Primera Clase de HDM

Había sido noticia durante días el hecho de que me hubieran absuelto de todos los cargos que me condenaron a Azkaban. Ahora por fin era libre, pero también tenía mis obligaciones. Por ello estaba en ese momento arreglando el aula de Historia de la Magia, disponiéndola para dar la lección que comenzaría minutos después.

Pensaba en que probablemente muchos de los alumnos se habrían enterado de quién iba a ser su profesor y temía que más de uno dejara de asistir a mi clase por eso. A pesar de todo, yo intentaría dar mi asignatura lo mejor posible.

Tras limpiar todo, abrir las ventanas y colocar correctamente las mesas, me marché del aula a buscar los apuntes que había preparado pero que me había dejado olvidados en el despacho.
Dejé la puerta abierta para que la gente que fuera llegando comenzara a sentarse mientras yo no estaba.

¡Bien! ¡Esa vez no llegaba tarde!

-Luc, ya sé que quieres entrar, pero ahora no puedes. ¿Por qué no vas a jugar con las mariposas?-sonreí. El perrito ladró con alegría y se fue corriendo.

Entré en la clase, no había nadie. Por una vez me había acordado de ponerme los zapatos, porque Luc me los había señalado. Me senté en un pupitre de la primera fila y saqué mi material.

Había leído en las noticias el caso de Sirius, aunque él ya me lo había contado en persona. Me alegraba de que lo hubieran declarado inocente, y también de tenerlo como profesor porque seguro que daba bien las clases, y si no, al menos sabía que iban a ser divertidas.

Llegué a la clase de Historia de la Magia temprano. Al entrar vi a Robin sentada en la primera fila, por lo que me acerqué hasta ella y me senté a su lado. No había ni rastro del profesor.

- ¡Buenos días, Robin! - la saludé efusivamente, sonriendo - ¿El perrito que me he encontrado por el pasillo era tuyo? - le pregunté, ya que cuando venía de camino un carlino que corría feliz casi había chocado conmigo.

-¡Alexa! ¡Hola, muy buenos días! Sí, si era un carlino sí era mi perrito.-sonreí.

-¡Hoy es un gran día! ¡Mira, mira!-le enseñé mis pies.-¡No he olvidado los zapatos!-reí.

- Si, si que era tu perrito entonces, ¿Cómo se llama? - le pregunté mientras iba sacando los libros.

Entonces miré sus pies y reí.

- Si, un gran día, desde luego - bromeé - Lo apuntaré en mi calendario para que no se me olvide.

Abrí las manos en un gesto de grandeza.

- Lo llamaré "El día que Robin no olvidó sus zapatos"

Me reí a carcajada limpia.

-¡Qué bien, y el año que viene lo celebraremos! ¡Qué bien, tendré un día en tu calendario!-exclamé dando palmaditas.-Mi perrito se llama Luc.

Reí un poco por su acostumbrada actitud.

- Luc, bonito nombre, ¿Se lo pusiste por algo en particular? - le pregunté.

-Sí, porque me gusta el nombre Lucas, pero no me parecía adecuado para un perro. Así que le puse Luc.-dije hablando muy deprisa.

La miré inquisitivamente.

- ¿Lucas? - pregunté sospechosa, sonriendo - ¿La razón de te guste ese nombre es algún chico?

La miré sorprendida.

-Pues claro que no.-solté un jijiji por su ocurrencia.-Yo quiero mucho a Alex. Mucho mucho mucho. ¡Mucho mucho mucho!-aplaudí.

(todas piensan en lo mismo xD)

[a qué te refieres con que todas piensan lo mismo? xD]


- Decías que lo quieres mucho ¿No? Es que no se me había quedado claro - bromeé entre risas por su entusiasmo.

Entonces giré la cabeza hacia atrás, mirando la puerta a ver si llegaba Sirius, pero no fue así. Luego de unos segundos volví a mirar a Robin.

(a esto: ¿Lucas? ¿La razón de te guste ese nombre es algún chico? xD)

Miré hacia la misma dirección que Alexa y me encogí de hombros. Había llegado demasiado pronto esa vez.

-¿Dónde está profesor? Quiero conocerlo.

- Supongo que estará haciendo algo - respondí - Pero... ¿no sabes quién es? - pregunté sorprendida, ya que hasta en el Profeta se había hablado de ello.


[Bueno, ya, ya sabía que te referías a eso xD pero, por qué dices que todas pensamos lo mismo?]

(Pues que pasa algo así y ya saltan con el chip de ''¿Te gusta? :O'' xD por cierto, te doy clases de cómo ir descalza a clase para poder cumplir el reto de Pansy? xD)

-No, no lo conozco.-dije sacando la lengua por un lado.-¿Debo conocerlo?

[Lo dije porque a mi sí me pasa a veces xD, me gustan los nombres de la gente que me cae bien. Y no, no hace falta que me des clases, jaja]


- Bueno, si, supongo... - respondí - Ha salido en los periódicos últimamente, aunque a lo mejor tú no sabes quién es al haber crecido entre muggles.

-No leo los periódicos, al menos no el Profeta. Prefiero el Quisquilloso, me los proporciona Luna. ¿El profe es Sirius Black?

(A mí me pasa a veces también xD)

Asentí.

- ¿Entonces sí sabes quién es? - pregunté.

-Sé que es un hombre que condenaron injustamente, pobrecito.-dije algo disgustada.-Pero no sabía que nos iba a dar clases, ¡Qué bien!

- Si, lo ha pasado mal - respondí tristemente - No fue nada justo lo que le ocurrió.

- Pero tengo ganas de que nos de clases, sólo espero que nadie le diga nada.

Me quedé pensativa y pensé en Draco Malfoy.

-La gente es muy injusta, suele decir cosas a los demás para hacerlos sentir peor y así sentirse ellos bien.-dije con aire distraído mientras miraba la pila de libros que había en un lado de la clase.

- ¿Por qué dices eso? - le pregunté - O mejor dicho, ¿Por quién dices eso?

Me sorprendió aquel comentario por parte de Robin, no era típico de ella.

-Porque es verdad. La maldad no existe, pero la injusticia sí.-comenté.

Suspiré, prefería no entrar en esos temas con Robin, porque nunca lográbamos ponernos de acuerdo.

- ¿Dónde estará el resto de gente? - pregunté - Sólo hemos llegado nosotras dos, y tampoco es que sea tan pronto...

Me quedé pensativa.

-Se habrán quedado dormidos. Los sueños te pueden jugar malas pasadas.-dije y solté una risita.

- Será eso, pero como llegue Sirius y no estén... - respondí mientras abría el libro de Historia y pasaba algunas páginas.

- Se ve interesante - comenté, aún sabiendo que no era lo más normal que me gustara.