Vida en Muerte [Libre]

Dos dias de puro aburrimiento, huyendo de cualquier lugar en el que pudiera ser reconocido, pasaba bastante tiempo en la biblioteca, concretamente en la seccion prohibida, colarse era muy facil, y nadie solia visitarla, no leia nada, simplemente descansaba, me apetecia demasiado dormir y no hacer nada, y cada segundo que perdia haciendo el vago podria matarme, pero ante la negativa de Krystine de hacer magia tuve que acatar la norma y callar.

Comence a caminar alejandome de los terrenos de Hogwarts, el ambiente estaba fatal, el cielo esta cubierto por gigantescas nubes negras que reclamaban con truenos y rayos que el cielo era suyo y de ningun otro. La lluvia caia levemente, adoraba el sonido de los rayos, el rugir de los dioses, bramando con fuerza y haciendo suyo el firmamento, cuanto mas tronara mejor.

-¡¿Eso es todo lo que puedes hacer?! -pregunte al cielo.

Parece que mi reto habia sido aceptado, las nubes estaban furiosas, comenzaron a iluminar el cielo al mismo tiempo que lo silenciaban con el unico sonido de los rayos centelleantes y los rugidos de la tormenta al cien por cien, este ambiente tan deprimente, terrorifico y furioso lo adoraba.

-¡Solo por esto el dia merece la pena! -grite acercandome hacia un viejo arbol que habria muerto mucho tiempo atras, pero aun se conservaba a la perfeccion. -¡Rugid, bramad y gritad dioses, porque yo sere el unico que conseguira superaros!

Día nublado, el cielo anunciaba tormenta, y eso, me encantaba, me abrigué bien, no quería resfriarme.
Salí de mi sala común, muchos de mis compañeros estaban estudiando, y levantaron la mirada al verme pasar, debían pensar que estaba loca, ya que con este tiempo poca gente, por no decir nadie, querría salir.
Por mi parte, les dediqué una bonita sonrisa antes de salir de allí, caminé por los pasillos, pensando en mis cosas, y salí del castillo.

Caminé tranquilamente bajo la leve lluvia, hasta llegar a un sitio en el que nunca había estado, me senté junto a un árbol muerto, y cerré los ojos.
Cada vez llovía mas, oí un grito y me giré para mirar, era un chico, estaba hablando... ¿Solo?, no, no podía ser, vamos, ¡pero si tu misma lo estas haciendo ahora!.
Busqué con la mirada a otra persona, pero no vi a nadie.

Alcé una ceja y me levanté, me quedé mirándole unos instantes, sin decir nada.

Era en estos pocos momentos donde realmente me permitia el gusto de combatir la naturaleza contra la magia, era capaz, en mis momentos de soledad y tristeza, de crear tormentas para distraerme, adoraba ese sonido, esa sensacion de furia divina que desprendian los rayos, pero jamas consegui crear una como esta, y si, me gustaba gritarle a los cielos, ahi descansaban los mejores y eran siempre recordados, los dioses tenian ahi sus palacios y yo iria uno por uno, me convertiria en el mejor de todos y les haria arrodillarse ante mi, ese era mi sueño.

Observe mi alrededor, apenas habia un arbol muerto, una chica, maleza casi muerta, desertico, espera, dije una chica, ¿que hacia ella ahi?

-Lamento haberte molestado, no debi de gritar sabiendo que estabas ahi. -me disculpe. -¿Que haces aqui con este tiempo?

El chico me miró, y le saludé con la mano, cuando iba a hablar, un gran trueno me interrumpió, hice una mueca y me acerqué un poco a el, me resbalé y casi voy a parar al suelo, oh dios, ¿Cómo podía ser tan torpe?.
Parecía que había venido a lo mismo que yo, buscaba soledad, tranquilidad, si no, ¿Qué otra cosa podría hacer allí?
Dejé de hablar conmigo misma y le miré.
La lluvia empezaba a molestarme un poco, cada vez llovía mas, mi ropa estaba empapada y mi pelo se pegaba a mi rostro, algo que odiaba.

-Me gusta éste tiempo... ¿Y tu... Qué haces aquí?- Suspiré y me retiré un mechón de pelo del rostro.

Suspire, la soledad ya se habia acabado, pero que iba a hacerle, charlar un poco no me vendria excesivamente mal, aunque tampoco era un placer indispensable, y mucho menos para mi.

-Digamos que estaba harto de estar en la enfermeria y me escape un rato. Y segui a esta tormenta, paranoias mias, tengo bastantes...

Saque de mi bolsillo una rana de chocolate y la deje caer al suelo, iria, como tantas veces lo habia hecho, hacia la persona que tuviera cerca de mi, no era demasiado bueno mantentiendo conversacion, la ultima conversacion que tuve, sin contar la de hara dos dias fue hace tres meses...

-¿Y cual es tu nombre? Si puedo saberlo claro...

Le miré fijamente a los ojos e hice una mueca, quizás le molestaba, no dije nada.

-Vaya... ¿Estas enfermo? Deberías descansar...-Sonreí levemente y miré hacia un lado.

