Un buen rato en compañía [Alessa]

Como siempre cuando me costaba concentrarme, me encontraba tirada en la cama con los libros esparcidos sobre la colcha. Intentaba estudiar Cuidado de Criatura Mágicas, aunque no conseguía memorizar la historia de los quintaped. Finalmente me rendí y puse el libro sobre mi cara, desesperada. Al poco rato, oí que la puerta se abría y me incorporé de golpe. Una chica de pelo castaño a la que no recordaba haber visto nunca, se encontraba en el umbral de la puerta y tenía sus ojos azules clavados en mí.
- Ho... Hola, ¿Buscas a alguien?- por alguna razón, las camas de mi habitación siempre estaban vacías, por lo que supuse que se había confundido de puerta.

luego de hablar con el encargado de dormitorios, por fin había logrado el cambio, estaba más que cansada de seguir en un dormitorio tan repleto, no me importaba estar sola o acompañada! pero como poder describir la cantidad de alumnas que habían ahí?.. me era imposible, así que luego de tomar mis cosas, me dispuse a encontrar mi dormitorio asignado.

llegué hasta la puerta que parecía ser la de mi nuevo dormitorio, una puerta normal, como todas, de inmediato toqué y entré. noté que sólo había una chica, por lo que no pude evitar sonreir, ella me miraba sorprendida, y a la vez curiosa, de seguro no se esperaba tener nueva compañera. Hola, Soy alessa, tu nueva compañera de dormitorio . le sonreí amablemente, en verdad, parecía un buen lugar.

dejé mis cosas sobre la cama y me senté. ay, huele tan rico, mi otro dormitorio apesta a multitud. miré al rededor y no parecía haber maletas de alguien más. aquí, sólo estás tú? pregunté. esperaba que su respuesta fuera positiva.

"¿Nueva compañera?" Nadie me había avisado, pero bueno, siempre estaba bien la compañía. Al quedar todo aclarado, me levanté de la cama y me acerqué hasta ella sonriendo.
- Lo cierto es que sí que estoy sola. Me alegro de tener compañera, esto suele ser muy aburrido. Soy Angelina Riddle.- le tendí mi mano y luego añadí- Escoge cama y si quieres te ayudo con las maletas. Parece que pesan bastante...

al ver su sonrisa, me sentí aliviada, ciertamente no quería ser una molestia, me extendió la mano y se la respondí, al igual que la dulce sonrisa que dejó ver. está bien si te digo angie? esto será divertido, solo las dos. comencé a mirar todo el cuarto y apunte a una linda cama con cobertor rosa. si, se verá anti-yo, pero entre nosotras, amo el rosa. sonreí. y gracias, aunque lo disimulaba, mis brazos están muertos! si que pesan!. me tiré sobre la cama y miré a mi compañera. ya no te sentirás , sola, no sólo llego una compañera, también una amiga.

Sonreí de nuevo a Alessa y cogí sus maletas. Sí que pesaban, pero las llevé hasta los pies de su cama sin borrar la sonrisa de mi rostro. Al fin y al cabo, yo cargaba con sus maletas un minuto, pero ella tendría que aguantarme a mi todo el año...
- Bueno, y... ¿A qué se debe este cambio? Quiero decir... ¿Es que no te gustaba tu antiguo cuarto?- Finalmente, aparté los libros de mi cama y tomé asiento con las piernas cruzadas sobre la cama. Quería saber algo más sobre mi nueva compañera, así que empecé por lo básico.

muchas gracias, estoy agotada- suspiró, se acomodó en la cama y continuó- la verdad esque estaba repleta! y el olor a multitud me ahogaba, me costó convenser al resto que em dejaran cambiarme, peor lo conseguí y estoy feliz de ello. creo que es mejor para ambas- deje ver una pequeña sonrisa- espero en verdad que nos llevemos bien!

Cada minuto me caía mejor la chica, pero aquello no hacía más que aumentar mi curiosidad por ella. Así que, finalmente, me decidí a preguntar.
- Y dime, ¿cómo es tu familia? -era una pregunta que me encantaba hacer, pues la mayor parte de las personas tenían tras de sí unas historias fascinantes, por lo que yo siempre me encontraba dispuesta a escuchar.

tengo dos familias. reí. la conocida y no. miré la ventana, no podía decirle que mi padre era un mortífago, menos, que toda mi familia seguía a vol. a pesar de que era de slytherin, no podía hablar de más aún. soy adoptada, no sé nada de mi verdadera familia, mis recuerdos comienzan cuando ví a mi padre, por primera vez... aunque.. sabes? siempre he pensado que mi padre sabe de dónde vengo, pese a que me dice que no. le dediqué una fea cara a mi padre, pese a que no pudiese verme y miré a angie. hey! y cómo es tu familia. realmente quería dejar de hablar de mí. tenía prohibido hablar demasiado de mi familia.

