Sólo fueron una gotitas. [Cedric Blair] [+18]

Las caricias en su cuerpo que evitaban por completo sus senos, hacían que le hirviera la sangre, calentándola, excitándola. Y si a eso se le suma el roce de los dientes y el camino de la lengua del Slytherin, Arianne anhalaba que comenzara a apresurarse. La tranquilidad la estaba volviendo loca.

Dejando escapar leves suspiros, la chica decidió en ayudarle a Cedric que la serenidad que demostraba se perdiera como la de ella. Pega sus caderas a él, abrazándolo nuevamente con sus piernas. Sonríe maliciosa y comienza con pequeños movimientos en contra de su pelvis, sintiéndolo, escapando de ella un gemido que se escuchó claro en la silenciosa cocina.

Sin embargo, un ruido en el lugar la devolvió a la realidad. Aún sin dejar de mover su cadera, observa a su alrededor y recuerda que -lamentablemente- no están solos ahí. A pesar de que los Elfos pasaban de ellos, se les veía nerviosos, como si estuvieran tratando de olvidarse de la presencia de ellos.

Arianne maldice audiblemente y tratando de pensar con claridad, dice entrecortadamente:

—Los elfos... —un suspiro escapó de ella— aún están aquí.

Como si fuera poco, para colmo de que ya su entrepierna estaba demasiado ajustada, ella se dedicaba a seguir aumentando esa complicación, rozándole con su pelvis, imitando esos movimientos, ya él se imaginaba haciéndolo.

Luego de terminar de bajar una de las tiras de su corpiño, Cedric se relamió al ver como uno de sus senos, el de ese costado, se empezaba a dejar ver. Estaba a punto de hacer lo mismo con la otra tira que le faltaba, pero el comentario de Arianne hizo que por un momento, se tuviera que concentrar en otra cosa.

— ¿Te molestaban?— dice soprendido, mientras se escuchaba su respiración más fuerte — No me hará falta más de 5 segundos, rubia — sonríe de lado y saca su varita, la que estaba en su pantalón aún y apunta a uno de los elfos.

— Expulso — dijo repetidas veces, por cada uno de los elfos en esa sala, haciendo que éstos vuelen de un impulso hasta dentro del armario de limpieza.

— Fermaportus —se le hacía algo complicado conjurar con los movimientos que lo hacían desconcentrar, pero igualmente juntando aire pudo. Con este hechizo la puerta de aquel closet se cerró, dejando un resplandor violeta, lo había hecho mágicamente.

—Ya, ¿Algún pedido más? — dijo el chico mientras presionó de un impulso más su entrepierna hacia a ella, provocando de que casi la sintiera desnuda.

A pesar de que la idea de que los elfos estén pululando por ahí no le era del todo agradable, no pudo evitar el tener que desconcentrar al chico mientras este los encerraba en un armario. Por lo que intensificó su movimiento de caderas y comenzó a besar el cuello de Cedric lascivamente, mordiendo ligeramente, lamiéndolo, marcándolo.

Cuando lo escucha preguntarle si tenía otro pedido, Arianne sólo se alejó del cuello de él y lo miró directa a los ojos. Se lame el labio inferior y gime con el inesperado movimiento de él, para acercarse y besarle profundamente por unos segundos.

—Bueno no creo que tenga que decirte qué es lo que tienes que hacer —dice seductoramente, mientras bajaba una de sus manos por el torso del ex-león hasta los pantalones de éste.

Alejándo su cadera, pasa su mano por sobre el bulto que estos mostraban y con un rápido movimiento de sus dedos, desabrochó finalmente el pantalón.

Sonrió al escuchar la respuesta inteligente de su compañera, siguió con la mirada el trayecto que llevaba la mano de Arianne mientras se mordía el labio, imaginándose ya cual podría ser el destino. A todo esto, el chico prosiguió acariciándole su otro hombro con delicadeza, apenas con sus dedos mientras bajaba la última de esas dos tiras, viendo como ya su sujetador caía hasta la altura de su abdomen.

