Cuando el pasado nos persigue [Arianne Sinclair]

Saltarse la cena se le estaba haciendo costumbre desde hace un tiempo, con tantas cosas que han ocurrido últimamente, el hambre ha decidido ir a dar un paseo y sólo se alimenta lo necesario. Al ver que estaba sola en la Sala Común, decide ir a dar un paseo. ¿A dónde? Posiblemente al lago, hace mucho que no iba por ahí y al ser ya de noche no cree que haya alguien por ese lugar.

Toma su varita y la guarda en su túnica, para comenzar a caminar. El silencio retumbaba por el castillo y le hacía sentirse especialmente bien. La soledad es algo que ella aprecia bastante pero si lo piensa con detenimiento no le agrada del todo. Si a su padre le llegase a ocurrir algo, ella tendría que empezar a cuidarse sola. Y es en ese momento en que esa palabra no le es del todo grata. Le gusta estar sola, sí, pero porque sabe que hay personas que están a su lado y que no la dejarían. Hace bastante que dejo de temer a la Marca, tal vez si se enfrenta a un Boggart, este tome una forma distinta.

Al llegar al lago, se saca sus zapatos y comienza a caminar por el agua helada. Luego irá a la enfermería y pedirá algo para la futura gripe que se viene. Mientras avanza por este, ve una figura junto a un árbol y al acercarse logró reconocerla. Ariel Eriksen. Sabía que se encontraría a la Hufflepuff pero nunca tan pronto. Sonríe de medio lado y se acerca a ella, aún con sus pies en el agua.

―Hola, Ariel ―le dice en un susurro desde su lugar―. Tanto tiempo, ¿qué haces tan sola por acá? ―Su voz sonó indiferente, pero en realidad estaba curiosa. Se preguntaba dónde estarían sus amigos y por qué tiene esa cara de preocupación.

―Ahhh... pasear ―repite ella en una afirmación, pero de forma burlona. Ya, como si decirle eso a una serpiente como Arianne fuera a dejar su curiosidad tranquila; la rubia sabe que le miente, que esa respuesta no se la cree ni Keira. No, espera, tal vez Keira si se la creería.

Suspira y piensa inmediatamente que decirle, mientras seguía jugando con sus pies en el agua. Moviéndolos de un lado a otro, viendo como no tan pequeñas ondas se formaban a su alrededor. Y a pesar de ser una estupidez, sonríe ligeramente.

―¿Yo? ―comienza a hablar ella nuevamente―. Sí que vengo a pasear, a relajarme un poco y a obviamente, alejarme de todos los idiotas de mis compañeros. ―Vuelve a mirar a Ariel y alza sus cejas―. Y ahora en serio, ¿qué haces acá tan sola?

Siente como sus pies comenzaban a reaccionar al frío y como el viento mueve sus rubios cabellos helándola aún más; estaba cansada, tenía sueño y mañana está segura que amanecerá enferma, pero ese momento de relajación lo vale. La pregunta que le había hecho a Ariel había sido de curiosa, no lo iba a negar, la imagen que tiene de la chica no cuadra con la mirada preocupada que recibía a cambio.

―¿No me digas que tus amigos te abandonaron? ―Bueno, no todo puede ser perfecto, necesitaba un momento de sarcasmo para sentirse a gusto en ese momento. Y Ariel es de esas personas que son fáciles de hacer enojar.

Arianne la observa por unos segundos antes de acercarse a la chica. Esperaba una reacción molesta, una que demostrara lo colérica que está aún con ella. Por lo que su lenta reacción se debía básicamente a que se esperaba cualquier cosa de Ariel, menos eso.

Al salir del agua siente como sus pies, entumecidos ya, se relajaban un poco al recibir esa brisa más cálida. Camina con su calzado en su mano y se detiene a unos metros de Ariel para mirarla, burlesca.

―¿No me golpearás, cierto? ―pregunta como si realmente le preocupara aquello. Tal vez muy en su interior sí ocurre eso.

Pero no esperó respuesta para ir a sentarse al lado de la Hufflepuff, su curiosidad es mayor a cualquier otra cosa. Además, si algo malo llegase a ocurrir, la que terminaría saliendo más mal parada seria Ariel, la serpiente se preocuparía de ello.

―¿Qué te ocurre? ―le pregunta, mientras jugaba, moviendo, los dedos de sus pies.

Arianne no pasó por alto el bendaje de la mano de Ariel, pero decidió no comentar. Tal vez porque la Hufflepuff no le dio tiempo. Una carta se encontraba en sus manos, casi de la nada, y aunque en su rostro se mostraba una clara indiferencia, la rubia estaba más curiosa de lo que debería. Siempre son cartas las que complican la existencia de la serpiente, sobre todo la de su padre; cree comprender lo que puede estar viviendo la chica.

