La sorpresa del Caballero Andante [Elianne Nott, Evelyn Beckinsen y Roikan Suir]

No haria mas de una hora que acabe el entrenamiento de Quidditch, una cosa un poco patetica, teniendo en cuenta que no somos ni la mitad de un equipo, muy patetico, ademas, no debo de dejar que los nuevos se descontrolen, casi me matan, literalmente, lanzaron una blugder contra uno de los aros, esta reboto varias veces, y salio disparada a por mi, estaba de espaldas por lo que verla fue imposible, solo dire, que la caida de diez metros de altura no sienta nada bien.

Pero bueno, pude frenar la caida y hecharles una bronca directa, ahora quedaba lo mas importante, preparar un festin de dulces, pero la magia NO estaba permitida, asi que seria todo mas manual.

Varios elfos se encargaron de hacer diversos postres, mientras que yo me dedique al gran castillo, que era una especie de tarta pero con muchos sabores y todos ellos combinaban a la perfeccion, ademas de que en si parecia un castillo, las paredes eran de barquillo de chocolate blanco y negro y con virutas de chocolate de colorines, el interior era muy diverso, habia vainilla, nata, y esa crema pastelera tan dulce, pero era bastante especial porque me tire veinte minutos configurando su funcionamiento.

Parecia una torre y todo de el se podia comer cada x tiempo salia desde la parte mas alta diversos postres que se adecuaban a los gustos de la persona que los probabra, pero no era tan facil, porque debias de hacer un modelo base y luego modificarlo, asi que si, digamos que de hacer tartas, bollos, y hasta un fallido pero despues, glorioso intento de hacer un brazo de gitano, y yo que pensaba que la magia era dificil.

Mire la hora, ya debian de estar cerca, les di, a cada elfo que me ayudo, un galeon, aunque me costo que lo aceptaran. Esta seria una comida dulcisima.

Escuche una voz, asi que rapidamente los elfos hicieron desaparecer todos los postres, ahora que veia mi aspecto, aun tenia restos de chocolate y de posiblemente nata por las mejillas, digamos que los elfos no estaban acostumbrados a hacer cosas sin magia pero el trabajo manual era mucho mejor que el magico.

-¡Voy! -dije saliendo desde lo que venia a ser las autenticas entrañas de las cocinas, con la respiracion entrecortada, digamos que pensaba que iba peor de tiempo de lo que creia.

Tras salir de alli dirigi mi vista a quien me llamaba, Ariel, bueno, como dijo estaria aqui, pero si estaba sola, comida sobraria, aunque eso no seria un problema, se conservaba gracias a la magia casi por meses.

-No veas...lo que cansa...hacer las cosas...por el metodo tradicional. -dije con una sonrisa. -¿Vienes sola? -pregunte.

Elianne había recibido, sorprendida, una invitación para merendar con Ariel y no-sé-quién-más. Normalmente la habría declinado educadamente pero aquel día Ariel había puesto especial interés. Y, Elianne, como buena Slytherin que era sentía una curiosidad insana hacia cualquier cosa fuera de lo común. Se dirigió a las cocinas, al parecer no se le había ocurrido ir a la sala de los menesteres. Aburrida, acarició a la pera para que se convirtiera en pomo.

La sorpresa era que Ariel no estaba sola. Ni si quiera se podría decir que hubiera estado sola en un periodo de tiempo largo. Desde que Elianne sabía, Ariel no tenía extraños moretones en el cuello. Ni era de Gryffindor. Por otra parte, estaba Roi. Que llevaba la corbata de hufflepuff y, podían llamar a Elianne loca, pero notaba cierta compenetración entre él y la chica.

Se dio cuenta de que llevaba un par de minutos estudiandolos con la ceja enarcada.-Buenas tardes chicos, bonita corbata Ariel.- Sonrió, socarrona.

Había recibido una carta de Ariel, con una invitación a merendar.
Miré la hora, aun faltaba un rato... Suspiré y me puse la túnica. No sabía quien mas iba a ir a la merienda, pero, no me vendría nada mal pasar un buen rato.

