Haciéndose de Aliados [Nata Reeve]

Entraba en la sala común y observa todo su alrededor con ojo crítico. No le agradaba el hecho de que los Slytherin no se tomaran tan en serio el nivel que los catalogaba. ¡Por Circe! Que son superiores al resto de los idiotas del colegio y casi la mayoría actua como si eso no les importara.

Aún con su bolso en su hombro, se sienta en un sofá un tanto alejado del resto y saca un libro para distraerse un poco. Pero mientras los minutos pasaban, ella ya se encontraba aburrida. Al no sentirse atraída por la lectura se puso a observar de su lugar la Sala Común. Tan normales que se muestran, tan humanos.

No, el problema de Arianne era más allá de que los Slytherin's no se pusieran en su lugar, sino porque ellos podían actuar de esa forma mientras ella tenía que seguir mostrando esa faceta arrogante y de futura Mortífago que la caracteriza. Bufa y guarda el libro nuevamente en su bolso, pero en el momento que se iba a levantar otra persona ocupó el sofá de su lado y ella, curiosa por naturaleza, voltea su rostro.

Llegue a la sala común luego de un paseo por el castillo. Había unas cuantas personas por ahí charlando muy tranquilos ellos. Recorrí con mi vista por toda la sala, tratando de encontrar a alguien inteligente y a la altura… alguien con quien conversar… Lamentable, no hay nadie… pensé.

Di unos pasos adelante, entonces vi a una chica, era rubia, se encontraba sentada en uno de los sillones más alejados, note en su mirada que se encontraba algo disgustada… entonces lo comprendí, miraba con desaprobación los Slytherins que se encontraban en la sala, me acerco a paso ligero, pero discreto, y me siento en el sofá de al lado.

- Lo sé, es una pena – le dije – al parecer muchas cosas han cambiado, no sé qué es lo que les pasa no entienden o no lo quieren entender – hice una pausa – que no somos como los demás, somos especiales.

—Somos mejores —agrega a lo dicho por la chica desconocida y le sonríe de medio lado.

Por fín alguien que fuera lógico en ese lugar, ya pensaba que les había robado el cerebro o algo por el estilo. Observa nuevamente el lugar y niega con lentitud. Llegará el momento en que se darán cuenta de lo equivocados que están, Arianne sólo espera que no sea demasíado tarde para cuanndo ocurra.

—Soy Arianne Sinclair —dice ella estirando su mano derecha, presentandose—. Hija de Demian Sinclair.

No estaba sacando en cara su linaje puro, sólo es una mala costumbre que tiene el tener que presentar a su padre, porque lo admira, porque es la persona más importante en su patética vida, aunque él desee que ella se una a un grupo que no le gustaba.

—¿Y tú? No te habia visto antes. —En ese punto podría ser culpa de ella. Con lo vanidosa que es, su padre le dice que se sorprende que conozca a varias personas, ya que siempre se está mirando al espejo.

—Voy en Sexto —contesta a la chica rumana, algo que llamó su atención, pues no era normal que los de Europa del Este llegaran a estudiar a Hogwarts existiendoo tantas escuelas más cerca, como es el caso de Durmstrang—. Y sí, opino igual que tu, aunque sabía que no todos podían estar tan perdidos, por lo menos una de tantos es algo para seguir creyendo y fomentando la superioridad de Slytherin.

Arianne vuelve a acomodarse en el sofá para observar de mejor manera a la chica nueva. Le agradaba sólo porque pensaba como ella, un motivo algo superfluo pero lo suficientemente fuerte como para que ella pudiera seguir manteniendo una agradable comversación.

—¿Por qué decidiste estudiar acá? —pregunta directa. No le agrada la idea de no saber las cosas y sobre todo de quedarse con las dudas—. Dicen que en Durmstrang son mucho más agradables con los que piensan como nosotras, Reeve.

Arianne escucha con atención a la chica y se sorprende ligeramente al saber que es una vampiresa. La vida de su acompañante era demasiado interesante y le agradó el hecho de que le haya contado un poco más de ella. Sin embargo, cuando Reeve le pide que le cuente algo de ella, sólo puede soltar una pequeña risa.

—¿Qué de interesante puede ser mi vida comparándola con la tuya? —pregunta divertida, pero al tranquilizarse decide contarle un pequeño detalle que no está segura que muchos sepan.

