Un rato de relax (Alessa Gillespie)

Abi estaba en la Sala Común, descansando después de un largo día de... no hacer nada. Sí, era una vaga redomada, pero ya lo pagaría a la hora de dar los examenes.

Había descubierto que el techo de la Sala era muy bonito, y se había puesto a observarlo. No tenía nada mejor que hacer, claro.

Aunque si lo pensaba bien, le daba un poquito de remordimiento. Sólo un poquito, pero lo suficiente para hacerla estudiar. Por eso evitaba a toda costa pensarlo bien.

´Luego de haber pasado todo el día en movimiento, estaba cansada, así que decidí dirigirme hacia la sala común. sólo esperaba que no hubiera mucho ruido, aunque todos lo sabemos, mi casa es más tranquila de lo que el resto piensa. entré y allí había una chica, hundida en sus pensamientos. parecía divertido, digo, su rostro se veía bastante.. gracioso, así que me senté.

hola! . le salude sentandome cerca. tus pensamientos están matandote, no? o eso parece. reí.

Abigail se incorporó, algo alarmada al oír una voz femenina hablándole. Era Alessa, o algo así. La recordaba de cuando iba a clases... qué lindos tiempos aquellos...

―Hola ―saludó, con una leve sonrisa―. Un poco ―admitió, entre risas.

―¿Qué hacías por aquí? ¿Las clases ya terminaron? ―esto de no asistir a clases hacía que la serpiente no tuviera control de los horarios.

Hace un buen! estás algo perdida con el horario, no? .reí, realmente me agradaba ver que Abi estaba aquí, las dos solas, hace un tiempo que no habiamos podido compartir como antes, quería volver a aquellos días... y era tiempo de ver cuanto habiamos cambiado, si podian volver.

que tipo de pensamientos te tienen así? tienes algún problema?. le pregunté con cara de preocupación.

Abi asintió, con cara de culpable.

―Así es. Esto de no ir a clases, me tiene totalmente perdida ―le contó a su amiga. Habían sido muy buenas amigas, las mejores, pero los horarios las habían distanciado un poco y ahora... pues ya no se hablaban tanto.

―En realidad, no ―contestó, riendo para despreocupar a su amiga―. Solo meditaba sobre la inmortalidad del cangrejo ―añadió.

―¿Qué es de tu vida, querida? ―preguntó, luego.

no pude evitar reir cuando habló de su inasistencia a clases -no crees tener problema por faltar tanto? - me acomodé en el sillon, realmentre era relajante.

oh, típico de ti. reí. siempre pensando en la nada. no como yo, sólo pensando en como asustar a los nuevos estudiantes. le dediqué una pequeña risa maliciosa. pude notar un pequeño gesto invisible para el resto, pero como yo la conocía, lo entendía, no quería preocuparme.. aún así insistí. segura que no pasa nada?
Uff, aquí nada, siento que ah pasado todo un año desde que entré. miré hacia la puerta. me gusta pasear por el puente y el lago, ya sabes, no hay nadie.

―A la hora de rendir los exámenes, sí ―dijo la menor, con seguridad, pero encogiéndose de hombros―. La verdad, no me molesta.

―Cierto, típico de mí ―rió con ella―, y típico de tí ―repuso al oír lo que había dicho. En verdad, a Abi le gustaba, no, le encantaba fastidiar a los demás. Pero últimamente, hasta eso le estaba dando flojera―. De veras, no pasa nada. Sam, mi hermanita, tiene un resfriado, solo eso ―le conté―. ¿Y a tí?

―En esta época del año, no ―sonrió―. Espera a ver en primavera la cantidad de gente que habrá. Entonces, las Cocinas serán la mejor opción ―añadió, en un siseo.

supongo que mientras no repitas esta todo bien, no? . le sonreí, la verdad es que ni yo ponía atención en clases, así que estabamos igual.

me alegró saber que aún continuabamos conociendo aspectos de la otra, quizás no pasó mucho tiempo, sin embargo, tiempo suficiente para olvidar. Oh, entiendo, ya mejorará. le dí una gran sonrisa. ella es tan fuerte como tú.

tienes razón, no recordaba eso. heché mi cabeza para atrás, eso definitivamente no era bueno. puse cara de disgusto. la cocina? pasará hediona. definitivamente encontraré un mejor lugar. ya acababa el invierno, debe ser pronto. puse cara pensante.

―Tienes razón, solo hay que no repetir... Y pedirle ayuda a los de cursos superiores ―dijo Abi, sonriendo.

Aún se conocían, era indudable eso. En realidad, solo habían pasado un par de meses, pero en esos meses podrían pasar muchas cosas.

―Eres un sol ―repuso, devolviéndole la sonrisa―. Gracias, aunque ya sabía que no es nada un resfrío ―añadió, riendo suavemente.