Salí de mi sala común y bajé hasta las cocinas, cuando llegué ya había tres personas allí, Ariel, Roikan, y una chica rubia a la que no conocía.

Hola, chicos-Dije cuando entré

Me acerqué hasta ellos y observé a Ariel, algo no me cuadraba ¿Esta chica no era de Hufflepuff?. Hice una mueca. Su camisa era la de Gryffindor.

-Ariel... Tu camisa... -La miré detenidamente, también llevaba el cuello enrojecido, miré a Elianne, a Roikan, y luego de nuevo a Ariel, no entendía nada -Y tienes... -Me mordí el labio inferior -Olvídalo... -Opté por callarme.

La verdad es que las cosas que se hacian a mano requirian mucho mas esfuerzo que agitar una varita y ploff, tenerlo todo hecho, pero esperaba que por lo menos hubiera servido de algo y estubieran mas deliciosos que los hechos con magia.

No respondio mi pregunta ya que la primera persona hizo acto de presencia, no esperaba que fuera ella, ya que bueno, si algo no le suscitaba curiosidad, Elianne no solia asistir a ningun lugar, comento algo de una corbata, no me extrañaria que la hubiera manchado con vainilla, azucar en polvo o cualquier otra cosa, pero tampoco me dio tiempo a ver si realmente la llevaba manchada o no porque la segunda persona tambien llego a la cocina.

Era Evelyn y de nuevo comento algo relacionado con la ropa, que alguien dijera algo vale, podia ser una coincidencia, pero, que lo dijeran dos, ya era algo sospechoso, decidi entonces mirar su ropa y la mia. Con esto mi teoria se confirmaba, no era especialmente detallista, teniendo en cuenta que ella llevaba mi corbata y mi camisa y yo llevaba las suyas, era obvio que no notara que era una camisa femenina puesto que comento que era de un amigo, y ademas, creo que se dieron cuenta de las marcas que teniamos en el cuello, esto se ponia peor...

Ariel intento arreglarlo, pero no estaba hecha para soportar presiones y mentir, asi que dijo algo de que unas abejas nos picaron en el cuello y sin demasiado sentido, tuvimos que cambiarnos las ropas.

-Las conozco...-dije aun intentando pensar en una excusa mejor, y se veia que Ariel queria que fuera yo el que inventara la excusa, debia de pensar rapido.

Mi mente se puso a trabajar en alguna excusa que funcionara y no resultara demasiado inverosimil.

-Etto...Bueno, intentaba que aprendiera a volar, pero, no se le dio demasiado bien y se descontrolo, y fue a parar cerca de una colmena de Doxys en mitad del bosque prohibido, digamos que no les sento demasiado bien y no dudaron en atacar. -eso explicaba las marcas del cuello, pero ¿y la ropa? -Y en cuanto a lo de la ropa, al pasar por las copas de los arboles se desgarraron y tuve que intentar repararlas pero solo consegui que salieran volando, y pues no me dije en exceso sobre que me ponia o que no.

Bueno, yo ya envie la excusa, otra cosa es que se la creyeran o no, no era un experto mintiendo pero intente que no se notara.

Elianne intentó controlar una carcajada, lo intentó, de verdad. Y al final lo único que consiguió fue una risa ahogada. Así que Roi y Ariel habían... Pasado el rato. Pues mirándolo de manera Slytherin, Ariel tenía toda la tranquilidad que a Roi le faltaba cuando le daba por ser bipolar. Pero la historia era francamente hilarante, qué curioso que la hubiesen invitado a la merienda postcoital. Qué risa le hacía esa palabra.

Roi, inocente él, había intentado explicarles lo sucedido con una excusa mala. Muy mala. De las peores que había escuchado Elianne en su vida. De hecho, no recordaba una excusa tan mala. Elianne se río, con suavidad. -¡Qué curioso! ¿Habeis tenido mala suerte, eh? - Le comentó, con una sonrisa a Roi. Ciertamente tenía la impresión de que sería una tarde muy entretenida. -Oh, Ariel, ¿era la primera vez que te picaba una abeja?-. Preguntó, con una sonrisa sabedora.