No, no lo hace porque confie en su acompañante, sino porque veía justo que luego de saber tanto de ella, podría comentar algu detalle de su vida.

—Pues en sí, mi vida no ha sido la gran cosa. —Se encoje de hombros, como dando a entender que no le interesaba ese hecho—. Criada con las reglas aristocráticas que mi padre considera correctas, con una madre enamorada y que dejó que entre sus hijos creciera una rivalidad. —Recordar a esa mujer aún le era doloroso, pero con el tiempo a aprendido a esconderlo bien y a transformarle en rencor, en el más puro que pueda existir—. Cuando yo tenía diez años, ella no pudo más y luego de una discusión con mi padre, la primera que yo les escuchaba, tomó a mi hermano y se marchó de la casa. Aún no sé de ella.

—Claro, aunque siempre ganaba yo al ser la favorita de mi padre, puesto que mi hermano no pensaba igual que él. No era pro muggle —aclaró inmediatamente—, pero creía que había otras formas. Una estupidez, si me dejas opinar.

La ve recostarse, pero ella nuevamente vuelve a observar la Sala Común. ¡Siempre Alerta!, como decía su padre. Sonríe por el comentario de su compañera y decide agregar.

—En realidad, lo único que me interesa saber de ellos es el motivo por el cual mi madre se largó y me dejó con mi padre. No es que me queje, es sólo curiosidad. —Luego de eso ríe ligeramente al escucharla decir de su monótona vida—. ¿Una vampireza con poca acción? Eso es raro, Reeve.

—Lamentablemente era de aquellos, según él le molestaban pero creía que podíamos sobrevivir al convivir con ellos —Arianne rueda los ojos y agrega luego ocn respecto a su madre—. Mi padre dice que fue porque soy muy parecida a él, pienso parecido, físicamente tengo muchos rasgos propios de los Sinclair y porque yo no hubiese permitido alejarme mucho de mi padre. Algo que es verdad.

Se acerca un poco a Nata y la observa cuidadosamente.

—No creo ser de mucha ayuda, nunca había visto a una vampiresa antes —comenta al ver que para ella se veía normal—. Aunque me parece que tus ojos son muy oscuros y te ves como si estuvieras demacrada, sin ofender, pero parece más un muerto que un vivo, chica.

—No estoy segura —contesta luego de pensar unos segundos—. No soy muy dada a utilizar hechizos en mi misma. Aunque alguna de ellas —dice apuntando con la cabeza a un grupo de chiquillas chillonas que habían entrado—: deben saber. Dame unos segundos.

Arianne se levanta y se acerca a una de ellas, la reconoce por ser de cuarto, y cuando se le explica la situación a muy grandes rasgos, es la misma chiquilla la que se ofrece a ayudar. Que no se malinterprete, la chiquilla le debía un favor a Arianne, lo mínimo que podía hacer era cumplir ese pequeño capricho de ella. Sacó una pequeña botellita de su bolso y con la educación propia de una dama, le pide a Nata que la deje aplicarlo. A los segundos las ojeras de la chica habían desaparecido.

—¡Vete! —exclama a la chiquilla y al sentarse observa a su acompañante—. Mucho mejor, Reeve.

—Por supuesto —responde acomodándose nuevamente—, siempre hay que pagar los favores, ella me debe unos cuantos y el tener a sus padres trabajando para el mío, también es una gran ventaja.

Sonríe malevolamente, mirándose las uñas.

—Ellas saben que con sólo una lechuza mi padre puede hacerle la vida imposible a los de ellas. No quieren problemas.

La suavidad de la voz de Arianne la mostraba más serpiente de lo normal, algo que a ella le encanta hacer.

—Si los que son unos problemas son los sangre sucias y los traidores de la sangre. —El asco de su rostro, sólo complementaba lo que ya había expresado con respecto a ellos—. No conocen su lugar, lástima que mi padre me pidió guardar las apariencias sino todo el colegio sabría lo que pienso con respecto a ellos.

—Con los tolerantes que se han convertido todos, no creo que ese día llegue pronto. —Arianne bufa algo molesta por tal situación.

