Sólo fueron una gotitas. [Cedric Blair] [+18]

Ya apoyado bien contra esa mesa, casi sentado y con sus manos aferradas a su borde, Cedric no quita su vista de la cara de la chica, no se quería perder un momento. Las contínuas lamidas de ella sobre la punta de su miembro hacían que él largara varios suspiros, algunos desvíados al cerrar su boca, haciendo que esta cantidad de aire saliera por su nariz, para no hacer tanto escándalo.

Cuando la lengua de Arianne comienza a lamer todo el largo de él, casi por instinto se muerde el labio, fuerte, entrecerrando los ojos cada vez que sentía los círculos que se producían en su punta.

Las caricias en sus testículos lo tentaban más, ayudaba mucho al masaje que ella estaba produciendo, manteniendo su pene erguido y latente. Cedric recibe la mirada de la serpiente directamente y la sigue, casi hablándole con ella y con sus gestos, quería más y su ya suspiros ahogados con algún que otro sonido se lo decía.

Con la segunda arremetida de su compañera contra su pene, hacen que inevitablemente largue un gemido, casi arañando la mesa que presionaba, para después relamerse su labio y seguir respirando entrecortado al ritmo de sus masajes.

Cuando el gemido de Cedric llegó a los oídos de la chica, ella extasiada por aquello sacó el miembro de su boca y lo pasó por sus labios en un movimiento circular, sonriendo inmediatamente, mirándolo a los ojos. Arianne no quería perderse ningún gesto del rostro del chico, la idea de tenerlo así de excitado hacía que la sangre en ella comenzara a calentarse nuevamente.

Con un rápido movimiento, vuelve a meter el pene en su boca, enroscando su lengua alrededor de este, para devolver lentamente presionando con sus labios. Al sacarlo, hace un leve sonido con sus dientes, indicando como si lo fuera a morder, sin embargo, lo que menos quería Arianne en ese momento era terminar con tan divertido juego.

Repite lo anterior, con mayor rapidez e introduciendo aún más. Mientras tanto, sus manos seguían ayudando a la boca de la chica, una masajeando lo que ésta última no alcanzaba a cubrir y la otra arañando el abdomen del chico.

Era evidente, que si no controlaba la fuerza que ejercía él sobre la mesa con sus uñas se podría lastimar, así que se dedicó a desatar lo que sentía por su voz. Ya gemidos poco controlables, suspiros y pedidos salían de los labios de Cedric, relamiéndose éstos una y otra vez mientras veía a su acompañante a los ojos, excitado.

Se muerde el labio y contrae los dedos de sus pies al ver como ella pasaba la punta de su miembro sobre sus labios, la tentación en ese punto era mucha, le encantaba ver como su compañera hacía su trabajo y disfrutaba de ello.

Entrecierra los ojos apenas para luego abrirlos cuando siente que Arianne vuelve a meter su pene dentro y comienza sus masajes. Respira hondo y casi por instinto y motivo de la situación, el no se contiene y larga unas pocas palabras con dificultad.

— Mm.. s..sí.. así — tal vez ella no lo escuchaba del todo, porque podía más los sonidos producto a la excitación del chico que las palabras que salían de su boca.

La chica se siente excitada, por lo que se saca el miembro de la boca para poder lamer, nuevamente, a lo largo de este, dando lascivos besos en varias partes, haciendo pequeños sonidos que se mezclan con los gemidos que ahora Cedric dejaba salir con libertad, evitando contenerse.

Lleva la mano que tiene en el pene del chico a la punta de este, en donde aprieta ligeramente, mientras Arianne simula un beso, uno de esos que tanto le había dado a la boca de Cedric. Utilizando su lengua y sus labios, la de rubios cabellos no pudo evitar soltar un gemido al escuchar como su compañero murmuraba palabras ininteligibles para ella.

Pasa la mano que mantenía en el abdomen a los testículos de él, que habían perdido su atención. Tirándolos con un poco mas de fuerza que la vez anterior y apretándolo ya no con tanta delicadeza, Arianne volvió a arremeter contra su boca, llevando el pene del chico lo más a fondo que podía. Se devuelve, seguida por su mano, que aprieta con mayor intensidad, transmitiéndole al chico el deseo de ella.

El chico levanta una vez más su cabeza mirando el techo de la cocina, esta vez emitiendo un gemido como ninguno de los que había hecho antes. Sentía como no podría aguantar por mucho más, su miembro ya le reclamaba que lo deje terminar, pero de lo excitado que estaba no era una opción para él.

Vuelve su mirada a la de Arianne y suspira a ritmo con los movimientos que ella hacía, que volviese a arremeter contra sus testículos no lo ayudaba a controlarse.

