Insomnio [libre]

Luego de dar muchas vueltas en la cama, demasiadas, a tal punto que no supe cuántas horas había tratado de dormir sin lograrlo, decidí levantarme.

Habitualmente, cuando por alguna u otra razón no podía dormir, salía a vagar por los pasillos, a hablar con los fantasmas o con algún cuadro que tuviera predisposición a hacerlo, pero luego de que Kiara me "regañara" por aquello, había decidido esperar un poco más antes de volver a salir a medianoche. Tenía la ligera sospecha de que ella me estaría vigilando de alguna manera.

Así que decidí que me quedaría un rato en la Sala Común. Si tenía suerte, quizás el Fraile Gordo se pasara por allí esa noche, o quizás otro Hufflepuff en el mismo estado que yo.

Me senté en una butaca cercana a la chimenea, y me dispuse a ver la crepitante llama bailar sobre las cenizas.

Aquella noche había tenido una pesadilla terrible y no quería dormir por si volvía a tenerla.

Ya no podía aguantar más en la cama y bajé a la sala común a leer. No podía ver simplemente con las llamas de la chimenea por lo que saqué la varita y murmuré:

-Lumus.

Poco después de que estuviera leyendo, una chica bajó.
La conocía de sobra, pero nunca habíamos hablado y no me atrevía a hablar con ella. Sin embargo, esa vez me salieron solas las palabras.

-Eras tú la que daba vueltas en la cama, ¿Verdad?-pregunté con una sonrisa.-¿Una pesadilla?

Me sorprendí mucho cuando una voz salió de un lugar cercano al que me encontraba. Giré la cabeza con rapidez y pude notar que se trataba de una chica de mi edad, más o menos, y por lo que decía, compañera de habitación.

- Sí, soy yo. - contesté con una sonrisa, luego de reponerme. - No, ni siquiera logré cerrar los ojos. - respondí a su pregunta. - Soy Lara. - me presenté, tendiéndole la mano en gesto amistoso.

Me tendió la mano y se la estreché con una amplia sonrisa.

-Yo me llamo Robin, o puedes decirme Sunset. Cualquiera de los dos nombres vale.-dejé mi libro a un lado.-Nox.-dije y dejé mi varita sobre el libro.-Yo sí que he tenido una pesadilla, por eso he preferido bajar a leer. Además, aquí hace calor.

- Claro, Robin - acepté mientras me estrechaba la mano. Parecía una chica agradable. Era normal, en Hufflepuff éramos todos así.

Apagó la varita con la que se alumbraba para leer y la dejó dobre su libro.

- Oh, detesto las pesadillas. - dije frunciendo un poco el ceño. - Aunque como duermo tan poco no he tenido muchas que digamos, pero las pocas veces que sí han sido experiencias que no deseo repetir. - terminé, y luego recompuse la sonrisa. - Y sí, este es un lugar agradable, aunque me hubiera gustado salir a dar una vuelta. - agregué sin miedo.

-Si te pilla la prefecta será un problema, y no digamos los profesores.-me levanté.-Pero podemos intentarlo.

Caminé descalza hacia la puerta de la sala común y miré al pasillo con cautela.

-No hay moros en la costa. ¿Vivimos una aventura?-sonreí, divertida.

- Sí, lo sé. - contesté divertida. - Ya me ha pasado antes. - le confesé.

Observé desde la butaca mientras ella se levantaba y se asomaba hacia el pasillo con cuidado.

Iba a responder que sí de inmediato, pero apareció en mi mente aquella sensación que me decía que Kiara estaría vigilándome. Pero la oferta era demasiado tentadora. Además, ¿qué era lo peor que podía pasar?

- De acuerdo. - acepté, levantándome del asiento y acercándome a la entrada. - Pero si aparece Kiara u otro prefecto deja que yo me encargue. - le pedí. Ya había zafado varias veces, y seguramente podría volver a hacerlo.

Sonreí.

-Vale.

Me guardé la varita en el bolsillo de la bata del pijama y salí a la primera.

-Ups, no veo nada.-volví a sacar mi varita.-Lumus.

Eché a andar con calma.

-¿Sabes? Algún día me gustaría encontrar la sala de los menesteres.

Salí en puntillas detrás de ella, tratando de no hacer ruido.

La oscuridad era muy densa, iba a sacar mi varita para alumbrar el entorno pero entonces Robin se me adelantó, encendiéndola primero.

- A mí también. - respondí en un susurro. Lo más difícil de salir en la noche era alejarse de la Sala Común. Lo demás era pan comido. - La he buscado muchas veces, pero nunca logro dar con su paradero exacto. ¿Te gustaría intentar encontrarla? - propuse. No teníamos planeado nada, por lo que cualquier cosa podría ser algo interesante.

-Claro. Pero será complicado. No aparecerá a menos que necesitemos algo de verdad.

Luego sonreí.

-Bueno, sí que necesitamos algo. Encontrarla.-hice un mohín.-Qué pena que la gente piense que no existe. Yo pienso que las leyendas siempre tienen algo de verdad.

Me paré en el hueco de las escaleras que subían porque éstas aún no habían llegado.

