¿Serpientes y leones? (Arianne)

A Mia siempre le agradaba pasear un rato por el lago y contemplar todo lo que le rodeaba, y acostumbraba ir a sentarse en el embarcadero, y si después le apetecía, sumergía sus pies en el agua y jugaba con ella un rato.

Ya era el atardecer, el cielo se tenia de una mezcla de rosa con naranja, mientras que el sol se iba escondiendo, a Mia siempre le preocupaba el toque de queda de Hogwarts, si nada interesante la retenía, no veía porque romper la regla, a menos que algo que valiera la pena le diera el motivo para romper las reglas.

Arianne caminaba hacia el embarcadero, hace mucho que no va a ese lugar y de la nada tuvo la extraña necesidad de visitarlo. Se aburría como nunca, por lo que pensó que la tranquilidad de ese lugar pudiera -tal vez- ayudarla a desconcentrarse. Pero al llegar a su destino se fijó que había una persona, una chica más bien, y si la rubia quiere ser más específica, es una Gryffindor.

La chica sonríe divertida, pero que buena suerte tuvo.

—Pero ¿qué tenemos aquí? —dice ella, caminando todavía y elevando el tono de su voz, hablando burlonamente—. ¿Una leona o será simplemente una cachorrita?

Miro a la chica que arribó al Embarcadero, una rubia… y, una serpiente de Slytherin con sus característicos aires de arrogancia, sin duda esto iba a ser interesante.
Para Mia la chica le resultaba conocida, pero con tanta gente en el castillo podría estarla confundiendo con alguien, aunque no tenia muchos conocidos en Slytherin debido a las rivalidades entre las casas.

-¿Leona o cachorra? No lo se, ¿tú que crees? –le sonrió irónicamente, la verdad es que no le agradaba discutir con los Slythrins, y esperaba amigarse con ella.

No le sorprende que la chica le haya respondido irónicamente, sabe que al ser una Slytherin, su nueva acompañante andará a la defensiva.

—Depende de la capacidad que tengas para usar tus garras, querida —le responde, para luego sonreír con ligeresa. No tenía muchos ánimos de discutir, aunque hacer migas con una leona tampoco le es del todo agradable.

Tiene amigos y conocidos de esa casa pero los primeros son excepciones a la regla, normalmente no se lleva con ellos. Se termina de acercar a la chica y la observa atentamente, otra vez.

—Arianne Sinclair —se presenta estirando su mano para presentarse—. ¿Puedo saber el nombre de la leoncita o debo adivinarlo? —pregunta arqueando sus cejas, divertida.