojos estaban muy abiertos. Me asusté un poco, hacía mucho tiempo que no tenía una relación así... Tomó una de mis manos con las suyas y me dijo algo precioso. Volví a ponerme roja y miré al suelo con una sonrisa tímida. Después volví a mirarlo a él.

- Eres encantador...-susurré y le di un fuerte abrazo por la cintura.

Sonreí y la abrace yo también con ternura... “Eres un cielo, eres mi cielo, lo único que necesito para sonreír y para ser feliz...”

Tome la cintura de Robin y la invite a caminar en dirección a la mesa que estaba preparada a conciencia, con delicadeza deslice la silla y deje que se sentara para empujar la silla a la mesa, una vez sentada tome asiento yo también.

La mire con dulzura y metí la mano en el bolsillo sacando una pequeña semilla, tome un vaso de la mesa y la introduje añadiendo un poquito de agua...

Saque mi varita de la chaqueta y empecé a recitar un encantamiento, la semilla empezó a crecer poco a poco, mire con cariño a Robin... “Esta semilla simboliza el cariño que siempre he tenido por ti, con tu dulzura y tu dedicación ha ido creciendo poco a poco en mi corazón y ahora ya ha florecido en este amor que ahora te entrego...” mientras yo había dicho lo anterior la semilla se había convertido en un pequeño rosal con una bella rosa.

Acaricie la mejilla de Robin... “Este encantamiento no lo hubiera podido llevar a cabo sin la fuerza y la dedicación de tus clases particulares, es por eso que además de entregarte mi amor, te entrego mi gratitud eterna....”

Suspiré cuando él también me abrazó.

- El cielo está demasiado alto, Dani.-sonreí.- Y yo estoy aquí abajo contigo.

No me opuse a andar cuando me tomó por la cintura y me condujo hasta una de las sillas de la pequeña mesa redonda, la hizo hacia atrás para poder sentarme y después dio la vuelta y se sentó en la silla que quedaba libre, por el otro lado de la mesa, frente a mí. Él me miró de una forma que me hacía ruborizar y mi corazón latía con fuerza. Eran tan cariñoso, tan bueno... Lo adoraba.

Sacó algo de su bolsillo y lo metió en un vaso que había en la mesa. Después le echó agua y comenzó a decir algo tras sacar la varita, reconocí lo que estaba haciendo y me puse muy contenta, ¡Había estado estudiando! De aquella semilla había crecido una planta preciosa, me llevé las manos a la boca, emocionada, y moví los pies bajo la mesa. Él me acarició la mejilla y yo tomé su mano para acariciarla a su vez.

- Qué feliz estoy, Dani. ¿Has ido a clases? Dime que sí y hazme más feliz todavía.-dije ampliando mi sonrisa.

Sonreí al escuchar a Robin hablar de las clases... Metí mi mano en el bolsillo y saque los últimos exámenes que había realizado, no eran unas notas estupendas, pero estaban aprobadas, cosa que hasta ahora era impensable para mi...

Volví a sonreír mientras miraba las notas de los exámenes “Creo que también tenia yo algunas sorpresas para ti...”

“Gracias por creer en mi, cuando ni yo lo hacia, Robin eres genial, y por mucho que digas que el cielo esta muy alto, con tu corazón no te hace falta ni saltar para rozarlo, mi amor” dije acariciando la mano que tenia sobre la mesa...

Daniel metió de nuevo la mano en el bolsillo -pero cuántas cosas llevaba allí dentro- y sacó unas hojas de pergamino que posteriormente me dejó ver. Me di cuenta de lo que eran tan pronto las vi. Exámenes, y tenían notas modestas pero eran aprobados.

- ¡Oh, pero qué bien!-exclamé muy feliz.- Ha sido una sorpresa estupenda.-sentí su caricia en mi mano, la que reposaba sobre la mesa. Ésta respondió moviéndose un poco, como si notase un cosquilleo. Le sonreí ampliamente.- No tienes que agradecerme nada, no me ha costado nada hacer lo que he hecho, es más, lo he hecho encantada.

El corazón me dio un vuelco cuando me dijo ''mi amor'', era algo tan bonito... Mis tripas sonaron y me llevé una mano al estómago con una sonrisita tímida. Justo en ese momento, como convocados por el sonido de mis entrañas, aparicieron dos elfos con la cena. Les acaricié la cabeza a cada uno.

- Gracias...

La cena llego y los dos sonreimos a los elfos, Robin sin duda era una chica muy querida por todos y los elfos domesticos no eran una epcepción.

Volvi mi mirada a Robin y sonrei, aquella chica siempre me habia gustado, solo despues de varios años pensandolo habia tenido el coraje de decirle mis sentimientos y ahora estaba sentada frente a mi sonriente y algo sonrojada por que le habia dicho que era mi amor... Todo parecia un sueño, un sueño del que jamas querria despertar...

"Robin Te parecera absurdo mi pregunta, pero todo esto es real? Estamos de verdad juntos? Se que me pediste un tiempo pero me parece todo tan perfecto, estoy tan feliz a tu lado que no se si en un rato abrire los ojos y descubrire que es un sueño, un sueño mas de los cientos en los que sales a mi lado con esa sonrisa con la qur conquistastes mi corazon"

Le sonreí de forma cariñosa cuando me hizo aquella pregunta y le acaricié la mano que tenía apoyada en la mesa, la que había estado acariciando la mía.