-Yo creo que está en el piso del baño de los prefectos.

(Se me fue el internet y tuve que volver a escribirlo todo T.T)

- Es verdad. - estuve de acuerdo, deteniéndome a esperar que las escaleras llegaran.

- Es una pena. Pero yo sé que existe, no puede no existir. Se creía que la Cámara Secreta no existía, y ¡sí que existe! - exclamé, levantando los brazos en una exclamación de sorpresa fingida. - Entonces, ¿por qué no debería de existir esta otra sala?

En ese momento llegaron las escaleras y me apesuré a subir, antes de que decidieran volver a moverse.

- ¿Te parece? - pregunté. - Bueno, entonces iremos allí. - determiné, sonriente.- Espero que estés en lo cierto, ya que la verdad es que a mí no se me cruza por la cabeza dónde es que podría estar.


[Off: uhg, odio cuando eso pasa xD]

Subí de un salto a las escaleras antes de que se fueran. Ahora tenía que esperar a que se dignaran a llegar al piso al que necesitábamos subir.

-Sólo tenemos que pensar en que necesitamos encontrarla y ella aparecerá solita, supongo.-me agarré del pasamanos porque estuve a punto de caerme.-¿Qué haremos si la encontramos?


(¿Podemos encontrarla?)

Me detuve a pensar en lo que ella había preguntado.

- No lo sé. - respondí con sinceridad unos instantes después. - Siempre quise encontrarla, pero nunca me puse a pensar en qué es lo que haría allí si lo hacía.

Seguí pensando durante algunos minutos más, tratando de mantener el equilibrio, ya que de vez en cuando la escalera se sacudía.

- Me parece que si la encontramos estará equipada de alguna manera. - reflexioné en voz alta. - Así que si logramos nuestro objetivo, de seguro allí encontraremos algo interesante para hacer.


[Off: mejor no, dejémoslo para otra escapada xD]

-¡Quizá encontremos algo que lleva escondido mucho tiempo!-exclamé e inmediatamente me tapé la boca. Esperaba que no me hubieran oído.

Miré a Lara.
-¿Tus padres son magos?

(Vale xD)

Pegué un salto cuando la escuché gritar. Me giré hacia ella, quien ya se había tapado la boca, ahogando la exclamación. Parecía que se había dado cuenta de que no era conveniente.

Ya estábamos lejos de la sala común, por lo que no creía que nos hubieran escuchado, pero por las dudas miré a mi alrededor. Trataba de reconocer si los habitantes de los cuadros seguían todos en sus respectivas pinturas, no fuera que alguno nos hubiera ido a delatar.

Volví a mirar a Robin cuando su pregunta distrajo mi atención. Todos los de los cuadros seguían dormidos o habían vuelto a cerrar los ojos.

- Mi padre sí, pero mi madre es muggle. - respondí con una sonrisa. Yo quería muchísimo a mis padres, no me importaba lo que las demás personas dijeran sobre ellos. Nunca podría sentirme avergonzada ni nada por el estilo. - ¿Y los tuyos?

-Mis papás son muggles. Los dos. Los quiero muchísimo. Mi padre es profesor y mi madre ama de casa. El otro día fue a tomar el té en Madame Tudipié y quedó impresionada.-sonreí.

- ¡Vaya! - exclamé con una sonrisa. - No se me había ocurrido traer a mi madre a Hogsmeade... - reflexioné. Era una buena idea. Estaba segura de que a ella le encantaría. - Aunque seguramente papá debe haberla traído en algún momento. - agregue sonriendo pícaramente.

- ¿Para dónde ahora? - pregunté cuando llegamos al final de un pasillo. - ¿Derecha o izquierda?

Llegamos al piso de arriba y nos quedamos paradas.

Miré a ambos lados.

-Humm... Lo normal es ir a la derecha, vayamos a la izquierda.

Reí en voz baja ante su comentario.

- Es verdad. - coincidí, girando hacia la izquierda. - En todas las series de televisión eligen la derecha. - comenté. Luego me puse a pensar, casi tomándome en serio aquello, pero más que nada por pura curiosidad. - ¿Por qué será?

-Toman como mala señal la izquierda, por esto de que le dicen la siniestra. Es cosa de la mitología griega.-dije.-¿Qué culpa tendrá la izquierda?-dije como si fuera una persona.-Si la representan como algo malo ¿Qué culpa tendrá ella?

Reí lo más bajto que pude, totalmente de acuerdo con aquello.

Iba a responder, pero un ruido adelante nuestro me alertó, haciendo que me detuviera de forma brusca por puro instinto. Quizás sí era una mala señal.

Observé con cuidado hacia donde yo suponía que provenía aquel sonido y agucé el oído. No sonaba a pasos, pero bien podría tratarse de la Señora Norris, la gata de Filch, que si nos encontraba estaríamos en problemas.

Giré la cabeza y miré a Robin, tratando de decirle con la mirada que lo que nos convenía hacer ahora era dar media vuelta y salir corriendo.

Oí un ruido y Lara se puso nerviosa. Me miró de una forma que identifiqué como que quería irse.

-Es lo más acertado.-susurré. Giré y eché a correr hacia el otro lado.