Tuve que hacer verdaderos esfuerzos por mantener la boca cerrada mientras ella hablaba. Estaba completamente perpleja, pues no creía que hubiese nadie más a quién le pasase lo mismo que a mí. Al oír su pregunta, sacudí la cabeza y le respondí lo más escuetamente que pude.
- Bueno, mi situación es ligeramente parecida a la tuya. Me adoptó una familia muggle con a penas dos meses y me criaron como si fuese su hija. Me enteré hace relativamente poco de que ellos no eran mis verdaderos padres y no fue de una forma especialmente agradable.- hice una pausa para tomar aire y relajarme un poco antes de seguir- Lo cierto es que yo no sé nada sobre mis auténticos padres, pero sospecho que nadie sabe nada más sobre ellos. Sus nombres o su paradero son totalmente desconocidos... Una verdadera lástima...- volví a fijar mi vista en Alessa, esperando su reacción.

cada una de las palabras de angie me dejó atónita, entre todos lso estudiantes, justo ella, mi compañera vivío lo mismo que yo, era realmente impreionante, peor de alguna forma me sentí aliviada, no era la única... y ella me entendía.
-estoy asombrada, no esperaba que a ti te pasara lo mismo. la miré direcatamente a los ojos. cómo te enteraste que no eran tus padres? supongo que fue doloroso... -me senté junto a ella.

Sentí una punzada en el pecho cuando la chica me preguntó sobre aquello, pero decidí contárselo dado que ella había vivido una situación similar.
- Sí que lo fue. El caso es que cuando tenía once años, justo el día de mi cumpleaños se me ocurrió entrar en el despacho de mi padre a buscar mi regalo. Husmeando en su escritorio me topé de narices con todos los papeles de mi adopción.- me paré un segundo para controlar la voz y continué- No me atreví a decírselo hasta que cumplí los catorce, pero dejé de hablarles nada más descubrirlo. No creo que lo hiciesen a propósito, pero aquello me dolió mucho.- Sin poderlo evitar, una lágrima se escapó de mis ojos y a ésta la siguió otra. Me derrumbé sobre mis rodillas mientras intentaba desesperadamente dejar de llorar, pues no quería darle a Alessa una impresión equivocada.

al ver las lágrimas de angie, sentí un gran dolor en el pecho, no pude evitar derramar una que otra lágrima, sus palabras demostraban el gran dolor que sentía, así que casi instintivamente me acerqué aún más y la abraze, nada podía hacer para hacerla sentir mejor, pero sí podía hacerle ver que no estaba sola. llora . le susurré. no es bueno guardar el dolor. le acaricié la cabeza. me tienes a mí. volví a susurrale. me sentía totalmente identificada, pero para ella estaba peor, yo siempre lo supe......

Agradecí el gesto de Alessa y la abracé yo también. Al menos me consolaba saber que había alguien que de algún modo me comprendía. Después de unos minutos llorando, al fin me recompuse y me separé de ella secándome las lágrimas.
- Siento que me hayas tenido que ver así. Normalmente me controlo más, pero es que me has pillado desprevenida.- ya completamente recompuesta, conseguí sonreír de nuevo para seguir hablando, controlada ya la situación- Bueno, ahora dime, ¿cómo es vivir rodeada de magia?- la pregunta que me encantaba hacer. Cada una de las personas a quién se la hacía tenía algo nuevo que contarme. Era delicioso oír hablar a la gente de aquel tipo de cosas, aunque no siempre era agradable lo que te contaban.

luego de abrazar a Angie, ella me devolvió el abrazo. así continuamos un rato hasta que logró recomponerse. -no te preocupes, está bien desahogarse- le sonreí dulcemente. luego me preguntó sobre cómo era la vida con magia, ella fue criada por muggles, pro lo que todo eso, debía ser algo asombroso. - ni te imaginas, es genial. al principio estaba toda confundida, no lograba entender nada, pero no hay cosa que no se haga con magia. la verdad es que no me imagino como viven los muggles, mi padre nunca me habló de ellos, tiene prohibido hablar de ellos en casa.

