Un lugar extraño para conocerse... (Arianne Sinclair)

El rostro de Arianne se mostró neutro mientras el chico hablaba. "¿Necesitar a su madre?", repite una y otra vez en su cabeza. Nunca lo había visto de esa forma. En realidad, nunca se sintió muy apreciada por esa mujer. ¿Motivos? Pueden haber muchos, pero para ella el principal es que era muy cercana a su padre.

—Eres muy sincero, Daniel Black —dice con sedosa voz—. Demasíado para cualquier persona.

Sonríe de medio lado y se dispone a hablar.

—Creo que lo que menos aguanto de tí, es el hecho de que seas tan diplomático. Puede ser porque yo no puedo ser de esa forma y como concluiste, se debe a mi estricta crianza paternal.

Observa el lugar, pensando en una pregunta para el chico.

—¿A qué se viene esa pregunta, Daniel?

Tenía curiosidad, como si de cierta forma no quisiera tenerle en su contra.

Sonreí... “Creía que era obvio que como buen diplomático me gusta tener amigos en todas partes” levante la ceja como solía hacer ella... “que sean amigos sinceros... creo que es mucho pedir ¿no?”

Volví a mirar a la chica “Como me has sido sincera dejare mi diplomacia y te responderé otra vez sin ella a la misma pregunta, me caes bien, si a ello añadimos que tu mirada fría causa en mi respeto y tus gestos son decididos no creo que sea oportuno tener a una enemiga en ti”

“Volvamos a ser diplomático.... ¿qué es lo ultimo que recuerdas de tu madre?”

Sí, tenía razón, el chico prefería mantenerla como amiga que de enemiga. Un chico inteligente, astuto más bien, ¿por qué no estará con las serpientes? Verdad, mucha diplomacia para los ofidios.

Escucha la pregunta del chico y rememora. A una edad que había estado tratando de olvidar, pero luego de seis años, no había conseguido mucho.

—Pues ella discutía con mi papá —comienza a decir, reviviendo en imágenes lo ocurrido—. No recuerdo por qué, pero tenía que ser algo con respecto a las constantes discusiones que mantenía yo con mi hermano.

Mira al chico y vuelve a hablar.

—Recuerdo que le gritó que estaba cansada de todo y que salió de la habitación en donde estaban. Tomó a mi hermano con su varito arregló el equipaje y le dijo que nunca más la vería.

Y nunca más supo de ella, pero está segura que su padre sí sabe donde encontrarla

—Y eso —termina de hablar. Suspira levemente y niega, para sacar esos recuerdos de su cabeza—. ¿Qué hay de tu hermano?

La historia de su familia era un poco triste, pero no tenia información ni para juzgar ni para opinar y seguro que unas palabras de animo en ese instante se lo tomaría como una intromisión en su intimidad... por lo que preferí abstenerme de comentario alguno...

“Parece que todo se quedara en familia...” dije al escuchar su pregunta...

“Mi hermano, bueno es una persona difícil de entender, yo no me meto en su vida y el trata de abstenerse de lo mismo, aunque se que es un mortifago y que odia a los sangre no pura...aunque creo que eso ya viene intrínseco al ser mortifago....”

“Tiene una empresa de pociones, es un hombre listo pero frió, tiene muchos conocidos, pero creo que ningún amigo, ni en mi termina de confiar....”

“Ya que estamos con temas familiares... ¿háblame de tu hermano?”

No puede evitar sorprenderse, un hermano tan distinto a él, tan como ella. Tal vez si lo conociera podría mantener una interesante conversación.

Escucha la pregunta de Daniel y piensa un momento. No era una pregunta facil, pues de verdad que no tenía mucho recuerdos del chico.

—No lo recuerdo mucho, es tres años mayor que yo y siempre demostró ser más tolerante, no aceptó las creencias de mi padre. —Mira al Hufflepuff y suspira, eso es todo lo claro que tenía de él, como también el hecho de que había sido desheredado—. No sé que es de él, que ha hecho, dónde estudio. Nada. Sólo recuerdo lo que te dije y que yo mantenía grandes discusiones con Julian para tener el aprecio de mi madre.

Lógico, ella siempre fue la preferida y caprichosa hija de papi, pero algo en Arianne deseaba la atención de su progenitora. Lástima que ella no haya luchado por salvarla.

—¿Qué piensas hacer de tu vida luego del colegio? —pregunta, para desviar el tema de conversación. No le agradaba tener que recordar a esas personas que, inevitablemente, formaban parte de su familia.