Vi como Ariel comenzaba a ponerse roja, intentando dar explicaciones, de algo evidente.
A continuación, Roi también intentó explicarlo, mintiendo de nuevo, ésto se ponía cada vez mas interesante.

La chica de Slytherin, Elianne, comenzó a reir, la miré, me hicieron gracia sus comentarios.
Me apoyé contra una mesa, observando a los tres, en silencio, mientras hablaban

-Ariel... Roi... ¿Qué ha pasado?-Comenté, alzando un ceja, mientras miraba a ambos.
-Las abejas... -Observé sus cuellos -Que yo sepa, cuando te pican, no se ve así...-Sonreí con suavidad.

Esto se ponia cada vez peor, no solo no se habian tragado una mentira, que por mi parte era horrible, sino que ademas parecian estar jugando con nosotros, refiriendose al tema del sexo con una forma que usaba la propia excusa de Ariel...¿desde cuando se podia coger a las abejas como un sustituto de la palabra sexo?

Lo peor de todo es que eso empeoraba demasiado el asunto. Contestar a la pregunta de Ariel no es que fuera dificil, pero con dos personas mas, y encima mujeres...ya era mejorar el asunto, notese sarcasmo.

-Si, era mi primera vez con las abejas. -confese como si realmente estuvieramos hablando de abejas, la mas peligrosa aqui sin duda era Elianne, aunque Evelyn podia no quedarse demasiado atras.

Cuando Ariel paso su dedo por una de las manchas de chocolate, o que sabe Dios, y luego se lo metiera en la boca me recordo a lo que ocurrio no hara mucho en la cocina, lo que me hizo enrojecer y salir disparado al interior de las cocinas con un chorro de sangre, al mas puro estilo anime.

Tarde un par de segundos en contestar.

-Si, de hecho, lo acabamos hace poco, asi que espero que tengais hambre. -dije levantandome mientras me acercaba a la mesa en la que tantos alumnos habian comido.

Chasquee un dedo, y una torre, aparentemente solo de barquillos de chocolate blanco y negro aparecio en la mesa, tendria dos pisos, pero era bastante grande, la cosa es que en si, el verdadero postre estaba dentro.

-Esto es muy facil, antes de nada debeis de tener en mente el postre que quereis, luego, quitais un barquillo y el postre saldra por lo alto de la torre, da igual lo raros que los querais o los sabores que con los que querais combinarlos, esta todo preparado y hay tantos postres como barquillos, es decir, unos cien largos, ¿quien quiere ser la primera?

¿Se creía que eran tontas? Porque si no no tendría otro motivo. Es más empezaba a creer que lo estaban haciendo a próposito. Además de que eran cursis. Pero había chocolate. Elianne se tuvo que plantear seriamente si decirles algo o comer chocolate. Bah, haría las dos cosas.-Oh, a parte de malos mentirosos sois cursis. Que alguien me clave un puñal, por favor.- Pidió, con dramatismo. Mientras se acercaba y cogia un barquillo. ¿Por qué no se había límitado a poner leche con galletas? Era lo que Elianne habría... Ah, claro, cursilandia. Se sirvió, no sin dificultades, algo de chocolate, vainilla y caramelo. Le apetecía algo simple y fácil.

Suspiré negando con la cabeza, nos estabamos pasando, Ariel ya lo estaba pasando mal, y yo no quería que se sintiese peor, me acerqué a la mesa, y me serví tras Elianne, me apetecía un trozo de pastel de chocolate con arandanos, era algo que me encantaba.

Cuando lo cogí miré a Roi, agradecida -Muchas gracias por la invitación-Miré a Ariel -A ambos... -Sonreí y mordí el trozo de pastel ¡Estaba delicioso!
Me aparté un poco de la mesa, para dejar sitio a la siguiente persona que quisiese coger algo, mientras yo me comía mi trozo de pastel.