Se acercó sonriéndole a besarla, profundamente y lento, aunque un poco más rápido que otas veces, mientras una de sus manos iba hacia su objetivo. Con la palma de ésta abierta, presionó uno de los senos de la Slytherin, dejando abierto sus dedos, para que entre ellos pasase su pezón.

Los besos se intesificaban más, con lengua y pequeñas mordiditas hacia su labio inferior, que apenas se dió cuenta que ya su pantalón estaba desabrochado, y su bulto ya caía sobre él.

La mano de Cedric en su seno, que lo apretaba y la hacían gemir con delicadeza. Sus nuevos besos y las mordidas hacia su labio, llevaban a Arianne a actuar por instinto, dejar toda lógica fuera, y sólo disfrutar de ese momento.

En un momento de lucidez, en donde se recordó que ella también es activa en esa situación, sonríe malevolamente antes de volver a unir sus labios con los de Cedric y besarle mirándole a los ojos. Mete su mano en el pantalón para palparlo por sobre la ropa interior. Arianne gime para seguir haciendo reaccionar al chico y muerde el labio de este mostrandole lo deseosa que está.

Luego de unos leves roces, termina con la última capa de ropa y su mano se topa directamente con la piel del miembro. Excitada como está, aun con las caricias del chico en ella, Arianne comienza un sutil movimiento, desde la base hasta la cabeza, una y otra vez, repitiendo.

Seguía con sus besos, sin ningún tipo de interrupción. Presionaba apenas con las yemas de sus dedos el seno de ella, con leves movimientos, masajeándola mientras que juntaba dos de sus dedos para producir un roze en su pezón, provocando a que se excite.

El chico suelta un gemido inesperado, casi por reflejo, no se lo venía venir. La mano de su acompañante estaba reconociendo su miembro con leves caricias. Él se limitó a morderse el labio para no seguir demostrando su excitación; bajo casi a los lenguetazos por el cuello hasta el otro seno de ella, haciendo circulitos por alrededor de su pezón y, cada tanto, succionándolo mientras se divertía con su lengua.

Si no fuera porque estaba literalmente ocupado, la siguiente respiración de Cedric se hubiese escuchado desde lejos; Arianne había pasado de ese leve roze a tener entre su mano el miembro de él directamente, sin ropa de por medio. Si ella ya había llegado hasta él, él no sería menos. Con su mano libre libera el botón de la falda de la Slytherin, sin bajársela, para luego inmiscuir con la misma mano por debajo de ella, recorriendo con sus dedos uno de sus muslos hasta llegar al centro de su pelvis, hundiendo apenas las puntitas de sus dedos, comprobando lo mojada que estaba.

La boca de Cedric en el pecho de Arianne, los constantes roces de una de las manos de él en el otro pezón, sentir como la lengua del chico juguetaba en ella, no tenían compacaión con lo que provocaron los dedos que se habían perdido en su falda. La primera acción de la chica fue lanzar un gemido que sólo fue obstucalizado por sus labios que se negaban a dejar escapar más sonidos.

Siente como su cuerpo de contrae, como su cadera se mueve hacia los dedos pidiendo más de ese roce. Abre los ojos y se percata que habían dejado de masajear el miembro del chico como también que si no hacía algo iba a quedarse atrás. Con firmeza, los movimientos de su mano comenzaron a acelerarse. Dándole incapié en la punta, en donde con su dedo pulgar creaba pequeños círculos.

Hablando entre susurros, con su respiración entrecortada, Arianne logró decir:

—Tócame, Cedric. —Mientras estiraba sus piernas como reacción al placer que sentía.

El constante masajeo de parte de ella cesaba cuando Cedric comenzó a indagar su entrepierna, la punta de sus dedos se mojaban al hacer presión, definitivamente estaba lista. El chico bajó por completo su falda, dejando cómo única prenda la bombacha de ella.

