Cuando crees que ya no hay luz en el camino.. [Cedric]

El invierno se acercaba, y con él las frías nevadas, poco a poco el viento se ponía mas espeso y frío, las hojas se desprendían de los árboles apenas maduraban, el suelo de las calles estaba cubierto de un marrón claro; cada día el atardecer se adelantaba, ese rosa del cielo llegaba con más rapidez, dándole un mayor lugar a la noche, para que nos divierta. El invierno avisaba su próxima llegada.

Si había algo que Cedric amaba era la oscuridad, o bien, la luz de la luna. No encontraba algo más relajante que eso. Por esto mismo siempre trataba de buscar los lugares más pacíficos en Hogwarts. Sus lugar preferido era el lago que se encontraba apenas a las afueras del colegio. Por las noches se recostaba en la fría hierba, mojándose por culpa del rocío, viendo ante sí como el reflejo de la luna en el agua cambiaba conforme las aguas se volvían turbias. Sólo se dedicaba a escuchar el suave y dulce susurro del viento al pasar por su rostro, como una leve caricia, tal vez le gustaba tanto porque le hacía recordar a su mamá, no lo sé.

Pero últimamente siempre el lago se encontraba habitado y, cada vez que esto pasaba, terminaba encontrando algún tipo de problema, peleas o discusiones. Se terminó decidiendo por explorar nuevos horizones, encontrar su propio lugar alejado de todo.

Mientras caminaba por un bosque alejado de Hogwarts, el olor a agua estancada lo atrajo, y sólo a conciencia de su olfato siguió el rastro. Esperaba no encontrarse con nadie, pero como era costumbre eso no pasaría. A costado del mismo pantano se encontraba una joven de vestido largo, sentada, sola, parecía triste, algunos sonidos de quejas llegaban a mis oídos, quizás era tan sólo su alma que lloraba.

- Es un perfecto lugar para pensar, te felicito por encontrarlo.- alcanzó a decir sólo como escusa para que lo escuchara.

Después de haber encontrado una razón para llorar, para darme cuenta de que aunque esté encerrada en un monstruoso cuerpo, por dentro soy humana, lo primero que suelo escuchar, es la voz masculina de un chico al que no reconozco por su aroma, ni el tono de voz que usa, así que lo catalogo rápidamente como persona desconocida, la cual, me da igual si la trato bien o mal, ya que no la conozco y me importa más bien poco.

-Pensar... es una palabra con dos caras, la primera cara es buena, ya que si ''piensas'' las cosas antes de hacerlas, te puedes ahorrar disgustos, pero en cambio hay veces en que las cosas que ''piensas'' no son correctas, y te pueden llevar a cometer ciertas cosas que no son buenas.-Corté el silencio.

Después me giré y le miré, mientras seguía jugando con un anillo entre mis dedos, ya que era lo único que calmaba mis nervios en esos momentos.

El chico se quedó mirándola, con sus manos dentro de ambos bolsillos laterales de su túnica, se acerca lentamente a paso moderado mientras se quita esa túnica, no le agradaba estar todo el día con esa ropa ridícula encima; así que prefirió quedarse con su musculosa blanca que aguardaba debajo, mientras la túnica caía al suelo.

- Ya, pero para eso sirve pensar, mientras más pienses menos posibilidades de error tendrás, nunca sabrás el cien porciento de las cosas, así es la vida, desconocida - remarca la última palabra, ya que no conocía su nombre, incitándola a que se lo diga.

Sonrió al escucharla mientras se rascaba su nuca, típico gesto de Cedric ante casi cualquier situación. Dejó a un lado la mochila que traía, con sus proviciones y demás para que no le haga peso; tenía que presentarte formalmente como solía hacerlo. Más si era una dama.

-Cedric, Cedric Blair, aunque puedes llamarme como quieras- le contestó tomando su mano para luego plantarle un beso en ella de reconocimiento -Un gusto, Alex-

Le sonreía mientras asentía a cada cosa que decía, le parecía hasta graciosa por como trataba de excusarse en varios términos. Cedric llevó sus manos hasta sus bolsillos, reposándolos allí mientras todavía con su sonrisa plantada en el rostro, la escuchaba.

-¿Te sorprende que hayan más Slytherin?, bueno, no es algo por lo que yo me sorprendería-

-¿Sueño?, esa palabra no está en mi diccionario, perdona- le comenta riéndose -No la verdad es que, prefiero mucho más la noche que el día, es mucho más... pacífica- le confesó mientras echaba su mirada al hermoso cielo estrellado.

De tanto hablar y saludarse, no se había dado cuenta de la clase de chica que era. No podía negar que era hermosa pero también... algo extraño tenía; a Cedric no le cabía que fuera una chica más, o una chica normal. Era realmente bueno en la clase de Cuidado de Criaturas Mágicas, sino el mejor; y tenía una intuición de que algo en esa chica era más que mágico.

-¿Y tú?, ¿Estabas aquí por algo especial?-

Cedric se mordió el labio negando con la cabeza divertido, no podía creer que no había entendido el comentario de ella. Se rasca un poco el hombro y camina por el lugar, mirando las estrellas, en verdad el lugar era hermoso y único, perfecto para hacer casi cualquier cosa.

-Vale, entonces... ¿Gracias?- le dijo con una sonrisa mientras volvía a mirarla.

Se ríe apenas y lanza una de las piedras que encuentra al lodo del pantano, viendo como se hunde.

-Jaja pobre sueño, nadie lo quiere en su diccionario- niega triste, bromeando -¿Entonces no hay de otra?, nos tocará ver el amanecer juntos, Alex- abre sus brazos mostrando sus palmas, gestando divertido.