"ummm Buena pregunta" dije con una sonrisa... "me da miedo pensar en que hacer después, supongo que me cuesta madurar o enfrentarme al destino, o mejor dicho el negar el destino que todos quieren o esperan de mi..."

Mire a los ojos de Eri "mi hermano tiene una empresa de pociones, el quiere que trabaje para el, aunque yo lo que quiero es explorar y vivir mundo... Supongo que es un sueño algo loco... Pero que seriamos sin sueños locos"

Baje la mirada al suelo... "Realmente el destino y el futuro es tan incierto que no pienso preocuparme por el, voy a vivir el momento, se que el futuro tiene que venir, pero aun no tengo muy claro que clase de persona voy a ser, las elecciones son difíciles y no quiero afrontarla en este momento..." mire a Eri... "Lo siento, creo que mi respuesta es inmadura e hipócrita, tenia mi opción tomada, pero algo cambio en mi vida hace poco y me ha hecho replantearme mi futuro..."

"Respetare que no quieras hablar de tu familia... ¿Que te gustaría hacer cuando termines con lo que tengas que hacer con tu madre?"

Arianne lo observa detenidamente y repite la pregunta varias veces. Era algo que no se había planteado, tiene tan fijo la idea de encontrar a su progenitora que no había pensado el que haría después de eso. Es que, ni siquiera sabe que hará cuando la vea.

—Creo que cuando lo vea sabré qué es lo que seguirá —responde con sinceridad—. Será en ese momento, Daniel, cuando sepa si podré crear mi futuro o seguir con mi destino.

Las palabras de la chica eran como dagas que la dañaban, lo que había respondido no era algo que en realidad le agradaba, pero era la verdad. Simplemente la verdad. Piensa unos segundos qué preguntarle, tantas opciones y tan pocas ideas. Irónico.

—¿Cómo crees que terminará todo esto de la guerra? —Necesita una opinion de alguien como él. Alguien que pueda decirle de una forma democrática lo mal que terminará todo.

Escuchaba la respuesta y observaba los gestos de Arianne, era una chica a la que había que prestar atención pues como buena miembro de su casa sus gestos escondían o decían más que sus palabras…

“El futuro lo debes de escribir tú, no desees que una circunstancia marque tu vida, yo ya lo hice cuando murieron mis padres y no sirvió de nada… selecciona que vida quieres y que quieres a tu lado… el resto vendrá solo, y si tienes la suerte o desgracia de encontrar a tu madre… recuerda quien es antes de nada y toma en una balanza lo que has encontrado en ella o lo que no…”

Quería aconsejarla aunque sabia que no le gustaría la idea de que me entrometiera en sus asuntos, pero así era yo, un poco cabezón e insensato… pero muy sincero…

Encogí los hombros… “El futuro, es algo complicado, supongo que terminaremos haciendo daño a quien consideremos amigos y ayudando sin saberlo al que consideramos enemigo, las guerras no son buenas para ninguno de los bandos, espero que se den cuenta los dos bandos antes de empezar algo que no podamos parar… en cualquier caso nos tocara decidir en que parte del tablero jugamos y mirar a la cara a nuestros amigos…”

Mi cara reflejaba pena por la dureza de mis palabras, pero como siempre había dicho lo que pensaba, tenia miedo a la guerra, pues implicaba luchar contra amigos o gente inocente…

“¿Te da a ti también miedo la guerra?” pregunte con cariño y sinceridad…

—Debes estar en mi situación para saber si mi futuro está escrito o no —responde algo mordaz, aunque en realidad no quisiera sonar así. Cierra los ojos tranquilizandose un poco para volver abrirlos y mirarlo ya mucho más tranquila.

Su situación es distinta, es lo único que ella puede decir, y esperaba que Daniel se diera cuenta talvez un poco más de lo que ocurre. Lo escucha hablar con respecto a la guerra, manteniendo una opinión muy sensata y digan de él. Sonríe ante su pregunta, aunquefue una mueca obligada, muy digna de cuando tiene que decir lo que debe y no lo que es.

—Por supuesto que la guerra me da miedo —miente descaradamente, no sabía si el chico se daría cuenta, pero Arianne está tan acostumbrada a ocultar información que si no caía es que el chico es más Slytherin de lo que creía.

La verdad es que ella, mas que temerle a la guerra, teme por su futuro. ¿debería comentarselo a Daniel? Puede ser.

—En realidad, mi opinión de la guerra es muy egoísta. Temo que si algo ocurre no pueda encontrar a mi madre, que no pueda seguir siendo yo. No lo sé, la guerra en sí no me atemoriza, pero si las consecuencias que pueda acarrear —se sincera, para agregar mentalmente: "Como perder mi libertad."