Sin embargo, mientras avanzaba en la lectura, Arianne se encontraba más confundida que en un comienzo. ¿Hay algo malo que su bisabuela quiera verla antes de morir? Tiene que ser algo por ese estilo, debe haber algo que impida a la morena chica ir a visitar a un miembro de su familia. Algo no cuadraba y se decidió por preguntar.

―¿Ocurrió algo malo con esta mujer para que estés así de mal, Ariel? ―le pregunta ella, directamente, sin restricciones―. Eres demasíado buena como para que estés aún acá. ―Eso último lo agrega casi en un susurro, pero es así como la Slytherin ve a la tejona. Para ella, su inesperada acompañante tiene buen corazón -demasiado- por lo que si todo estuviera normal, la chica ya estaría en camino.

"Despotica, superficial y cruel" repite ella inmediatamente, sintiéndose identificada, aunque la parte del látigo nunca se la hubiese imaginado. Ante la pregunta de Ariel, Arianne niega inmediatamente. Ella tuvo una vida casi "perfecta", su padre la consentía en cada capricho que a la rubia se le ocurría, su progenitor la escuchaba y muchas veces la aconsejaba; aunque la mayoría del tiempo terminaba diciendo: "Si te son un verdadero problema, avísame", y muchas veces lo hizo. Si tan sólo su madre no los hubiera abandonado, la vida de Aria podría decirse que fue ideal para cualquiera, ningún maltrato, tal vez sólo ilusiones de su padre, ilusiones que cada día ella acepta más.

Toma la otra carta que la morena le indicaba, y comenzó a leer, mientras seguía escuchando a la Hufflepuff. Estaba tan concentrada leyendo que casi pasa por alto el hecho de que su acompañante le estaba pidiendo ayuda. Abre sus ojos desmesuradamente y ordena rápidamente sus ideas. ¿Ayudar? ¿Ella? Bueno eso ocurre de ves en cuando pero... que se lo pidan y además que sea Ariel... es raro.

―No sabes qué hacer ―repite, mientras aún meditaba si debía ayudarle o no. ¡Vamos! La respuesta es simple―. Yo que tu no iría.

Sí, decidió por decirle su opinión, cruda posiblemente; pero si Ariel se había "rebajado" para pedirle ayuda, lo mínimo que podía hacer ella es responderle. Aunque es la primera vez que Arianne piensa en lo que es justo y no.

―Más que por el miedo que ella pueda provocar en tí... es porque no existe un verdadero laso con esa mujer. Es más, perdió todo derecho de verte cuando te golpeó con el látigo ―Arianne respira un poco antes de seguir hablando, su voz se había vuelto afilada y no quería que sonara de esa forma―. Tal vez ―dice con algo más de suavidad―, ahora no pueda hacerte daño, pero es una posibilidad, un posiblemente. Además, si vas, sólo conseguirás hacer sufrir a tu madre ―La mira por unos segundos, directamente a los ojos y agrega―. Y no creo que quieras eso, ¿cierto Ariel?

Arianne suspira y asiente con una leve sonrisa en su rostro por las palabras de Ariel. Era por eso que normalmente no ayuda a los demás, porque le terminan agradeciendo y ella no sabe qué decir como respuesta. No está acostumbrada, ha sido toda una vida de "despotismo".

―Tranquila ―le susurra―, no pasa nada.

La oscuridad las envolvió en segundos, el sol estaba completamente escondido y sólo las alumbraba la luz de la luna menguante; por lo que Arianne sacó su varita de su lugar y susurró un "Lumos", que iluminó lo suficiente como para poder seguir hablando con normalidad. Apunta un poco a la chica para poder agregar algo a su extraña respuesta, cuando algo llamó su atención.

Arquea una de sus cejas, mientras una sonrisa maliciosa se formaba en su rostro. Con su misma varita levanta levemente el rostro de la Hufflepuff y susurra con un tono de voz algo macabro.

―Pero ¿qué es esto, querida? ―No se mueve de su lugar y con un pequeño sonido de su boca le indica que ella tampoco debe hacerlo―. Al parecer te has estado divirtiendo, Ariel, y bastante. ―Mira a la chica y aleja su varita del cuello de ella―. Obviamente esos no fueron tus amigos, al estar evitándolos, ¿quién es el afortunado?

Arianne no puede evitar reír al escuchar el nombre del chico con el que Ariel había estado divirtiéndose. Se mordió el labio para no decir mucho más pero eso es casi imposible para la rubia chica.