A veces desearía haber nacido en la época en donde no se aceptaban a los muggles, que los hijos de estos en el Mundo Mágico era despreciados. Pero era sólo un deseo que esperaba que el Señor Tenebroso pudiera cumplir.

—Los traidores caerán junto con ellos, lo sé. —El brillo maniaco de su mirada es símbolo de su anhelo. Sería un mundo casi perfecto, algo que de verdad le agradaría vivir—. Y con respecto a la opinión de mi padre, no puedo evitar encontrarte la razón, siempre habrá un buen momento para atacar. ¿Por algo somos serpientes, no?

Arianne sonríe por la conversación que está llevando con una desconocida, pero no podía evitar sentirse emocionada por encontrar a alguien que piense igual que ella.

—¿Y qué hay de tus padres? —pregunta, tentando a la suerte, pero de verdad la curiosidad vencía en ese momento.

Las palabras de Nata llegaron de lleno en Arianne. Más que por la situación de su acompañante, es por lo cerca que ella está cada vez que su padre tiene una misión para el Lord. Arianne no puede imaginarse sin la protección de su progenitor, por mucho que desee la libertad que ganaría al librarse de tanto cuidado; para ella es inconcebible el que su padre no esté.

Mira en otra dirección y suspira suavemente. No sabe que decir en ese momento, no está acostumbrada a ese tipo de situaciones. Por lo que sólo dice lo que de verdad siente,

—Yo no me puedo imaginar sin mi padre —susurra ella con cautela y con verdadera dificultad—, me imagino lo dificil que es para ti esa situación. —Suspira nuevamente y la mira con determinación, hablándole sinceramente—. Lo siento.

Observa su alrededor como normalmente lo hace y al volver su vista en ella trata de cambiar el tema. Así obvian el hecho de que ella sintió algo que le ocurrió a otro.

—¿Muggles? ¿Por qué dicen que unos muggles pudieron matar a unos vampiros? —El desdén de su voz era patente para cualquiera—. Opino igual, debieron ser unos traidores, los no-magos no tienen tal capacidad.

Sentí sinceridad en las palabras de Arianne – bueno ya lo estoy superando – ansiosa por haber causado una preocupación por su padre le dije – acá las cosas son distintas, no creo que le pase algo a tu padre – la miré con seguridad – por eso me voy a mudar a Londres, no me siento segura allá, en Rumania.

Me quedé mirando un rato a las personas que entraban y salían – es curioso ¿no? – le dije de pronto a Arianne – ¿creerán que somos tontos? – dije con ironía – no es posible que unos muggles puedan haber matado a mis padres – mi cara se lleno de indignación – mis padres eran fuertes – aclaré – no sé que pretenden diciendo cosas sin sentido. – luego en voz un poco baja dije – Ya verán cuando llegue el momento – sonreí ligeramente – esto no se quedará así.

—Lo más probable es que hayan creído que toda la familia fue atacada por lo que están dejando creer que fueron esos seres que dicen que son parecido a nosotros. —Arianne no estaba segura de su deducción pero prefirió compartirla—. Lo que sí me extraña que en Rumania hayan atacado a los vampiros, por lo que sabía ellos les tienen bastante respeto. Algo que parece se ha perdido.

—Ojalá que encuentres a gente como yo, aunque lo veo dificil —comenta arrogante—, en realidad soy única, aunque puedes encontrar a varios que piensan como nosotras, que se encuentran escodidos entre ese mar de niños infantiles.

Le sonríe de medio lado pero ésta desaparece al recordar un tema que es bastante importante.

—Bueno debes saber algo antes de salir al mundo real —le comenta algo asqueada—, los sangre sucias y los traidores están por doquier, te los encontraras por todos lados y debes saber que si creen que ellos merecen estar acá..

—Me agradas como piensas —dice Arianne casi saltando de alegría. Vamos, que no todos los días se encuentra con alguien que de verdad cree todo lo que dice. Muchos de ellos son pura boca, hablan y hablan pero al momento de actuar ahí quedan—. Sólo hay que tener cuidado, no somos muy queridos por estos lados. Los de las otras casas tienen cierto recelo por nosotros.

¿Sobrevivencia en Hogwarts? No, sólo trataba de explicarle cómo eran las cosas por esos lados. Durmstrang ya quedó atrás, es hora de que la vampiresa sepa como actuar en un colegio tolerante como es ese.