Arianne estaba siendo muy distinta de la persona con la que comencé a hablar, parecía que se estaba abriendo algo a mi... “Tener miedo es normal, y ser egoísta también, somos magos, pero somos personas, siempre queremos protegernos de todo a nosotros mismos y a quien nos importa....”

Dije y mire a los ojos a aquella chica que parecía necesitar un amigo... “No soy quien para decirte nada, pues cada persona tiene sus problemas, pero quizás contarlos te pueda ayudar...” dije tomando su mano... “No digo que me lo cuentes a mi, después de todo soy un simple desconocido y algo torpe tejon con ansias de volar...” sonreí a aquella chica que parecía estar necesitada de sonrisas....

“Me niego a creer que el destino esta escrito... y si lo esta, creo que como actores principales tenemos derecho a fastidiar los planes a los que escriben... Así que nunca te des por vencida, lucha aunque en esa lucha tengas que enfrentarte a amigos, si son realmente amigos comprenderán que defiendes tus ideales, tu familia y no guardaran rencor...”

En mi cara se dibujo una sonrisa triste por mis palabras, eran duras, pero ciertas a la vez...

OFF:

El rostro de Arianne no mostraba expresiòn alguna, evitando mostrarse màs de lo necesario al chico. Las palabras de él calaron en ella, por lo que se repetìan una y otra vez en su cabeza, haciendole ver que las cosas no son necesariamente como ella las ve.

Daniel tratò de mostrar que todos, por el simple hecho de ser personas, actuan frente a la guerra de una manera parecida a la de ella. No es que la rubia sea mala, no, sòlo trata de protegerse, cuidarse.

Suspira y cierra los ojos unos segundos. Meditando seriamente. "El destino no està escrito" se dice y quiere creerlo, Daniel no es el primero en decirselo y tal vez tengan razòn.

—Eres muy maduro, chico —dice ella en un susurro, miràndolo nuevamente—. Demasìado para alguien de nuestra edad, pero en muchas cosas que has dicho tienes razòn. —Suspira nuevamente, no està acostumbrada a decir lo que vendrìa—. Gracias, Daniel, realmente eres una persona que vale mucho.

Una pequeña sonrisa se forma en el rostro de la chica y observa detenidamente el lugar.

—Creo que la Enfermerìa es el lugar màs extraño en la que he conocido a alguien que me haya agradado —comenta como si del clima se tratara—. Tenemos que ir a tomar algùn cafè un dìa, tejòn volador, que compartir un momento entre asquerosas pociones no lo podemos repetir.

Aquella chica estaba siendo mas dulce de lo que jamás me hubiera imaginado… “Me halagas con tus palabras, la madurez creo que bien lo sabes se obtiene pagando un precio muy alto, normalmente a causa del dolor de los que apreciamos…”

Mire con una media sonrisa... “Ojala no fuera tan maduro para mi edad, pero bueno hay que vivir lo que nos ha tocado, y no dudes en jugar bien tus piezas, pues en este juego que es la vida no se puede volver atrás…”

Volví a mirar con cariño a Arianne… todos valemos mucho, después de todo somos irrepetibles…para bien o para mal…” dije sonriendo… “Tu también me caes mejor de lo que aparentemente habría esperado… va a resultar que mi caída a merecido la pena… y si… para la próxima charla creo que buscaremos un sitio más reconfortable…” volví a sonreír…

Hice una mueca “Ummm no estarás tratando de engatusarme para que no te pregunte más cosas…” dije tratando de hacerla reír, pues creía realmente que es lo que aquella muchacha necesitaba…

Arianne no puede evitar reir, divertida por las últimas palabras de Daniel, cubre su boca con una de sus manos, mientras que con la otra, rápidamente, comenzó a negar.

—No, no se me había ocurrido algo como aquello. —Está cómoda conversanco con el chico, por lo que no había pensado en terminar con la charla, pero al ver que la enfermera volvía a salir de su oficina y se acercaba a ellos, supo de inmediato que por lo menos el tiempo de ella en ese lugar esté terminando.

—¿Cómo te encuentras, linda? —le pregunta con voz suave la anciana mujer. Arianne sólo sonríe, como lo hace con cualquier autoridad y responde con un tono de voz muy parecido al de la enfermera.

—Pues estoy mejor, aunque creo que la compañía de este otro enfermo me ayudó a pasar el tiempo.

La conversación no duró mucho más y la mujer le indicó que se podría marchar. La chica hace una leve mueca al oír eso y suspira, para luego mirar a Daniel.

—¿No te molesta que me quede acompañandote, cierto? —pregunta ella, haciendose la desentendida—. A pesar que había venido a buscar tranquilidad acá, no deseo salir al bullicio del colegio.

