Porque hay cosas que no se curan [Chloe]

OFF: creo que lo mejor será que el rol esté antes que el de Kyle, porque así los aurores todavía no saben que eres una mortífaga

Chloe entró en el cuarto de baño, tras terminar una de sus clases, eran tan aburridas y monótonas, todo le daba bastante igual, pero qué remedio, hoy tenía un día de depresión. Se hacían casi tres semanas desde lo de la casa, y a pesar de que cada vez conseguía comportarse como antes a base de enterrar sus recuerdos, tenía sus días malos, qué se le iba a hacer. El hecho de no tener varita le complicaba aún más las cosas, todo era más aburrido.

Salía tan tranquila cuando derepente se encontró de golpe con Beatrice, que la esperaba apoyada en uno de los lavabos. Abrió los ojos por la sorpresa más que por el miedo y se apoyó en la puerta del cuarto de baño para no caer.

-Tú...- fue todo lo que alcanzó a decir- ¿qué haces aquí?

Chloe enarcó las cejas, excéptica, no esperaba esa contestación, quizás un "perdón" o un "lo siento", incluso quizás un "no tenía elección" le habrían gustado más, pero ya se veía que Bea no estaba ahí para eso.

-¿Y qué quieres decirme?, ¿estoy muy feliz cumpliendo mi sueño de ser mortífaga aunque te haya torturado sin contemplaciones y te hayan dejado en un valle helado para que te murieras?- preguntó sarcásticamente.

Chloe abrió los ojos de sopresa, así que al final si que venía a pedirle perdón, pero, ¿qué debía hacer ella?, ¿decirle, sí, te perdono, me da igual que me hayas torturado y traicionado, no importa, olvidemos el pasado?, que lo hiciese otra, ella no estaba dispuesta.

-Que cosa tan bonita, eso del perdón, y que bien suena- dijo friamente mientras caminaba lentamente hacia Beatrice- la gente dice, que lo mejor es olvidar y perdonar, pero yo no estoy de acuerdo. Bea, ¿te das cuenta de que al torturarme, me traicionaste?, traicionaste todo lo que yo pensaba de tí. Yo tenía la firme idea, de que en el fondo, tú no eres tan mala como tú misma crees, que cuando se te presentase la ocasión de ser mortífaga, dudarías; pero ya se ve que no... no has dudado si quiera en torturar a tu mejor amiga- le recordó- y luego pides perdón, ¿de verdad crees que te iba a perdonar?, sé que sí lo pensabas, aunque dijeses lo contrario, es agradable ver como todo el mundo te toma por una ingenua e infantil niña, que opinión más halagadora- continuó.

Chloe soltó una brusca risa, le parecía una situación tan estúpida.

-Creeme, me dolió más a mí Bea. Supongo que en el fondo sabía que no dudarías, pero como ya te he dicho antes, siempre he pensado que eras mejor de lo que tú misma creías, y que al final harías lo correcto, y como ya he dicho antes, se ve que no, pero ahora, te plantearé la siguente cuestión. Si yo te traicionara y te torturara, ¿tú me perdonarías?- le preguntó girando levemente la cabeza.

Chloe agitó sus brazos desesperada, ese era el punto que más rabia le daba, Bea siempre había querido ser una mortífaga, y ella, a lo largo de su amistad, había intentado disuadirla del tema, pero había fracasado.

-Yo nunca te habría torturado, aunque eso significase no conseguir lo que quería, para mí no hay nada más importante que nuestra amistad Bea, por lo que me parece una estupidez sacrificarla por algo de menor importancia. ¿Tan poco afecto le tienes a nuestra amistad que no te importa terminar con ella con tal de entrar a ese grupo de asesinos sin cerebro ni personalidad?, no hay perspectiva desde dónde la mire donde vea un lado positivo, y sabes que eso es difícil...- dijo en voz baja.

Chloe sintió ganas de estrangular a Bea, hablar con ella era como hablar con una pared. Las dos eran tan cabezotas, que no darían su brazo a torcer, ni estaban dispuestas a comprender el punto de vista de la otra, aunque Chloe entendía lo que su amiga quería decir, estaba en total desacuerdo con ella.

-¿Por qué no podías tener una afición normal, yo que sé, pegar sellos?, ¿por qué tu afición tenía que ser torturar y matar a todo aquel que pensase de forma diferente que tú?, ¿cómo quieres que sea feliz sabiendo que hay gente sufriendo por tu culpa?- gritó más que dijo la chica, a la vez que agitaba un tanto descontroladamente los brazos.