Se mordió el labio al sentir como Arianne volvía a incidir sobre su miembro, respiró hondo dejando entrever varios suspiros mientras miraba el techo. Ya cualquier tipo de reestricción se iba con cada segundo que pasaba. Cedric se inclinó apenas hacia ella haciendo que inevitablemente tuviera que soltar su miembro, y con sus manos que se dedicaban a masajear sus senos comenzó a presionar un poco de su abdomen, invitándola a que se recostara sobre esa larga mesa.

Ahora el chico estaba delante de la pelvis de la serpiente, acercó su nariz a la entrepierna de ella, dejando leves roces de arriba hacia abajo y de izquiera a derecha, mientras con su mano corría la tela de su última prenda, mirando por un momento su interior, mordiéndose el labio y relamiéndose una vez más, para luego verla directamente a los ojos.

Arianne se deja llevar por las manos del chico y termina recostada en la mesa. Quedando a merced de él, al percatarse que al hacerlo inevitablemente tendría que dejar los masajes al miembro del Slytherin.

Afirmándose pos sus antebrazos observa al chico desde esa pocisión, el cual se estaba colocando al nivel de su cadera. La de rubios cabellos se muerde el labio, ansiosa, y siente como su exitación aumenta al imaginarse lo que vendría.

Sonríe ante la mirada de Cedric, e instintivamente, se lame los labios, en un movimiento circular completamente tentador. Trata de acomodarse, para que su compañero tenga una mayor libertad y con una leve mueca, que demuestra su agitación, terminó por cerrar los ojos y esperar.

Cedric sonríe de lado al verla, al principio buscaba algún tipo de aceptación pero con los gestos de la chica en verdad le quedó claro que quería esto. Vuelve a bajar su mirada concentrándose y apenas sacar su lengua para darle un lametón en la vagina, y luego frenar, sólo para provocarla. Se decide por levantar su cola de la mesa para terminar de sacar su bombacha, y así poder seguir con total libertad.

Se pega más hacia la mesa, tomando con sus manos las piernas de Arianne y haciendo que éstas rodearan su cuello, apoyándolas sobre los hombros del chico; era ahora donde comenzaba el verdadero juego.

El ex-león estira su labio inferior y comienza a subir y bajar su cabeza, haciendo que éste roze sobre la entrada de la vagina de ella, asomando en cada subida y cada bajada su lengua, para que ésta penetre apenas y vaya dando circulos y movimientos lado a lado para producirle mayor placer, mientras las manos de él se sujetaban a ambos lados de la cola de la serpiente.

La chica deja escapar un largo suspiro con el primer lamentón y tuvo la necesidad de gruñirla al chico al darse cuenta que la provocaba. Sólo se necesitó guiar por Cedric para enroscar sus piernas alrededor de él y empezar a sentir las caricias del chico en ella.

Suspiros y gemidos escapaban de la boca de Arianne, quién con los ojos cerrados, trataba de mantenerse quieta, trataba de no mover muchos la cadera por mucho que las manos de Cedric la afirmen. Un jadeo sale de su boca cuando comienza con movimientos circulares y ahora sí que no tenía ni la fuerza y mucho menos la voluntad para quedarse tranquila.

Lleva una de sus manos a la cabeza del chico para evitar que se alejara de ella, y así terminara el placer, mientras que con la otra tocaba uno de sus senos y tiraba de su pezón. Se muerde el labio inferior y arquea su espalda y los dedos de los pies con las lamidas del chico.

La mano en su cabeza le indicó el camino, tenía que dejar de tentarla y comenzar con el primer plato fuerte del día. Cedric comenzó a acariciar sus muslos, por alrededor de su vagina con sus dos manos, rozándola con los dedos, mientras su lengua entraba lo más que podía y estando ya allí se movía de un lado al otro en círculos, sin parar.