Mire con cara seria a Arianne “Bueno me sacrificare y aguantare tu compañía...” dije sin poderme controlar y empecé a reír... “auch...” dije al mover las costillas que aun dolían de mi caída...

Levante mi mirada y vi a la enfermera y a Arianne reírse... “No vale que el malo soy yo, se supone que me tenéis que cuidar y no reíros de mi...” dije poniendo carita de niño bueno y volviendo a reír...

La enfermera miro a Arianne “Estos chicos de hoy en día no hay quien los entienda...” con delicadeza mire a la enfermera... “Si estos chicos de hoy en día están locos, estoy con usted... por cierto... ¿a quien se refería con el comentario?”

La enfermera me miro con una sonrisa y se giro sin decir nada y salió para dejarnos solos...

La verdad es que con lo seria que había empezado la velada, estaba siendo bastante graciosa aunque con tantas risas mis costillas empezaban a resentirse, pero al ver sonreír a Arianne no me importaba sufrir un poco, seguro que llevaba mucho tiempo sin hacerlo.

A pesar de no estar riendo a carcajadas, a pesar de que en sí ella no es de las que se anda riendo con desconocidos, Arianne no puede evitar que pequeñas risitas se escapen de ella. Los comentarios de Daniel lograban aquello, por lo menos la hacían olvidarse por unos minutos de lo que está ocurriendo en su vida.

Ve como la enfermera se aleja y aún manteniendo la sonrisa, la chica decide hablar mirando a Daniel.

—¿Sacrificio? —Había dejado ese comentario para cuando la anciana se alejara un poco. Arianne se cruza de piernas y lo mira burlona—. Muchas personas les encantaría tener un sacrificio como el tuyo.

La chica rueda los ojos ante su comentario arrogante, es que ni siquiera en esos momentos puede dejar su faceta de lado. Se encontraba de buen humor y mucho más tranquila de lo que estaba antes de que el tejón apareciera.

—Entonces, querido Daniel —comienza a decir—, ¿quieres seguir con las preguntas?

Mire de reojo a Arianne “Si por sacrificio se entiende hacer reír a las personas que me caen bien... si, creo que es un sacrificio que le gustaría podérselo permitir mucha gente, si te refieres a compartir charla contigo, creo que si no se permiten el sacrificio es por dos razones, primera por que no te interesa dejarte mostrar a nadie pues piensas que mostrar el interior a un desconocido es enseñar tus puntos débiles...y segundo por que no crees que nadie sea merecedor de tu confianza...”

“Siento ser tan sincero pero es lo que veo de esta charla, eres una chica inteligente, con sentido del humor, pero temes abrirte a la gente por que temes que alguien pueda dañarte...” mire a los ojos de Arianne “Puedes estar tranquila conmigo, no pienso hacerte daño, me caes bien...”

Sonreí “Ya no me acuerdo a quien le tocaba preguntar, pero creo que después de sincerarme, creo que mereces la oportunidad de jugar la revancha y preguntarme algo interesante...” dije mirando con cariño a Arianne

Arianne no podía salir de la sorpresa. Las palabras de Daniel seguían calando hondo en ella, tan exacto en muchas cosas, que es como si la conociera de siempre. Y no comprende el cómo alguien como él haya terminado agradándole. “No, si sabes” se dice mentalmente y termina por sonreír, aunque en un comienzo le haya costado.

―Aún me sorprendo de esa capacidad tuya para definirme, Daniel ―dice con voz tranquila, algo monocorde, pero no le apetecía tener que actuar de mala manera con él―. Es más, creo que eres el más cercano. Muchos me tachan de superficial y de simple, otros menos de malvada y desagradable, pero casi ninguno a llegado a ver más allá de la primera faceta.

Se levanta de su lugar y camina un poco, observa unos frascos que se encontraban en una estantería, no tiene claro el motivo de porqué hizo eso, pero lo hizo y sólo consiguió una mueca de asco al ver que se trataban de partes de animales.

―Sin embargo, creo que elegiré tu primera opción, esa que dice que soy así porque mostrarme a desconocidos es gritar mis debilidades ―continua hablando para acercarse nuevamente al chico y sentarse donde estaba para finalmente sonreírle con sinceridad.

―Asi que quieres que te pregunte algo interesante. ―La chica piensa por unos segundos, nada se le ocurría en realidad―. Pues, veamos, ¿hay alguien en espeial en tu vida, Daniel? ―pregunta ella curiosa, el chico le agrada no quiere meter la pata si se topa con alguna novia de él.