¡Por las barbas de Merlín![Ronald Weasley]

A estas horas la sala común estaba hasta arriba de gente y no había quien lo aguantase. Decidí explorar el castillo por los pisos superiores. Me fascinaban las escaleras. Iba con el uniforme, pero sin la capa y disfrutaba de una deliciosa piruleta mientras subía y bajaba las cambiantes escaleras. Me paré de pronto frente al cuadro de una mujer con un "ligero" sobrepeso porque me llamó la atención. Miré hacia todos los lados y, tras comprobar que no había nadie por allí cerca, me dirigí hacia el cuadro para preguntarle con curiosidad.
- Hola, no quiero parecer impertinente, pero... ¿Es muy aburrido eso de ser cuadro?- sonreí al final de la pregunta esperando a que la mujer me respondiese. Tras una crítica mirada al fin me dijo.
- Según como se mire, querida, pero yo no lo llamaría aburrido, si no más bien... interesante.
-Pero... ¿Qué haces todo el tiempo? Quiero decir... ¿Cómo pasas el rato cuando eres un cuadro?
- Yo, querida, mato el tiempo cantando.- y sonrió con aire de suficiencia.
- Ahm, ¿si? y... ¿Podrías cantarme algo?- justo en aquel momento oí unos pasos a mi espalda, por lo que afiné el oído, pero no me volví.

Mañana teníamos un examen, examen del que precisamente no había estudiado nada. Así que me dirigía a mi sala común, para estudiar un poco y por lo menos sacar la nota mínima que me haría aprobar, aunque estudiar no fuera lo mío.

Estaba buscando a gente de mi casa para que me ayudaran a estudiar, como a Hermione o a Ginny incluso, que aunque fuera más pequeña que yo, seguro que me podría ayudar más que si me ponía a estudiar yo solo porque en seguida me distraía con cualquier cosa.

Pero no los encontraba, supuse que estarían todos en la sala común, pero se me hacía raro que no me hubieran avisado de que iban todos allí. Siempre lo hacían y me extrañaba mucho, pero bueno, un día era un día y no pasaba nada, tendrían cosas importantes que hacer y no me podrían haber avisado.

De repente cuando estaba llegando a mi sala común, vi a una chica que al parecer estaba mirando y hablando muy atentamente con el cuadro. Me pregunté que estaría haciendo porque se veía claramente que esa chica no era de Gryffindor, para nada.

Cada vez me iba aproximando más a esa chica, ella parecía que no me oía o no oía mis pasos. Aunque también podía ser una opción que no quisiera mirar hacia atrás. Cosa que eso ya me hacía pensar demasiado de la casa que podía ser.

Llegué por fin al cuadro y me puse a carraspear para que la chica se quitara de mi camino, tampoco tenía ganas de hablarle ya que me había fijado nada más llegar que era una Slytherin, y yo a la gente de Slytherin ni siquiera me molestaba en mirarlos. Esperé a que la chica se diera la vuelta y se fuera para que le pudiera decir al cuadro la contraseña para entrar en la sala común de mi casa a estudiar.

Al poco rato de empezar a oír los pasos, noté que quienquiera que fuese, se había parado a mi espalda. Un chico carraspeó y entonces me di la vuelta. Pelirrojo, pecoso y Gryffindor. No le di mucha importancia al tema de la casa, porque yo no era de esas que tenía prejuicios contra los de otras casas. Con mi más encantadora sonrisa y sin apartarme de su camino, me presenté.
- Soy Angelina Riddle, Slytherin. Encantada de conocerte, no me suena haberte vito por aquí. ¿Cuál es tu nombre?

Me quedé con la boca abierta, parece que la Slytherin había visto que yo era de Gryffindor y no le preocupó lo más mínimo. Parece ser que a ella no le importaba el tema de que fuéramos de casas distintas y no como a otros Slytherin que les importaba y además mucho.

Así que decidí presentarme y por una vez dejar mi rencor hacia los Slytherin apartado aunque me fuera a costar demasiado. Ron Weasley, Gryffindor. A mi tampoco me suenas, ni lo más mínimo. Creo que nunca te había visto por el colegio Le dije extrañado, y tampoco creía que yo no le sonara. Ya que al parecer medio colegio conocía a los Weasley, pero bueno en ese momento daba igual si me conocía o no.

Pareció extrañado tanto de que le saludase como de que no le conociese, por lo que decidí hacer memoria para recordar dónde pude haberle visto.
- Ron Weasley... hmmm... Me suena tu apellido... No sé, lo cierto es que soy nueva por aquí y no conozco a mucha gente. Parecías ir con prisa ¿Ibas a algún lado en especial?- le pregunté de nuevo con la mejor de mis sonrisas. Me encantaba ser agradable, incluso con lo que, como Ron, les costaba ser normales con los Slytherin.

Normal que le sonara mi apellido, mi familia lleva siglos en Gryffindor y siempre alguno tiene que estar dando el cante, como Fred y George.

Si bueno, iba a mi sala común a estudiar un poco un examen que no me sé nada de nada y estaba buscando a unos amigos para que me ayudaran un poco a estudiar que yo me distraigo facilmente y no me concentro nada si estudio yo solo.

Después de darle una contestación a su pregunta me tocaba a mi preguntar y creo que no le iba a sonar muy rara la pregunta.