Me sorprendieron bastante las palabras de la chica. La verdad es que yo nunca lo había visto de aquel modo.
- Bueno, pues los muggles se la apañan para sustituir la magia por la tecnología... Y lo hacen bastante bien.- sonreí, pensando en todos los aparatos que teníamos en casa para hacer cosas que los magos hacían con su varita- Por ejemplo, nuestros periódicos no se mueven, pero para eso utilizamos la televisión. Y en lugar de escobas, los aviones. Por supuesto, no es la misma sensación, pero hay que conformarse.- dije, encogiéndome de hombros- Lo cierto es que haby millones de cosas que para los magos son habituales y para los muggles son impensables, pero en general está bastante bien la vida sin magia... aunque no hay comparación.

aviones? Oh.. cómo son?. le pregunté con curiosidad, al escuchar hablarla notaba un gran afecto a las cosas muggle slo que me hacia interesarme en ellas. todo eso era nuevo para mí. no veo una vida sin magia, debe ser que estoy acostumbrada, supongo. reí, no podía negarmelo, quería ir al lugar muggle, conocer toda esa tecnología que angie me hablaba y además periódicos que no se mueven? suena divertido.
comencé a mirar a Angie y me dí cuenta que sus ojos eran muy parecidos a los míos, coincidencia tenía que ser, sin embargo, no, nada de eso. si se lo dijese se burlaría

¿Hola...?
Menos mal que no hay nadie que pueda delatarme...
Quiero preguntar si esta es la habitación de Alessa....
Creo que no tiene D=
Oí a alguien y me escondí debajo de la cama....
¿Alessa?
¡ALESSA!
¡No tienes habitación! ¡Eso no es justo! ¡He mirado por todos sitios y no tienes!
Supongo....

Me reí al oír a Alessa tan sorprendida de las cosas muggles.
- Bueno, los aviones son como... pájaros de acero huecos y gigantes. Las personas van dentro de ellos y vuelan con motores y... tardaría mucho tiempo en lograr que lo entendieses. Creo que sería más fácil pedirles a mis padres que me mandasen fotos por correo o... -mientras hablaba. se oyó un ruido tras la puerta y al poco rato, Ismael estaba entrando en nuestro cuarto. Sorprendida, le miré y dije- ¡Ey! ¿Cómo has entrado aquí sin la contraseña?

Me acerqué y le dije al oído...
Estoy buscando la habitación de Alessa...!
Creo que esta no es....así que mejor me voy, seguid con lo vuestro...
Me fui muy rápido, no quería molestar, seguí buscando el cuarto de Alessa.

Miré a Alessa, un tanto desconcertada por lo que acababa de ocurrir. No pude evitar reírme un poco y luego le dije:
- Un chico peculiar, ¿No crees? -lo cierto era que aquel chico parecía majo, pero aquella aparición me había dejado bastante descolocada.

sísi! -les respondí, aún sorpendida de cómo llego hasta allí-

-lo bueno esque no me vió. reí, bastante ciego jajaja. la miré algo seria.
- crees que algun estudiante le dió la contraseña? miré hacia la puerta.

Tras pensar unos instantes en lo que la chica acababa de decir, negué con la cabeza.
- Lo dudo mucho. Lo más probable es que se haya colado mientras entraba alguno de la casa. Dentro de poco se cansará de rebuscar por ahí y se marchará por donde ha venido. Ya le diremos lo que pasó mañana en el comedor -sonreí y miré hacia la puerta un segundo antes de centrarme de nuevo en mi compañera. tras fijarme en ella unos minutos le dije-. Oye, sé que sonará a tontería, pero... lo cierto es que nos parecemos bastante... físicamente, quiero decir.

Off: antes dijiste que nuestros ojos eran iguales y tu los tienes verdes y yo negros, así que a ver cómo lo arreglamos xDD

sí! le aposté que no podría llegar y aquí pasó, no le digas que soy tu compañera jajaja. comencé a reir. luego el comentario d emi comapañera me sorprendio bastante, ya que yo tambien lo creía.
- pienso lo mismo, ambas somso estupendas.bromee.
-yaya en serio, te digo un secreto? mi padre dijo que antes mis ojos eran negros, un accidente los volvió de este color, pero.... si me pongo negros, creo que nuestras miradas se parecen, no crees? . fuí pro mi espejo y me sente a su lado. es algo pequeño. dejé ver una leve sonrisa.

Me sorprendió que ella también se hubiese fijado. Cuando dijo lo del accidente, no me fue difícil imaginarla con los ojos negros y lo cierto era que así sí que nos parecíamos. Cuando puso el espejo frente a nosotras, me fijé atentamente en las cosas que me eran características: el pelo, la forma de la cara, el tono de la piel, la forma de nariz y ojos... incluso nuestras sonrisas se parecían. En voz baja, como si me diese miedo que me oyesen, dije:
- Jo, casi asusta cuánto nos parecemos...

realmente asusta. le respondí con un susurro, luego la corrí poniendola frente a mí.
llevo un rato pensandolo, creí que te reirías. me encogí de hombros, me sorprende que no. la verdad es que era demasiado raro, más ninguna conoce a sus padres, nada de nuestras familias.. sera? espera que pienso, me llené de raros pensamientos que no podía controlar.
angie, yo... no sé que decir.. es casualidad?.. ni tu.. ni yo, espera olvidalo. si es una locura hasta para mí.