Cada tanto ayudaba con sus labios, presionando los labios de ella, estirándolos apenas para luego soltarlos y escuchar el sonido que así se producía. Mientras seguía con su trabajo, que con gusto hacía, además de sentir los gemidos que endulzaban los oídos de Cedric, sintió como su nariz rozaba con algo. Era el clítoris de la chica que empezaba a hacerse notar. Sonrió malicioso y le pegó un lametón, para por último dejarlo y presionarlo entre sus labios mientras buscaba la mirada de su acompañante.

Aún con sus ojos cerrados, Arianne siente como una corriente eléctrica recorre cada parte de su cuerpo, logrando que vuelva a arquearse y que varios jadeos dejen en claro que está disfrutando. Sigue mordiendo su labio y cree que si el chico sigue jugando de esa forma, inevitablemente se sacaría sangre.

Aunque sería mentira decir que no le gustaría probar algo de su propia sangre. Con tal de que Cedric no se detenga, Arianne haría todo.

Con su mano aún en el cabello del Slytherin, la chica vuelve a llevarlo al último lugar donde había pasado su lengua. Sonríe de medio lado cuando siente nuevamente esa electricidad por todas partes y deja escapar un verdadero sonido de deleite, placentero, mientras que su otra mano seguía jugando en su seno, tirando, apretando, ayudando a Cedric con su trabajo.

La cara de placer que ella mostraba fué suficiente para que Cedric dejara de verla y volviera a bajar. Los gritos y gemidos de Arianne cada vez inundaban más el lugar, y el chico los recibía con una leve sonrisa de satisfacción.

Al sentir que la mano de ella lo empujaba más hacia su clitoris, él abrió la boca por completo para luego cerrarla y detenerlo dentro, estirándolo con sus labios para luego soltarlos, una y otra vez.

Camino por el muslo de ella hasta su vagina con la mano que tenía sujetándola y, mientras reemplazaba el chupetón por varias lamidas rápidas y sucesivas, juntó sus dos dedos metiéndolos sin previo aviso dentro de ella, empezándolos a retorcer y meter.

Sentía como el calor subía por su cuerpo, como su respiración se cortaba y como el bombeo de su sangre se escuchaba en sus oídos. Todas esas sensaciones aumentaron cuando los dedos de Cedric entraron en el juego. Arianne abre los ojos enfocando el techo y tratando de recuperar el aire perdido, por el fuerte gemido que escapó de ella.

Mueve su pelvis hacia el chico, intentando recibir más placer todavía. Estaba ansiosa, deseosa más bien, y lo sabía por el nudo que se estaba formando en su bajo vientre. El sudor comenzaba a cubrir su piel y sabía que lo más probable es que se estuviera sonrojando por todo lo que estaba sintiendo. No vergüenza, sino placer.

Pasa la mano que tenía en el chico, por su abdomen, contorneando su pecho, acariciando su cuello, devolviéndose casi de inmediato y repetir el camino. Gime una vez y otra, alentando a Cedric a continuar, diciéndole sin palabras todo lo que siente.

El contínuo movimiento de Arianne contra su cabeza, el sentir de como ella se doblaba sobre su espalda, arqueándose, y los incesantes gritos hacían que el miembro del chico envidiara terriblemente a sus propios dedos, manteniéndose erguido entre sus piernas a la espera.

Cedric aumentaba el ritmo de sus dedos conforme iba escuchando los gemidos de ella, se guíaba perfectamente de esa manera, porque así sabía cuando aumentar la rapidez y cuando hacerlo con más cariño. Sentía como con cada momento que pasaba, sus dedos se veían más apretados por el interior de la serpiente, que se contraía.

También endurecía la puntita de su lengua para que pueda sentir mejor aquel roze, aumentando la velocidad con la que lamía su clitoris y, cada tanto, apretaba suavemente allí con sus dientes, para estirarlo.

El nudo que sentía Arianne incrementaba más y más al sentir los dedos del chico dentro de ella o como éste mismo utilizaba su lengua. La Slytherin trataba de controlar sus jadeos, sus gemidos, pero cada vez se le hacía más dificil.

