Estudio con Robin....

Iba a contestarle que sí lo iba a esperar cuando salió corriendo antes de que pudiese hacerlo y me dejó sorprendida. Me apoyé en la pared a la espera de su vuelta mientras veía pasar corriendo a algunos rezagados que, como Daniel y yo, se habían despistado y olvidado de bajar a cenar. La gran mayoría de los alumnos ya estarían terminando el primer plato. La boca se me hacía agua... Y por fin volvió Daniel.

- Oh...-murmuré ante su proposición. Un sitio que sólo él conocía... Mi curiosidad siempre podía más que cualquier otra cosa.- Claro, voy contigo.

Sonreí tras ver como aceptaba mi propuesta... “Gracias.... Ven...” dije mientras le cogía de la mano y empezaba a caminar...

Los pasillos estaban casi vacíos pues todos estaban cenando, me acerque a uno de los pasillos con poca luz y acercándome a uno de los cuadros dije “Abre Albert vengo con invitada” El cuadro me miro y respondió “Cual es la Contraseña”

Con una mirada a Robin dije la Contraseña “Ojos de Sapo” el cuadro se abrió “Daniel es la primera vez que no vienes solo....” Sonreí al cuadro “Bueno es una amiga de confianza....”

Entre y cogiendo la mano de Robin la invite “Entra por favor” Robin entro con un poco de miedo... Con un toque de la varita una antorcha se ilumino y empezamos a caminar por pasadizos, era un pasillo bastante frió, me daba pena por que Robin siempre iba descalza, pero seria demasiado atrevido por mi parte ofrecerme a llevarla en brazos...

Llegamos a una pared que aprecia normal, puse la mano sobre uno de los ladrillos y girándolo se abrió la pared como si fuera una puerta... “Esta es mi sala secreta...” Entre y encendí un par de antorchas que había en la habitación...

La habitación contenía una estantería llena de libros, varios sillones cómodos y algunos juegos de mesa que estaban hechizados para poder jugar solo....

Miré su mano mientras tomaba la mía y se la apreté con cariño para después seguirlo por los solitarios pasillos. Me llevó hasta un cuadro en el que aparecía un mago bastante elegante.

- Buenas noches, señor.-lo saludé con una sonrisa haciendo una inclinación con la cabeza a modo de respeto, después Daniel dijo una contraseña al habitante del cuadro y me tendió la mano para que lo siguiera mientras me pedía que entrase en el cuadro. Lo hice y pude ver gracias a la antorcha encendida por Daniel el enorme pasillo que había.

Ya de por sí el hecho de haber entrado en un cuadro me había sorprendido bastante y estaba pasmada, reflejándose en mi cara. Hacía más frío allí que en el resto del colegio pero no me quejé y, finalmente, llegamos a un lugar habilitado para poder vivir o, al menos, pasar el rato. Aquella estancia se parecía a la sala común. Pero cuántos pasadizos secretos había en aquel colegio...

- ¡Oh!-exclamé y corrí hacia la estantería de libros, había muchísimos. También había juegos de mesa en la sala, ¡Y un ajedrez mágico! Me emocioné mucho.- ¡Nunca he jugado a esto!-exclamé sentándome enseguida en el suelo junto a la mesa que tenía el tablero de ajedrez encima.

Robin empezó a mirar el cuarto tratando de descubrir todo lo que en ella se contenía... “Lo descubrí en una de mis visitas de mi hermano al colegio, el es un gran mago...” añadí bajando un poco la cabeza... “Juntos encontramos este sitio hace varios años, siempre que puedo vengo aquí a leer o a entretenerme...”

Mire a Robin... “Puedes venir tu también cuando quieras...pero recuerda que es un secreto...” Pensé: nuestro secreto

Robin se sentó y las piezas se pusieron en la posición inicial, tome una manta que tenia en uno de los sillones y me acerque a Robin cubriéndola con la manta... “Hace frió...”me incline en cuclillas al lado de Robin... “¿Sabes jugar? Si quieres te enseño... es lo menos que puedo hacer después de lo que te has preocupado por mi...” Sonreí y espere su contestación...

- Oh...-murmuré otra vez.- Un día querría conocerlo.-comenté y después asentí rápidamente con la cabeza a lo que dijo. Me parecía algo muy bonito el hecho de que hubiese compartido ese secreto conmigo y me hizo feliz que pudiera ir cuando yo quisiera allí.