―Oye, está la Sala de los Menesteres ―recordó la oji-gris―. Tal vez allí puedas pasar el rato ―comentó.

si, de eso me afirmo. reí, no era broma.. últimamente había perdido todo interés de seguir con mis buenas notas, todo era aburrido. todo eso aburre. me encogí de hombros.

tienes razón Abi! no lo había pensado. esto cada vez se volvía más agradable, cada palabra nos envolvía al antes. le sonreí. meses no? sin comunicación.

―Ahám... Espero que las clases no influyan en algo en la nota final, de todas formas ―añadió, pensativa―. Aunque... ¿a quién le interesa? ―preguntó, con una chispa en sus grises ojos―. Es demasiado aburrido para mi cerebro.

―Suelo tenerla ―comentó, con un dejo de egocentrismo en su voz, pero con una mueca de burla―. ¿Nosotras? Sí, como dos o tres meses sin casi hablarnos, creo ―murmuró.

Sisi . dije en medio de un bostezo. lo siento, acumulaba sueño. reí, últimamente ni podía dormir.

ahh ya. reí ante su comentario, seguía igual que siempre. creo que 3. dije pensativa. supongo que cada una andaba en su mundo perdida. verás que con suerte y he habldo con alguien en ese tiempo. dí una leve sonrisa, ya que no era mentira, en ese momentonome interesaba mantener relación con nadie.

―No hay problema ―murmuró, esbozando una leve sonrisita―. Tendrías que dormir un poco, que se te frizará el cabello y tendrás unas ojeras horribles ―añadió, a modo de consejo. Abi no era taaaan superficial, pero siempre cuidaba su aspecto. Y el de sus amigas, claro.

―Tres meses es mucho tiempo ―observó―. Yo me moriría del aburrimiento. Pero, sí, creo que cada una estaba en su mundo.

Si el mundo de Abi era su casa en Budapest, donde la pequeña Sam lidiaba contra un resfrío muggle, eso era cierto.

me dí unos pequeños golpecitos en la cabeza. no creas, debo acumular más sueño, sino daré vueltas y vueltas en la cama! y no quiero eso. le dije medio riendo, odiaba no poder dormir una vez acostada, recuerdos venían a mi mente y no eran lindos.

no dejemos que vuelva a pasar! nada de tanta distancia otra ves, le dije con entusiasmo. volver a hablar con ella me hizo ver que no quería volver a distanciarme.

venga que si te distancias te acoso, eh. reí

Abi esbozó una sonrisa ante el rostro de su mejor amiga.

―Vale, pero existen algo llamado pociones de sueño ―comentó, con un leve matiz sarcástico. No con mala intención, obviamente. Con ella, nunca tenía malas intenciones―. Pruébalas. No creo que sean adictivas, como las pastillas no-sé-qué muggles (off: se refiere a los somníferos).

―Tienes razón ―dijo, alegre―. No nos distanciemos. Te extrañé ―ésto último, lo murmuró para que solo Alessa pudiera escucharlo―. Yo también te acosaré si te alejas. No hay pero que valga ―añadió, riendo ligeramente.

Wau! eso eso! prepararé una, peero primero que la pruebo con otro. comencé a reir. no sea que luegome paso jajaja

será un acoso mutuo, no sabes lo acosadora que puedo ser?.le sonreí. también te extrañe y venga que no hay nadie.

―Te ofrecería ayuda ―dijo Abi, sonriendo―, pero como recordarás, soy un asco en Pociones. Aunque, posiblemente sea porque hace mucho que no me paso por la clase ―soltó una risa.

―Que así sea ―tendí mi mano en broma, para concretar el acuerdo―. Acoso mutuo.

Abi quería abrazarla, pero no sabía. Ella no era demostrativa, pero de veras la había extrañado.

(off: te voy a poner en mis relaciones en "Acosado" y "Acosador" xDD)

jajajaja lo sé lo sé. reí antes su comentario, estabamso igual. yo tampoco sé, pero nada que un vistazo a la biblioteca no pueda solucionar. dije encogiendome de hombros.

exacto! no te me escaparás esta vez Abi, y creeme que mi acoso super amoroso no te gustará jaja. seguí riendo mientras le tendía mi mano. el acuerdo está sellado.

off: siiii!! yo tmb jajajajaja

―En eso sí que te podría ayudar ―murmuró―. Me encanta husmear por la Biblioteca. Husmear ―se apresuro a aclarar―, no leer.

―Pues el trato está sellado ―respondió, estrechando la mano que Alessa había extendido―. A partir de hoy, seré tu sombra ―añadió, soltando una carcajada. Era un ejercicio que Abi no tenía muchas ocasiones de practicar, pero siempre disfrutaba de sobremanera hacerlo.

―¿Qué ha sido de tu vida este tiempo? ―preguntó, luego. Curiosa como era con la gente que le importaba, quería saber todo acerca de su amiga.