Bajo la luz de la Luna [Uran]

La Luna adornaba el cielo, dandole ese tono plateado al bosque, una iluminación natural, que lo hacia verse hermoso, algo que pocas veces ocurría.

Recorría el bosque después de haberme alimentado, era una noche fantástica y quería aprovecharla y que mejor queseguir caminando, entre los pequeños rayos de Luna que se colaban entre el follaje del bosque, dandole un nuevo aspecto.

Después de caminar un rato, me senté en un tronco caído, en una de las pocas zonas despejadas, ahí podía sentir una tranquilidad agradable, algo extraño para un lugar lleno de criaturas de todo tipo. Deje que el tiempo transcurriera, después de todo, eso era lo que me sobraba.

Hacía apenas unos días que había llegado a Hogwarts. Aún no me acostumbraba demasiado a ese nuevo lugar, pero lo sobrellevaba bastante bien.
Aquella tarde había salido a pasear por el bosque ya que, aunque prohibido, llamaba enormemente mi atención. Sin embargo, me había adentrado tanto en él que para cuando cayó la noche aún me quedaba un buen trecho de vuelta.

Estaba ya seguro de que me faltaba poco por recorrer hasta salir a los jardines del castillo cuando pasé por al lado de un claro, sin percatarme de que había una figura sentada en un tronco caído.

Un pequeño ruido me saco de mis pensamientos, por lo que casuaba, podía saber que no era un criatura del bosque, sino un humano.

Me puse de pie y comencé a caminar hasta donde provenía el ruidito. Vi una silueta, al parecer se trataba de un hombre, por la complexión que poseía, me acerque sigilosamente, para verlo mejor.

Cuando noté una presencia a mis espaldas me giré rápidamente. Allí se encontraba una figura cubierta por las sombras de la noche, por lo que lo único que fui capaz de distinguir era que se trataba de una chica, debido a su silueta.
Llevándome una mano al bolsillo de la varita, pero sin sacarla, le dije a la extraña:

- ¿Quién eres?

Mis dedos estaban cerrados al rededor de mi varita, por si tenía que usarla. Me habían advertido de que el bosque no era un lugar seguro, esperaba que por esta vez se equivocaran.

Al parecer no fui tan sigiloza como debía serlo, pues el chico me había descubierto. Empuñaba su varita de forma firme, así que lo mejor era presentarme.

- Tranquilo... soy Allie - Respondí con voz neutral. - No deberías andar por esto rumbos y a estas horas por el bosque, es bastante peligroso - Salí de entre las penumbras con cuidado.

Arqueé las cejas con sorpresa al oír su nombre, pero más aún al ver salir a la joven de las sombras, porque había cambiado bastante desde la última vez que la vi.
Sin embargo, pasado el asombro incial sonreí de lado como siempre hacía.

- No pretenderás en serio que deje de lado mis aventuras ¿no? - contesté - porque me conoces lo suficiente como para saber que no lo haré, Allie.

Salí yo también de la oscuridad para que la chica pudiera verme, sin borrar mi característica sonrisa del rostro.

Lo mire extrañada con lo que dijo, solo conocía a un chico con ese tipo de carácter y forma de actuar. Sale a la luz y veo que no me equivocaba del todo, pues era el mismo, solo que algo cambiado, se veía más maduro y muhco más alto de lo que lo recordaba.

- Definiitvamente no creo logralo, no eres de los que siguen las reglas - Le vi sonriente - Si, te conozco lo suficiente, como para desechar la idea, Uran -

Reí por su respuesta.

- Ay, Allie... ¡No has cambiado nada! - le dije, pasándole un brazo por los hombros despreocupadamente - Bueno, al menos en carácter, porque en apariencia si te veo diferente - comenté, sonriéndole.

Pasa un brazo por mis hombros, mientras lo escucho reír.

- Creo que no... bueno, solo un poquito - Sonreí - Parece que crecí como 5cm o algo así - comenté en forma de broma.

- Pero tu si que cambiaste. ¡Solo mirate!, eres mal alto de lo que recordaba -

- Por supuesto que estoy más alto - respondí - Aunque se te olvidó mencionar que también soy más guapo - bromeé con mi siempre subido ego mientras reía.

