Comida con Alexandra xD (continuación)

Mostré una amplia sonrisa y tomé mi túnica para enseñarle el forro de color amarillo.

-¡A Hufflepuff!-exclamé emocionada.

Chloe hizo una mueca que estaba entre el asombro y el asco, ¿cómo se podía alguien alegrar por ir a la casa de lo inútiles?, como es de esperar no reprimió para nada su mueca, ella no era consciente de que la había hecho.

-¿Y eres amiga de Alexandra?- preguntó mientras interiormente revalorizaba su idea de Alexandra-¿y tú de donde has salido?

Hizo una mueca que me pareció divertida pero me contuve las ganas de reír para no molestarla y tomé un poco de sopa.

-Sí, supongo que soy su amiga.-sonreí.-¿De dónde he salido?-pregunté pensativa.-¿A qué te refieres exactamente?

Chloe la miró fijamente, parecía ser de las personas que nunca la entendían.

-Pues no sé, es una manera de decir cómo es posible que seas amiga de Alexandra, porque no me cuadras en el perfil que tenía yo pensado como amiga de Alexandra, quién eres y cosas así.

Hice una mueca, pensativa.

-Pues... Soy Robin Sunset, vengo de Londres, vivo con mi papás... ¡Y me gusta saltar!

Qué chica más seria.-pensé.-Con lo divertido que es reírse.

Chloe sonrió.

-¿Saltar eh?, sé un hechizo para ir a cámara lenta, podemos saltar desde un sitio muy alto y cuando lleguemos al suelo hacemos el hechizo y así caemos bien, ¿quieres intentarlo?, cuando terminemos de comer claro está- dijo, su plato estaba vacío, así que aprovechó la pausa para llenárse otra vez.

-¡No, no!-exclamé riendo.-¡A mí me gusta saltar deprisa, muy rápido! ¡Lo hago por diversión! ¡Mi mamá dice que tengo un tic nervioso pero yo no lo creo!

Chloe se extrañó.

-¿Saltar es un tic nervioso?-preguntó con interés- en cualquier caso, ¿como haces para caer bien al final?, porque yo caigo deprisa pero cuando me faltan un par de metros para llegar al suelo hago el hechizo y caigo bien. ¿Me enseñas a caer bien deprisa?- preguntó emocionadamente.

Me quedé tan pensativa con eso de Adán y Eva, que cuando dije:

- Yo no creo en esas cosas.

Ellas ya llevaban conversando un buen rato.
Las miré alternativamente intentando saber de qué hablaban.

- ¿Y qué tipo de gente te imaginabas que serían mis amigos? - le pregunté con curiosidad a Chloe después de pillar la conversación.

Entonces hablaron de saltar.

- Y Robin, no es que tengas un tic nervioso, es que eres nerviosa tú entera - reí.

Siguieron hablando de lo suyo y yo removí mi comida.

- Venga, ánimo que tú puedes probarla... - me dije a mi misma.

-Sí, sí, eso, eso.-sonreí dando saltitos sentada.-Pero yo no salto así como dices tú, Chloe, yo-yo, yo doy saltitos pequeños. Explica, Alex, explica tú lo que hago.

Chloe asintió sonriendo.

-Ah, eso lo explica todo, entonces quizás si que es un tic nervioso...

La rubia notó que Alexandra, después de quedarse pensando había vuelto a la vida y miraba con repulsión su comida.

-Alexandra, si no te la quieres comer no lo hagas, yo en lo personal, prefiero saber que es lo que me meto al cuerpo antes de hacerlo...- afirmó muy seria, tras lo cual rompió a reir.

Sonreí por lo que dijo Robin.

- Es que ella salta más o menos... como una pulguita - expliqué mientras reía.

Entonces Chloe me dijo lo de la comida.

- No, venga, voy a intentarlo - me animé, cogiendo un trozo y metiéndomelo en la boca con recelo pero a la vez decidida.

Chloe se rio.

-La pulguita Robin iba por ahí,
saltando saltando,
y así por fin la ví.