¿Y tú?¿Qué haces aquí? y... ¿hablando con un cuadro? le pregunté extrañado.

No me sorprendió en absoluto su contestación, y menos aún la pregunta que vino después. Por lo que con una deslumbrante sonrisa, como siempre, le contesté gentilmente.
- A estas horas no hay quien esté en mi sala común, por lo que decidí ir a dar un paseo... Y esta mujer es realmente encantadora... lo que yo me preguntaría es por qué no hablas tú con ella más a menudo- Tras el comentario, esperé pacientemente su reacción. Siempre sin dejar de sonreír.

Me quedé alucinando con la frase de que yo tenía que hablar más con ella, demasiado que todos los días le decía la contraseña unas cuantas veces. No veía muy normal lo que me había dicho, hablar con un cuadro, es que era para quedarse con la boca abierta.

Mejor hablar con los amigos que no con un cuadro que como mucho te puede cantar un poco, y teniendo en cuenta que odiaba la música que cantaba, pasaba del cuadro.

Yo no hablo con ella porque no, porque parece que es como si estuvieras hablando solo, ya se que te puede contestar pero no lo veo muy normal del todo.

Aquel chico parecía bastante cerradito. No parecía entender que los cuadros también se merecen un respeto. Incluso parecía más un Slytherin al mostrarse tan frío y arrogante. No que ría ser borde, pero aquel chico me estaba realmente sacando de mis casillas.
- Pues yo lo que no veo normal es que te creas en el derecho de decir eso. Lo cierto es que me está empezando a parecer que el cuadro tiene bastante más corazón que tú. Yo, personalmente, mientras hablaba con ella, me lo pasaba bien, pero tú me has cabreado y bastante.- Le fulminé con la mirada antes de añadir las siguientes palabras- ¿Te crees muy bueno por ser Gryffindor, verdad? Pues que sepas que a veces, los malditos Gryffindor que despreciáis a los de mi casa caéis tan bajo como los Slytherin que os desprecian a vosotros. ¿Qué te he hecho yo? Porque creo que no he podido ser más amable contigo en todo este rato.- esperé su respuesta, quería una respuesta. Aquel estúpido pelirrojo no se iría de allí de rositas.

¿Perdona? ¿Me estás vacilando tú a mi? ¿Que pasa que no tienes amigos y por eso te conformas con hablar a un cuadro? Demasiado que te he dirigido la palabra, todos los Slytherin sois iguales de arrogantes, chulos, con mal humor y además con el ego muy subidito y demasiado creídos. ¿Acaso te he echo yo algo para que cambies así?

De un momento a otro as pasado de ser una chica normal a una insoportable. Que si yo me creo con el derecho de hablar así de un cuadro... ¿Tienes tu el derecho de hablar así de todas las personas de Gryffindor?

Normal que estés así de sola y hablando con un cuadro, con ese carácter normal. Así que no ocupes sitio y lárgate de aquí. Búscate unos amigos con los que puedas hablar porque a cualquier persona que le preguntes que si habla con un cuadro te va a decir que no, así que no seas tan cerrada de mente y no intentes ganar siempre porque eso no va a poder ser siempre así.

Ya me había cabreado ya chica, y eso que yo no era de enfadarme mucho, pero que se atrevan a insultar gente de Slytherin a gente de Gryffindor, ya me parecía suficiente motivo como para enfadarme con ella. Dije la contraseña en bajo para que no la oyera y se abriera la sala común y olvidar aquella discusión sin sentido y solo por un cuadro.

El tal Ronald acabó por levantar el tono más de la cuenta y empezar a gritarme. No entendía lo que yo le estaba diciendo. Definitivamente, además de cerrado, este chico era un poco muy tonto. Ante la más mínima amenaza, se puso a gritar y despotricar contra mi sin sentido. Yo no me habría metido con él de no haber sido por el desdén con el que me trató desde un primer momento. Yo no me tenía pensado callarme así que, justo cuando abrió la entrada a la sala común le dije en un tono lo suficientemente alto como para que lo oyese, pero sin gritar.
- Aquí nadie gana o pierde, solo los hay que son mejores y que son peores y, quien no acepta los propios errores, está claro en qué grupo está.- sonreí maliciosamente, satisfecha con el efecto de mis palabras, y me di media vuelta, alejándome, sin darle tiempo a responder. La primera persona en mi lista negra sería un Gryffindor, menuda pena...

Ya había entrado en la sala común cuando ella todavía seguía hablando. Ni si quiera me molesté en escuchar a una persona que posiblemente nadie hace caso por las bobadas que dice. Sus palabras me entraron por un oído y me salieron por el otro, me daba lo mismo lo que me dijera, tanto si era bueno como si era malo.

Demasiado que la hablé bien por unos momentos, no me podía creer que hubiera hablado con una Slytherin bien, pero todo volvió a la normalidad cuando empezó a decir cosas que no tenían el más mínimo sentido y yo a gente que dice cosas que no son normales, que la persona es rara, que se dedica a insultar a Gryffindor solo porque no tiene amigos y nosotros sí y porque se creen los mejores del mundo, no pierdo el tiempo.

Así que sin hacerle ningún caso y suspirar para pasar de ella cerré la puerta de la sala común y me olvidé completamente de aquella conversación que no llegaba a ninguna parte gracias a sus salidas de tono y a sus métodos para no aburrirse.