Se agacha un poco para tener su cabeza casi a la altura de su abdomen, así podría verla mas de cerca. Se muerde el labio al escuchar los sonidos que producían los labios de la Slytherin al moverse sobre esa superficie.

Concentrada en el constante mete y saca, Arianne no se había fijado del movimiento de Cedric. Al levantar sus ojos hacia el chico, lo ve mordiéndose el labio cerca de ella, si hubiese podido habría sonreído por ese hecho. Sabía que él quería terminar, el pene del chico lo dejaba claro con sus pulsaciones.

Lo saca de su boca y lame la punta tomando con su lengua el líquido pre seminal que estaba saliendo del miembro. Saborea tentadoramente las pocas gotas, lamiéndose los labios, soltando un gemido por aquella degustación.

Sin alejar su mirada de la entrecerrada de Cedric, vuelve con lo suyo, lamer, succionar, acariciar sus testículos. Incitándolo a que termine.

Se relamía el labio entre gemido y gemido, cada vez más intenso, viendo como la boca de Arianne se llegaba meter su miembro entero. Estaba claro que en cualquier momento podía acabar y, cada cosa que ella agregaba aceleraba ese momento. Como por ejemplo las continuas lamidas a su punta, hacían que el se muerda el labio inferior del placer.

Se quería contener, pero no podía, sentía como la presión que estaba ejerciendo sobre su pene no aguantaría más. Entonces largó un gemido algo profundo, que le siguió de un delatador movimiento de su espalda, arqueándola hacia atrás, ya estaba comenzando a acabar.

Arianne siente como las palpitaciones del miembro del chico aumentan, avisándole que está por terminar. Estuvo tentada a parar ahí y ver la reacción de Cedric, pero se terminó arrepintiendo, el gemido del chico logró que el ego de ella aumentara.

Por lo que aceleró sus cabezadas, tiraba del miembro del Slytherin con su boca, succionaba y lamía cada vez que podía. Lleva su boca a la punta para jugar ahí, mientras que una de sus manos lo masturba con rapidez. Ve de reojo la reacción de Cedric y siente como su boca se comienza a llenar de ese líquido algo salado.

Con una tranquilidad impropia para la situación, traga, buscando la mirada del chico. Masajea un poco más, para luego levantarse, tomarle del rostro y saborearse.

—¿Quieres probarte? —susurra a milímetros del rostro del Slytherin y pasar en ese momento su lengua por los labios de él.

Si tuviera la fuerza suficiente, ya sus dedos hubieran quebrado ese sector de la mesa. La vió tragarse el semen que él había largado mientras iba tratando de controlar su respiración, volverla a su punto medio.

Seguía relamiéndose los labios al sentir esas últimas lamidas sobre su miembro y se paró ya algo firme cuando ella también lo hacía. Escucha las palabras de Arianne y levanta una de sus cejas divertido, en esa situación la verdad que no le molestaría besarla.

—Quiero probarte...— le responde con una sonrisa, mientras abre su boca haciendo que la lengua de su acompañante entrara para encontrarse nuevamente y después de tanto con la suya, para retomar con un nuevo beso —...más— susurró en sus labios a la misma vez de que su pene ya chocaba por cada palpitación contra su abdomen, estaba erecto de nuevo.

Arianne sonríe de medio lado, excitada por la morbosa situación. El pene del chico palpitaba en contra de ella, mientras era ella la que no permitía que el beso perdiera fuerza. Jugando con la lengua del chico, la Slytherin lo toma del cabello y pasa una de sus piernas por la cadera de él.

Gime ante el contacto directo de sus sexos e instintivamente muerde el labio inferior de Cedric, terminando por romper el beso que tanto había querido mantener. Lo mira a los ojos divertida por las palabras del chico, comienza a frotarse contra su compañero y mantiene un roce extasiado, por lo que sólo entre suspiros consiguió hablar:

—¿Por qué no me demuestras qué tanto? —Su voz sonó ronca, demasiado para el tono de ella, por lo que Arianne trata de carraspear para evitar aquello. En vano. La excitación aumenta con cada segundo, volviendo a controlar por completo su lógica mente.

Ante sus propias palabras, la chica vuelve a besar los labios de Cedric, divirtiéndose por la situación en la que se encuentras.

El beso se manteía gracias a los dos chicos. Cedric mantenía su boca bien abierta, mientras la entrecerraba siguiendo el ritmo de los labios de su acompañante, sus lenguas se buscaban y perdían dentro de su boca, era pura pasión.