Bea selló la puerta e insonorizó la sala, lo cual a Chloe le pareció lo más normal del mundo, considerando que lo que estaban discutiendo era más que grave, si se enteraba la persona equivocada que Bea era mortífaga, acabaría en Azkaban en un pestañeo. Todo ese pensamiento desapareció cuando Bea comentó lo de Jacob. Chloe se quedó de piedra, eso sí que no se lo esperaba. Derrepente, aremetió contra Bea y la empujó contra la pared del cuarto de baño; estaba furiosa, dolida. Tras unos segundos que parecieron eternos la soltó y se giró, soltó una risa extraña y llevándose una mano a la cabeza, se volvió a girar hacia su amiga.

-Y ahora querrás que te perdone también por eso, ¿no?, lo siento Chloe, no quería herirte, tuve la opción de no hacerlo, pero claro, no me dio la gana- dijo imitándola, se sentó en el suelo y levantó la vista hacia ella- te das cuenta de que lo estás empeorando por momentos, ¿verdad?

Chloe sacudió la cabeza, negando las palabras de Bea, para ella, la situción de Jacob era diferente, él se había unido a los mortífagos para encontrar a los asesinos de sus padres, para vengarse, no por placer, a diferencia de Bea. Se se ocurrió una idea y empezó a reírse, era la mejor idea que se le podría haber ocurrido en esa situación.

-Dejando a un lado lo de Jacob, te perdonaré cuando te arrepientas de lo que has hecho, como estás arrepentida de haberme torturado, te perdono esa parte, pero no el hecho de que hayas traicionado nuestra amistad uniéndote a los mortífagos, así que cuando te arrepientas de unirte a los mortífagos, me avisas- dijo con una sonrisa divertida mientras se ponía de pie y se acercaba a Bea.

Chloe soltó otra de sus risitas locas y se recogió el pelo en una coleta, pero se dio cuenta de que no tenía con que atárselo y lo soltó, con cara de decepción.

-Bea, ¿tienes una goma de pelo?- le preguntó ignorando lo que acababa de decir su amiga, la gracia de la condición era esa, que ella nunca se arrepentiría, así que todavía no podía perdonarla- sé que no te arrepientes de ser mortífaga, por eso te he puesto la condición, porque no quiero perdonarte por eso, a menos claro, que comprendas que lo que estás haciendo está mal y te arrepientas, en ese caso, te perdonaré sin nigún problema- comentó a la ligera.

Cuando Bea se negó a prestarle la goma de pelo, Chloe se rio otra vez, mientras ponía una mueca de burla.

-Uy Bea, que mala, no me prestas tu goma de pelo...- dijo soltando sus típicas risitas, que por supuesto pararon cuando oyó lo que siguiente que dijo su amiga, o más bien, su ex- amiga.

-Pues nada Robins, no te perdonaré nunca nunca- afirmó infantilmente, tras lo cual se giró y se fue hacia la puerta, pero estaba cerrada por el hechizo de Bea y no pudo abrirla.

-Robins, querrías hacerme el favor de abrirme la puerta- preguntó con tono neutro.

Chloe enarcó las cejas, y luego decían que ella era la rara, Bea no acababa de decidirse, primero le pedía perdón emotivamente, luego le hacía daño, y cuando la rubia la perdonaba (en parte) se picaba porque no la había perdonado por completo y se volvía fría y distante, como solía comportarse con todos.

-Para tu información, quiero que quede constancia de que has sido tú la que me ha dicho que no "mareara la perdiz" y que te dijese que no te iba a perdonar nunca, cosa que yo, muy amablemente, he hecho- afirmó en tono serio. Ante la negativa de Bea de abrir la puerta, ella se giró hacia la Slytherin, apoyándose en la puerta.

-Pues....no que yo sepa, pero como tú sí crees que tenemos un tema pendiente, por favor, ilústrame, ¿qué nos falta por discutir?- preguntó con tono irónico.

Chloe soltó un pequeño bufido tras escuchar a Bea, a veces, hablar con ella era demasiado irritante, ¿por qué tenía que ser tan orgullosa?, ¿por qué no podía aceptar que a veces, las cosas no salen como tú esperabas?; ella había ido ahí, esperando que Chloe la perdonase, y como no había funcionado, pues nada, a portarse como una borde.

-No es tan difícil de comprender, te perdono por torturarme y no te perdono lo de unirte a los mortífagos, ¿ves que era simple?, eso de unirte a los mortífagos te está destrozando las neuronas, antes eras más lista- afirmó. Bea abrió la puerta y sonorizó la sala, así que Chloe salió.

-Tú también sabes dónde encontrarme, nos vemos cuando entres en razón, adiós- se despidió alegremente, pero cuando se dio la vuelta tuvo que concentrarse para no gritar de exasperación y rabia por lo que había sucedido en el cuarto de baño. En otro momento, habría ido al cuarto de baño a llorar, pero por desgracia, estaba ocupado por Bea, así que tendría que ir a otro sitio a desahogarse, que molesto.