Daniel se acercó a mí con una manta y me tapó con ella, le di las gracias con una sonrisa mientras aceptaba la manta y después miré el tablero de ajedrez, que se había movido completamente. Lancé un gritito de emoción y di palmaditas. Luego lo miré con una amplia sonrisa.

- Yo sé jugar al ajedrez, pero nunca había jugado al mágico.-dije con emoción en la voz.

Me quede a tu lado mirándote...” Es muy fácil, ordena a tus piezas que se muevan y ellas lo harán.... pero cuidado el tablero tiene muy mal perder...” Sonreí mientras el caballo del tablero emitía un relinche que parecía real... “Lo ves es un poco cascarrabias...” Empecé a reírme....

Cogí una de las sillas que había sueltas y una bolsa de gominolas de sabores... “Juguemos juntos si quieres...” sonreí y te ofrecí unas pocas gominolas...

Nunca había imaginado estar con Robin en aquella sala donde tantas veces la había imaginado, sonreí, quería disfrutar del momento....

- Sí, sí, sí.-dije agitadamente dando palmaditas otra vez.- Yo sé, he visto jugar a los demás, ¡Seguro que es muy divertido!

Tal vez me había emocionado demasiado, incluso más que un niño en la mañana de Navidad, pero me hacía mucha ilusión jugar a aquello que los muggles habían determinado como deporte.

- Sí, sí, vamos a jugar.-dije y tomé algunos ositos de gominola de los que me tenía Daniel en una bolsa.- Muchas gracias, Dan.-le dije con una sonrisa alegre y esperé a que él moviera primero, tenía las blancas. Qué graciosas eran las piezas. Los reyes tenían aires de altanería ¡Y el caballo relinchaba!

“Empecemos” dije en voz clara.... uno de los peones de las fichas blancas se movió sola... Vi como Robin sonreía, me hacia feliz verla sonreír...

Le tocaba mover ahora a Robin, “Animo Robin, ya veras como ganamos...” sonreí a la par que veía ilusionada a Robin....

Me metí varios ositos en la boca... uno era de un sabor extraño, pero bueno poco me importaba el sabor, estaba con Robin y estaba feliz...

Daniel empezó la partida y mis ojos se abrieron desmesuradamente al ver cómo un peón de su color -el blanco- se movía solo. Qué emoción sentí en aquel momento.

- ¡Oooooh!-exclamé llevándome las manos a la boca del asombro. Miré mis figuras y pensé cuál mover primero.- Peón, a dé siete.-pronuncié como había escuchado alguna vez a Ronald Weasley. El peón se movió a donde yo le había indicado y di palmaditas otra vez.- ¡Oh, muy bien, peón!-exclamé emocionada.- Te toca, te toca.

Ya estaba deseando que moviese para ver moverse sola a otra ficha.

Ordene mover otro de los peones, Robin no sabia jugar o eso creía pero no quería dejarla ganar ni mucho menos.... “Te toca dije con una sonrisa... si quieres preguntar cualquier cosa, te ayudo encantado...”

En el siguiente movimiento quería enseñarle como se movían algunas piezas que no fueran los peones...

Las figuras que más me gustaban eran los caballos que salían trotando por el tablero o las torres que se trasformaban en golem de piedra...

Otro de los peones blancos se movió cuando Daniel lo dijo en voz alta y yo seguí emocionada. Yo negué con la cabeza ágilmente mirándolo un momento para después desviar la vista al tablero de nuevo.

- No, no, yo he jugado al estilo muggle.-aclaré rápidamente y me llevé el dedo índice a la barbilla, pensativa, ¿Qué podía mover a continuación? Lo que se movieron fueron mis tripas haciendo un ruido amenazador. Abrí los ojos del asombro y luego reí un poco, me llevé después las manos al estómago.- Tengo hambre, Dani...-dije con una vocecilla que me salió sin querer.

Sonreí y me puse en pie... “Tranquila, ya terminaremos la partida, Vamos a comer algo, si es que llegamos al postre”

Al ponernos de pie las piezas se distribuyeron al azar, era todo un baile de fichas moviéndose de un lado para otro...

Mire con una sonrisa a Robin, sabia que no se esperaba aquello... “Es una forma de ocultar las jugadas, solo volverán a donde estaban si nos sentamos en el mismo sitio los dos...”