Una gran gota aparecio frente a mi cabeza, Elianne realmente me incomodaba con su tono excesivamente amargado, si no queria estar pues venga, vete, no hice esto para gente desagradecida, al anfitrion se le respeta, normas basicas.

Escuche lo del puñal, en aquel momento desee haber conjurado no un puñal, sino una guadaña y habersela clavado, estaba demasiado cansado para que viniera alguien a intentar molestarme, pero en el fondo de mi cabeza Karl evitaba que hiciera algo indebido y peligroso, para los demas.

-Siempre cabe la posibilidad de que te marches, si tan mal estas aqui. -dije suspirando, para estar a las malas mejor no estar.

La verdad creo que me apetecia mas la idea de haber hecho todo esto que el momento de probarlo, ademas, no tenia demasiado apetito puesto que me comi mas de la mitad de postres que hice, pero en mi defensa dire, que estaban pidiendome a gritos que me los comiera, se sentian tan solos e indefensos, ¡solo queria protegerles!

Ariel me dio las gracias, no sabia a que se debia, pero pregunte con un interrogante de nada, no estaba seguro de haber hecho algo que mereciera su gratitud, el golpe de la blugder me dejo atontado, bueno, que se le iba a hacer.

Elianne se paró a mitad de su cucharada de chocolate. ¿En qué momento su simple broma se había tornado algo que conseguía que los demás la tratasen amargadamente? Al final, su personalidad le había jugado una buena. Regresó la cucharada a su plato y le dijo a Roi, sin ánimo de ofender, pero sí con firmeza.- Una broma es una broma, pero si quieres que me marche, me marcharé. Yo estoy aquí por mi querídisima Ariel, así que ella me echará-. Y disfrutó de su cucharada de helado de chocolate acaramelado. -Así que, Ariel, ¿dónde y cómo os conocisteis parejita?- Preguntó, para cambiar de tema radicalmente. Sinceramente no entendía el porqué del repentino ambiente de molestia y tensión. Si a esos lo que les hacía falta era criarse entre serpientes, después de un par de años no había forma de que te molestasen.

Di otro mordisco a mi pastel, mientras les miraba, asentí con la cabeza ante las palabras de Ariel, era un chica muy linda, siempre me había gustado su forma de ser, y la quería como si de una hermana se tratase. Luego miré a Roi, le dijo unas palabras un tanto feas a la chica rubia, a la cual miré para ver su reacción, en ese momento me di cuenta de que la conocía de algo, no sabía de que... Pero la conocía.

-Bueno chicos, disfrutemos de la merienda-Dije mientras sonreia y me limpiaba la comisura de los labios, para quitar el chocolate. Me senté y miré a Ariel, esperando que contestase a la pregunta de Elianne.

Si, quizas me habia pasado demasiado, pero me dolia la cabeza horrores, pero no podia dejar que nada ni nadie lo notara, segun la teoria de la evolucion, a repetidos cambios se experimentara una inmunidad, asi que pronto seria inmune al dolor de cabeza o...el dolor acabaria conmigo, sea lo que fuera habria que verlo en un futuro.

Suspire, lo que mas deseaba era quedarme inconsciente durante unos minutos, quizas por el dolor, cosa que dudo, o quizas por el hecho de que luego tocaba una sesion de recuento de gastos entre todos los capitanes de equipos, debiamos de saber el capital que teniamos y en que podiamos gastarlo, y eso llevaria horas, pues ya lo habia hecho varias veces y cansaba muchisimo, ademas que estar contando veinte veces lo mismo y sin descanso, y McGonagall no se caracterizaba por ser una buena habladora, o por hablar si no era totalmente necesario.

Observe lo que hizo Ariel, lo primero no era raro, vale era comun, bueno no tanto pero no era muy extraño pero lo segundo, no se si era mi cerebro de perversion o lo que en realidad significaba pero digamos que volvi a recorrer la sala casi por los aires.