-Me llamo Evelyn... Pero puedes llamarme Eve... ¿Y tu? ¿Cómo te llamas?- Me acerqué y ofrecí mi mano a modo de presentación. Miré al cielo, un gran rayo iluminó las nubes, no pude evitar sonreir, a la vez que un escalofrío recorrió mi cuerpo.
Siempre me habían dado un poco de miedo las tormentas, pero a la vez me gustaban, si, era raro, pero... Así era yo

-No estoy enfermo, simplemente arrastro muchisimo cansancio acumulado y tengo diversidas heridas bastante severas, pero me recupero rapido. -escuche su nombre y estreche su mano, mostrando levemente mi vendaje en la mano derecha. -Soy Roikan, pero todos me llaman Roi...Las tormentas son las mejores cosas que ofrece la naturaleza, esa violencia se asemeja a la furia de los dioses...Como dije antes no me hagas caso...

Suspire, observando como la fina capa de lluvia desparecia, pero la tormenta no se detendria, podria no llover, pero aun asi, el cielo seguiria igual de furioso.

-¿Podrias contgarme algo de ti? Me gustaria saber algo de la persona con la que hablo...¿te gustan las grageas? -pregunte ofreciendole una pequeña bolsa llena de ellas.

Le escuché atentamente mientas el cielo seguía iluminándose.
Observé su mano vendada por lo que no apreté demasiado, para no hacerle daño.

-¿Por qué no debería hacerte caso?-Le dije sonriendo. -Me gusta como piensas, sinceramente.

Suspiré y me encogí un poco a causa del frío, empezaba a correr algo de viento frío.

-Si, claro que me gustan-Cogí un par de grageas y probé una, esperando que su sabor no fuese desagradable. Sonreí al comprobar su dulzor -Gracias

-Poca gente diria eso de mi, desde hace tres meses, digamos que no hay ni un solo resquicio de mi en ningun lugar, como sea, soy endiabladamente complicado, tan pronto puedo decir una cosa como pregunto otra distinta, y aveces me dan arrebatos dumbledorianos y me pongo a filosofear...

Sonrei al ver que cogia una gragea y me extraño que no fuera un sabor agrio, solian salirme demasiado, asi que cogi otra, tenia un aspecto grisaceo, ya daba mala espina, y me la comi.

-¿Nieve? ¿Acabo de tomarme una gragea que sabe a nieve? Ya no saben que inventar...¿De donde eres?

Reí ante las palabras del chico, me gustaba su forma de ser.

-La mayoría de la gente no sabe apreciar las cosas... Simplemente, hay que saber mirar mas allá de las palabras- Me quedé callada de repente e hice una mueca, si empezaba a hablar, posiblemente no me callaría, asi que negué levemente retirando la mirada

-¿Nieve? La mía era de algodón de azúcar-Volví a sonreír y me comí la otra gragea, ésta vez, picaba demasiado, de mis ojos comenzaron a brotar unas lagrimas -Oh... Pica... demasiado!

-No es un problema tan simple, creeme, merezco que cualquier persona me odie, me lo he ganado, creeme, por si no fuera poco he vuelto al lugar del que habia huido por temor a que mi mejor amigo me asesinara, y mirame soy tan inteligente de volver, y ademas sin posibilidad de hacer ni un simple conjuro.

Suspire, mientras me sentaba en el suelo y dejaba unas cuantas grageas en el suelo, cogi una y este sabor me mataba, era un acido demasiado acido, la lengua se me seco de inmediato.

-Este sabor es letal, dios, apenas tengo saliva. -comente. -Bueno, ¿deseas saber algo de mi?

Me senté a su lado y le miré, poniendo una de mis manos sobre la suya -No digas eso... Vamos... Nadie merece ser odiado...-Miré al cielo -Bueno, si, algunos si, pero estoy segura de que tu no!-Volví a mirarle sonriendo

Miré las grageas, después de la picante, se me habían quitado las ganas de probar mas.

-Bueno... No se... Cuéntame lo que quieras-Sonreí mirandole -Y si tu deseas saber algo sobre mi... Solo tienes que preguntar.

Me sonroje, a decir verdad Evelyn era bastante guapa, pero eso no venia al tema, aun no sabia porque me consolaba si no me conocia, antaño fui algo peor que un monstruo y por mucho que ahora intente enmendar los errores cometidos no merezco el perdon de nadie.

-Si que lo merezco, creeme, hice daño a mis amigos, asesine a infinidad de gente, aunque se lo merecieran, el matar nunca es justificable, aunque creo que alguno de mis "amigos" se lo merecia, primero porque mi mejor amigo me traiciono e intento matarme, junto a todo el colegio, mi otro amigo, le mato friamente, alegando que necesitaba hacerlo o habriamos muerto todos, luego se transformo en aquello que habia matado y su objetivo soy yo, me odia, y yo a el, el asesino a mi amigo y por si el maldito destino aun no queria burlarse mas la que una vez fue mi amada se largo con el.

