Dos serpientes [Arianne Sinclair]

Arianne estaba aburrida, demasiado aburrida si desea ser más específica, pero ¿qué hacer? No es de las chicas que se salta las reglas, son sólo pocas ocasiones que lo ha hecho y no ha estado acompañada de cualquier persona, normalmente son sus mejores amigos. Suspira al pensar que está sola en Hogsmeade, todos increíblemente tenían algo que hacer, y le tocó ir con personas que no le son de su completo agrado, personas de las que se desligó apenas llegó al pueblo. No piensa perder el tiempo con gente como ellos, que creen ser de un nivel superior cuando están casi al de un traidor por su forma tan poco... correcta de actuar.

Decide entrar a Las Tres Escobas para tomar un poco de calor, no es que eso le agrade pero el frío es mucho hasta para ella. Ahí observa a todos con atención de la misma forma que la miraban, su actitud arrogante molesta a muchos pero a Arianne no le importa, es más, sabe que esa misma actitud es la que llama la atención.

―Señorita Sinclair ―la nombra Madame Rosmerta con una gran sorpresa en su rostro―, ¿qué la trae por acá?

―El frío y las ganas de tomar una Hidromiel ―le responde ella, encantadoramente―. ¿Me sirve una? Por favor.

Sabe que esa faceta de chica buena puede servir demasiado con los adultos, que se tragan esa máscara rápidamente. Observa el lugar y ve a una de sus compañeras de Slytherin, Rosier, una chica tan parecida a ella que le hace dudar lo que debe pensar. Se acerca a ella, no sin antes avisarle a la mujer a donde debe llevar el vaso.

―Buenas, Valerie ―saluda con una leve sonrisa amistosa en su rostro, una que utiliza con los que encuentra como su "iguales".

La chica sonríe ante la actitud de su compañera. Ve a Madame Rosmerta acercarse donde ellas y toma su vaso de Hidromiel antes de que la mujer la dejara en la mesa.

―Mucha gracias ―le dice con voz dulce, sabe que debe quedar bien con la mujer, no necesita que le comente a su padre como quién no quiere la cosa de su borrachera de hace unas semanas. Eso sería… horrible.

La ve alejarse y se gira para ver a Rosier. Toma un poco de su vaso y sonríe, luego de limpiarse con la servilleta.

―Pues aquí, sobreviviendo al aburrido viaje a Hogsmeade ―le responde, encogiéndose de hombros como si el tema no le interesara―. ¿Te molesta que te acompañe un momento? ―pregunta con una sonrisita inocente―. Es que… con los chicos que vine… no me divierto. No tienen el intelecto. ―Un bufido escapó de ella y de verdad que ese hecho la aburría.

Al sentarse, la chica observa a su compañera por unos segundos y sonríe al ver que ella pensaba igual. Cada vez que venía a Hogsmeade algo ocurría para que Arianne pensaba que cada vez hay más idiotas en el colegio, sobre todo cuando los ve actuar en Zonko o en Honeydukes.

―Lo que pasa es que la estupidez es contagiosa y ellos ya no tienen cura ―dice ella, encogiéndose de hombros, dándole a entender a su acompañante que el tema en sí, no tiene mayor relevancia―. Lo bueno es que aún hay gente que se salva, Valerie, sino el mundo sería un verdadero suplicio y Salazar se volvería a morir de rabia.