- Y sí que cambiaste, sólo que no te das cuenta porque te ves todos los días al espejo - comenté sonriendo - Te sientan bien los años.

Le quité entonces el brazo para no agobiarla demasiado.

- Y a todo esto... ¿Qué haces aquí? - le pregunté.

- Veo que tu egocentrismo sigue intacto - Digo bromeando.

Reí cuando menciona lo del espejo. - Pues muchas gracias... creeme que nisiquiera lo había notado, así que creo que si tienes razón, me veo diario y no noto las diferencias.- comenté mientras el quita su brazo de mis hombros.

- Ah... pues... solo vine a tomar la luz de la Luna - levanté la mirada, viendo hacia dodne un rayo de luz se colaba.

- Ey, yo no soy egocéntrico, sólo soy realista - le contesté, siguiéndole la broma.

Entonces vi que alzaba la mirada al cielo.

- Mm... ¿qué tal lo llevas? - le pregunté suavemente, refiriéndome a su condición.

Reí por lo que dijo. - Entonces eres un egocéntrico realista - le rafirmé bromeando.

- Es bastante difícil no querer atacar a todo humano que esta a tú lado... - bajo la mirada y volteo a mirarlo. - Pero creo qu e lo estoy logrando, ya es menos complicado oponer resisitencia a mis instintos - sonrió levemente.

- Y tú, ¿Cómo vas con los dagrones? -

- Por supuesto que lo estás logrando - confirmé - ... Porque si no, con lo atractivo que soy, ya habrías tratado de pegarme un bocadito - añadí entre risas para quitarle seriedad al ambiente. Solía bromear con mi ego, aunque en verdad no lo tuviera tan subido.

Después de la broma le sonreí sinceramente para darle ánimos.

- Fuera de tonterías, estoy seguro de que vas a conseguir controlarte cada vez más - le dije con seguridad.

- Y yo con los dragones bien - le respondí - Aunque de la última vez aún me quedan algunas heridas - añadí, mostrándole mi mano izquierda cubierta por una venda.

- ¡Ah! Y me hice un tatuaje con un dragón - comenté orgulloso mientras me desabrochaba la camisa del uniforme lo justo como para mostrarle la parte superior del brazo derecho - Siempre quise uno, y ya ves - sonreí.

Reí por su comentario. - Tienes razón, ya te hubiéra pegado un buen mordisco, eres irresistible - dije bromeando.

Esa sonrisa, por parte de él, realmente que me levantaba el ánimo, ya que ultimamente, estaba por los suelos.

- Si, yo también lo espero así - suspiré, pero con los ánimos que me daba, esto sería más sencillo.

Escucho atenta su respuesta sobre los dragones, luego me muestra su mano izquierda, donde había secuelas. - Pero estoy segura de que ya eres un maestro en el cuidado de Dragones, ¿o me equivoco? - Pregunté sonriendo.

Veo su tatuaje y paso mi dedo por el. - ¡Se ve genial! - exclamé emocionada. - ¿Te dolió mucho cuando te lo hiciste?... porque como que me han dado ganas de hacerme uno, aunque no se de que - comenté divertida.

- Por supuesto que ya soy un maestro, ¿acaso dudabas de mi? - le pregunté, guiñándole un ojo con diversión.

Entonces sonreí y añadí:
- Bueno, siendo serios, hay que admitir que aún me queda por aprender - confesé - Pero sé que lo lograré, porque voy a poner todo mi afán en ello - dije con seguridad.

Luego vio mi tatuaje y pareció que le gustó.

- Gracias, y no, no me dolió demasiado - respondí - Aunque ten en cuenta que fui a un lugar mágico, no muggle, ahí si que duelen.

- Y no sé que tatuaje te podría pegar a ti... - me quedé pensativo - quizás algo relacionado con la noche - sonreí.

- No, no, yo no dudó de ti, se que eres muy capaz para ese trabajo - respndí con una sonrisa.

Asentí a lo que decía.

- Bueno, pero seguro queaprendes muy rápido lo que te falta, receurda que la experiencia es la mejor forma de aprender - dije firme y segura.