Era pequeñita,
rosada
y bonita.

La pulguita Robin
que saltaba por ahí- Chloe improvisó la canción tomando un ritmo de una canción muggle para niños que le acababa de venir a la mente pero que no sabía como se llamaba, la verdad es que la canción no tenía mucho sentido, pero le hizo gracia.

Tragué la comida y me reí por la canción de Chloe.

- Vaya, no sabía que las pulguitas fueran rosas - comenté de broma.

- Por cierto, está muy bueno - dije, hablando de mi plato - No sé exactamente a qué sabe pero está bien.

Solté un ''jijiji'' cuando habló Chloe y miré mi plato.

-Pulguita.-murmuré con una risita y seguí comiendo.

(Perdón por mi mal rol, chicas, pero es que estoy aquí con los deberes y tal u.u)

Chloe rió.

-Yo tampoco lo sabía, si fuera por eso podrían ser azules, que es un color más bonito, pero es lo que se me ocurrió- al oír lo que dijo Alexandra se fijó en la fuente de la comida indefinida y al ver que quedaba un poco procedió a servirse.

-A mí me gustan más los duendecillos de Cornualles, qué pena que no viven por aquí sino en Cornualles.-dije haciendo una muequita con la boca.-¡Pero cuando sea mayor iré a verlos!

- En verdad las pulgas son negras ¿no? - comenté - O bueno... más bien marrones. Pero no son bonitas - hice una mueca.

- Creo que te voy a tener que cambiar el mote, Robin.

Entonces vi que Chloe se servía un poco de la fuente que contenía el extraño plato.

- A ver qué te parece - le dije antes de seguir comiendo yo un poco.

- ¿Y qué le ves a los duendecillos, Robin? - pregunté después, pues a mi esas criaturas nunca me habían llamado la atención.

-¡Son muuuuy graciosos!-exclamé y di palmaditas.-¡Son muy revoltosos! ¡Se parecen a mí! ¡Jijijii! El otro día estuve leyendo sobre ellos, aunque un chico me interrumpió.

Chloe se rio con fuerza.

-Bueno en realidad depende de la pulga, las pulgas de mar son como grises y transparentes (eso lo se por experiencia propia en vivo y en directo), pero no son muy bonitas...

La ravenclaw comió un poco de la cosa indefinida.

-Oye, esto está bueno de verdad, voy a tener que averiguar como se llama.

Al oír lo de los duendecillos rio aún más.

-Pues la verdad es que deben de ser graciosos, los puedes soltar por ahí para que hagan desastres por ti y luego no te descubran.

Chloe comió del plato extraño y me dio la razón.

- Si, yo también, le preguntaré a los elfos - la acompañé, sonriendo - Sólo espero que, por muy bueno que esté, no lleve nada extraño....

Entonces hablaron de los duendecillos.

- Pues a mi no me gustan - di mi opinión - Porque me recuerdan a unos niños revoltosos e incontrolables. Y yo y los niños no nos llevamos bien... - reí.

- Además, Chloe, la gracia es hacer los desastres tú, no que otros lo hagan por tí, ¿no? - pregunté divertida.

-¡Los niños son muy graciosos!-reí dando palmaditas.-Y además, todos lo hemos sido alguna vez, jijiji.

(*estudiando* u.u)

Chlo se lo pensó.

-La gracia para mi es idear la broma y que funcione sin que me pillen, utilizando los medios que sean, si los duendecillos funcionan, pues los uso. En cuanto a lo referente a los niños, no sé, nunca he tenido mucho contacto con los que son menores que yo, así que no podría decirte si me ponen nerviosa o no.

Rodé los ojos por el comentario de Robin.

- No son graciosos, son pesados, fastidian y molestan. ¡Y no tienen ningún respeto! - rebatí - Yo de ti seguiría alejada de ellos, Chloe, porque hacen trastadas como los duendes, pero sufres tú los resultados.

Resoplé, recordando algún "elemento de esos" que había tenido que soportar.

Chloe se lo pensó.

-Que horror.. mejor ni me acerco a ellos entonces.