Aún tocando sus pechos y mordiéndose el labio, sin poder hacer mucho más, la chica percibe que en cada arremetida de los dedos de su compañero sus músculos vaginales se contraían aún más. Sabe que está cerca, sus latidos se lo indican, su irregular respiración lo confirma.

Sólo un poco más, su orgasmo se acercaba. Mueve con mayor rapidez su cadera, quería sentir a Cedric tocandola más, necesita poder liberarse y poder tomar así más control de la situación.

Tal y como ella lo sintió, Cedric también se dió cuenta de que su objetivo estaba cerca. Sabía que esta era la parte mas díficil, tenía que mantener el ritmo para que no decayera. Saca a utilizar un tercer dedo, haciendo que también éste entrara con los demás dos, estaba lo suficientemente lubricada como para soportarlos.

Siguió con sus movimientos, retorciendo su mano para que los dedos entraran lo más posible al empujar y moviendo su lengua de arriba a abajo y izquierda a derecha de una manera muy veloz, comparando el tamaño de tenía su clitoris apenas lo vió de como lo había dejado él ahora.

La chica ya no podía más. Sus gemidos escapaban sin objeción de su boca y sus piernas alrededor del cuello de Cedric, habían comenzado a moverse como muestra del descontrol que tenía ella. La frialdad típica de Arianne estaba perdida por algún lugar de su cabeza, sumisa a lo que actualmente está sintiendo.

Se sentía en el límite, sentía como el nudo tomaba más fuerza sobre todo ahora que eran tres dedos los que estaban en ella. Con cada lamida, la chica tiraba de sus pezones, dándose más placer para poder terminar pronto con eso.

Y finalmente, con sus ojos fuertemente cerrados y con un largo y placentero gemido, el placer máximo llega a ella. Arqueándola más que antes, provocando pequeñas convulsiones. Pierde la poca fuerza que tenía y no es capaz de seguir manteniendo sus piernas en su lugar.

Por primera vez siente frío, erizándosele la piel. Respira agitadamente, tratando de recuperarse y abre sus ojos sólo para toparse con un borroso techo.

Ese último gemido de placer no había sido el único indicio que Cedric tuvo para saber que había alcanzado su objetivo, sino que también el cesar de su respiración y sus movimientos finales lo ayudaron.

Sonrió y luego de unas últimas movidas de sus dedos, los sacó y se fué parando, llevándolos a su boca, para chuparlos por un segundo y terminar viéndola.

— Yo ya acabé con esto, ¿Y tú? — decía irónico, soltando sus dedos luego de un lametón.

Arianne lo escucha hablar e inmediatamente arquea una ceja. Se sienta, con algo de torpeza, para así mirarle a los ojos sin obstáculos. Ve cuando se saca los dedos de la boca y sonríe maliciosamente.

―¿Has terminado ya? ―le susurra sacástica y con la voz ronca―. Y yo que pensaba que nos divertiríamos más.

Lo toma del cuello y lo acerca a ella para poder besarle nuevamente. Un leve sonido soltó al darse cuenta que el beso no sabía igual. Comenzó a reconocer la boca del chico con su lengua y posa una de sus manos en el abdomen de su compañero, bajando poco a poco, sutilmente.

―Quería... recompesarte ― dice sugerente para luego bajarse de la mesa, divertida.

Toma el miembro del chico, a la vez que besa su cuello. Comienza a hacer leves movimientos, como había hecho con anterioridad, subiendo y bajando su mano por todo lo largo. Sin alejar su vista de la de él, agrega:

―Pero si quieres que me marche, yo facilmente tomo mi ropa y te dejo así. ―Al decir esa ultima parte, Arianne le sonríe perversa, y aprieta el miembro del chico justo en la punta.― Es tu desición.

