Rutinas [Ronald Weasley]

Había ido al bosque prohibido a despejarme un poco que falta me hacía. No era por nada en especial solo que a veces me sentía solo e incomprendido. ¿Tenía unos buenos amigos? Pues claro, eso no se puede negar, pero a veces me sentía como el tonto del grupo, el que no valía para nada y nunca había sentido esa sensación.

Hacía ya mucho tiempo que no venía a caminar por el bosque, aunque tampoco había venido muchas veces, en mi tiempo libre no me gustaba pensar, ni si quiera cuando estaba ocupado me gustaba pensar.

Lo mío era más de reacciones en el momento y no pensar en lo que iba a hacer, no era de esas personas que se preparan diálogos para que luego les salga todo bien, aunque al final les salga de pena.

Pero algo interrumpió mis raros pensamientos. No hacía más que escuchar voces y más voces. Pero eso sí, siempre con el mismo tono de voz. Me parecía muy raro eso. ¿Una persona hablando sola? Lo dudo mucho, a la única persona que conocía que hablara sola era Luna Lovegood y esa precisamente no era su voz.

Dejé de pensar en las voces que oía y que no paraban y me senté en un tronco caído que había en el suelo.

[Off Rol/ Un apunte, eso de las voces, de Ariel solo has podido oir una frase, puesto que ella solo habla en voz alta una vez, lo demas lo piensa, separó el pensamiento del dialogo con las comillas]

Escuchó un ruido, como si la madera crujiera, miró hacia abajo, al parecer un chico se había sentado en un tronco. Se sentó en la rama en la cual estaba de pie y decidió comprobar si podía ayudarla.

- ¡Eh! - gritó no muy fuerte para llamar su atención - Aquí arriba, este... ¿sabes como salir del bosque? Me he perdido - a pesar de que hizo todo lo posible para que no ocurriera, sus mejillas se encendieron, era tan... penoso tener que decir que te habías perdido.

(Off-roll: pues podía ser un búho o un pato... que quieres que te diga)

Otra voz, y cada vez más cerca, esto ya me parecía demasiado raro. Pero parecía que me estaba hablando a mí, ¿o solo era una imaginación mía?

Decidí mirar hacia atrás, tampoco iba a perder nada si buscaba a alguna persona que me estuviera hablando, tampoco era tan raro que alguien me hablara.

Ehh... Si claro, se por dónde se va al colegio, si quieres te acompaño. Le dije a la chica que al parecer se había perdido. Oh bueno, si quieres te digo por dónde se va y vas tu sola, como tu quieras. Me levanté del tronco y la miré esperando una respuesta

Según lo que respondió, me tuve que levantar del tronco para indicarle el camino ya que es lo que había elegido. Muy bien pues yo te llevo al colegio encantado. Soy Ron Weasley

Me reí al volver a saber que necesitaba otra vez mi ayuda, parecía que hoy no era su día pero ya que me ofrecí a ayudarla, pues la ayudaría. Tanto si fuera su mejor día como su fiera el peor.

Fui hacia ella para ayudarla y le dije: Vaya día tenemos hoy, ¿no es el mejor verdad? Me reí bromeando con ella e intentando ser simpático. Por cierto, ¿que hacías tu por aquí cuando no sabes por donde ir?

Me reí con lo que había dicho. Parece que llevas poco tiempo aquí, yo ya me sé de sobra como ir por el colegio, son demasiados años aquí y demasiadas expediciones como para saber por dónde se va a la mayoría de los lugares del colegio.

Por cierto se te sigue viendo el chupetón del cuello, no te lo has tapado bien con la camisa. Me reí disimulando para que no se diera cuenta de que me estaba riendo de sus meteduras de pata.

Te entiendo yo al principio también me perdía, es que el colegio es demasiado grande y no venía tan mal que pusieran algún que otro cartel para saber por dónde se va a los sitios. Pero bueno, no es propio de este colegio poner carteles. Será que a los profesores les gusta hacernos pensar demasiado y quieren que sepamos por nosotros mismos por donde se va a los sitios.

Pues te tendré que regalar algún día, y más me vale pronto, porque al final me voy a acabar perdiendo yo también como te siga ayudando, una brújula. Los aparatitos estos muggles que te ayudan a saber el camino con una aguja, creo, aunque no estoy muy seguro.

Le expliqué lo que era una brújula por si no lo sabía aunque yo tampoco estaba muy seguro de lo que era.

Vi que se sonrojaba, y me parecía de lo más normal del mundo, creo que no le tenía que haber dicho lo de que se le veía el chupetón, pero ya no podía hacer nada, lo dicho estaba dicho asi que la tranquilicé un poco para que no se sintiera mal o incómoda con la situación.

Abejas... abejas... abejas... Dije cada vez en todo más bajo y con extrañado por su respuesta. Entendía que fuera complicado hablar de temas así con ella porque podía ser tímida pero contestar eso, seguro que fue lo que primero se le vino a la cabeza.

Yo no sabía que decir, esto era demasiado raro para mí, ni si quiera Luna Lovegood me daba tanto miedo como ella, no decía más que cosas que yo no entendía, que si abejas, que si sexo sin ningún motivo.

Me estaba empezando a preocupar si aquella chica estaba bien de la cabeza, lo estaba fingiendo o de verdad era tal y como ella lo aparentaba. Ojalá que no, porque como dijera esas cosas de chocolate, naranjas y osito tontito, cualquier persona diría que venía de otro mundo, pero ya que yo me acostumbré a las cosas de Luna también me podía acostumbrar a las de ella, no podía ser una persona mala, porque en seguida se ponía demasiado nerviosa, tenía cara de buena, así que seguramente se podría confiar en ella.

Eso era bueno, seguro que tendría buenos amigos, pero yo no sabía que decir, estaba cada vez más alucinado, más extrañado por su comportamiento pero decidí hablar de algo, aunque no tuviera ni idea de que. Bueno... el camino es por allí, ven siguemé.