Haciéndose de Aliados [Nata Reeve]

―Es por eso mismo que mi padre me dijo que matuviera las apariencias ―Arianne se encoge de hombros y le susurra, luego, a la chica que la acompaña―. Sin contar que para la mayoría de los profesores sólo soy una chica callada e indiferente al mundo en general. Algo que me ha servido bastante.

Arianne en sus seis años en Hogwarts nunca se había metido en problemas, era capaz de dejar sólo a los suyos cuando veía que un escándalo no sería beneficioso para ella.

―Hasta podría decir que creen que el tema de la sangre me es indiferente.

―Pues trata de mantenerte así, es lo mejor que puedes hacer ―le dice y responde casi inmediatamente a la pregunta-reclamo hecha por la vampiresa―. Sólo nos queda esperar, por lo menos hasta que el Señor Tenebroso consiga el poder que necesita para controlar el Ministerio.

La idea de que eso ocurra hizo sonreir a la chica. Ella sabe que eso ocurrirá, su padre estuvo comentando algo de eso cuando aún estaba en casa. Ahora, lo que queda saber es cuando, ¿una semana? ¿Un mes? ¿Un año, talvez?

―Veo que estás muy dispuesta a ayudarle ―comenta Arianne actuando reaciamente por primera vez. Ella estaba destinada a tener que servirle, y cuando algo es obligatorio, para Arianne pierde el interés―, ojalá pudiera decir lo mismo, pero yo tendré que marcarme sí o sí, por lo que de una u otra forma lo ayudaré.

A pesar de eso aún esperaba el día en que pudiera demostrar lo que verdaderamente piensa de los sangre sucias, salir del papel de indiferente que muchos tienen de ella y del que sólo habla por hablar que piensan otros de ella.

―Sin embargo, deseo demostrarle lo equivocados que estaban, ya me imagino lo delicioso que será ese día, Nata.

Arianne se encoge de hombros, no le era un problema decirle a ella lo que en verdad ocurría.

―Pues sí, él me está pidiendo de hace bastantes meses que me una. Yo aún no lo sé ―dice ella con tranquilidad―, aprecio demasiado mi libertad y la perdería si me marcara.

Perdería eso y mucho más. La chica sabía que tendría que hacerlo al final así estaba escrito, pero trataría de evitarlo lo más posible. Patearlo y dejarlo para el final.

―Como ya dije, será delicioso. ―Arianne piensa inmediatamente en todas las personas con las que ha hablado y que a pesar de que saben su desprecio por los muggles y todos ellos, nunca imaginarian hasta qué nivel―. Sobre todo me gustaría ver las caras de los sangre sucias que creen que no soy tan activa en la causa.

Off: holaaa a los años, lo siento si desaparecí, en un mensaje explique que era por motivos de examen . Ah por cierto en este tema estaba hablando en primera persona, pero creo que se me hace más fácil hablar en tercera, así que cambiare.

- Por desgracia la libertad es un precio que hay que pagar – dijo Nata ladeando la cabeza a un costado – una vez que uno se marca, - hiso una pausa – es para siempre. – Eso de tener tremenda calavera en el brazo por siempre no le hacía mucha gracia a Nata, sin embargo ella se afirmaba que era para una buena causa y que encontraría la manera más elegante de por así decirlo “ocultarla”.

- Cuando llegue ese día estaré lista – una sonrisa de orgullo se poso en su boca – estaré lista para reírme en la cara de todos aquellos. – completó la frase mientras se ponía un mechón de su lacia cabellera detrás de la oreja.

La naturaleza le había dado a Nata un rostro del cual muy pocos podían ver su interior, parecía una persona muy amable y al parecer muchos habían caído en esa especie de trampa. Por eso ella trataba de no discriminar en público a esa gente que ella llamaba los “sangre sucia”.

[Tranquila, lo había leído. Y bueno, con que te sientas cómoda al escribir, creo que da lo mismo como se escriba, ¿no? Por cierto, bienvenida nuevamente.

―Exacto ―concuerda la chica―, el punto es que yo no sé si estoy dispuesta a pagarlo. ―Se sincera con tranquilidad―. Pierdo más de lo que ganaría.

Vuelve a mirar a su compañera y decide explicarse antes de que pueda pensar cualquier otra cosa.

―Creo en la causa, que no se mal entienda ―dice, levantando los brazos―, eso lo he dejado claro. Y no soy de las que repiten solamente pero ―piensa un poco para poder darse a entender―, las condiciones que tengo para marcarme no me son gratas, si voy a llevar por siempre una calavera en mi antebrazo que sea por voluntad propia.