Cedric niega mordiéndose su labio inferior mientras sonríe, era cuestión de hacerle sentir placer para que dejara de hablar. Abre la boca para seguirle el beso, encontrándose con su lengua nuevamente. Estiró hacia un lado su cuello al sentir los besos mojados de Arianne, que lo recorrían mientras su mano vuelve a apretar el miembro de él, haciendo que el Slytherin pudiera sentir un latido sobre él, con total claridad.

― Dije que había terminado con lo de recién, no te apresures ― aclara viendo el cuerpo desnudo de su acompañante.

Ella volvió a comenzar con su movimiento, haciendo que el chico la mirara fijamente, apenas mordiéndose la puntita de su labio inferior, viendo como poco a poco su miembro volvía a afirmarse.

― Ya, no te voy a pedir que te quedes ― dijo acercándose a su oído ― pero menos que te vayas ― muerde el lóbulo de su oreja izquierda mientras hacía pasar una de sus manos por la espalda baja de la chica hasta su cola, de ida y vuelta.

La chica sonríe con la respuesta de Cedric y se acerca a besarle. Aún con los movimientos constantes y tortuosos de su mano, lo empuja para que él quede en contra de la mesa. Al mirarlo a los ojos, comienza a bajar sus besos, primero el mentón, pasando por su cuello hasta llegar a los hombros del chico, donde muerde ligeramente dejando una pequeña marca.

―Doy por hecho que conoces la Ley del Talión ―dice, mientras roza su cuerpo contra el de él y con sus manos dejas las del chico en el borde de la mesa, indicándole que las deje ahí―. Por lo que ya sabes qué es lo que viene.

Terminando de decir eso, comienza a besar, morder y lamer el torso de Cedric, bajando cada vez más, torturándolo. Ya apoyada en el suelo sólo por sus rodillas y con su cara al nivel del miembro del chico, lo toma con una de sus manos y comienza con un masaje, mientras mira al chico a los ojos y se lame los labios.

―Sin manos, cariño ―dice para inmediatamente lamer la punta―, que yo tengo el control ahora.

El chico no se había sentido desesperado en ningún momento de esa situación, hasta que Arianne tuvo que contrarestar. Sigue su beso con pasión y levanta apenas su cabeza para que la chica recorra su cuello tranquila, siente la marca que le deja en su hombro y sonríe malicioso, ya se la iba a cobrar.

Muerde su labio cuando le comenta sobre la ley porque inmediatamente se imaginó lo que vendría. Sonríe de lado por lo que pensaba mientras la seguía con la mirada como ella besaba su torso y bajaba por él. Mantuvo sus manos en el borde de la mesa sin interrupciones.

La ve allí arrodillada, ya con su miembro cubierto por su mano y dando pequeños masajes, no encontró otra opción que mirar al techo por un momento, largando un suspiro delatador, para luego bajar su cabeza nuevamente y morderse el labio de costado.

Se lamenta por su 'propuesta', pero aún así mantiene las manos en su lugar, entreabriendo su boca al sentir la lamida.

― Bueno, veamos que tienes ―

Arianne sólo aumenta su sonrisa cuando lo escucha hablar. Pasa sus manos por toda la extensión del chico y vuelve a lamer la punta, tentándolo. Ladea la cabeza levemente y levanta el miembro de su compañero para pasar su lengua desde la base hasta la cabeza, en donde se queda haciéndo pequeños círculos. Se devuelve por el mismo camino, mientras su mano libre acaricia los testículos, tomándolos con delicadeza y apretándolos de la misma forma.

Vuelve a un comienzo, en donde se decide a mirar el rostro de Cedric, sonriendo arrogante y mete en su boca sólo la punta de su miembro. Succiona despacio y empieza a meter un poco más, para llegar a un punto en donde enrosca su lengua alrededor del pene y se devuelve, para empezar de nuevo.

La segunda vez introduce un poco más, disfrutando del momento, gimiendo extasiada, mirando aún a los ojos del chico. La mano que tenía en el miembro de él cobra vida nuevamente, ayudando a la boca de Arianne, moviendose en todo lo largo, desde la base hasta los labios de ella.