La ira invadia mi cuerpo, hacia mucho tiempo que los sentimientos neutros, buenos y malos, desaparecieron, y me costaba controlarlos de nuevo.

-¡¡El destino parece querer jugar conmigo!! -junto con mi grito un gigantesco trueno inundo todo el ambiente. -Esta vez, sere yo el malo del cuento, pero con razones totalmente egoistas, me aleje de ellos para salvarles y recibo traiciones y dolor, he vuelto, y cuando me recupere no tendre la piedad que tuve antaño, no se la merece...

Me relaje de nuevo, de seguir asi Evelyn huiria de mi, asi que cambie al mas estilo dumbledoriano de tema.

-¿Donde naciste?

Escuché atentamente las palabras del chico y suspiré

-Roikan, la gente cambia... -Le mire a los ojos -Apenas te conozco, pero se que tienes buen corazón... -Apreté su mano con suavidad, intentando consolarle -Eso ya está en el pasado, olvidalo, mira al futuro, cambia tu vida...

Le miré mientras gritaba -No digas eso...-Bajé la mirada y solté su mano, no me gustaron sus palabras.

-Nací en Londres... -Le contesté en un susurro, sin mirarle

-Cree mis palabras, esa persona no es para nada humana, disfruta con el dolor ajeno, es una mascara de falsedad, sadismo e ira, mato a su propio amigo, creme cuando te diga esto, es extremadamente peligroso, pocas personas son tan letales como el y si por llegar hasta mi, tiene que matar a cincuenta personas lo hara...No quiero tener que matar a nadie mas, prometi traerle de vuelta, al bando que le corresponde y sacarle toda la maldad que corroe su cuerpo aunque la vida me costara, y eso hare, o le traigo de vuelta o le matare, sea como sea, le traere de vuelta a menos que no tenga otra opcion, pero ahora soy un blanco muy muy debil...y jugoso...

Suspire, ya habia asustado a Evelyn, y yo me lo buscaba, necesitaba decir que era aquello que me daba vueltas a la cabeza una y otra y otra vez, se habia convertido en casi una obsesion.

-¿Que es lo que querrias hacer antes de morir? -pregunte cogiendo otra gragea, esta vez tuvo un sabor dulzon, quizas nata o vainilla.

No sabía que decir, ese chico me desconcertaba, estaba muy seguro de sus palabras.
Suspiré y le miré de nuevo

-Roikan...-Dije en un ahogado susurro -Ten mucho cuiado... No me gustaría que te pasase nada...-Suspiré, nerviosa, no podía negar que aquella situación me daba algo de miedo.

Rodeé mis piernas con mis brazos y miré al horizonte, ya solo quedaba viento frio de la tormenta.

-¿Antes de morir...?-Giré la cabeza para mirarle, y esbocé una leve sonrisa -Pues... No se... Ser feliz... -Me mordí el labio inferior -Tener a alguien que me quiera, bueno, ya sabes, tengo a mi familia, pero, no me refiero a ese tipo de querer-Me sonrojé levemente y me quedé en silencio mientras le miraba

-Tranquila soy dificil de matar, muy dificil, recibo muchas heridas, pero que se le va a hacer de hecho podria decir que la muerte sera el rival mas digno que pueda tener, creo que deberia de dejar hablar de este tema, te incomoda mucho y lo que menos quiero es hacertelo pasar mal...

Esuche su respuesta, su deseo era tener una familia, comprensible era algo que yo no habia tenido jamas, pero tampoco deseaba, mentia, si lo deseaba, como ningun otro pero no tenia posibilidad de tenerla jamas...

-Espero que consigas hacerlo, te deseo lo mejor, sinceramente. Antes de morir me gustaria vivir de nuevo aquellos tiempos que tanto hecho de menos, aunque no podre hacerlo, pero bueno...¿te apetece hacer algo?

Volví a mirar al horizonte mientra Roikan hablaba, durante unos instante no le escuché, estaba pensando en mis cosas. Sonreí levemente al oir que decía que me deseaba lo mejor

-Gracias...-Suspiré -Seguro que tu tambien consigues todo lo que te propongas... -Le miré de nuevo durante unos segundos, y luego retiré la mirada, comencé a tiritar a causa del frío

-No se... ¿Qué te apetece hacer a ti?

-De poder, me gustaria surcar de nuevo los cielos, pero si uso magia podria dañarme aun mas, no me preocupa, pero no creo tener demasiadas fuerzas para hacerlo...soy un debilucho. -comente con aire depresivo. -Pues ya que no podemos volar, lamentablemente, podriamos ir a Hogsmade, o a Hogwarts, me da francamente igual, mientras que la tormenta siga y brame cual criatura divina sera un tiempo bastante curioso.

Me levante y le tendi la mano.

-¿Asi que, Hogsmade o Hogwarts?

Sonreí y agarré su mano para levantarme.

-Hogsmeade...-Le miré a los ojos unos instantes y luego me giré, retirando la mirada -Creo que nos vendrá bien alejarnos de todo esto aunque sea durante un par de horas-Miré al cielo, seguía nublado

-Me encantan estos días...