-¿Porque tienen que hacer eso frente a mi? -pregunte en un leve murmuro.-No me cai. -dije intentando defenderme. -Vi un galeon en suelo y pues me despiste y cai. -comente. -No, me cai sin mas complicaciones, no estoy en lo que tengo que estar la mayoria de las veces.

-Qué tiernos, casi parece una película romántica-. Comentó Elianne, sinceramente, refrenando su, casi inexistente, parte romántica.-Bueno, Roi, solo me queda decirte que como le hagas daño a Ariel yo que tú estaría muy pendiente de lo que bebes. Porque, a lo mejor no soy buena con las maldiciones... Pero siempre me han dicho que preparo un Filtro de la Muerte increible-. Le dijo a Roi, de broma. Aunque si veía mal a Ariel por su culpa era consciente de que lo haría.

Entonces miró a Evelyn, ¿esa no salía o tenía algo con su hermano? Mmm... Tendría que averiguarlo.

Miré a los tres, mientras hablaban, comiendo lentamente mi trozo de pastel.
Volví a mirar a la chica rubia, y casi me atraganto con el trozo de pastel que tenía en la boca al darme cuenta de quien era. Elianne... Elianne... ¿La hermana de James?.
Cogí un vaso de agua, y bebí un poco, después suspiré y dejé mi plato a un lado, desviando un poco la mirada de Elianne

-Y si ella no te hace nada, te aseguro que seré yo quien te haga algo como dañes a Ariel-Miré a Roi, sonriendo

¿Desde cuando habiamos pasado de ser esto una merienda a convertirse en una guerra campal y lanzando amenazas contra mi persona? ¿Que hice yo? Siempre me echaban las culpas de todo, hasta si de llovia o no, bueno, que se le iba a hacer.

Con las amenazas que formulaban, mi cara adquiria un tono neutro, muy parecido a una cara de un jugador de poker, pero mas a lo bestia, bueno por lo menos no me matarian con hechizos, aunque tampoco es que la pocion fuera a matarme, directamente. ¿Que les pasaba a la mujeres? ¿Tendian a amenazar asi a cualquiera o era solo a mi?

-¿Porque quereis dañarme todas?Que yo no les hice nada... -dije con tono infantil y con las lagrimas al borde de mis ojos. -Ademas, presuponeis que podeis conmigo. -dije con una sonrisa.

Intentaba irme por la tangente, haciendo una broma o algo asi, pero con ellas mirandome con unas asesinas y obvias miradas no se si lo conseguiria, asi que me dirigia a una esquina, me sente en el suelo, abrace mis piernas y me puse a hacer circulitos con el dedo.

Qué incómodo es cuando te abrazan y no lo esperas. Elianne palmeó torpemente la espalda de Ariel, incómoda. No estaba acostumbrada a esas repentinas muestras de afecto. A decir verdad, no estaba acostumbrada a las muestras de afecto para nada.

Elianne se carcajeó al ver a Roi sentado en el suelo, como si fuera un niño pequeño castigado. A decir verdad, era muy divertido. -Venga hombre, si sabes que es broma...-. Le dijo la chica, intentando parecer veraz.

-Y, cambiando de tema, ¿te conozco, Evelyn? Porque me suenas bastante, es como si me hubieran hablado de ti.- Oh, y le habían hablado. ¡Cómo le habían hablado! Por Merlín, Morgana y Dior.

Correspondí al abrazo de Ariel, con cariño y la miré con dulzura

-Estoy bien, no te preocupes-Respondí a Ariel.
Miré a Roi, se había sentado en el suelo, y hablaba como un niño pequeño, comencé a reirme, me hacía gracia esa situación

-Roi... Es que los hombres sois muy malos...-Sonreí y miré a Elianne. ¿Le habían hablado de mi? Me sorprendí, no pensé que James hubiese hecho eso, hice una mueca -Puede ser... A mi tambien me hablaron de ti... -Dije tras beber un poco mas de agua