La sonrisa que hacía sólo un rato había desaparecido del rostro de el ex-león tuvo que volver obligatoriamente por unos pocos segundos, al sentir como ella lo presionaba envolviéndolo con su pierna. Excitado como estaba, contribuyó con ese roze, moviendo sus caderas en círculos.

—Tú lo pediste— dice divertido, para luego morder el pezón de la chica y estirarlo para rápidamente soltarlo y quedarse viendo como su pecho volvía poco a poco a su lugar.

Cedric tomó a Arianne por sus piernas, haciendo que éstas se separaran del suelo y quedara sentada encima de le mesa una vez más. Pegó su cintura a la mesa y hundió su nariz entre sus pechos, moviendo su cara de lado a lado para jugar con ello, para luego besar su cuello dejando pequeñas mordiditas y, con su mano libre, tomaba con fuerza la base de su miembro, haciendo que éste presione buscando entrar en ella.

—Toc toc— dice ya volviendo a agitarse por como su imaginación volvía a funcionar, mientras lamía su abdomen y presionaba su pene tratando de entrar —rubia, quiero entrar— le sonríe divertido y pasa su lengua alrededor de sus labios.

Arianne ríe ligeramente, mientras por instinto envuelve la cadera del chico con sus piernas, permitiendo que el roce aumentara. No tenía muchas ganas de hablar, en realidad lo que menos querpia era perder energía en ello, pero debía responder, ¿no?

—¿Y qué estás esperando, cachorrito? —le dice con un tono que quiere sonar sarcástico pero que se oye como una petición más que nada. Lame sus labios al ver que el chico lo hacía y gime nuevamente.

Está cansada de roces, su cuerpo le exige más. Sus terminaciones nerviosas, el correr de su sangre, su respiración entre cortada. Cuando siente como la punta entra, el jadeo que dejó escapar resonó por el lugar, lo que la lleva a entrecerrar los ojos y morderse el labio inferior.

Ante su pregunta/pedido, él la toma de sus muslos para abrir más sus piernas, dirigiendo su mirada directamente a su vagina, percibiendo nuevamente ese brillito que le indicaba muchas cosas.

Con una de sus manos ahora en la cintura y la otra todavía empujando su miembro dentro, Cedric comienza con ese mete y saca, muy lento al principio, pero llegando hasta el fondo de la chica, para luego sacarla entera y dar uno golpecitos por sobre la entrepierna de Arianne. Repitió estos pasos un par de veces y en cada uno de esos mete y saca aumentaba su rapidez conforme dejaba colarse sobre sus labios unos nuevos gemidos.

Tratando de mantener algo de conciencia, la chica colocó su rostro en el cuello de Cedric, donde la mayoría de sus gemidos se veían apagados. Con sus manos en la espalda de él, comienza a rasguñar con sus uñas, dejando con cada embestida una nueva marca. Cada vez más roja, más dolorosa.

Mientras los minutos pasaban y la velocidad aumentaba, los movimientos se volvieron más 'sincronizados'. Arianne sabía en qué punto recibirlo con un movmiento de su cadera. El lento mete-saca provocaban en ella la necesidad de tener que ir más rápido.

"Una simple necesidad biológica" logra pensar, tratando de convencerse de que era eso y no que Cedric sabe lo que hace. Sin embargo, tras una embestida algo más fuerte que las otras, la mente de la Slytherin se desconectó por completo, para dejar espacio sólo a los exquisitos movimientos que el chico hace. Disfrutar el máximo posible.

Abre sus ojos y busca con estos la boca del chico, para tentar con algo de torpeza tras las penetraciones, a los labios de éste.

La velocidad de sus movimientos y la intensidad que le daba a sus caderasos aumentaban, más y más al paso de los minutos. Con sus manos se procuraba de sostener sus muslos, presionando cada vez que entraba para que estos se abrieran un poco más y facilitaran el trabajo de su miembro.

Volvió su mirada a la de Arianne luego de haberse detenido por unos momentos viéndose entrar, para apenas relamerse los labios tentado de los de ella.

Sintió algo salado en sus labios, fué cuando se dió cuenta que ya estaba transpirando, y no aguanto de morderse el labio al entender que ella también lo estaba, se veía mucho más sexy así.

Decidió que era tiempo de acelerar mucho más, así que retuvo las piernas de la rubia entre sus brazos, flexionándolos hacia él mismo mientras casi 'rebotaba' en ella, mordiéndose el labio y viendo como sus pechos también respondían al movimiento. Ya sus gemidos no necesitaban ser callados, no oponía resistencia a ellos.