Continuamos con la charla de su tatuaje.

- Ya veo, he oido que cuando es en un lugar muggle duele horrores - hice una mueca de dolor y luego la quite al oír que podría tatuarme.

- ¿Que tal una Luna?... bueno, no soy licántropo, pero igual y se ve bien - me rasqué la nuca aun pensando.

- En eso estaba pensando - respondí - Aunque claro... otra buena idea sería tatuarte mi nombre, para que así todos supieran que eres mía - la miré durante unos segundos serio, como si fuera de verdad lo que estaba diciendo, mientras me iba colocando "disimuladamente" a sus espaldas. Entonces la abracé por detrás como si de un peluche se tratara y dije:

- Miaaa - y me eché a reír, soltándola.

- Por lo visto este tiempo también ha empeorado mi sentido del humor, estoy perdiendo facultades - comenté, aparentando resignación - Destino cruel - reí.

- Además, mi querida Allie - dije teatralmente - Aún eres libre cual pajarito salvaje, hasta que venga algún chico y te aparte de mi lado - las bromas habrían empeorado, pero mi capacidad de hacer drama era bastante aceptable - Aunque siempre serás mi amiga, ¿verdad, pajarito? - puse cara inocente, no tenía remedio

Asiento. - ¿Tu nombre?... eso no suena mal - dije bromeando, él siempre había sido bastante ocurrente, me ve de forma sería y luego sin esperarlo me abraza por la espalda.

Lo que dice me haceír, tenía una risa bastate contagiosa...

- Si, definitivamente ya no es el mismo de antes, lo siento - dije dandole mis finjidas condolencias.

Su buen humor, no estaba mal ya demás ahora su dramatismo era mejor que nada. Me mantengo sería mientras habla, tratando de no reír.

- Claro dragoncito, mientras ese destino cruel no me alcancé, no hay de que preocuparse, siempre seré tu amiga - Puse una mano en mi corazón en forma de juramento, mientras me mantenía sería y pues vaya que comenzabamos a dramatizar la situación.

Reí al verla seguirme el juego.

- Qué mona - bromeé, revolviéndole un poco el pelo - Pues que sepas que te tomo la palabra.

- Y más te vale elegir bien a tu chico porque como se porte mal contigo le mando a alguno de mis amigos a calentarle - sonreí, y añadí por si no me había entendido : A algún dragon, vamos.

Lo veo con cara de pocos amigos cuando revuelve mi cabello.

- Cuidado o no respondo... no me gusta que revuelvan mi cabello, pero como eres mi amigos... te lo paso... así que puedes seguir haciendolo. - Sonreí devertida.

- Bueno, ese día que lo eliga te invitaré al casting - bromeé, levanto una ceja por lo de "calentarle" - Entonces mejor si que lo elijó bien o si sufríra el pobre, con tus pequeños amigos. - Reí.

- Hablando de parejas... cuidadito con la escojas eh!... mira que si veo que se porta mal... puede que me den ganas de cambiar de dieta y olvidar la "vegetariana" - Sonrio de forma malevola.

Me miró mal por revolverle el cabello.

- Presumida... - le dije en broma mientras la peinaba de nuevo, dejándole el pelo como antes.

- Y no quiero que te dejes olvidada la dieta vegetariana después de todo el esfuerzo - añadí - Así que te llevaré también a mi casting.

Entonces reí por el hecho de que ambos hubiéramos "amenazado" al otro con elegir una buena pareja.

- Hay que ver, que con la apariencia de inocentes que tenemos, lo peligrosos que podemos llegar a ser ¿eh? - comenté.

Peina mi cabello y sonrio complacida, al igual por lo de decirme presumida.

- Lo juro, no la dejaré... - levante mi mano derecha en forma para jurar que no lo haría. - Pero si me haces enojar, puede que la cambie - digo en broma.

Dice que me llavará al casting y sonrio, pues era divertido que comenzaramos a amenazarnos, puesto que aun no tenía pensado o no había eoctrado un chico que me llamara la atecnión.

- Recuerda... las apariencias siempre engañan... y las nuestras son las más engañosas que puede haber... no somos lo que aparentamos ser - comenté muy divertida.