―¡Vaya! Al parecer Roikan se dio cuenta que hay cosas mucho más entretenidas. ―La voz de Arianne salió entrecortada por la risa pero por lo menos algo se le había entendido―. Bien, esta es la parte que uno normalmente dice: ¿Y cómo estuvo? ¿Vale la pena o simplemente fue un simple revolcón?

Otra leve carcajada escapó de ella, mientras trataba de controlarse, pero cuando escucha la pregunta de Ariel, la risa se le atoró en la garganta y mira a la chica con los ojos bien abiertos.

―Bien, creo que podemos mantener una conversación sin la necesidad de golpear paredes ―dice cuando logra salir de la sorpresa y con un tono de voz algo sarcástico aún. Si quiere conversar tranquilamente con la otra chica, debe cambiar eso, ¿no?―, ¿qué es lo que en sí quieres hablar, querida? Porque creo que esto se puede dar para largo.

No pude evitar que mis mejillas enrojecieran mas y suspiré de nuevo.

- Estuvo bien, para ser mi primera vez, el problema es que yo... creo que me estoy enamorando de Roi pero no puedo decirle que estoy enamorada de él porque... - bufé e intenté tranquilizarme - es todo un lío, antes de poder decirle que estoy enamorada de él, necesito arreglar mis sentimientos sobre Seth, quiero estar segura de que quiero a Roi.

Me quedé pensativa ante su pregunta y cierto era que no debía golpear paredes, pero para eso ya tenía a Nariane, aunque me picara mucho, si veía que perdía el control, ella me ayudaría.

"Que gran confianza tienes en mí"

"No creas, diría que lo haces mas para salvarte el culo"

Nariane se quedó callada y contesté por fin a la pregunta.

- Un poco de todo, me gustaría saber cosas sobre el tema, lo que sé es lo que sale en los libros del colegio, no más.

El silencio reinó por el lugar por unos segundos, Arianne se muerde el labio inferior algo divertida al darse cuenta de lo loco de la situación. ¿Quién creería que hace unas semanas solamente Ariel Eriksen golpeó una pared por un ataque de celos por Seth Addy? Nadie, menos ahora que anda pensando que está enamorada de otro chico. "¡Espera! ¿Enamorada?". La rubia chica voltea casi completamente para poder mirar con mayor comodidad a la tejona.

―A ver, Ariel ―dice ella tratando de entender la situación―, decir que estás enamorada es una palabra muuuuy grande ―agrega, dando un toque especial a la palabra 'muy' para un mayor énfasis de lo que quiere decir―. Sobre todo cuando conoces a alguien hace... ¿cuánto?

Para Arianne no es facil comprender aquella situación, siempre se ha encontrado bastante lógica y el 'amor' no es parte de la razón propiamente. Además si en algún momento ella pensara estar enamorada se formaría un debate interno que la terminaría volviendo loca. No, odia eso, por lo que siempre evita 'engancharse' a alguien.

―Y bueno, al final... no hay mucho que te pueda decir tampoco, chica ―comenta, colocándose las calcetas y el calzado al sentir sus pies ya secos―, lo que sabes del colegio es lo escencial, ¿no? El ser precavido, cuidarse... ―Las palabras de Arianne se atoraron en su garganta cuando recuerda algo importante―. ¡Espera! ¿Dijiste que fue tu primera vez? ¿Tomaste alguna medida, no?

Observé a Ariel extrañada, aunque cierto era que tenía razón.

“¿Qué vas a contestar a eso?”

“¿Tú que crees?”

- Ummm... bueno, le conozco de hace semana y media, pero yo realmente... creo que estoy enamorada de él, me siento genial a su lado, siento las mariposas en el estómago y me siento como si estuviera en una nube cuando estoy con él, es como una droga para mí, me hipnotiza con esos ojos azules y me tranquilizan, se me cae la baba al verle y a veces no puedo evitar pensar en cosas pervertidas - contesté con las mejillas sonrosadas - hay cierta atracción física, y el sentimiento también está ahí, nunca me he enamorado, pero yo creo que estoy enamorada y si no, estoy cerca. Lo que si puedo decir sin lugar a dudas es que le quiero.

Me quedé pensando en la segunda pregunta y Nariane dejó escapar un:

“¡Oh, oh!”

- Pues... la verdad es que no, no usamos nada - contesté palideciendo levemente, especialmente porque en los últimos 3 días, había empezado a encontrarse rara y alguno de esos días se había despertado con nauseas, aunque se le habían pasado en seguida. El período aún no le preocupaba, aún le quedaba media semana para que le bajase... pero sí se le retrasaba, entonces si tendría que preocuparse.