Sentía como su cabello se pegaba a ella por el sudor, como su senos saltaban con las embestidas, como los gemidos salían de ambos sin ningún tipo de pudor. Pero ¿qué tanto pudor puede haber si estaban en las cocinas? Ante tal pequeña lucidez, Arianne logra sonreír de medio lado, extasiada por la situación, por el lugar, por el mismo chico al que más de una vez ha dicho que le es indiferente.

Lo ve morderse el labio y ella se acerca para lamer su boca, pero antes dejó que un gemido saliera de su garganta. Toma con sus dientes el labio inferior de él y lo tira, mientras varios jadeos los acompañan. Sigue con sus manos en la espalda de él, arañandole, marcándole, demostrándole de cierta forma que va bien, perfecto más bien.

Ante las embestidas de Cedric, Arianne en todo momento se acopla a los movmientos del chico. Estaba disfrutando, no se pondría a competir por una pequeñez. Recibe, acomodándo sus piernas en donde él dispusiera. Y contrae sus músculos vaginales para darle un placer distinto al chico.

Siente como su espalda se va marcando, en cualquier otra situación eso le dolería, pero esta vez el placer tapaba cualquier tipo de queja. Respondió con una sonrisa leve a la mordidita de la chica y luego se acerca para lamerle el labio inferior, algo demasiado salvaje.

Ya sus caderasos aumentaban y, cada vez que daba uno, la distancia entre sus caderas disminuían, haciendo que cada próximo caderaso sea más corto que el anterior, pero aún así el doble de rápido, manteniendo más longitud de su pene adentro.

Un gemido inundó el lugar, cuando Cedric había empezado a chocar fuerte, haciendo que las piernas abiertas de la chica impactaran cada vez en la de él provocando un sonido constante, sintió como su miembro se veía más apretado, pero eso sólo provocó que siguiera con lo que hacía, pero esta vez mucho más tentado.

Cdaa vez más adentro, cada vez salía menos. La respiración de Arianne está entrecortada y comienza a actuar impulsivamente. Con la lamida a su labio, responde besándolo con más fuerza, recorriendo la boca del chico, perdiendo decenas de jadeos en ese lugar. Ante las embestidas, Arianne contrae y relaja sus músculos, provocando un mayor placer y más comodidad al exitante mete-saca.

Se afirma de los hombros del chico con sus uñas, y se acerca a su oído para permitir que los gemidos de ella lleguen a la excitación del Slytherin. Recibiendo al chico con cada embestida, Arianne comienza a jadear más fuerte. Con cada gesto de Blair, la rubia sentía como la sangre le hervía y trataba de hablar más que incoherencias. Por lo que sin mover su boca del lóbulo de la oreja del chico comienza a gemir:

—Así, Cedric —susurra, tomando aire en cada sílaba, recuperándose de cada acometida.

Recibe el beso para seguirlo, y con lo extasiado que estaba mete su lengua en un acto impulsivo, mojandose con la de ella y besandola casi hasta torpemente. Las uñas de ella seguían hasta clavándose por la fuerza que ejercía y él salió desesperadamente de su boca para bajar con besos aún más torpes pero muy mojados por su cuello, y así llegar al fin a sus senos, chupandolos, estirándo sus pezones con sus labios, mientras se seguía moviendo casi sin control.

Escuchó el pedido casi gemido de Arianne y acelera al máximo los movimientos, chocaban y rebotaban casi al instante, y sus gémidos se hacían constantes, como si fuera un grito entrecortado.

Estaba extasiada, sus gritos se expandían por la cocina y se mezclaban con los de Cedric. La situación la estaba superando, estaba perdiendo por completo el control y la fuerza de sus brazos se desvanecía con cada embestida.

Con sus ojos entre cerrados, comienza a morder cada parte de piel del chico que encuentre, suavemente, pero dejando leves marcas para que la recuerde luego. El sonido de sus caderas chocando, el frio que recorre por su espalda por culpa del sudor, los húmedo sbesos del Slytherin, le llevan al límite.

Afirmándose en él, siente como el nudo en su parte baja vuelve a formarse. Con un pequeño grito le indica a Cedric lo que se avecina, y no puede evitar volver a hablar pidiéndole más.

Se veía ya terminando, los caderasos aumentaban a la par de que Cedric se iba acercando al cuello de Arianne, para esta vez presionar su piel con fuerza, succionando para que le quedara esa marca ahí, tan delatadora, que sería muy díficil de simular, a no ser que utilizara cuello de tortuga.

Para que la chica no se quejase de la marquita que él le estaba dejando, astutamente comenzó con lo que sería el próximo fin, 'ametrallando' contra la cadera de la Slytherin, rebotando con suma fuerza mientras de una vez soltaba ya su cuello, dejando ese sonidito de sus labios al separarse de la húmeda piel.