- Por supuesto que es real.-le respondí.- Puedes pellizcarte para comprobarlo, pero te harías daño.-después de decir eso reí un poco y, acto seguido, mis tripas rugieron. Miré hacia mi estómago con expresión sorprendida y después miré a Daniel de la misma manera, entonces me eché a reír.- Les gusta mucho cantar cuando necesitan comida.-comenté y luego reí. Cogí los cubiertos y empecé a cortar la carne, estaba muy buena. Sonreí a uno de los elfos.- Qué bien cocinas.

Él sonrió y me pareció ver una sombra rojiza en sus mejillas antes de que se diera la vuelta y se fuera corriendo hacia la otra zona de las cocinas. Yo reí suavemente, qué graciosos y lindos eran los elfos domésticos, no se merecían el trato que les daban, aunque los de Hogwarts parecían felices allí. Tal vez sería por la directora que tenían, después de haber tenido otro director igual de bueno.

Robin me acaricio la mano y un calor recorrio todo mi cuerpo, realmente aquella era la chica que queria y por mucho que quisiera intentar que no se notara tanto, seria visible hasta para un ciego.

"pues para no ser un sueño aparecistes con forma de angel, con zapatitos de princesa y una sonrisa de reina... Eres toda una dama de la que no puedo retirar ni mi mirada, ni la sonrisa que en mi probocas"

Deje de hablar y empece a comer, el filete estaba realmente rico, los elfos querian mucho a Robin y seguro se habian tomado muchas molestias para que todo saliera perfecto, los mire sonrientes "Gracias por todo amigos, esta riquisima..."

Daniel se había sonrojado cuando yo le acaricié. Después fui yo la que se ruborizó cuando me dijo aquello, pero a pesar de que sabía que era un piropo no me gustó mucho. Yo no era un ángel, no podía compararme con uno. Pero no le di mayor importancia y seguí comiendo.

- Qué rico...-murmuré.- No te lo digo por querer presumir pero... Les di una pequeña receta para que la cocinaran, y les ayudé un poquito antes de ir a arreglarme, para ponerme bonita.-dije con una sonrisa y después solté una risita, estaba contenta por estar con él allí.- ¿Sabes qué? Luc hoy ha perseguido por todo el jardín una mariposa y estaba tan contento que se ha caído al lago detrás de la mariposa.-le conté y volví a reír.

Escuche con cariño y sonriente lo que Robin me contaba... “Pues eres una estupenda cocinera.... a mi también me gusta mucho la cocina... si quieres podemos cocinar juntos algún día...” dije sonriendo, la verdad es que todo estaba muy muy rico....

Empecé a reír al escuchar como Luc había terminado en el lago... “Pobrecito, seguro que ha pasado frió, luego si quieres podemos ir a jugar con el... ya sabes que me encanta compartir mi tiempo con Luc, aunque más contigo” volví a sonrojarme un poco...

“Yo pase la mañana estudiando en la biblioteca, aunque me cuesta, sabes me gusta más cuando estas tu a mi lado y me resuelves mis dudas...” la mire y le acaricies la mano... “No se como lo haces paro hasta estudiar si es contigo es divertido...”

- ¡Oh, claro!-exclamé emocionada.- ¡Será muy divertido!-me metí otro poco de comida a la boca y mastiqué mientras él reía por mi anécdota. Mi perrito ahora estaría durmiendo. El pobre había acabado cansado. Lo había tenido que sacar del lago yo porque el pobrecito apenas se mantenía a flote a causa del agua fría que era aquella gran masa. Lo saqué rápido, temiendo que un grindylow se enojase con él y lo hundiera en el agua, habría sido capaz de meterme yo también para buscarlo pero fue más rápida usando un Carpe Retractum. Luego lo había secado con una toalla y lo había acostado en la habitación de las chicas, en un rincón en el suelo tapado con una mantita para que no pasara más frío y no se me constipara. Una vez se durmió había ido a preparar todo lo relacionado con la cena.- Después no, es tarde, mañana jugaremos con él, que estaba cansado y lo dejé durmiendo.

Me quedé mirando a Daniel mientras me decía lo que él había estado haciendo y sonreí. Estaba contenta, nada me ponía triste en aquel momento, y menos cuando mi querido Dani me decía que había estado estudiando. Pero no podía estar siempre dependiendo de mí.

- Tienes que estudiar tú solo, estudiar no es divertido a menos que le busques lo interesante. Siempre hay algo que llama la atención de cada tema y cada asignatura.

La idea de estudiar no era de las que mas me agradaba, no era así cuando Robin me acompañaba, ya que a cada rato me despistaba para mirarla y sonreír como un tonto... pero pese a los despistes me sentía con fuerza para estudiar y concentrarme, desde luego aquella chica conseguía cosas de mi que nunca había siquiera imaginado...

“Lo se cariño....” dije sonrojándome por llamarla cariño... “Se que no puedes estar siempre encima, pero sabes que soy sincero y me gusta agradecerte las cosas y decírtelas....”

Empecé a reír... “No sabes la ilusión que me hace esta cena... por cierto se le paso el enfado a tu padre por el beso que te di....” dije sonrojándome... “Lo siento, no quería causarte problemas, pero es que no puedo evitar sentirme enamorado y querer besarte, abrazarte y bueno decir alguna que otra tontería...” dije sonriendo...