La reacción de Arianne fue de completo rechazo hacia las primeras palabras de Ariel. Iba a responderle, pero se conoce y sabe que le dirá alguna pesadez que terminará con la tregua que tienen. Pero es que... ella no lo comprendía, su cabeza no lograba entender el como la morena puede creer que está enamorada de alguien que conoce de hace menos de dos semanas.

Respiro un poco antes de intentar hablar con tranquilidad, lo necesitaba, de verdad que sí.

―¿¡Semana y media!? ―exclama en forma de pregunta. Bien, se especificó que era un intento, aquí a que lo lograra era casi imposible―. Ariel… es nada, ¿cómo puedes sentir algo “taaaan” grande por alguien que ni siquiera conoces bien? ―le preguntaba seriamente, por mucho que lo encontrara una locura, todas esas descripciones que la tejona le dio, son cosas que supuestamente una persona siente cuando ama a otro. Supuestamente porque Arianne no se ha enamorado nunca antes, no sabe si eso es cierto o no―. Que le quieras es normal, no creo que tu seas de las chicas que se meten con alguien por el simple deseo de hacerlo; algo fuerte debes sentir está más que claro pero aquí a que sea amor… es un gran paso, querida.


Suspira luego de hablar y piensa un poco antes de seguir, por lo menos ahora ya no cree salirse de contexto, y podría seguir con la conversación lo más bien.

―Para saber qué es lo que sientes por Seth, Ariel, debes dejar de esconderte, buscarlo y hablar con él… mirarle a los ojos, enfrentarlo ―comienza a decir, con su mirada perdida―. Pero dicen que si te enamoras de dos personas, debes quedarte con la segunda. ―Mira a Ariel y continua―. No sé, me parece que es por algo de que si amaras verdaderamente a la primera, no te habrías enamorado de la segunda, ¿no?.

Las palabras de Arianne la sorprendieron a ella misma. ¿Desde cuándo que sale con cosas así de… impropias? Al parecer juntarse con tanta gente “buena” le ha afectado en algo ese lado suyo, que tan escondido mantenía.

Sin embargo, toda tranquilidad se fue a pique cuando escuchó lo último que le dijo Ariel. No se había cuidado, no se había cuidado, no se…

―¿Qué tu qué? ―exclama, volteando completamente hacia la chica para mirarla con los ojos desmesuradamente abiertos, la rubia afirmaba su varita con fuerza y mordía su labio inferior con aún más―. Ya, bueno, no creo que tengas tanta mala suerte, querida, no podría ser tanto, en realidad ―dice para tranquilizarse a sí misma y poder seguir normalmente. ¿Eso es lo que debía hacer, no? No entrar en pánico.

Suspiré ante la respuesta de Arianne, pero no fue un suspiró de cansancio, mas bien fue un suspiró como cuando un niño pequeño te empieza a hacer preguntas y te prepararás para contestarlas con toda la ternura del mundo.

- Bueno, no te lo sabría explicar, es algo que yo tampoco entiendo, me parece extraño querer tanto a alguien en tan poco tiempo, pero es lo que siento.

Lo siquiente que me dijo hizo que me lanzara hacia ella y la abrazara, tirandola al suelo.

- Arianne, te adoro, me acabas de solucionar la vida - dije exagerando un poco... un poco, bastante.

Pero me hizo volver al mundo lo siguiente que dijo.

- Yo... estoy asustada - contesté alzando mi rostro para mirarla y llevando una mano a mi vientre, justo cuando Roi y yo lo hicimos era la mitad del ciclo, lo cual quiere decir que estaba ovulando, el momento propicio para quedarme embarazada, mi rostro comenzó a palidecer cada vez mas.

El ceño de la chica se frunce apenas Ariel termina de hablar… sí, de cierta forma comprende lo que dice, en muy poco tiempo se puede a llegar a querer mucho a alguien, aunque en su caso es muy distinto, demasiado distinto. Es más, Arianne ni siquiera sabe porque pensó. Y es por lo mismo que no alcanzó a reaccionar cuando la castaña chica se le lanzó encima para abrazarla.

La rubia estaba bloqueada no supo qué hacer y mucho menos cuando la escuchó decir que la ¿adoraba? “¿Qué ocurre aquí?” se pregunta mordiéndose el labio inferior muy confundida. Pero eso duró sólo unos segundos, casi de inmediato Ariel volvió a sentarse en el suelo y la Slytherin la siguió a la par.

―Te entiendo ―le susurra, ve el gesto de la chica de tocarse el vientre y como el color de su piel se perdía más. Pasó uno de sus brazos por el hombro de Ariel y la acerca a ella, creando un abrazo que nunca antes había dado. No había necesidad, no recuerda haber sentido antes tanta preocupación por alguien―. Tranquila… todo saldrá bien, querida, pase lo que pase… todo estará bien.