Tuvo que fruncir un poco los dedos de sus pies, presionando los músculos de sus piernas al sentir como ya la anatomía de su cuerpo le demandama terminar. Se dirigió al lóbulo de la chica para después de morderlo y entre suspiros, avisarle de que se vendría.

No podía más, simplemente, no tenía la fuerza de poder aguantar mucho tiempo más. Los movimientos de la cadera de Cedric aumentaban a cada segundo, llevándola al límite, aumentando ese nudo en su bajo vientre y haciéndola desear terminar. Ni siquiera fue capaz de quejarse cuando siente la boca del chico en su cuello, si se es sincera no le importa demasíado, siempre y cuando no el ex león no deje de moverse.

Gime cuando él suspira en su oído y asiente rápidamente, abrazándolo por el cuello para darle a entender que ella también. En cada arremetida un nuevo jadeo se escapa de su garganta perdiéndose en la piel de su acompañante; une su boca a la de Cedric, tratando de mantener un beso que cada con cada movimiento costaba más.

Enrolla sus piernas alrededor de él y toma del cabello al chico, dando leves tirones de él. Los minutos pasan, la sensación aumenta, al igual que hacen los gemidos de ambos. El bombeo de su sangre correr por sus venas la ensordecían ligeramente y ante una embestida más fuerte de lo normal, Arianne siente como toda presión en ella comienza a liberarse, junto con un gemido más fuerte de lo normal.

Era el momento de, una vez más, el clímax. Luego de unas últimas y profundas arremetidas, Cedric pudo sentir ese alivio, al verse acabando dentro de su compañera, bien profundo, mientras reposaba en su pecho, tratando de volver a un ritmo normal su respiración, y dejaba besos allí.

Lentamente saca su miembro de dentro de ella, para volver a mirarla. Sonríe pícaro al ver el brillo que despegaba desde su piel, como la trasnpiración la había invadido. Se acerca a la altura de su mejilla y la lame, algo salvaje.

— Recibiste mucho, ¿eh? — comentaba, claramente sobre lo que había ocurrido.

Arianne observa al chico en todo momento, tratando de controlar su respiración nuevamente. Siente el lametón a su mejilla y escucha sus palabras a las que sólo pudo sonreír. Toma el rostro de él con solo una de sus manos y se acerca lo suficiente para besarlo, pero se detiene a sólo unos milímetros de sus labios y lo mira a los ojos.

—Pues eso parece, Cedric —susurra ella, desenrollando sus piernas del chico y dejándolas caer a su lado. Pasa su lengua por la boca de él, tentándolo a abrir la boca y poder besarlo como corresponde. Algo anda mal en todo eso, pues es el momento en que Arianne se debería levantar de la mesa, arreglarse y salir de aquel lugar sin siquiera mirar a Blair, entonces, ¿qué hace besándolo nuevamente?

Se aleja de él al recordar el lugar en donde están. Muerde su labio inferior pensando que habia sido una irresponsable y no preocuparse de cerrar la puerta. Suspira y logra levantarse de su lugar, de buscar su ropa y vestirse con la tranquilidad propia de alguien que no ha hecho nada fuera de lo común. Al terminar ella debió de haber salido por la puerta pero en ves de eso se afirmó, cruzada de brazos, en la misma mesa y miró al chico.

El joven levantó una ceja divertido al ver como la rubia comenzaba a vestirse luego de concretar ese nuevo beso. Con una sonrisa en su rostro, Cedric la siguió, vistiéndose también, desde abajo hacia arriba. Aún con la camisa abierta, abotonando los primeros botones, levanta su mirada y ve a su compañera cruzada de brazos.

Se deja la túnica a medio poner y se acerca a ella levantando su varita. Mueve aquel artilugio y la puerta del closet donde habían esperado los elfos se abrió.

- Pueden salir - dijo sin más, para luego acercarse a Arianne.

La miró de pies a cabeza y sonrió de costado, encontrándola seria, sabía más o menos que iba a reaccionar de esta manera, era lo mínimo que se imaginaba, en realidad.

- Antes que te vayas, me voy yo - acentuó divertido.

Luego su cara pasó de una sonrisa a algo de preocupación y sorpresa, mientras miraba la comisura de la joven.

- ¿Qué te pasó acá? - dijo, señalándole dónde miraba.

Esperó a que ella se toque para saber de que se trataba y, de sorpresa, le dejó un beso en los labios, para luego reírse y dar unos pasos hacia la puerta.

- Que tengas un buen día, lengua larga - comentó de espaldas a ella, sonriendo, antes de irse.