Al ver que Hejtor salía disparado volando, decidí seguir hablando con la chica, pero sin dejar de prestar atención al vuelo del otro.
- No hay de qué- le sonreí- Para eso estamos. Si no nos ayudamos entre nosotros, ¿qué nos queda?
Miraba al chico. A simple vista parecía tener un gran control, pero si te fijabas con ojo crítico, se podía apreciar que en los giros perdía ligeramente el control. Además, se escoraba un poco hacia la izquierda al cambiar de velocidad. No le quise corregir, pues sería de bastante mal gusto y de todos modos, se las apañaba bien.